❝I want your Belly ❞

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— Olly, Olly. 

 La peligra despierta por las pequeñas sacudidas en su hombro. 

 — Estamos en el aeropuerto. 

Algo molesta se quita los auriculares y los pone en su mochila junto al teléfono.

 — Tranquila, podrás dormir en el avión hasta Jeju. 

 Asiente con la cabeza y perezosamente se pone de pie para poder bajar. Afuera la lluvia es más leve, tal parece que fue un chaparrón. En orden retiran los equipajes y caminan junto a los profesores y los guías de la empresa contratada que los esperan en la entrada. 

Dos chicos guapos y jóvenes, vestidos con remeras y gorras anaranjadas que llevan el logo de la compañia, los saludan a todos y los invitan a seguirlos por el aeropuerto para poder realizar el check-in. 

Tardan un poco, pero finalmente están abordando el avión. Suerte o coincidencia, a Hyeju y Yerim les toca juntas, mientras que a Chaewon y Yeojin las sientan por separado con otros compañeros. Las hileras de tres asientos se ocupan, junto a las amigas se acomoda Jiyoon, una de las compañeras de Gowon. La castaña y Choerry mantienen una plática tranquila, mientras que Son, regresa a la tarea de tomar otra siesta hasta que el avión aterrice. 

 Disfruta de un cómodo sueño después de seguir las indicaciones del piloto en la cabina. Sus audífonos reproducen una canción de Chase Atlantic en un suave volumen, la gorra le cubre los ojos de la luz y la camisa que lleva la protege del fuerte aire acondicionado. Todo es perfecto.

 Para cuando despierta, es porque su playlist está en pausa y el sonido de aplausos le hacen dar un brinco. 

 — Hola bella durmiente, acabamos de
aterrizar — Yerim le informa, ella solo guarda sus pertenencias y se pone de pie cuando se lo indican. Está algo adormecida. 

 Unas pequeñas manos le toman los hombros con dificultad. 

 — ¿Dormiste bien?

 — Mm sí. 

 — Qué bien, ahora tendrás energía para el día. 

 En el aeropuerto de Jeju hay tres combis de la empresa que los llevan hasta el hotel, el camino es divertido, el clima es cálido como Mina lo predijo. 

 — Creo que voy a cambiarme cuando lleguemos — murmura Son. 

 — Yo igual — responde su amiga.

 Arriban a destino, y como antes, deben formarse para recibir las llaves de sus habitaciones que gracias al cielo son a elección. Yeojin corre al mostrador por una razón, y salta victoriosa cuando consigue lo que quiere. 

 — Habitación para cuatro — dice contenta. 

 Hyeju se alza de hombros, está bien por ella, mientras comparta con personas de confianza todo estará bien. Tiene sus razones, sus amigas lo saben bien. 

 En la recepción ven a Kino junto a su novia, están tomados de la mano, son conscientes que estarán separados por orden de los maestros y los coordinadores, asi que es una simple despedida por un par de horas. 

 — Hye, iremos subiendo. 

 — Las alcanzo en un momento. Las chicas se dirigen al elevador, llevándose la maleta de la coreana. 

 El deportista pasa a su lado sin decir nada, está por pedir la llave de su cuarto. La pelinegra cree que es seguro irse, así que camina hacia los elevadores, pero alguien la retiene. Soeun le mira con una expresión algo rara en ella, una sonrisa amable. 

 — Hyeju-ah. 

 — Dime. 

 — Es una sorpresa que vinieras, y no sé si tú ya tengas habitación, vi que Chaewon se fue con otras chicas. Con mis amigas tenemos espacio en nuestro cuarto — Enseña a dos adolescentes detrás de ella  —. ¿Quisieras acompañarnos? 

 — Soeun, yo-

 — Por favor, Hye, tengo buenas intenciones. 

 El dorso de su mano le acaricia el rostro, y baja por su hombro para darle un apretón. Hyeju le toma el brazo y quiere apartarla, pero entonces una presencia masculina camina con gran velocidad hacia ellas.

— Suelta a mi novia. 

 — Amor, ella quiso llevarme a su habitación, ve a saber qué planes tendrá. 

Se lanza a los brazos de su novio con fingido miedo. Maldita perra descarada. Piensa Olivia. 

 — Escúchame bien, jodida anormal, siquiera se te ocurra volver a ponerle una de tus manos encima, porque no la contarás. 

 — Cómo quieras — Responde ella y se aleja. Debió haber subido antes. 

En la habitación no hay más que risas y alboroto, las tres muchachas que llegaron primero ordenan los armarios con su ropa y exploran el cuarto que parece más un pequeño departamento, con pasillo interior incluido y división de dos dormitorios con dos camas por cada uno.

 — Olly, te dejé los cajones para ti y algunas perchas para tus camisas. 

 Indica Gowon, quién compartirá uno de los cuartos con ella. 

 — Gracias Wonnie. 

 — Oye, ¿te pasó algo? 

 Pregunta al notar su cara sin expresión. 

 — Soeun y Kino. 

 — ¿Qué te hicieron? 

 Yeojin se entromete y presta atención, lista para bajar y desterrar de la isla a ambos de una patada en el trasero. 

 — Soeun quiso llevarme a su habitación con sus amigas, me estaba tocando un poco, ya saben.

 — ¿Te tocó ahí?

Dice alarmada Yerim, a lo que la azabache niega rápido y pide disculpas por haberse expresado mal. 

 — El rostro y el brazo, cómo hacen las chicas con los del equipo. En fin, Kino nos vio y ella fingió que yo estaba tratando de llevarla a mi cuarto. El muy idiota le creyó y me amenazó. 

 — ¡Esa estúpida perra! Maldita descarada, la detesto. 

 Gowon habla encolerizada, es tan extraño oírla decir groserías, pero está enojada, celosa, nadie tiene porque insinuarle cosas a su inocente pelinegra, mucho menos una regalada como Soeun. 

 — Cálmate Won. 

 Para sorpresa de las otras, Son es quien la toma por los hombros y envuelve su pequeño cuerpo entre sus brazos. La rubia queda con el rostro contra el pecho de su amiga más alta, aspira su dulce perfume y trata de tranquilizarse, pero al contrario, su corazón late mucho más rápido y siente sus manos comenzar a sudar. Como puede se aparta, tiene las mejillas rojizas. Las otras lo notan pero deciden callarse para no arruinar el momento. 

 — Perdón. 

 — Tranquila Wonnie, sabes que ella nunca tendrá alguna chance, siquiera pequeña, de estar cerca de mí. 

 La voz de Olivia es suave, más que de costumbre, ella es honesta respecto a sus sentimientos, cosa que hace a los hermosos ojos de Gowon brillar con emoción. No quiere ser tan obvia, pero es casi imposible. 

 — Bien... Creo que nosotras iremos a cambiarnos. 

 — Pero. 

 — Vamos Yerim— Yeojin jala a su compañera y se escucha la puerta del dormitorio de al lado siendo cerrada. 

 — Yo también voy a cambiarme — Anuncia la de hebras doradas.

De sus prendas recién acomodadas, toma un bonito vestido de color verde muy claro y sus zapatillas blancas. Se quita la camisa rosada a cuadros y la remera blanca. Hyeju se colorea de carmesí cuando gira el rostro y se topa con la figura semidesnuda de su amiga. No es la primera vez que la ve así, pero sigue siendo tan pudorosa que jamás dejará de sentirse apenada. 

 Se lleva las manos a la cara, cubriendo sus ojos, pero como toda curiosa, para saber si ya puede voltear a ver, entre abre sus dedos y se deja mirar apenas. Peor aún. Chae está ahora sin los jeans. La azabache se siente mareada ante tanta piel al descubierto. 

 — Hyeju, sé que estás mirando. 

 Apenada se gira y queda boca abajo sobre su cama. Chaewon se ríe de ella. 

 — Tranquila, ahora no me da pena, estuve yendo al gimnasio. 

Dice presumida y se acerca a la más alta que aún sigue con el rostro enterrado en las sábanas limpias. 

 — Mira, ¡Ya tengo abs! 

 Son se gira de inmediato, su ceño fruncido adorablemente. 

 — Pero, a mí me gustaba tu barriga de bebé. 

Su lindo puchero mientras observa el vientre plano y con una fina línea marcada en el medio. Por un momento se olvida de que Chaewon está casi desnuda, así que estira la mano y acaricia su piel. 

 — H-hye — llama alarmada.

Entonces la nombrada cae en cuenta de que tiene las bragas de la rubia frente a su cara. Las dos están rojas y estáticas, completamente congeladas cuando la puerta se abre y Yeojin queda tan tiesa como una estatua. 

 — Creo que volveré luego. 

 — ¡Oh mierda! — Se escucha exclamar a Yerim fuera de la habitación. 

El primer día comienza con una excursión, un catamarán que les permite tomar buenas fotos y observar la naturaleza de la isla. Regresan a la hora del almuerzo, Hyeju contenta por haber llevado la cámara Polaroid que Nayeon le obsequió por su cumpleaños. Tiene muy buenas fotos, entre ellas algunas con su mejor amiga.

Está decidida a agregarlas al mural de su habitación, dónde tiene una linda pizarra con muchas fotos de ella y las demás. Las guarda bien al llegar al hotel, no quiere accidentes mientras come.

El almuerzo buffet mantiene entretenidos a todos, incluso a Yeojin y Yerim que ocupan sus bocas para comer y no hablar.

— Al fin, creí que no iba a tener silencio nunca — bromea la azabache.

— No por mucho.

— Ojalá que sí.

Disfrutan la comida tranquilas, obsequiándole la tranquilidad que merece a Hyeju. Para cuando se retiran del comedor, los coordinadores les dicen que descansen por el día, que son libres el resto de la tarde para aprovechar  la playa, ya que al día siguiente tienen una agenda ocupada con actividades de excursión. 

La Son menor le envía algunas fotos a su madre para dejarla tranquila, luego sube al dormitorio, se cepilla los dientes en el baño privado y opta por quitarse los pantalones para dormir un rato. Está sola, sus amigas se quedaron abajo, cosa que la deja caer en el mundo de los sueños muy rápido.

Para cuando las chicas suben, se encuentran con la imagen de la pelinegra boca arriba, con las piernas separadas y en ropa interior. La camiseta no es suficientemente larga para cubrir sus boxers que precisamente no son nada sueltos.

— Ah pues, con confianza, ni pregunte — dice Yeojin. Yerim le da un empujón evitando reírse.

— Creo que la dejaré dormir, ella no debe haber descansado anoche por la ansiedad.

La rubia que la conoce mejor que nadie, solo toma la sábana que está a los pies de la cama y cubre la cintura de Hye para no tener que llevar los ojos a sus bien formados muslos y pantorrillas, mucho menos a la zona central entre sus piernas. 

— ¿Qué harán ustedes? — pregunta en susurros.

— Vamos a dar una vuelta por las tiendas y después a la playa.

— Las acompaño.

Las tres salen de la habitación, dejando las llaves dentro por si Hyeju se despierta y desea salir. Claro que esto no ocurre hasta que siente unos golpes en la puerta.

Se levanta algo desorientada, el sol se filtra por las cortinas, aún es de día. Sin considerar su estado, abre, sus tres amigas están allí, Yerim viste un sombrero que al parecer es nuevo, mientras que Yeojin y Gowon tienen paletas heladas en sus manos.

— Buenas tardes ¿podemos pasar? O tienes a alguna amiga ahí dentro.

Hyeju rueda los ojos con una sonrisa y se hace a un lado. Pero en eso siente un golpe en su trasero.

— Lindos boxers — Le dice Yeojin con malicia.

Ella se mira, poniéndose roja cuando se da cuenta de que está sin pantalones, y peor aún, su miembro parece haber despertado un poco tras la calurosa siesta. Porque sí, antes de despertar, había estado teniendo sueños con algunas interferencias de por medio, imágenes de Chaewon en su bonita ropa interior. 

Al recordarlo se siente abochornada, no cree que sea correcto ver a su amiga de esa forma, menos cuando ella es tan dulce, pura y pequeña, siente que la está corrompiendo, aunque sea en sueños. 

— Olly, ¿Todo bien en esa cabecita?

La manitos de Chae le rodean la cintura, Olivia le mira desde su posición y acaricia su cabello rubio como si fuese el cachorrito de labrador.

— Sí.

— ¿Quieres venir a la playa con nosotras?

— No lo sé, hace calor y no sé que piensen al verme en traje de baño.

— ¿Traes traje de baño? — pregunta casi con emoción.

— Mina lo empacó, es... Un bikini negro.

Gowon se lleva las manos a la boca con gesto de sorpresa.

— Puedo usar un short debajo, ya sabes para que — dice la azabache —. Pero no sé, seguro que casi todos están ahí fuera.

— Sí, ¿pero qué importa?

— Tú tienes un cuerpo genial, obvio no te importa lo que los demás digan de ti.

— Olly, también tienes un cuerpo bonito — le dice.

— No, Wonnie.

Agacha su mirada, siente su inseguridad aparecer, sus ojitos pican un poco signo de que quiere llorar. Ella tiene miedo, de lo que pueden decir los demás, de lo que Kino puede llegar a hacerle, exponerla en público, sería lo peor.

Su amiga lo nota, entonces le toma las manos y habla segura.

— Hye, tu cuerpo es lo más bonito que he visto.

No le importa que sus mejillas estén rojas al momento de confesar eso. La nombrada levanta la mirada y su boquita se entreabre, sus cejas se arquean en signo de confusión.

— ¿Cuándo... Tú cuando?

— El otro día en mi casa — confiesa —. Eres ardiente, Son Hyeju, y no quiero que ese tarado huevos chicos ni nadie más te haga sentirte insegura de lo que eres. Porque te conozco, Olly, eres realmente la persona más hermosa que existe. Yo te adoro así.

Chae se pone de puntas de pie y besa suavemente cada mejilla de la más alta, dejando a Son con el corazón desbocado y una sonrisa en sus peculiares labios.

— Yeojin, ¿Me ayudas?

Yerim sostiene el recipiente de bloqueador solar, está arrodillada de espaldas sobre su toalla. La bajita accede y se acerca a ella, pero justo al tener la crema en sus manos, escucha a la castaña exclamar.

— ¡Santa Madre de Dios!, mejor que me lo ponga ella.

Tanto la rubia como la otra giran la cabeza y ahora entienden a su amiga. Caminando por en medio de la playa viene Hyeju, vestida tan solo con su traje de baño negro de dos piezas y un pequeño short deportivo del mismo color. Su cabello suelto se sacude por la brisa cuál escena de Hollywood mientras se pasea confiada con sus lentes de sol y la toalla sobre un hombro.

No hace falta mencionar que a más de uno se le escapan las babas ante tal imagen, especialmente a los del sexto B, varios están colados por la azabache. Pero también hay otros, como Soeun, que deja de prestarle atención al partido de voley de playa de su novio cuando la chica pasa cerca de ella meneando esa pequeña cintura que tiene.

— Hola señoritas.

Ella sonríe a las tres adolescentes sentadas bajo una gran sombrilla, la miran con la boca abierta, casi como congeladas.

— Qué guardado te lo tenías — comienza su compañera de asiento.

— Lo siento Gowon, pero me la quedo — Yeojin salta y se aferra a Olivia, quién solo trata de esquivarla un poco.

— Tú no te quedas a nadie.

De un jalón Yerim la sienta junto a ella y la devuelve a su tarea de cubrirle la espalda con protector solar.

— ¿Van a nadar?

— En un rato, primero vamos a jugar un torneo de Voley ¿Quieres acompañarnos?

— Mmn está bien, solamente déjenme ponerme esta cosa.

Toma su propio bloqueador y comienza a esparcirlo por sus brazos, piernas y rostro. Pero se le hace dificultoso llegar a su espalda. Así que con un poco de pena, llama a la rubia.

— Wonnie.

— Claro.

Sin chistar se levanta y ayuda a la más alta con la crema para el sol. Sus manitos se mueven por la espalda de la pelinegra, tocando los pequeños músculos en la zona. Se mordisquea el labio cuando llega a la cintura y su amiga le pide que también le coloque un poco en el abdomen.

La piel es suave en conjunto con el firme vientre, sin duda, el baile y el ejercicio le están afectando bastante a la menor.

Del otro lado, varios parecen querer hacerla pedacitos con sus ojos, envueltos en la envidia de no poder tocar la magnífica anatomía de la atractiva coreana.

— Gracias.

— Es un placer.

— ¿Tú necesitas ayuda?

— Solo en los hombros.

Gowon está en un short de jean y su camiseta blanca que anteriormente usó para viajar. Se la quita y baja los tirantes del sujetador del bikini. Las manos fuertes de Hyeju son suaves al tacto, con cuidado y algo de rapidez esparce el protector y coloca los elásticos en su lugar. Su rostro rojito le hace ver muy tierna.

— Gracias Olly.

No puede responder, queda sorprendida cuando recibe un beso en la punta de su nariz.

Los grititos de sus amigas se hacen notar ante tal escena. Definitivamente, ellas saben que no pasará mucho para que esas dos terminen de romper la tensión existente. Únicamente queda que Hyeju deje su timidez y rechazo de lado, y que Chaewon se atreva un poco más.Y ellas saben bien como lograrlo.

Por eso después del partido, mientras la rubia y la azabache se alejan para jugar un rato en el mar junto a otros compañeros, ellas hablan con las chicas y chicos del consejo estudiantil para organizar un juego en conjunto.

Este se lleva a cabo cuando cae la noche, ya todo está más tranquilo, algunos se encargan de armar un gran tapete improvisado con las toallas para quienes no quieran sentarse en la arena, y llaman a todos a formar un círculo.

Hyeju llega nuevamente a la zona de playa, fue al hotel a buscar dos suéteres para ella y su mejor amiga, ya que el aire comienza a soplar haciéndose algo fresco. De inmediato se arrepiente de regresar, es la única de pie entre la enorme ronda de adolescentes. Supone que la ronda de confesiones y retos está por comenzar.

Oh no.

Está a punto de arrojarle el suéter a Gowon y salir corriendo, pero tan pronto como lo piensa, ya tiene un espacio junto a dos de sus compañeros para tomar asiento.

— Vamos Son, no tenemos toda la noche.Dice Kino de mala gana, ella solo se sienta con las piernas cruzadas y suelta un suspiro.

— Bien, como saben, esto es algo que dejaremos entre nosotros para fortalecer la relación del grupo en estos días.

La coreana tuerce los labios ante el discurso improvisado de Jisun, es obvio que será todo lo contrario, hay más de una cosa que puede salir mal allí, ese «juego» tan solo es otra forma de exponer su privacidad a los idiotas de la clase. Pero quién es ella para frenar lo que han organizado. No quiere ser molestada por miedosa o aburrida.

— Okay, ¿Quién quiere comenzar?

Uno de los chicos al extremo levanta la mano, entonces se toma ese orden.

Al principio el juego comienza tranquilo, cosas cotidianas, anécdotas, travesuras de la escuela y bromas a los profesores que sacan más de una risa, pero luego como es de esperarse, las preguntas suben de nivel y comienzan a tomar un camino más sexual y acorde a la edad de los pubertos.

Hyeju se refugia en las mangas de su sudadera, es raro oír esas cosas, desde si alguna vez despertaste desnudo en un lugar público, hasta la experiencia más rara perdiendo la virginidad. Ella no es inocente totalmente, pero tampoco es muy amena respecto al tema del sexo, sus hormonas a veces si están algo alborotadas, pero normalmente ella es tranquila.

Para su mala suerte, es su turno, no quiere más que una ola venga y se la lleve o que un agujero se abra en la arena y la trague. Sabe que puede pasar de pregunta, pero siendo Choi Yeonjun quien está a cargo ahora, sabe que cada interrogante será peor que el otro.

— Veamos Son, danos tres detalles de tu primera vez que jamás vas a olvidarte.

¿Primera vez? ¿Qué? Joder, ella aún es virgen de pies a cabeza, apenas y se ha podido tocar sola unas tres veces y necesitó como dos días para que la vergüenza se le fuera. Su vida amorosa es nula y la social muy corta, es obvio que sigue siendo más casta que una monja dentro de un convento. Bueno, cree que incluso ellas tienen interacciones más interesantes de las que ha podido tener en sus cortos dieciocho años.

— Cuéntanos Hye.

Los ojos morbosos de algunos la ponen nerviosa, en especial esos gatunos orbes de Soeun que la miran atenta. Yerim, por otro lado, suelta un comentario para darle aliento, aunque ella por dentro está tan nerviosa como su amiga.

— Yo... — comienza a titubear con voz rasposa, su mente está en blanco.

Ella sabe que esto fue una mala idea. Ahora será el centro de burlas el resto del viaje.

Mirando a todos lados, sus ojos caen sobre la pequeña rubia a unos cuentos pasos de distancia, Chaewon, al igual que ella juguetea con las mangas del fino suéter blanco que lleva puesto.

— No me digas que aún no hiciste nada — indaga con una mueca burlona Kino, haciendo reír a sus amigos.

Las miradas cada vez son más insistentes, Olivia siente una presión enorme, al punto que sus ojos vidriosos suplican ayuda a algún ángel que ande por allí y la escuche. Y ese angelical ser es la bonita rubia que con su voz suave toma la palabra.

— Hye si perdió su virginidad, y fue conmigo.

La vergüenza estalla en la cara de las amigas, Yerim y Yeojin miran fijamente a la de cabellos negros, tratando de adivinar si es mentira o una verdad muy oculta. La risa del grupo de varones se escucha, otros al igual se carcajean, es cierto que ellas pasan mucho tiempo juntas, sin embargo, nadie cree que lleguen a ese límite.

— Es verdad, fue en mi casa a principios
de año — continúa Park, invitando a que su amiga le siga la historia.

— Vaya, esto se puso bueno — silba Yeonjun.

Luego de unos minutos de detalles algo subidos de tono y expresiones de asombro, continúan la partida.

La chica susurra un silencioso «gracias», su cuerpo completo arde, y no piensa que Gowon esté distinta a ella. De alguna forma el improvisado relato despertó más de una sensación en ambas.

Cuando los profesores van a buscarlos para regresar, Yerim se acerca a Hyeju junto a Yeojin, comienzan a interrogarla, por lo que como puede se escapa de ellas y corre hacia las escaleras de piedra que dirigen al hotel.Pero en su intento de huida choca con alguien.

— Olly, ¿estás bien?

— Sí, sí.

Mantienen en silencio y sus mejillas no tardan en ponerse coloradas, a su lado los chicos pasan y hacen comentarios insinuantes hacia ambas, incluso una que otra propuesta de dormir con ellos esa noche.

—Yo... Chae, gracias por salvarme, te debo
una — Dice cuando nadie viene detrás de ellas.

— No es nada, pero sí, me debes una por la vergüenza.

Sueltan una risita y se agarran las manos para caminar a su cuarto. Suben por el elevador y al llegar ven como sus amigas están tomando sus almohadas a punto de irse.

— ¿Qué hacen?

La pareja se dedica una mirada.

— Pues, creemos que tú y Hye quieren tener un rato a solas, estaremos en el cuarto de Jiyoon y Jihan.

Sin que tengan tiempo de protestar, las jóvenes se marchan soltando risitas traviesas. Hyeju solo rueda los ojos y se desploma en el colchón, mientras que su amiga rubia toma un pijama y se dirige al baño.

— Me daré una ducha, ahora regreso.

Al marcharse, la chica sobre la cama cierra los ojos, a su mente vuelven imágenes de su amiga con su traje de baño turquesa, el cabello húmedo y las pequeñas gotas de agua cayendo por su piel blanca ahora algo bronceada por el fuerte sol de la tarde. A decir verdad, Gowon es preciosa, ella lo reconoce, pero nunca le ha prestado tanta atención, o quizás había imaginado tanto que debía guardarlo en su mente y no dejar que esos pensamientos impuros salieran a la vista.

Se relame los labios resecos, no, no está bien pensar en toda esa piel mientras la pequeña se baña, y peor aún, no está bien comenzar a tener una erección cuando la voz acaramelada de la rubia envuelve sus oídos con el relato de hace rato.

«Ella es realmente buena, pero un poco posesiva, me dejó las muñecas marcadas con sus manos»

«Creo que jamás me había venido tan duro en mi vida»

«La boca de Hyeju es simplemente majestuosa»

Su respiración se acelera, es obligada a abrir los ojos porque siente las pisadas de Chaewon entrando en el cuarto. Como un rayo ella se levanta, tomando su toalla y dando un portazo en el baño.

Necesita bajar la temperatura corporal.

Las luces están apagadas en la habitación, el ruido de las sábanas en la cama de Chaewon se escucha, su edredón la cubre suavemente. Hyeju aún no puede dormir, su mente es un maldito caos de todo. Tiene muchas dudas al respecto de lo que pasa.

— Wonnie.

— Dime— . Su voz fastidiada le hace reír.

— No voy a dormir si no digo esto, es algo tonto, pero cuando inventaste lo de la primera vez, parecías saber mucho del tema — su voz bajita hace a la rubia abrir sus ojos lentamente en la habitación levemente iluminada por la luna.

— Bueno, sé algunas cosas.

— Wonnie...

— Hyeju ¿quieres preguntarme si soy virgen?

Sin rodeos. La respuesta afirmativa de la pelinegra es igual de directa.

— Lo soy.

Olivia quiere darse un golpe, claro que lo es, a la rubia igual que a ella no se le conoció pareja alguna, siquiera su familia, ella siempre dice que no encontró alguien de su interés, claro, hasta el último tiempo en que había revelado estar interesada en alguien, pero que esa persona no lo estaba en ella.

Su madre ya sabe de quién se trata, su pequeña está enamorada de su mejor amiga, y la idea le parece encantadora. Park no miente cuando dice que su familia adora a Hye, desde que la pelinegra llegó presentándose tímidamente como una amiga, llevando una bandeja de galletas hechas por su hermana mayor.

Torpe, dulce, inteligente y carismática. Todo eso y más hacen a Hyeju una persona encantadora.

— Perdona si te incomoda.

— Claro que no, sabes que puedes preguntar lo que sea.

— Pero esto es un tema algo privado.

— Olly, creo que sabes que incluso te contaría eso si pasara, pero por ahora, puedes estar segura de que no ocurrirá.

— Aún nos quedan unos días, mi hermana dice que pasan cosas así en estos viajes.

— La persona que me gustaría para mi primera vez no puede mirarme a los ojos sin ponerse colorada, lo veo casi imposible.

— ¿O sea que existe?

Por alguna razón Son se siente rara, su corazón bombea más rápido, le falta el aire, como cuando te asustas.

— Tonta.

— ¿Quién es?

— Hyeju vamos, no bromees, sí sabes.

— No, dime quién es.

— Duerme Hye.

La chica se para de su cama y trepa sobre el cuerpo pequeño de su amiga.

— Wonnie, dime quién es.

Tan insistente como una niña, Park sabe que no parará hasta que le diga. Enciende la lámpara a su lada, sus rostros se iluminan por la luz amarillenta. Ahora Chaewon sabe que puede mentirle o decirle la verdad. Y ella siempre es honesta con su mejor amiga.

— Eres tú.

— ¿Qué?

— Eres tú con quién quiero tener mi primera vez— suelta entre dientes.

Hyeju se sienta, aún sobre su cuerpo. Sus manitos tiemblan, entonces Gowon las toma y la calidez las conecta.

— ¿Es por eso que... Tú dijiste todo eso?

— Sí Hye, he tenido un par de sueños contigo.

— Ya veo.

Se quedan en silencio hasta que Hyeju toma aire para poder contestar.

— ¿Por qué yo? — Chaewon no dice nada, solo gira el rostro para no mirar a los profundos ojos de su amiga.

— Wonnie ¿Por qué yo?

Repite y le toma el mentón para girar su cabeza y tener vista plena de su rostro otra vez. La nombrada traga saliva nerviosa, nunca espera iniciativas de ese tipo por parte de la más alta.

— ¿Qué no es obvio? — su voz sale apenas en un susurro —. No te das cuenta, pero siempre quiero estar cerca de ti, incluso hoy, Hyeju, me interesas.

— Y tú a mí.

— No como amiga, Olly, tú me gustas de verdad, y me gustas mucho.

La carita de cachorro confundido de la pelinegra hace que la bajita tenga ganas de darle un par de golpes y llenarle la cara de besos al mismo tiempo.

— Gowon.

— Yo sé que no te gusto, me lo dejas en claro siempre que me dices que no quieres nada con nadie.

Entonces Olivia se siente culpable, puede sentir el dolor en la voz de su mejor amiga. Con el corazón yendo a mil por hora, acerca sus manos unidas a su pecho y se inclina un poco para acercarse al bonito rostro de muñeca que tiene su compañera.

— Nunca dije que no quisiera nada contigo.

«OH POR DIOS»

«QUE ESTOY DICIENDO»

Piensan las dos al mismo tiempo.

— ¿Qué?

— ¿Qué?

Las dos se ríen por su torpeza mutua, definitivamente, están destinadas a estar juntas, ya sea como amigas o algo más. Algo que Chaewon viene deseando hace mucho y que ciertamente, la menor de ambas por algunos días no se atreve a pensar.

— ¿Estás borracha Son Hyeju?

— Si tomar una soda cuenta como eso, entonces sí.

— Tonta.

— Me encanta tu sonrisa.

Los ojitos de la mayor se hacen pequeños al escuchar el halago, su amiga es una maldita masita acaramelada.

— A mí me encantan tus labios.

— ¿Y entonces por qué no los tomas? — La sonrisa de Gowon se desvanece, el agarre de sus manos se aprieta nervioso.

— No juegues.

— No juego, de verdad, tú... Tú puedes besarme Wonnie, yo lo quiero.

Hyeju se las arregla para no enredarse con sus palabras, sintiendo cómo su cuerpo sube de temperatura y tiembla levemente por el frío del aire acondicionado en la habitación. La rubia mira la boca de su amiga, esos labios tan suaves y peculiares.

— Incluso, puedes hacer más que besarme.

Ve los belfos moverse, se queda hipnotizada con el sonido de la voz de la azabache tan cerca suyo.

— ¿C-cómo?

— Me dijiste que quieres tener tu primera vez conmigo, aquí me tienes.

— Hye, ¿Qué dices? Siquiera tenemos algo, no quiero arruinar todo solo por algo que pensé un par de veces.

— Wonnie, no vamos a arruinar nada, yo lo quiero tanto como tú, no he dejado de pensarte.

El rostro de Hyeju cae a centímetros de los de Chaewon, su boca quema en anticipación. La bajita sigue murmurando cosas, cosas que hacen a Olivia rodar los ojos y tomar la iniciativa de una vez por todas

.— No puedo borrarme el recuerdo de verte sin ropa, Wonnie, eres lo más lindo en mi vida, estoy a tus pies otra vez como cada día, aunque parezca que no lo quiero, desde que estás aquí no puedo quitarte de mi mente.

Sin más sella sus labios en un dulce beso, al principio es torpe, un roce de labios inexpertos, pero que gracias a la poca experiencia previa de la rubia, se vuelve más rítmico. Sus belfos chocan entre suspiros, están nerviosas, pero sobre todo felices de al fin haberse lanzado a una oportunidad.

— Quiero besarte la noche entera — susurra Hye con una sonrisa, los labios de la rubia la tienen encantada.

— Pues yo quiero amanecer contigo.

La pelinegra se levanta para poder quitar el edredón que las separa, y rápidamente trepa a horcajadas sobre las caderas de su bajita amiga, esta vez, los brazos de la misma envuelven el cuello de la coreana, deja que las manos levemente toscas de la más alta jalen de ella para sentarla en la cama y así facilitarse la tarea de quitarle su camiseta a la par que le regala caricias y cosquilleos por sus costados.

La remera cae en el suelo, Gowon sonríe con un brillo adorable en sus ojos y se tira hacia su menor que la recibe para un nuevo beso, quedando ella debajo ahora. Sus bocas se conectan sin mucho más que decir, sus cuerpos hablan por si solos, se buscan con desespero y acoplan cada espacio de piel hasta no dejar nada lejos de la otra.

El torso semi descubierto de Chaewon arde contra la tela de la remera azul de Hyeju, por lo que se apura en quitarla y añadirla al suelo de la habitación. Queda anonadada cuando descubre que no lleva sostén, por primera vez ve esos pechos, tan apetecibles a la vista.

Con sus adorables manos acaricia cada uno, rozando los pulgares en los pezones que se endurecen al tacto y acompañan el jadeo que la otra deja escapar.
— Wonnie.

Murmura temblorosa, llevando su rostro al cuello de la pequeña cuando se hace imposible seguir el beso. Sus jadeos chocan contra la piel expuesta, causando que Chae remueva su cadera un tanto inquieta. El movimiento logra acoplar sus pelvis, dejando a Hyeju en medio de sus piernas.

Algo dudosa, la azabache deja cortos besos en el cuello de su pareja, pasando la lengua de un extremo a otro con la esperanza de saborear el toque marino en la piel de Gowon. Gracias al baño previamente tomado, no hay pizca de tal, pero si está presente el aroma a fresas que desprende su cabello rizado.

Fresas y verano. Una combinación perfecta.

— Hye — suelta un pequeño gemido, ella es tan sensible.

Hyeju continúa besando con el afán de escuchar otra vez ese bajo y adorable sonido. Y a medida que sus lamidas y pequeñas chupadas se hacen más presentes en la extensión de piel desnuda de su cuello, hombros y pecho, la respiración de la rubia se hace más brusca, los jadeos que escapan de sus labios son incontenibles.

La chica encima, nota como una de las pequeñas manos que sostenía su cabello, ahora está sobre la cama, apretando las sábanas cada tanto. Piensa que tal vez la ha lastimado, pero el gesto salpicado con leve placer en el rostro de su compañera, le indica el motivo de la reacción. Puede sentir la incomodidad en su parte baja e inconscientemente trata de acomodarse, cosa que resulta peor, puesto que la sensibilidad del movimiento causa que tanto ella como Gowon suelten un gemido aireado. La presión entre ambas es tan encantadora.

— Hye, Muévete.

Pide la chica, pero la pelinegra no tiene idea de por donde empezar. Sus cachetes estallan en rubor por la vergüenza e inmediatamente tiende a disculparse por su inexperiencia, quiere regresar a la cama y cubrirse, pero la bajita de inmediato la voltea y se monta sobre ella, no sin antes quitar su short y el de la otra chica.

Ahora tan solo en ropa interior, Gowon se sienta sobre la endurecida intimidad de la azabache y afirma sus palmas en los hombros de la misma. Procurando no caerse, menea las caderas con suavidad. Su cabeza cae hacia atrás tan pronto como la protuberancia le acaricia el clítoris sobre la braga.

— Mierda Wonnie.

— Hye.

Repite el movimiento, más lento y con más fuerza, mordiéndose los labios para no ponerse a gemir como un animal en celo por lo bien que se siente. Hyeju entre abre su boquita, pequeños jadeos se le escapan ante la estimulación de su erección.

Con el pasar de los segundos, Gowon es capaz de sentir la humedad manchar su ropa, al igual que la de su mejor amiga. Sus regordetas mejillas están calientes, se siente un tanto avergonzada cuando las manos de la azabache en su cintura le aprietan para moverla con mayor intensidad, arrancándole algunos lamentos de placer. La pelvis de la chica bajo suyo se mueve deliciosamente de lado a lado y en pequeños círculos. La está torturando.

— Hyeju...

Regresan a besarse, esta vez con más fuerza, permitiendo el paso de sus lenguas a la boca contraria. Aprovechando esto, Olivia dirige sus manos a la suave espalda de la más pequeña y con los dedos temblorosos le suelta el broche del sostén. Gowon sonríe entre el beso, sus propias manos son las que acaban por retirar la pieza para dejarse en iguales condiciones que su amante. Por primera vez ante la luz, la azabache admira el torso completamente desnudo de la chica, desde la tersa y brillante piel de las clavículas hasta el valle entre sus senos.

Lleva sus palmas a la cintura, dando apenas unos toquecitos que estremecen con brusquedad el cuerpo de la rubia. Sus hebras doradas y onduladas caen desordenadas por sus hombros y espalda, algunos cabellos se pegan a su frente debido al leve sudor.

— Eres preciosa, Wonnie, tu cuerpo es...

— ¿Te gusta, Olly?

— Mucho.

La carita boba de Son hace reír risueña a Chae, quien solo toma las manos que descansan en su espalda baja y las sube hasta sus pequeños montículos. Cuando estas presionan sus pechos, echa la cabeza hacia atrás y suspira en goce.

—Hum...

Contenta con la respuesta, la de cabellera oscura repite aquello y se aventura a acariciar los respingados pezones claros que la reciben con gusto. Lame sus labios resecos, ella lo desea, así que hace lo posible para acabar sentada con Gowon sobre sus piernas y su pecho a la altura de su rostro.

Lleva la boca a cada seno, besando la areola y dejando tiernas mordidas en ambos centros, chupando un poco después.

— Ah, Olly — ella gime, le toma la cabeza con suavidad e insta a que bese aún más su sensible pecho en todo su esplendor.

Olivia lo adora, cada reacción, cada sonido, como la rubia se apoya en sus rodillas y levanta el torso en su dirección, el meneo irregular de sus caderas, sus finos brazos en sus hombros, sus pequeñas manos desordenando su cabello.

— Por favor.

Su voz es tan aguda a este punto, ella solo quiere terminar con el calor que emana desde su centro. Anhela con todas sus fuerzas que sea Son Hyeju quien acabe con ella.

— Por favor, Hye, apúrate.

La coreana ahora un poco más confiada, se atreve a delinear con su dedo índice el borde las bragas color lila que su amiga trae puestas. Contrae el abdomen, retiene la respiración a la espera.
Es cuando los oscuros ojos de la más alta chocan directamente con su ruborizado rostro, atrapando la expresión de goce que se forma en ella al momento en que la mano de la azabache se hunde entre sus húmedos pliegues.

— Ahh— un gemido dulce y rasposo enloquece a la menor.

—Wonnie — gime roncamente.

— Muévete.

Apenas probando, mueve sus dedos primero de arriba hacia abajo, rozando con sutileza la punta del hinchado clítoris, acogiendo la humedad caliente, conociendo la zona. Conforme los quejidos de Chaewon se hacen más constantes, intercala la secuencia por pequeños círculos y presiones en los labios vaginales. Descuidadamente, sus falanges resbalan y tocan más abajo, siendo apresados por un momento.

— ¡Ah, mierda! — la rubia le clava sus uñas cortas en los hombros. Hyeju se separa un poco asustada.

— Wonnie, princesa, ¿estás bien?

La nombrada respira agitada, mueve su cabeza para afirmar y le pide continuar, pero Son decide separarse un momento y acabar de quitarle su ropa interior para hacerlo más cómodo. Ahora con el cuerpo de la bajita completamente a su merced, respira para mantener la compostura, pero es casi imposible cuando su miembro pulsa en dolor y la imagen tan vulnerable de su mejor amiga desnuda la está volviendo loca.

Hyeju está segura de algo, y es que quiere enterrarse en lo más profundo de la apretada cavidad de la rubia, tomar sus suaves muslos y dejar que le rodeen la cintura mientras la embiste hasta el cansancio. Pero hay un gran problema, uno que ambas notan.

— Yo… No traje preservativos.

Chaewon sonríe enternecida por el tartamudeo de Hye, esa caliente mujer que está allí es un manojo de nervios y solo quiere abrazarla mientras le hace el amor.

— Cuando fuiste a la ducha, note que Yerim nos dejó algo — estira el brazo y del cajón de la mesita de noche saca algunos empaques sellados.

— Estúpida idiota, ahora si tendré que decirle que la adoro.

Ambas se ríen, es un cómodo ambiente, pacífico y dulce. Claro, hasta que las miradas lujuriosas regresan. Bajo la luz de la lámpara y el destello de los ojos de la coreana, Hyeju se despoja de su última prenda y deja a la vista su erecto miembro.

Ella ya no tiene tanta pena, se siente un poco arrogante cuando escucha un bajo jadeo provenir de los labios de su compañera al momento en que con cuidado rompe el sobre y saca la funda de látex.

Agradece enormemente que lo demás sea rápido, una vez que examina el condón para comprobar su buen estado, lo enrolla en su miembro y se acerca a la pequeña joven en la cama. Ella la recibe sobre su cuerpo, piel con piel, sus bocas chocando, un par de manos apresadas a los lados mientras que las otras libres buscan un nuevo objetivo. Los dedos de Hyeju vuelven a jugar en la feminidad de la mayor, esta vez atacando directamente la zona baja y apretada.

Sus labios reciben los gemidos aireados mientras que lentamente introduce los falanges en la chica. Poco a poco. Los ojos de Chaewon se cierran, aprieta la mandíbula por la nueva sensación, no duele, puesto que ella misma lo ha intentado con su cuerpo otras veces, pero jamás creyó que podría llegar tan profundo, justo como ahora su amiga lo hace, simulando estocadas con su mano a la par que le acaricia el cuello con la lengua.

— Relájate, voy a cuidarte.

Sus oídos se llenan con esa voz, mantiene los ojos cerrados y solo se dedica a sentir. Sus piernas flexionadas, el pecho de Hyeju junto al suyo, su pelvis frotándose con su goteante vagina. Es una invitación silenciosa, un rápido sentimiento, es como una ráfaga cálida de verano. Ella grita, no lo suficiente para llamar la atención, pero si para alertar a la chica sobre su cuerpo. Olivia jadea sin cesar, inhala, exhala, se siente tan bien, es como una droga que la lleva más y más alto cada vez.

Beso tras beso, movimiento tras movimiento. Ellas bailan en su propio compás, se encuentran con cada empuje, no apartan sus ojos rebosantes de cariño y deseo de las expresiones contrarias. Mantienen el contacto, especialmente cuando Gowon lleva su mano a su vientre y es capaz de palpar una pequeña protuberancia, Hyeju le sigue, acariciando su barriguita y notándose tan dentro de ella.

El punto del éxtasis las alcanza, y no es nada como alguna vez lo imaginaron, es mejor, mucho mejor.

Comparten un beso desesperado hasta que el sueño las regresa a la calma de la noche. Aroma a fresas, sandía y sudor llena la habitación. El mismo que las adormece como una canción de cuna.

Ocho días han pasado volando, tan efímero que desearía poder quedarse allí por siempre.

Ahora van regreso a casa. Hyeju mantiene sus auriculares puestos en el autobús, su corazón se acelera cuando ve las calles conocidas definirse a través de la ventana.

Recuesta la cabeza en el asiento. Sol, playa, el ruido de las olas, la risa de Gowon, cada aroma, cada día, todo está grabado en ella como un sello de hierro caliente, como una mancha de tinta fresca. Se siente diferente, quizá un poco mas feliz que nunca, y por eso mismo nadie quiere irrumpir en ese sentimiento tan peculiar que por primera vez se nota en cada poro de la azabache. Siquiera sus amigas o la misma rubia a su lado. 

Pero hay alguien, una persona que apenas le ve poner los pies en la calle, se abalanza contra ella para darle un abrazo y hacer la pregunta de la que todos esperan respuesta:

— ¿Que tal tu primer viaje?

Y la duda de Mina se contesta sola, su sonrisa se ensancha al notar que al final de la mano de su hermanita, comienza la pequeña palma de la rubia, con sus dedos entrelazados y sus muñecas luciendo un par de brazaletes artesanales de pareja.



Bueno, este es definitivamente mi lugar de partida para comenzar a escribir fics de Loona, anteriormente ya les había preguntado si les gustaría leer historias mías de este grupo, y al ver respuestas positivas, decidí que era momento de cumplirles con ello.

Poco a poco iré sacando un par de libros que tengo en borrador, en su mayoría YeoRim/Yeorry (Yeojin & Yerim) , Hyewon (Hyeju & Gowon) , Chuuves (Chuu & Yves) , YveSoul (Yves & Jinsoul), LipSoul (Kim Lip & Jinsoul) y HyeSoul (Hyeju & Jinsoul) porque esta pareja se merece una oportunidad.

En fin, este en especial va dedicado a una persona que adoro mucho gahysoo , gracias por apoyarme siempre linda <3  te mereces todo lo bueno.

Espero lo hayan disfrutado, eso es todo y perdón por tanto texto. Sepan que se los quiere.

- Guille.











































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