˖🌹 ❝O39 | 𝑩𝒖𝒔𝒄𝒂𝒓❞

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—¿Estás segura de que quieres seguir? —le pregunta Mal a Agatha mientras caminaban hacia la habitación de Audrey.

—Solo no le mencionen esto a Ben —pide la pelirroja luciendo abatida.

—Tendrá que saberlo —recuerda Evie con delicadeza ya que temía una mala reacción por parte de su mejor amiga.

—¿Ya le contaste lo de las voces? —pregunta Mal, viendo como su amiga negó inmediatamente.

—¿Tengo que recordarte lo que pasó antes cuando se guardaban secretos? —le reclama Evie a la futura reina de Auradon.

—No le oculté totalmente lo que me pasa, le dije que tengo ciertos ataques —termina por confesar Agatha.

—Zanahoria, se supone que Ben y tú se casarán —habla Mal hacia la chica que regresó a verla—. No pueden iniciar su matrimonio a base de mentiras.

—Los dos se aman y estoy segura de que Ben te apoyará sin importar lo que le digas —la anima Evie, mientras la tomaba de la mano.

—Ben investigó un poco sobre mis síntomas, pero los dos creemos que tiene que ver con mi padre —explica Agatha con la mirada baja.

Evie y Mal regresaron a verse inmediatamente al escuchar las palabras de Agatha, ninguna de las dos sabía algo sobre el padre de la pelirroja y no quisieron preguntarle ya que temían incomodarla.

—No importa —le resta importancia Agatha y le sonríe a las dos chicas—. De seguro no es nada malo.

Agatha se adelanta y sigue caminando hacia la habitación de Audrey.

—¿Tú igual tienes un mal presentimiento? —pregunta Evie hacia Mal que no dudó en asentir.

Las dos siguieron caminando hasta que llegaron a la habitación de la morena. Agatha es la primera en entrar y se encuentra con Uma recostada en la cama de Audrey, mientras que Celia buscaba algo en el tocador de la chica.

—No está en ninguna parte —habla Evie al momento de entrar y encontrarse con ambas chicas.

—Este es su diario —explica Uma sin dejar de leer—. Si que arruinaste su vida, pelirroja.

—¿Descubriste algo que no sepamos ya? —pregunta Agatha con diversión mientras se cruzaba de brazos.

—Esta en la cabaña del bosque, en donde Flora, Fauna y Primavera ocultaron a su mama de la mamá de Mal —termina por decir Uma mientras dejaba el diario de Audrey a un lado.

—Sí, que divertido —Mal finge reírse mientras se acercaba a la morena—. Recuerdo la ironía.

—Alguien con esta cama no puede ser infeliz —se queja Uma antes de recostarse en dicho mueble con una sonrisa en su rostro.

—Okay —habla Celia de repente, consiguiendo que todas las mayores regresaran a verla—. ¿Cómo me veo?

Agatha se ríe un poco al momento de ver como Celia posó lo mejor pudo mientras llevaba puesta una corona de Audrey y varias de sus joyas.

—Te ves muy linda, pero no se puede sacar nada —asegura Evie hacia la menor que dejó de posar para mirarla.

—Pero ella es mala —se excusa Celia.

—Y nosotras no —termina por decir Agatha sin dejar de sonreír.

Celia suelta un largo suspiro antes de comenzar a quitarse cada una de las joyas que le pertenecían a Audrey.

—Tenemos que irnos ya a casa de Evie —avisa Agatha tras revisar la hora en su teléfono—. Se hace tarde y tenemos que comunicarnos con los chicos.

Uma se queja unos segundos antes de levantarse de la cama para salir de la habitación junto a las demás.

Tardaron por lo menos unos quince minutos en llegar a la que era la casa de Evie. Todo parecía muy tranquilo por lo que puso alerta a cada una de las chicas.

—Espero que puedan encontrar a Ben —susurra Agatha preocupada, comenzando a jugar con su anillo de compromiso.

—Linda casa —alaga Uma impresionada por la hermosa estructura.

—Conseguí un buen trato —explica Evie, orgullosa de sí misma por tener un lugar propio a como ella le gustaba.

Al entrar al lugar se dieron cuenta de que todo se encontraba en silencio, parecía que no había nadie en el lugar. Cuando todas llegaron a la sala, no pudieron evitar detenerse al reconocer a los gemelos de Smee, a Dizzy y al pequeño Hans, estos se encontraban dormidos en el sofá.

Agatha los mira con preocupación mientras que Celia se acercaba a ellos para cubrirlos con una manta, queriendo evitar que tuvieran frío mientras dormían.

—Tranquila Dizzy, todo va a estar bien —le asegura Celia a la castaña—. Cuando lo hagamos, los chicos de la Isla podrán venir con nosotros.

Agatha siente una presión en su pecho al escuchar las palabras de la menor, juga con el dije de su collar hasta que vio como Evie se alejó de ellas para ir a otro punto de la casa.

Las demás la siguen, a excepción de Celia que se quedó con sus amigos.

—Ah, ¿quién es? —pregunta Uma confundida al no reconocer a un chico dormido en el suelo del estudio de Evie.

—Doug —susurra Evie preocupada, acercándose a su pareja y agachándose a su lado—. Doug, despierta.

Mal se cruza de brazos mientras veía como su amiga agitaba a su pareja para intentar despertarlo, Agatha mira con preocupación a Evie y a Doug.

—Un encantamiento —habla Uma en voz alta hacia Evie que regresó a verla—. No es muy lista, ¿no?

—Esta involucrada emocionalmente —le explica Mal a Uma al momento en que esta regresó a verla.

—En ese caso, lo despertará alguna vez —termina por decir Uma con algo de asco en su voz.

Evie mantiene su mirada en la morena unos cuantos segundos hasta que detuvo su mirada en Agatha, esta hizo una pequeña mueca con sus labios.

—¿El beso de amor verdadero? —pregunta Uma con una sonrisa burlona en su rostro—. Funciona siempre.

—No nos hemos dicho la palabra con "A" todavía —explica Evie nerviosa.

—Esto tiene que ser una broma —susurra Uma, poniendo los ojos en blanco.

—¿Nos darían un momento a solas? —les pregunta Evie a las demás que se miraron entre ellas unos cuantos segundos—. Por favor.

—Vamos —habla Agatha hacia Uma y Mal para que salieran primero—. Suerte.

Evie le sonríe a Agatha al momento de escuchar su última palabra, la pelirroja le guiña un ojo antes de irse para dejar a solas a su mejor amiga.


En otra parte de Auradon, exactamente en el bosque, los chicos se encontraban buscando al joven rey de Auradon ya que era bastante raro que no se encontrara en ningún lado.

—¡Ben! —grita Carlos, esperando escuchar alguna respuesta por parte del mencionado.

—¡Ben! —grita Jay después de él, mirando a su alrededor para encontrar alguna pista.

—Chico, ven acá —le pide Carlos a su mascota que regresó hacia él inmediatamente tras escuchar sus palabras—. ¿No encontraste nada?

—Esto crece por todos lados —dice Gil emocionado al encontrar un arbusto con más frutos—. Ey, ¿y si jugamos a romper el hielo?

Gil gira hacia los demás que se encontraban haciendo otra cosa, el pirata fija su mirada en Jay y sonríe ligeramente.

—Jay, me gusta como rebotas y saltas sobre las cosas —le dice el pirata al chico que sonrió un poco, antes de que se acercara a él—. Esto es gratis, ¿cierto?

—Mmm, sí —termina por decir el castaño, quedando al costado de Gil—. Me gusta como te gustan los arbustos de bayas.

—Seguro que ya lo habrás visto todo —intuye Gil mientras regresaba su mirada hacia Jay—. Rocas peludas, grandes peces y tal vez sepas tomar el almuerzo de algún arbusto.

—No, la verdad no —admite el castaño haciendo una pequeña mueca con sus labios—. Uso las máquinas expendedoras en los entrenamientos, además, el Tourney me toma mucho tiempo y...

La conversación de ambos se vio interrumpida por Harry que comenzó a reírse escandalosamente.

¿Tourney? —pregunta incrédulo el pirata—. Eso es un deporte para bebés.

—Bueno, sería divertido navegar por un río en la selva —Gil sigue su conversación con Jay e ignora el comentario de su amigo.

—Encontrar una civilización perdida —continúa Jay, consiguiendo que Gil lo mirara emocionado.

—O tal vez un pingüino —termina el pirata, antes de recolectar más bayas del arbusto enfrente de él.

—Ah, bueno, esos están en un iceberg —explica Jay con diversión—. Pero me encantaría ver uno.

—¿Es en serio? —pregunta Harry en voz alta, caminando hacia ambos chicos—. ¡Ya no los soporto!

Harry toma una baya con la punta de su garfio y sonríe al sentir la delicada acidez del fruto en su paladar.

—¿Sabes qué? —le pregunta Harry a Carlos que regresó a verlo inmediatamente—. Tu perro se fue por allá.

—¡Carlos! —grita Chico algo alejado de ellos ya que había encontrado algo.

—¡Chico! ¡¿Qué ves?! —le pregunta Carlos, comenzando a caminar hacia él junto a los demás.

—¡Por aquí! —grita Chico en respuesta.

Jay detiene sus pasos de golpe y camina de regreso hacia el arbusto en donde antes estaban comiendo algunas bayas, toma algunos frutos y sonríe ligeramente al tener una idea. Segundos después, sigue su camino hacia donde se fueron los demás.

Chico guía a todo el grupo que miraba a su alrededor esperando encontrar alguna pista de Ben.

—Vaya, algo huele mal y esta vez no fui yo —asegura Chico tras quedar enfrente del grupo que detuvo sus pasos.

Se escucha un fuerte rugido por el bosque, hasta que algo parecido a una bestia quedó enfrente del grupo que retrocedió por reflejo.

Chico grita asustado y no duda en huir lejos de su dueño para protegerse.

—¡Gil, cuidado! —grita Carlos antes de empujar por el pecho al castaño, evitando que la bestia lo lastimara con sus garras.

—¡Harry! —Jay hace que el mencionado se agache para evitar el ataque del mounstro.

El pirata se levanta con velocidad y le da un puñetazo a la bestia para que se alejara de ellos, consiguiendo que este rugiera más molesto.

—¡No, espera! —le grita Jay a Harry al momento en que se dio cuenta de como este quiso atacar a la bestia, pero lo jaló hacia él para protegerlo.

Todos se quedan quietos, pero a la defensiva mientras veían como la bestia se alejaba de ellos lentamente.

—Necesitas mejorar ese olfato —le dice Harry a Carlos, sin perder su postura de pelea.

—¿Eso crees? —le pregunta Carlos sin alejar su mirada de la bestia, analizándola detenidamente—. ¿Ben?

—¿Audrey hizo eso? —pregunta Jay incrédulo tras darse cuenta del logo que tenía la ropa de la bestia—. Me pareció reconocer esos pantalones

—Oh, se hizo pupa, por eso está gruñón —dice Gil con ternura, una que se dio cuenta de como la bestia miraba una de sus manos—. Recuerdo que mi padre, decía que su padre no sabía soportar el dolor.

El comentario hizo irritar todavía más a la bestia, por lo que Gil perdió su sonrisa inmediatamente.

—Eres bueno con los animales, haz algo —le ordena Jay nervioso a Carlos que regresó a verlo aterrado.

—Pero, ¿yo por qué? —pregunta el platinado en un susurro, hasta que soltó un largo suspiro—. Está bien.

Carlos se acerca a una parte de la colina en donde se encuentra la bestia para poder llegar a él, este lo analizó con detenimiento mientras gruñía por lo bajo.

—Hola Ben —lo saluda Carlos, teniendo la esperanza de que su amigo lo entendiera—. Soy yo, Carlos.

El chico retrocede inmediatamente al ver como la bestia intentó atacarlo.

—¡Hey, soy Carlos! —grita el chico para que intente reconocerlo—. Me conoces, tú me ayudaste cuando perdí a Chico, yo puedo ayudarte a ti.

Carlos le extiende sus manos hacia él para que le muestre la herida que tiene.

—Buen chico..., bestia —se corrige el platinado al escuchar un gruñido por parte de su amigo—. Eh, rey..., no importa.

El platinado analiza con detenimiento la herida de su amigo, hasta que tomó una decisión, el chico comenzó a contar mentalmente hasta sacarle la espina que tenía incrustada.

Jay, Gil y Harry retrocedieron al momento de escuchar el fuerte rugido del animal que se quejó por el dolor que sintió, mientras que Carlos sonríe orgulloso de sí mismo al conseguir ayudar a Ben de alguna forma.

Ninguno de los chicos se dio cuenta de como Jane apareció a sus espaldas y comenzó a rosear con agua del Lago Encantado a Ben.

Carlos regresa su mirada hacia Jane y no puede evitar sonreír emocionado al poder verla otra vez, el chico se apresura a bajar de la pequeña colina para acercarse corriendo a su pareja.

Los dos comenzaron a hablar al mismo tiempo con emoción y teniendo una sonrisa en sus rostro.

—¡Me alegra que estés bien! —dicen los dos al mismo tiempo, consiguiendo que ambos se rieran.

Los dos se abrazan emocionados, mientras que Jay se encargó de ir por Ben para ayudarlo a caminar.

El hijo de villano se encarga de guiarlo hacia lo que parecía un tronco seco y deja que Ben se siente en este con cuidado.

—Eso fue muy raro —asegura Ben tras recuperar el aire.

—¿Fue? —pregunta Jay divertido, hasta hacer un ademán con sus manos que le indicaba a Ben que tenía algo en el rostro—. Es raro.

El joven rey toca su rostro y siente lo que parecía una barba junto con unos filosos colmillos.

—Creo que necesitas más agua —comenta Jane con diversión hacia Ben que regresó a verla.

—Oh, no... —las palabras de Ben se vieron interrumpidas al momento en que sintió como un chorro de agua cayó en su rostro—. Por favor, podrías... parar.

—Ah, es del Lago Encantado —explica Jane con algo de decepción porque no vio algún cambió en Ben—. Se ve que no puede hacer mucho.

Harry fija su atención en Jane y la analiza con detenimiento, antes de que se acercara a ella lentamente.

—Bueno, bueno, bueno —susurra el pelinegro—. Soy Harry y tú, mi tesoro.

Jane mira confundida y asustada en ambas partes al pirata que se inclinó hacia ella sin perder su sonrisa en ningún momento.

—Eres muy hermosa —asegura Harry a la azabache que se forzó a sonreír a manera de agradecimiento.

—Bueno, sí es hermosa —confirma Carlos mientras abrazaba por los hombros a su pareja—. Y tiene novio, solo para que no se confundan las cosas.

—Un momento —habla Ben tras levantarse de donde estaba sentado y fijar su mirada en Harry que regresó a verlo—. ¿De qué lado están?

—Escaparon de la Isla y se nos unieron —explica Jay mientras tomaba el hombro de su amigo—. Mal y Agatha tienen la brasa de Hades, es la única esperanza que tenemos para poder detener a Audrey, ya te contaremos.

—¿La brasa de Hades? —pregunta Ben incrédulo, recordando lo que pasó con dicho villano—. ¿Agatha volvió a la Isla?

—Te dije que ya te contaremos —le repite Jay—. Tenemos que ir a buscar a Agatha, Mal, Evie y Uma.

—¿¡Uma!? —pregunta Ben exaltado—. ¿Agatha y Uma están juntas?

—¡Ya te contaremos! —corean Carlos, Jane y Jay al mismo tiempo.

Jay empuja a Ben para que comenzara a caminar por el bosque para ir a la casa de Evie, todos siguen al rey, pero Harry detuvo al hijo de Jafar para poder hablar con él.

—Eh, Jay —el mencionado regresó a verlo inmediatamente tras escucharlo decir su nombre—. Gracias por salvarme, guapo.

—Mantén tus manos alejadas de Jane y de Agatha —le pide Jay a Harry que no pudo evitar comenzar a reír—. No creo que a Ben le guste saber que le coqueteas a su futura esposa.

—Como si mi hermosa pelirroja me fuera a hacer caso —se burla el pelinegro, teniendo intenciones de seguir caminando, pero Jay lo detiene tomándolo del brazo.

—Agatha no es tuya y no es un objeto —advierte Jay molesto por la manera en que se refiere el pirata de su amiga—. Ahórrate tus comentarios y mantente lejos de las dos, ya tienen pareja.

Jay sigue caminando y deja a Harry atrás, el pelinegro se ríe un poco antes de seguirlo mientras negaba.


Estoy bastante nerviosa por los próximos dos capítulos a publicar ya que se vendrán bastantes fuertes, quiero hacerlo bien y tengo tanto miedo de que no salga como yo quiero T^T

Tuve intenciones de describir la parte de Evie con Doug con la canción de One Kiss, pero luego me dije que tal vez volviera más aburrido el capítulo, por lo que me abstuve a hacerlo, así que esa parte quedará en su imaginación :D

Lamento mucho si el capítulo de hoy resultó un tanto aburrido, pero más que nada es relleno y la calma antes de la tormenta que se avecina para nuestros protagonistas >-<

¿Qué les pareció el capítulo, hermosas personitas? ¿Les aburrió mucho? ¿Les gustó? ¿Qué creen que suceda en los próximos capítulos que les estoy avisando con antelación que se vendrán algo fuertes?

Me encantaría leer sus teorías acerca de estos capítulos, pero igual me gustaría mucho leer sus comentarios acerca del capítulo de este día.

Recuerden votar y comentar qué les pareció, no olviden que nos estaremos leyendo en una próxima actualización (que espero sea pronto).

Cuídense mucho en donde sea que se encuentren y recuerden de que los amo con todo mi corazón❤️

🌹𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌹


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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