𝐄-𝟎𝟏 ┆𝕻𝖆𝖎𝖓𝖋𝖚𝖑 𝕸𝖊𝖒𝖔𝖗𝖎𝖊𝖘

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— ¿Papá? - pregunto la pequeña Adhara con miedo.

William Abernathy no era una persona con la que te gustaría vivir, y para mala suerte esa era la realidad de Adhara.

— ¿¡Acaso te dije que me podías interrumpir cuando estaba en casa!? - exclamo el hombre furioso, lanzándole una botella de vidrio

La mayor de las Abernathy ya estaba acostumbrada a que su papá tirara cosas por todos lados. Se convencía de que de alguna manera le ayudaba a tener buenos reflejos.

— Lo sé, pero mi hermana tiene hambre y no tiene nada para comer

— ¡Cualquiera puede vivir una semana sin comer! ¿Por qué ustedes no? ¡Ahora lárgate!

No le tenían que repetir dos veces a la pequeña. Los días que regresaba su padre, encendía un montón de velas y gritaba, causando un gran desastre a la casa. Iba también otros días para dejar un poco de comida.

Ady corrió hacia la pequeña cama de su hermana que estaba hecha de algunas sabanas que había en la casa. La menor de las niñas aún no tenía nombre, Adhara pensó que podría ser común que solo algunos tuvieran nombre, acostumbrándose a llamarla hermana, era de esa manera en la que su padre llamaba al lazo que las unía.

— Tranquila, duerme - le susurraba la niña de siete años a su hermana, si dormía no tendría sueño...

Al paso de unos minutos la pequeña de tres años se durmió. Adhara aprovechó en buscar algún rastro de comida en la casa. Para ella, vivía en las ruinas de un castillo, tenía una sala y cocina, la sala en donde su padre ponía las velas y el cuarto de su padre, en el segundo piso. Tenía prohibido entrar a esa habitación. Sabía que si entraba ahí, podría ver el exterior. Todo el resto de su casa estaba a oscuras y se alumbraban con velas.

Mientras buscaba comida en vano, escuchó como su padre lloraba desconsolado. Ella sabía que las quería, que solo las protegía de un horrible monstruo. Esa vez, fue a ver cómo estaba.

Se sorprendió mucho al verlo sentado mientras sujetaba sus piernas y se jalaba de los pelos, llorando desconsoladamente. Su cabello cambiaba de castaño a rubio a pelirrojo, nunca lo había visto hacer eso.

— ¿Adhara? - susurro William mirando a su hija

Ella se quedó petrificada, pensó que en esa ocasión realmente hizo enojar a su padre. No quería que se molestara con ella.

— Lo siento - tartamudeo antes de cerrar la puerta

— Espera - la detuvo su padre - Ven

La pequeña avanzó temerosa ante su padre. Él al verla la abrazo y le acarició el cabello.

— Lo lamento mucho - lloró - Me arrepiento de todo lo que hice, las cosas no debieron de terminar así. Perdóname

— Tranquilo, papá - se refugió la niña en los brazos de su padre

— Tengo que mantenerlas a salvo, ellos no pueden saber que están aquí. Ellos no pueden. — comentaba alterado, como si la locura volviera a él - Cuídate siempre, Adhara, nunca confíes en nadie. Mata a quien sea necesario, eres su destrucción, lograras lo que yo nunca pude hacer. Protégete, mi pequeña estrella

— Te lo prometo, papá

Ese fue uno de los pocos momentos que la pequeña semidiosa recordaba. Ambos habían dormido abrazados con todas las velas alrededor. Esa fue la única y última vez que Adhara estuvo realmente con su padre.

























Después de tres meses, ese bonito recuerdo se convirtió en un fugaz sueño. Desde ese día su padre se había vuelto más "protector", estricto e irritable.

Era hora de actuar, pensó la pequeña. Ella y su hermana necesitaban escapar, sabía que si seguían ahí pronto morirían de hambre o de algo más. No comían en una semana y se llenaban con agua.

Necesitaba una forma de escapar. Una mañana que su padre se fue, entro a la sala de las velas, había una caja escondida en uno de los estantes. Apilo los libros de su padre y logro agarrar la caja de cartón.

Dentro había un montón de cosas. Libros, un polo naranja, un collar con bolitas, unas cartas, una caja musical y un montón de fotografías. Reconoció a su padre en estas, era muy joven. Lucia feliz con otros que usaban el polo naranja, había otras en donde él estaba con una mujer o solo eran de la mujer. ¿Habría sido su madre? Quería saber cómo se veía; sin embargo, habían rayado su cara. Encontró en eso una daga, le serviría de algo.

En eso escucho como abría la puerta. Trato de esconder la caja y fue a la sala, como si no hubiera pasado nada.

Apenas llego su padre, lanzo una bolsa llena de botellas de vidrio, era lo que tomaba su padre. Él fue a su habitación. Intento de abrir la puerta, más no podía. La desesperación sumió a Adhara, si su padre despertaba sabría que abrió la caja y que quito la daga, no se le podía mentir...

Había una opción, una suicida. Su padre debía de estar dormida. Ella junto a su hermana saldrían por donde se podía ver el exterior. Era arriesgarlo todo.

— Vamos a jugar a las escondidas, tiene que hacer silencio - le indico la mayor

— Sí - asintió la menor

Ambas subieron lentamente las escaleras y abrieron la puerta. Su padre dormía en un sillón y frente a ella había ¿una ventana? Estaba cerrada, pero podrían salir por ahí.

Caminaron de puntillas hasta la ventana, Adhara no podía abrir la ventana por más que usara toda su fuerza. Tenía que romperla.

Con su cuerpo, se tiró a la ventana, despertando a su padre, quien agarro un bate.

CORRE, pensó la pequeña.

Ella cargó a su hermanita e intentaron de bajar del tejado, se tuvieron que lanzar. A pesar de la dolorosa caída en los arbustos y de los llantos de su hermana, se levantaron y corrieron al escuchar como su padre se acercaba.

Corrieron lo más rápido que pudieron, sentían que su padre las perseguía a pesar de que ya no lo veían. Se escondieron en un callejón y por primera vez, ambas sintieron las gotas de lluvia cayendo sobre ellas.

Estaremos bien - abrazo la mayor a su hermana, como una vez lo hizo su padre con ella.

























— ¡Luke! - río Adhara - Basta

El hijo de Hermes estaba cargando a Adhara en sus hombros.

— ¿Qué pasa, princesa Adhara? Tenemos que cuidarla de la terrible pirata.

— ¡No soy una princesa! Soy una princesa hada - corrigió la pequeña

— Sí, témeme princesa hada Adhara - Thalía, fingió actuar de pirata - ¿Qué piensa capitana Annie?

— Matadla - sentenció Annie antes de cargar a Azami

— ¿Qué? - se ofendió Ady antes de que Thalía la tomara y le hiciera cosquillas

— ¿Ahora quién te salvará, princesa hada Adhara? - sonrió la hija de Zeus — Tu caballero se fue a cuidar a la pequeña pirata Azami

— Traidor - fulmino, la mayor de las hermanas a Luke

— Lo siento, Madame

— Tendré que esperar a que mi príncipe me salve - suspiro la princesa

— ¿Tu príncipe? - sonrió Thalía - ¿Podría decirnos quién es este príncipe?

— Ya lo saben, lo vi en un sueño. Era rubio y de ojos azules como el mar. Era un príncipe que hacía magia

— ¿Magia? - cuestiono Annie

— Sí, magia. Era muy valiente y lindo, me salvo de un horrible monstruo.

— ¿Estás segura de que no es el niño con el que te tropezaste en el camino? - pregunto Annabeth

— ¿El que iba con su mamá?

— Sí - replico la hija de Atenea

— Tal vez - se sonrojó la pequeña - Era divertido y apareció en mis sueños, debe ser por algo

— Nada pierdes con soñar, estrellita - me sonrió Luke - Hora de dormir

Adhara antes de dormir recordó que el mayor de ellos le había sugerido que su hermana se llamara Azami, así las tres pequeñas serían las "3A" y significaba honor. Le pareció un lindo nombre.





















✧*・゚*

Desperté abruptamente. ¿Por qué tenía que recordar todo eso?

— Ady, ¿estás bien? - se levantó Percy rápidamente para verme, sin hacer mucho ruido para despertar a los demás.

— Sí - suspiré

— No, no lo estás - me miro con el ceño fruncido mientras limpiaba mis lágrimas

— Solo tuve una pesadilla, tranquilo, no es la gran cosa

Él me miró por un par de segundos, antes de abrazarme fuertemente. Me tomo unos segundos abrazarlo de vuelta. Él me empezó a acariciar el cabello mientras me abrazaba y sentí como mi corazón se comprimía y se hacía más difícil respirar.

Creía que ya había olvidado algunas cosas, pero no, seguían ahí, aunque no quisiera. ¿Por qué simplemente no podía olvidar todo lo que paso? ¿Por qué no olvidaba todo lo que pase con mi padre? ¿Por qué no olvidaba el hecho de que Thalía ya no estaba? ¿Por qué después de tanto tiempo la tenía que extrañar tanto como el primer día que se fue?... ¿Por qué extrañaba que mi padre me haga sentir segura? ¿Por qué extrañaba ese momento?

Me aferré a los brazos de Percy a pesar de no haber ningún peligro. Lo único que hice fue llorar, llorar como una niña pequeña, llorar y sentirme desprotegida, porque hace tiempo que no me sentía así, y lo necesitaba.

— Tranquila, Ady - me susurro ojos bonitos - Todo va a estar bien. Estaremos bien

No te vayas, por favor. No quiero perderte

— No me iré a ningún lado, brujita

Llore hasta quedarme dormida y abrazándolo. A pesar de todos los años, de estar protegida todos los años en el campamento, nunca me había sentido más segura que en ese momento.













Artemisa ahora sabía cómo tener a Adhara de su lado. Al final, la semidiosa era una estrella caída y ella algún día podría ser su protegida y aprendiz. Era el momento de que supieran de la profecía. 



























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Holi, ¿Cómo están?

Espero que les haya gustado <33

A pesar de que no hubo mucho ADHERCY, era necesario conocer un poco más de Adhara. Es el primer extra del fic :D

No se olviden de votar y comentar que me ayudaría mucho <333

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