─No sabía que era...─ el mayor lo abrazó con fuerza

─Me basta con que salgas conmigo─ el menor claramente se avergonzó por el gesto y se sonrojo.

─Gracias por las rosas, aunque no son mis favoritas─ sincero con una pequeña sonrisa.

─La próxima te traeré chocolates─ expresó el castaño con una sonrisa y el más bajo sólo asintió

Caminaban por un lindo parque, habían bastantes parejas a los alrededores; JeongGuk aunque no lo admitiera se sentía feliz, su lobo estaba feliz de pasar tiempo con el castaño, predestinados... sería extraño pero es posible... supongo, pensaba el más bajo y sin darse cuenta tomó inconscientemente la mano del contrario.

─Tu mano es cálida─ susurro el más alto acariciando esta.

─¿Mi mano que?─volteo a ver su mano siendo sostenida con amor por el mayor

─Es extraño─ soltó el castaño con una sonrisa. ─Como las cosas cambiaron tanto en un par de años, y míranos ahora─ el pelinegro asintió levemente y después no pudo evitar sonreír

─Paso mucho tiempo pero en ningún momento dejé de quererte─ confesó el contrario un tanto tímido

─No me importan las tontas leyes, justo cuando te empezaba a olvidar llegaste de nuevo a mi vida y aunque todos digan que las parejas predestinadas sólo son entre alfas y omegas o rara vez betas... lo siento─ llevo su mano a su pecho

El más bajo se quedó en silencio unos minutos mirando al mayor hasta que esté se detuvo, ambos pararon su caminar.

─Mi lobo... yo también lo siento─ tomó la mano del mayor para llevarla a su pecho. ─Aquí, me dice que eres nuestro... es decir nuestro predestinado─ susurro con un leve sonrojo.

─Seamos felices juntos, todos estos años nada me subió el ánimo a excepción de JiMin pero no de la manera que tu lo haces─ el contrario retrocedió un poco.

─Pero.. soy un gamma─ susurro muy bajo bajando la mirada.

─Y yo un delta, mi lobo te reconoce y te adora, el que seamos diferentes o el que no creamos que somos lo suficiente para el otro no quita el hecho de que ambos sentimos lo mismo por el otro─ mantenía su mirada fija en esos tenues ojos negros que comenzaban a adquirir un tono gris.

─Si, te amamos pero no puedo h...─ un suave beso calló sus excusas tontas.

─Seré feliz si estás conmigo y también si eres feliz, quiero hacerte feliz Yoonnie─ acaricio su mejilla.

─Si lo pones así, no me podría negar─ sonrió el pelinegro dándole una mirada tímida y cariñosa.

─Tu eres mi destino, debemos estar juntos si ambos estamos de acuerdo─ me regaló una cálida sonrisa

─Estamos y estaremos contigo─