⊱ ❝O18 | 𝑺𝒐𝒔𝒑𝒆𝒄𝒉𝒐𝒔𝒐𝒔❞

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Al momento de estar en la sala, Snow se acerca a uno de los sofás para poder sentarse correctamente y sentarse de piernas mientras miraba a su alrededor con atención.

Por otro lado, Rosalie y Emmett miraron a Bella unos cuantos segundos antes de que se dieran la vuelta para dirigirse a su casa.

—¡Edward! —habla Bella moviéndose bruscamente para intentar liberarse del hielo—. ¡Libérame!

Esme y Carlisle se abstienen a decir algo, por lo que siguen a sus hijos luego de ver a Edward unos cuantos segundos.

Tanto los patriarcas como sus hijos caminaron de regreso a su hogar, pero Rosalie y Emmett se burlaban de Bella sin algún tipo de vergüenza.

—No tenías por qué reaccionar de esa manera y mucho menos insultar a Juliette —le asegura Edward a su expareja mientras se cruzaba de brazos.

—¿Qué no debí de insultarla? —pregunta Bella con sarcasmo—. Esa tipa se metió contigo aun cuando eras mi novio, es una cualquiera.

—Ella no se metió conmigo —corrige Edward molesto—. Tú y yo terminamos hace casi un mes, Bella, tienes que entenderlo. Además, no solo insultaste a Juliette, sino también a su madre.

—Pues de seguro ella le enseñó a abrirse de piernas como una cualquiera y ofrecérseles a los hombres con pareja —responde Bella con rencor.

Antes de que Edward pudiera responder, Snow ya se encontraba frente a Bella nuevamente sin mostrar la sonrisa de antes.

La platinada analiza a la castaña unos segundos antes de congelar la mitad de su cuerpo, logrando que esta soltara una maldición.

—Supongo que no entendiste nada de lo que te dije —habla Snow con fingida decepción—. Vuelves a insultar a mi madre y te congelo la cabeza, preciosa, pero antes, me encargo de dejarte sin tus extremidades. ¿¡Entendiste!?

Esto último lo gritó la platinada dejando de mostrar amabilidad y dando un paso hacia Bella que no dudó en bajar la mirada, terminando por asentir rápidamente.

—Eso pensé —susurra Snow con rencor—. No pienso rebajarme a insultarte de la misma manera que tú, pero quiero decirte que, por lo menos, mis padres si siguen juntos pese a la muerte de uno de ellos.

Bella levanta la mirada al escuchar las palabras de la platinada que no pudo evitar sonreír con diversión.

—Ah, entonces es eso —asegura Snow y se cruza de brazos—. Tus padres se separaron por..., no me digas, tu madre.

La humana vuelve a bajar la mirada, delatando esa parte de su vida.

—Pasaron los años y se volvió a casar —sigue hablando la platinada—. ¿Adiviné?

Bella mantiene la mirada baja y cierra los ojos fuertemente para contener sus lágrimas.

—Ay, preciosa, eres tan predecible —susurra Snow al descruzarse de brazos y darse la vuelta para quedar enfrente de Edward—. No tardes mucho, cariño.

La meta humana toma los hombros de Edward para dejarle un pequeño beso en los labios que logró sorprenderlo.

—Maldita hija de... —Bella no puede terminar la oración porque Snow movió sus dedos ligeramente e hizo que el cuello de la castaña y su boca se congelaran.

—¿Qué? —pregunta la platinada con burla al regresar a verla.

Bella es obligada a mantenerse callada por el hielo en su boca y baja la mirada teniendo miedo que la meta humana terminara por congelarla, Snow sonríe un poco más y regresa su mirada hacia Edward para mirarlo fijamente sin dejar de tener sus brazos enredados en su cuello.

El castaño la toma de la cintura con cuidado y ve como Snow va desapareciendo poco a poco hasta dejar ver un poco a Juliette que le dio una pequeña sonrisa.

—Lo lamento mucho —susurra la ahora rubia avergonzada.

—No te preocupes —responde Edward por lo bajo—. Creo que Rosalie te diría que se lo merecía.

Juliette se ríe un poco y deja que el lector de mentes acaricie su mejilla ligeramente antes de que se inclinara para dejar un pequeño beso en sus labios que la rubia correspondió.

—Te espero adentro —susurra la neófita antes de volver a dejar otro beso en los labios del contrario.

Juliette se aleja de Edward y, sin mirar a Bella, se da la vuelta para caminar de regreso a la casa, pero se da cuenta de que en la ventana se encuentran Emmett, Rosalie y Jasper mirando con atención la escena.

La rubia niega ligeramente con una sonrisa en su rostro y sigue su camino hacia el interior de la casa, pero una vez que se encontró en la sala, fue interceptada por Rosalie, Alice y Emmett que tenían una radiante sonrisa en sus rostros.

—Ay, me encantó como pusiste a Bella en su lugar —comenta Rosalie al tomar las manos de Juliette.

La neófita se aleja rápidamente al sentir como su don se extendía sobre la vampiresa rubia.

—Aquí están —habla Jasper tras acercarse a Juliette y extenderle sus guantes.

—Gracias —susurra la rubia avergonzada para poder ponérselos con velocidad.

—¿Vas a dejar a Bella ahí? —pregunta Emmett con curiosidad mientras se cruzaba de brazos.

—Tiene que aprender a no meterse conmigo —responde Juliette con una pequeña sonrisa en su rostro—. Puede que la deje ir dentro de unas dos, ¿tres horas?

—Eres mala —se burla el azabache mientras negaba ligeramente con una sonrisa burlona.

—Lo sé —afirma Juliette sin algún tipo de vergüenza.

La rubia levanta sus manos y las pone debajo de su mentón mientras agitaba su cabeza de un lado a otro con delicadeza, logrando hacer reír un poco a los Cullen.


—Buenas tardes, ¿podemos pasar a su casa para hacer una revisión? —pregunta un oficial de policía frente a Eleazar y Carmen Denali.

—Claro —responde la mujer con una amable sonrisa en su rostro—. Por el caso de la chica desaparecida, ¿no?

Tanto ella como Eleazar se hicieron a un lado para dejar pasar a los oficiales junto al Señor Lombard y el prometido de Juliette.

Kate y Tanya se encontraban en la sala calladas, pero no evitaron mirar de mala manera al padre de Juliette junto al prometido de la misma. Kate pone los ojos en blanco al ver como el Señor Lombard y el ex prometido de su nueva hermana adoptiva dejaron, por turnos, un beso en el dorso de la mano de Carmen a manera de saludo

—Hipócritas —susurra Tanya entre dientes al poner los ojos en blanco junto a su hermana.

—¿Perdón? —pregunta el Señor Lombard al creer escuchar algo.

—No, nada —se apresuran a responder las hermanas Denali al mismo tiempo—. Que se encuentran en su casa.

Ambas fingen una sonrisa y ven con atención como los oficiales comenzaron a revisar la primera planta de la casa, Carmen y Eleazar los siguieron de cerca para analizar cada uno de sus movimientos, mientras que Tanya y Kate se levantaron de sus lugares para seguir al ex prometido de Juliette hacia la segunda planta.

—¿Se le perdió algo en mis cajones? —pregunta Kate en voz alta mientras se cruzaba de brazos y miraba con atención al hombre.

Jerome, inmediatamente, cierra el cajón de ropa y regresa su mirada hacia la rubia que se obligó a sonreírle con falsedad.

—No, es que tenemos que revisar todo para encontrar alguna pista sobre el paradero de mi Julie —explica el hombre.

Tanya se acerca a su hermana y las dos comienzan a caminar hacia Jerome que no pudo evitar retroceder con temor.

—Ah, se ve que ama mucho a su prometida —comenta Tanya con sarcasmo y que el hombre no notó.

—Sí, no he podido dormir bien estos días al no poder tener a mi Julie a mi lado —confiesa Jerome como si eso le interesara a las rubias—. En este momento seríamos marido y mujer, estaríamos en nuestra Luna de Miel intentando concebir a nuestro primer hijo.

Jerome no evita sonreír ilusionado al imaginar a Juliette cargando a un hijo suyo en su vientre.

Tanto Tanya como Kate hacen un gesto de querer vomitar sin que el hombre se diera cuenta, pero deciden seguir vigilándolo, hasta que vieron como este se detuvo al reconocer una librea abierta.

Jerome lee rápidamente y se da cuenta de que se parecía a la letra de Juliette.

—¿Es de alguna de ustedes? —pregunta el hombre en voz alta, mirando de más la libreta.

Jerome retrocede de golpe al momento en que Kate cerró con fuerza dicho cuaderno.

—Sí, es mi diario —miente la rubia sin alguna duda—. ¿También van a leer mi diario para saber qué cosas hago en el día?

—No, señorita —niega Jerome con una sonrisa—. Solo me pareció que tenía la misma letra que mi Julie.

El hombre sale de la habitación pensando en que estaba seguro de que esa era la letra de Juliette, pero aleja esos pensamientos de su cabeza para entrar a otra habitación.

—Eso estuvo cerca —susurra Tanya hacia su hermana—. Casi nos descubren.

—Mejor síguelo y verifica que no tengamos otra cosa a la vista que pruebe que Juliette estuvo con nosotros —le pide Kate por lo bajo.

Tanya asiente y sale de la habitación para seguir a Jerome por todo su recorrido. Por otro lado, Kate se acerca a su armario para abrir su caja fuerte, digita el código y mete la libreta rápidamente al interior de esta, en donde igual se encontraba el anillo de compromiso de la madre de Juliette.

La rubia cierra la caja con fuerza y vuelve a poner sus prendas en su lugar para esconder dicho objeto.

Tenían que evitar ser sospechosos o todo podría arruinarse.


🌹𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌹


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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