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—¡Un momento! —grita Andrea al momento de escuchar la puerta de su casa ser tocada con fuerza—. ¡Pero que manera de tocar!

Andrea abre la puerta molesta, pero cambia su expresión al momento en que se encontró con cierto rubio.

—¿Puedo ayudarte en algo? —pregunta Andrea analizando con detenimiento el atuendo de Jasper antes de que dirigiera su mirada hacia el auto que se encontraba estacionado detrás de él.

—Necesito ver a Layla —ordena Jasper intentando mantenerse tranquilo y no lastimar a la mujer que veía encantada su auto.

—Siento informarte que ella no esta aquí, desde ayer no sabemos nada de ella —asegura Andrea antes de que se cruzara de brazos viendo fijamente a Jasper.

—Eso es imposible, debieron... —Jasper no puede terminar de hablar, ya que el padre adoptivo de Layla apareció y quedó detrás de su esposa.

—Ella no esta aquí, muchacho —asegura Marco con seriedad analizando con detenimiento a Jasper que cerró sus manos con fuerza—. Además, ¿por qué estas buscando a nuestra hija?

—Según entendí, tú decidiste dejarla porque no estabas interesado en ella —habla Andrea levantando una ceja ligeramente—. Que no eras su tipo.

—Aléjate de mi hija—ordena Marco mientras se cruzaba de brazos—. Ella no te necesita.

Jasper mantiene su mirada en Marco que no alejó la mirada de él, el rubio inclina su cabeza hacia un costado al poder sentir las emociones del matrimonio.

Preocupación, molestia y cansancio.

—Si Layla regresa, ¿podrían decirle que necesito hablar con ella? —pregunta Jasper viendo como Marco sonrió con burla.

—Ya conseguiste lo que querías de ella, déjala en paz y consíguete a otra con quien pasar el rato —ordena Marco descruzando los brazos—. A la mejor amiga de Layla, por ejemplo.

Andrea se aleja de la puerta antes de que Marco cerrara con fuerza la puerta de la casa, Jasper cierra los ojos fuertemente mientras intentaba controlarse.

Marco espía por la ventana y se asegura de que Jasper se fuera en su auto, el hombre suelta un largo suspiro antes de que pusiera los ojos en blanco.

—Tenemos que irnos del pueblo, cuanto antes mejor —asegura Andrea caminando hacia la cocina por un calmante, se encontraba muy nerviosa por lo que le hicieron a Layla—. Con el dinero de ella podremos empezar una nueva vida.

—¿Y qué se supone que haremos con la mocosa? —pregunta Marco incrédulo siguiendo a su esposa ya que quería una cerveza.

—Podemos venderla en el camino, ya nos dio lo necesario para dejarla en paz —dice Andrea con una sonrisa burlona—. Sacaríamos un poco más de dinero al venderla, sabía que terminaría igual que su madre biológica, siendo una prostituta.

—Necesitamos hacer algo con la tal Amelia, ella podría abrir la boca y decirle a la policía —dice Marco mientras destapaba su cerveza y le daba un largo trago.

—O decirle a sus padres —habla Andrea tomando un vaso de agua con la mirada perdida.

—Tendrá el mismo final de Layla —asegura Marco tras tener una idea y sonreír ligeramente—. Las dos son mejores amigas, ¿qué mejor manera de serlo vendiendo sus cuerpos como las prostitutas que son?

—Perfecto, entonces tenemos que ir por lo necesario para hacerlo —dice Andrea al estar de acuerdo con su esposo con la idea que dio—. Tal vez tengamos que pedirle ayuda a él.

—Tendremos que vigilarla por unos cuantos días —dice Marco terminando su cerveza de un trago antes de caminar hacia donde se encuentran las llaves de su auto—. Ya veremos eso, ese tipo me da miedo, si ninguna de las dos decide cooperar se las damos como almuerzo.

Andrea suelta un largo suspiro antes de dejar su vaso de agua a un lado, toma su bolso antes de salir de su casa para seguir a su esposo hacia su auto.

Jasper, por otro lado, se asegura que los Allen se hayan ido antes de correr con velocidad hacia la parte trasera de la casa, justamente a la altura de la ventana de la habitación de Layla.

El rubio entra con agilidad a la habitación de su chica desde la ventana y analiza el lugar con detenimiento.

Jasper camina por la habitación en completo silencio antes de darse cuenta de un retrato mediano que tenía Layla en una de sus mesitas de noche junto a su cama.

El vampiro no evita sonreír ligeramente viendo la foto con detenimiento y recordando ese momento, el chico acaricia con delicadeza la parte de la foto en donde se encuentra Layla.

—Mi chica del café —susurra Jasper sonriendo ligeramente y analizando con detenimiento a Layla en la foto.

La foto había sido tomada por Alice el día del cumpleaños de Layla, Jasper se encontraba tomando de la cintura a Layla que sonreía hermosamente.

La castaña miraba hacia la cámara teniendo un hermoso brillo en su mirada, se veía tan radiante ese día, Jasper se encontraba admirándola e ignoraba el hecho de que Alice les tomó una foto.

En la mirada del rubio se podía ver la adoración que sentía hacia Layla, se podía ver la intensidad con la que la amaba y ella no podía darse cuenta.

—¿Dónde estás, cariño? —pregunta Jasper en un susurro volviendo a acariciar con delicadez la parte de la hermosa foto en donde se encuentra su chica.

En la pequeña habitación lo único que se escuchaban eran fuertes golpes, varios sollozos femeninos y gritos de dolor por parte de una joven que perdía las esperanzas poco a poco.

—¡M-Marco, por f-favor! —solloza Layla casi inconsciente sintiendo como el mencionado se encontraba golpeando sus costillas con fuerza.

—Me arrepiento tanto de haberte adoptado —dice Marco con rencor tomando con fuerza el cabello de Layla para que lo mirara fijamente.

—Por f-favor —suplica Layla con dificultad, ya que se encontraba casi inconsciente, Marco llevaba varias horas torturándola.

—Me alegra tanto que tus padres biológicos se hayan muerto, así pude conseguir un ingreso extra, lo único malo es que tú venías incluida con ese dinero —dice Marco tomando con fuerza la mandíbula de Layla para que mantuviera su mirada en él—. Tú merecías el mismo destino que ellos.

Marco quita los rastros de sangre que tenía Layla en sus labios antes de analizar su rostro con detenimiento.

—Hasta ahora me doy cuenta de lo mucho que creciste —susurra Marco para sí mismo analizando el cuerpo de Layla con detenimiento.

Layla cierra los ojos fuertemente y derrama varias lágrimas al momento en que sintió las manos de Marco por sus muslos descubiertos.

La chica se encontraba en ropa interior gracias a sus padres adoptivos, ellos le habían quitado la ropa que tenía puesta y la habían dejado que se muriera de frío por la temperatura que tenía el pequeño cuarto.

—Aleja tus manos de ella —habla una voz masculina que consiguió que Marco detuviera su camino hacia los senos de Layla.

Marco maldice por lo bajo antes de alejarse de su hija adoptiva que temblaba ligeramente, Layla intenta fijar su mirada en el hombre que se acercaba a ellos, pero su mirada era borrosa por las lágrimas y el cansancio.

—Si tan necesitado estas, ahí tienes a tu mujer —habla el desconocido analizando con detenimiento a la joven que lo veía desde el suelo.

Layla se encontraba en el suelo, sus muñeca se encontraban alzadas y amarradas con varias cuerdas, de hecho ya se encontraba herida de esta zona, ya que había intentado soltarse. Sus piernas también se encontraban amarradas ya que ella había pateado a Marco hace varias horas atrás.

Layla intenta retroceder al momento en que se dio cuenta del color de los ojos del hombre que se agachó para que quedara enfrente de ella.

—Eres más hermosa de lo que creí —habla el vampiro admirando los ojos de Layla—. Jasper sigue teniendo los mismo gustos, eres idéntica a ella.

Layla cierra los ojos al momento de escuchar el nombre de su chico, el vampiro sonrió ligeramente al darse cuenta de la reacción de la joven.

—¿Por qué nunca tuvo el valor para convertirte en una de nosotros? —pregunta Clay para sí mismo antes de que soltara un largo suspiro con falsa pena—. Que divertido, las dos tendrán el mismo final junto con el pequeño.

Clay pasa su dedo índice por el pómulo de Layla en donde tenía un rastro de sangre fresa, el vampiro cierra los ojos y gruñe con satisfacción al momento de probar la sangre de la joven.

—Déjeme ir —suplica Layla en un susurro viendo la pequeña sonrisa que apareció en el rostro del vampiro.

—De verdad quiero hacerlo preciosa, pero necesito que te quedes aquí —asegura Clay retomando una postura derecha mientras veía a Layla—. Yo solo te utilizaré unas horas, tus padres se harán cargo de ti después.

Clay sonríe al escuchar los sollozos de Layla, antes de que esta se diera la vuelta para caminar hacia la puerta de la habitación.

—Estén atentos de ella, no quiero enterarme que la tocaste indebidamente o te arranco las manos —amenaza el vampiro a Marco que asintió con velocidad—. Luego beberé cada gota de sangre de tu cuerpo, créeme que será un proceso muy divertido.

—Entendido —responde Marco con velocidad viendo como Clay sonrió con burla.

Clay mira una última vez a Layla que intentaba mantener los ojos abiertos.

—Idéntica a Valeria —susurra Clay antes de darse la vuelta y salir de la pequeña habitación.

La verdad me dolió mucho la parte de Jasper cuando entró a la habitación de Layla, la manera en que lo describí me llegó al corazón y el escuchar Saturno de Pablo Alborán no ayudaba mucho, sentí ganas de llorar :c

Lo siento mucho hermosas personitas, les dije desde un principio que Layla no tenía casi las de ser feliz u-u

Espero que les haya gustado el capítulo hermosas personitas, nos vemos en una próxima actualización <3

Quería desearles una Feliz Navidad, ayer se me olvidó completamente el publicar un capítulo sorpresa... así que decidí subirlo hoy para estar un poco más tranquila.

A manera de disculpas por no haber publicado el capítulo ayer, haré un maratón de dos capítulos, así que voten y comenten mucho porque si llegamos a más de veinte comentarios publicaré el siguiente capítulo dentro de unas horas <3

Los amo❤️

🎄Maratón 1/2🎄

☕𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀☕

Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.