⊱ ❝O16 | 𝑵𝒖𝒆𝒗𝒐 𝑯𝒐𝒈𝒂𝒓❞

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—No puedo creerlo —susurra Juliette impresionada al ver por la ventana del auto—. ¿Está es tu casa?

—Nuestra casa —le corrige Edward con un poco de diversión, pero termina por apagar el vehículo tras estacionarse.

Juliette sonríe y ambos bajan al mismo tiempo, Edward ayuda a la rubia con sus maletas sin ningún problema, pero está se niega tomando una de estas.

Ambos comienzan a caminar hacia la casa en donde ya se encontraban los Cullen, acomodando todos los muebles con velocidad.

Tanto Juliette como Edward dejan las maletas junto a las demás y se separan para comenzar a ayudar a los demás con las decoraciones.

—Soy yo, o huele a humano —comenta Rosalie con una expresión de desagrado en su rostro.

Todos detienen sus movimientos al escuchar esas palabras, Juliette comienza a olfatear y se da cuenta de que la vampiresa tenía razón.

Olía de una manera diferente que hacía que la garganta de la neófita comenzara a arder por la sed, Juliette cierra los ojos fuertemente e intenta retomar su compostura.

—¿Juliette? —pregunta Edward, preocupado por la reacción de la chica.

La mencionada abre los ojos al escuchar la voz del castaño que se dio cuenta de que ella tenía los ojos de un carmín que los vampiros reconocieron perfectamente.

Edward no duda en acercarse a su rubia para tomarla de la cintura con delicadeza y esta deja sus manos cubiertas por sus guantes en los antebrazos del lector de mentes.

—Estoy bien, solo no estoy acostumbrada al olor de sangre humana o de un humano común —confiesa la neófita avergonzada—. ¿De dónde proviene el olor?

La vampiresa se lo pregunta a Rosalie que desapareció un momento antes de que quedara enfrente de Juliette con algo en sus manos.

—Estaba en la habitación de Edward —dice la rubia de mala gana y le entrega a la neófita una almohada desgastada junto con una sábana.

—¿Alguien estuvo aquí mientras no estaban? —pregunta Juliette, confundida.

Los Cullen se miran entre ellos hasta que miraron a Alice, la cual, tenía la mirada perdida en algún punto de la sala.

—Bella viene para acá —avisa la vampiresa de corte pixie tras fijar su mirada en Edward.

—Era ella —asegura el lector de mentes por lo bajo—. Bella se estuvo quedando aquí.

—¿Quién es Bella? —pregunta Juliette confundida y le entrega de regreso las cosas a Rosalie.

La vampiresa, con bastante asco, sale de la casa para tirar a la basura ambas cosas y termina por regresar a donde se encontraba toda su familia.

—Creo que tienes que decirle, Edward —le sugiere Carlisle a su hijo mayor—. Y será mejor que sea antes de que llegue Bella o las cosas se compliquen.

—¿Decirme qué cosa? —vuelve a preguntar Juliette, fijando su mirada en Edward, que miraba con atención a su padre adoptivo—. ¿Es algo malo?

—Estaremos en mi habitación —avisa el castaño.

Todos los Cullen asienten y retoman su actividad de acomodar los muebles en su lugar junto a todas las decoraciones.

Juliette, bastante confundida, deja que Edward la guíe a la tercera planta de la casa en donde, supone ella, se encuentra la habitación de este.

La rubia detiene sus pasos al momento de ver un gran retrato colgado en la pared junto a las escaleras.

—¿Son birretes de graduación? —pregunta Juliette con diversión reconociendo cada uno de los diversos colores que se veían.

—Es una broma privada —confiesa Edward con una pequeña sonrisa en su rostro—. Posiblemente, la entenderás dentro de unos años.

El castaño admira el perfil de la rubia y no evita sonreír tontamente al ver sus ojos brillar por el retrato, él entrelaza sus manos y retoma su camino hacia su habitación junto a ella.

Juliette admira la vista del cuarto unos cuantos segundos, hasta que regresa su mirada hacia Edward, que no dejó de verla.

—Entonces, ¿qué es lo que tienes que decirme? —pregunta la neófita con interés.

—Antes de que te conociera y de que supiera que tú eres mi compañera, yo tenía a otra persona —confiesa Edward tras pensar bien sus palabras.

—Entonces Bella es tu exnovia que se quedó a dormir en tu habitación mientras no estaban —intuye Juliette y va acercándose al castaño que asintió ante esas palabras.

—Yo ya no sentía lo mismo por ella, pero supe que para lo único que me quería era para una de nosotros, así que decidí terminar la relación que teníamos —sigue explicando el lector de mentes—. Además, Alice ya me había dicho que otra chica, muy hermosa, era mi compañera de vida.

Estas últimas palabras las dijo mientras tomaba la cintura de Juliette y la pegaba a su cuerpo con delicadeza.

—De seguro es una chica hermosa que tiene un don del hielo, que todavía no sabe controlar muy bien y que su padre está desesperado por encontrarla —le sigue el juego la rubia con una sonrisa divertida en su rostro.

Ambos se ríen y se acercan para besarse cortamente.

—Espera —habla Juliette tras alejarse del castaño—. ¿Tu ex sabe lo que son realmente?

—Sí, por eso estaba conmigo —explica Edward—. Porque quiere la inmortalidad.

La neófita asiente, pero se mantiene callada para que el castaño pudiera seguir hablando.

—Obviamente, no se tomó muy bien la ruptura y me dijo que se iba a suicidar por mi culpa si la abandonaba —confiesa el vampiro.

—Te quería manipular para que te quedaras con ella —susurra Juliette para sí misma.

—El punto es que, conociendo a Bella, no me dejará en paz hasta que regrese con ella —asegura Edward con algo de frustración en su voz.

—¿Tú quieres regresar con ella? —pregunta Juliette por lo bajo sin sentir algún tipo de miedo o preocupación, más bien, era curiosidad.

—Por supuesto que no —responde Edward sin alguna duda en su voz—. Solo quiero estar contigo.

La rubia sonríe ligeramente y corresponde el corto beso que dejó el chico en sus labios.

—Entonces, ¿vas a decirle a Bella sobre lo que sea que tengamos? —pregunta Juliette con algo de diversión tras alejarse del contrario—. Porque yo no recuerdo que me hayas pedido ser tu novio o algo así.

—Tienes razón —susurra Edward con una sonrisa en su rostro—. Juliette Lombard Denali, ¿puedo ser tu novio?

En el rostro de la neófita aparece una radiante sonrisa en su rostro y no evita morderse el labio inferior avergonzada por la pregunta.

—Es muy pronto, pero sí —responde ella tras pensarlo unos cuantos segundos—. Hasta mucho te habías tardado.

Edward sonríe y vuelve a besar sus labios unas cuantas veces más.

—¿Vas a decirle a Bella sobre nosotros? —retoma la pregunta Juliette.

—Es lo mejor —responde él tras pensarlo unos cuantos segundos—. Quiero estar contigo sin ocultarnos, presumir lo enamorados que estamos el uno del otro.

—¿Seguro? —pregunta Juliette divertida—. No tenemos mucho de conocernos.

Edward pone los ojos en blanco ante esa declaración, pero sonríe al escuchar la risa de la neófita.

—Hay una pequeña probabilidad de que Bella entienda de que ella y yo no vamos a volver —susurra el castaño, pero internamente lo dudaba.

—Bien, entonces le diremos —termina por aceptar Juliette con una pequeña sonrisa en su rostro.

—¿No estás molesta? —pregunta Edward confundido y ve como la rubia frunció el ceño.

—¿Por qué estaría molesta? —pregunta Juliette en respuesta—. Agradezco que me hayas contado y no me lo hayas ocultado, todos tenemos un pasado y no tengo el derecho de molestarme contigo cuando fuiste sincero.

Edward sonríe y, antes de que pudiera besar los labios de su ahora pareja, los dos escuchan la voz de otra persona.

—¡Alice! —se escucha el grito de la desconocida para Juliette.

Bella había llegado.


Pues... no quería poner a Bella pero me encanta el drama entonces no pude contenerme.

Espero que igual les haya gustado aunque los problemas se avecinan para Juliette y Edward.

Los quiero❤️

🌹𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌹


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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