🌸 Píntame En Colores De Amor 🌸

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El Artista arisco y El Poeta inquieto.

Abrió los ojos.

La luz se filtraba por la ventana y esta se convirtió en flechas punzantes que dañaban sus retinas. La noche anterior había tenido las mejores de las noches, pero ahora una resaca le martillaba la cabeza.

A su lado, un joven risueño y pálido dormía plácidamente, sin embargo, Kim Taehyung más conocido como Vante el mejor pintor y escultor de todo Seúl, le dio un puntapié al delgado cuerpo que hizo que cayera fuertemente de la cama.

-Es tarde...Debes irte.

-¡Carajo, Taehyung! No me trates así -exclamó el joven levantándose mientras lanzaba una almohada al hermoso artista.

-Además - susurró de forma coqueta acercándose sigilosamente al pintor sobre la cama como un gato callejero.

-Anoche dijiste que...

-¡Yoongi!... - Chilló Vante alejando al joven bruscamente, quién al sentir el rechazo bajo su rostro.

Vante, era conocido por ser una persona nada agradable y tener un carácter de mierda.

-Anoche dije demasiadas cosas. Como siempre - Taehyung levantó la copa del suelo, bebió los restos del vino agridulce que, por desgracia, no había mejorado su sabor durante el resto de la noche y se limpió la comisura de sus labios con la manga de su camisa aún desabrochada antes de levantarse de la cama.

-¡Vístete! Te buscaré en el mismo sitio. Pero eso será cuando termine-Ante esas palabras a Yoongi no le quedó de otra que asentir.

Este delgado pálido de piernas largas y cintura diminuta, era un poeta que vendía sus escritos por una mínima cantidad de Wones, así como también su hermoso cuerpo en esas sucias tabernas, aunque después de que Vante fuera su cliente favorito evito más citas nocturnas que no sea con ese artista.

El muchacho reunió sus pocas pertenencias con pena y algo de vergüenza pensado que alguien como el gran Kim Taehyung nunca lo vería nada más que como un simple polvo de noche. Ante tales pensamientos su nerviosismo hizo que pateara accidentalmente una botella de vino en el suelo.

-Lo siento mucho Vante- Se disculpó haciendo miles de reverencias.

Taehyung rodó los ojos ante el repentino nerviosismo y sonrojo de su compañero de caricias, cuando ayer este había sido una fiera insaciable de placer. De igual forma se vistió apresuradamente y de camino a la salida, se detuvo junto al cuadro en el estudio.

Esos lienzos llevaban retratos de algunos de sus modelos entre ellos mujeres y más hombres, pero entristeció al no ver ninguno con su rostro.

-¿Me prometes que lo harás? ¿Me pintarás en uno de esos cuadros? -Dijo con mucho anhelo que sus ojos se iluminaron como dos perlas.

-¿Qué? - Preguntó Taehyung, distraído y sin mirarlo ya que luchaba con meter una pierna en sus pantalones.

-Me refiero a tus pinturas... ¿Que si me pintarás a mí un día? -Yoongi pregunto por última vez pues ya sabía que Taehyung lo había escuchado perfectamente.

-Cuando termine... Ya te he dicho que es tarde, tienes que irte- Explicó con el semblante serio y cansado.

Pero el joven no se daría por vencido, ambos compartían un vínculo intenso cada noche de los viernes, entre sonrisas, caricias, secretos, pero sobre todo el placer y la lujuria reinaba en ese pequeño estudio de arte.

Taehyung se declaraba obsesionado con la belleza de Min Yoongi y el pálido era amante de los toques de ese trigueño.

-Promételo-suplicó el muchacho, que no quería irse sin antes arrancarle esa promesa.

Quería escuchar de los mismos labios de ese artista las palabras "Te lo prometo", pero Taehyung tenía miedo el qué dirán si pintaba a alguien de la calle.

-Yoongi, escucha... Ahora tengo algunos encargos y... - Otra vez una excusa se hacía presente.

-¡Promételo, Taehyung! ¿Sabes cómo se hace? Solo tienes que decirlo y luego cumplirlo. No es tan difícil para ti- Dijo cansado Yoongi de que siempre al ser visible el Sol, ese artista parecía no conocerlo.

-¡Carajo Yoongi! - contestó Vante, exasperado.

-¡Lo prometo! ¡Lo prometo! ¿Contento? ¡Lárgate de una vez, maldito diablo! - Exclamó fuerte Taehyung cansado.

Min Yoongi sonrió ampliamente mostrando sus rosadas encías al escuchar esas palabras, el joven le lanzó un beso antes de salir.

Taehyung lo despidió con desgana, sintiendo como su corazón se aceleraba ante esa acción por parte del pálido. Componiendo su actitud malcriada tomó de los hombros a Yoongi lo guio hacia la salida. Así era todos los viernes desde hace un mes, ambos disfrutaban mucho del sexo, compartían el amor por el arte, aunque Yoongi no supiera mucho sobre pintura, él le daba un gran análisis a cada obra de Vante.

Por otra parte, Taehyung cada vez se sorprendía por el talento de ese pálido, quien quedó huérfano en el incendio de la biblioteca nacional hace cinco años y el cual sus padres trabajaban.

El castaño no mentiría al decir que Min Yoongi no lo inspiraba al momento de pintar, porque lo hacía cada día, cada hora pensaba en él y sonreía por lo tonto que se sentía.

Ahora que su lindo y sensual compañero le hizo prometer lo que siempre quiso hacer desde que lo conoció en esa taberna, estaba más que feliz. Pues una pintura hecha con los sentimientos más puros y verdaderos serían una declaración de amor para el romántico literario, apuesto y joven Min Yoongi, cursi de naturaleza, así como también muy coqueto.

Los poetas profetizan melancolía en el amor.

Más tarde Vante había ido al palacio donde algunos funcionarios esperaban su trabajo, pero el artista no había avanzado ni la mitad pues se pasó el final de la tarde y toda la noche con su amante. Todos en el pueblo sabían quién era ese muchacho descarado, por eso Taehyung se cuidaba de ser visto con Yoongi.

-Que estoy haciendo- Dijo Vante llevando una mano a su cabeza en símbolo de preocupación.

Era un artista respetado por los ciudadanos, ministros y hasta por el mismo alcalde. Se sentó sobre un almohadón en el suelo frente a la luz que entraba por la ventana de su estudio el cual se ubicaba en ese elegante palacio.

Alargó la mano, solo un instante, para tomar su pincel, pero en su mente solo quería pintar el hermoso rostro de Yoongi.

-¡Concéntrate! - Se regañó a sí mismo.

Pues el Cardenal, SeokJin junto a su novio un Ingeniero, Kim Namjoon le habían encargado una escultura de Zeus con más de tres metros de alto, también tenía pendiente un paisaje para el gran director de cine Jeon Jungkook, sumándole a eso el retrato del actor y académico Park Jimin.

Y no había realizado nada de esos trabajos, por estar divirtiéndose todos los viernes con Min Yoongi quien se apoderaba de su mente toda una semana.

-No... no perderé la cabeza por un simple polvo-Habló otra vez siendo terco con lo que sentía.

Kim Taehyung tenía una cosa muy clara: trabajar para poder ser recomendado por su país en Italia, Francia y demás países europeos donde el arte estaba en su máximo esplendor. Cuando SeokJin lo contacto para que le hiciera esa escultura fue hace tres meses y dos días siendo hoy la entrega final.

-Vante... -Dijo sorprendido su compañero de estudio.

Kim Taehyung llegó con sus materiales, un cincel, su martillo y algunas limas.

-Necesito que me ayudes- Exclamó desesperado.

Jung Hoseok otro artista con quien había alquilado ese estudio rodó los ojos, pero segundos después sonrió.

-Ese muchacho coqueto te ha tenido ocupado - Informó con una voz pícara y levantando las cejas.

El castaño se molestó ya que se suponía que nadie sabía de sus encuentros con Yoongi.

-¿Otra vez estas borracho? - Preguntó querido cambiar de tema.

-Vamos que tiene de malo es bonito...- Seguía diciendo Hoseok de forma en que los ojos le brillaban pues Yoongi sabia como dejar embobado a cualquiera.

Taehyung quería arrancarse las orejas, su compañero era una boca suelta solo era cuestión de horas para que este corriera con el chisme a todos sus colegas.

¿Qué dirían sobre él? Quizá que era un promiscuo que se acostaba con cualquiera, toda su reputación se iría al caño... No, Kim Taehyung no lo permitiría.

-Es un cualquiera, alguien de la calle que solo piensa en el hoy, no tiene metas, ni sueños muchos menos aspiraciones- El castaño expresó eso por la coyuntura del momento.

Tenía muchas cosas en mente, estaba estresado por sus entregas, hoy su trabajo podría perderse al igual que su prestigioso nombre. Jung Hoseok se quedó en silencio hizo un movimiento con sus manos para que su compañero se quedará en silencio.

-Solo sirve para dar buenas mamadas y abrirte las piernas- Dijo con la respiración acelerada y el corazón cansado que ardía cada vez que pronunciaba esas cosas de Yoongi.

-¿Eso es lo que piensas de mí? - Preguntó una voz que salió detrás de esos enormes cuadros.

Min Yoongi había ido a devolver el abrigo que Taehyung le presto la primera noche que se conocieron, encontrándose con Hoseok quién tenía una personalidad muy cálida con todos.

-¡Yoongi!... ¡Carajo! - Taehyung habló fuerte ahora con el corazón a punto de salirse del pecho.

Caminó en dirección de su compañero de caricias, pero él retrocedió.

-¡No te acerques! -Gritó molesto, pero era más una advertencia triste pues sus ojos estaban cristalinos.

-¿Qué haces aquí?... Se supone que no debes verme en el trabajo... - Taehyung seguía tratándolo como si Yoongi fuera algo que debía esconder.

-¡Basta Kim! Deja de pensar en ti por una vez en tu puta vida- Esa voz fue de Jung Hoseok quién se cansó de ver como Taehyung trataba a ese joven.

-Los dejaré a los dos y más te vale no hacer llorar a este lindo muchacho- El pelirrojo habló con una voz que Taehyung jamás había escuchado.

Era ese tipo de persona que cuando se enojan lo hacen enserio y lucen aterradores, pero el ego de Vante era mayor.

-No lo hará, porque yo también me voy-Yoongi habló para ambos con una voz que se escuchaba nula y entrecortada.

Estaba lastimado, esas palabras seguían en su mente y quemaba como el fuego, esa llama que te deja sin nada y arrasa con todo, no lloraría, porque Min Yoongi era fuerte delante de otros.

-Esto es tuyo- El pálido le dio su abrigo a Taehyung dejándolo con fuerza.

Vante quería detenerlo, tomándolo de la cintura y decirle que lo perdonara, que era un maldito idiota que vivía de las apariencias, pero no pudo solo dejó ir a la única persona que lo hacía sentir el mismo. A la persona que sacaba lo mejor de Kim Taehyung, aunque solo lo veía una vez a la semana por más de catorce horas era suficiente para que ese castaño sonriera con sinceridad.

Vante, entre las sombras al ver como Yoongi dejaba su estudio junto con su compañero no le quedó de otra que gritar tan fuerte que extinguió todo el aire de sus pulmones.

Con frustración y culpa comenzó a trabajar, dio martillazos fuertes a ese bloque de mármol sin delicadeza, mucho menos con la intención de darle forma nada se asemejaba a la personificación de Zeus. Era imposible que Taehyung terminará esa escultura para los ochos tenía solo cuatro horas y solo se podía observar una especie de figura amorfa, sin rostro, ni dedos.

Se quedó ahí sin importarle las consecuencias, todo estaba perdido, destrozó todo su estudio tirando sus pinceles, rompiendo sus lienzos, aplastando sus óleos y arruinando todas sus obras.

Era su fin, era el fin del gran "Vante" y él lo sabía, todos lo sabían meses después cuando las críticas le tocaron su puerta.

Todos sus clientes quedaron insatisfechos, decían que su arte se había vuelto decrépito, sombrío y sin amor, aunque pidió más tiempo para sus entregas esto solo hizo que no cumpliera con las expectativas que tenían acerca de su trabajo.

Eso fue el fin de su carrera como pintor o eso creía.

Desearía tanto olvidarte, pero hiciste cada momento perfecto.

El mar podría llevarse mis recuerdos, sin embargo, si viera por última vez tus ojos probablemente ellos se quedarían tallados en mi memoria toda una vida.

Con casi medio año después, Min Yoongi había brillado más que nunca y ese encuentro con Hoseok fue fundamental para que reconocieran su trabajo.

Sus escritos llegaron a miles de personas, sus palabras sinceras y románticas ablandaron el corazón de más de uno de las importantes figuras de la Cuidad. Siendo Park Jimin a quién le habían encantado más sus composiciones en prosa.

-Ahora me dirás... ¿A quién le dedicas tan hermosos escritos? - Preguntó de forma tranquila Jimin ya que no quería incomodar a su saliente.

Pero Yoongi sintió culpa, tal que salió de la cama y vistió su túnica verde.

-Mis escritos son una alabanza al amor y a la belleza- Respondió como siempre con una confianza, esa que enamoró a Park Jimin.

La misma que también dejó cautivado a Kim Taehyung de quién no sabía nada desde hace más de medio año, pero eso no importaba pues lo tenía presente cada noche cuando escribía bajo la luz de la luna.

-Quiero ser alguien con quién sientas que puedas ser libre- El rubio también salió de la cama y empezó a vestirse.

-Cariño aún tu corazón está en sincronía con otro...- Ahora Park Jimin se había acercado a Yoongi quien retrocedió.

-Tranquilo no te haré daño- Su voz fue calidad y sincera.

Yoongi lo miró y a los segundos bajo la cabeza.

-No me culpes, toda mi vida ha sido una tormenta de mucho dolor que para mí es difícil pensar que pueden sentir más que deseo físico por mi persona... - El pálido se sinceró con la única persona que lo había visto con otros ojos.

-Eres el alma más pura y hermosa que he conocido en mi vida, puedo afirmarlo nadie jamás tendrá ese brillo tan intenso... nadie será capaz de soportar todo ese dolor sin perder la cordura en el camino.

-Min Yoongi a pesar de todo sigues brillando y tú no lo sabes, no dejes que te definan en palabras tan vulgares- El pálido al escuchar lo que Park Jimin sentía por él no pudo evitar que las lágrimas cayeran por su rostro.

Después de todo alguien no lo veía como un simple objeto sexual quizá podría olvidar a Kim Taehyung con ese lindo rubio de cuerpo fornido, pero no podía ser mezquino a lo que sentía.

Nunca te fuiste aún sin tus besos, no caí, porque estuviste siempre en mi mente como el océano lo esta en el mundo.

-Y ahora ¿qué? Tú dirás, Taehyung... Tú dirás -Su compañero Hoseok le hablaba sin mirarlo, la vista al frente. Siempre hacía eso cuando estaba enfadado.

-Siento decirlo, pero tus clientes están bastante decepcionados, y me temo que Yoongi no quiere verte ¿Me escuchas?

-¡Te escucho maldita sea! - Alzo la voz ya que estaba frustrado.

-Ya sé que Yoongi me odia, que está mejor con ese académico del teatro, que fui un maldito superficial y engreído.. - Taehyung se maldecía con odio hacia sí mismo.

-Fui demasiado egoísta, Hoseok-El pelirrojo negó al escuchar a Taehyung.

-¿Fui?... ¿Ya no lo eres?

-Claro que no, me prometí a mí mismo jamás decepcionar a otra persona -Esto último fue dicho con nostalgia.

-Necesito a Vante, eres un artista nato y sabrás como salir de ese bloqueo- Le ánimo Hoseok, yendo hacia su amigo quien tenía el cabello más largo y una ligera barba.

-El arte son los sentimientos más profundos...

-Abre tu corazón y pinta maldita sea- Levantó la voz ya que Kim Taehyung no había tocado el pincel más de seis meses.

El pelirrojo dijo esas palabras que tanto había sentido, pues no aguantaba ver a su amigo de esa forma mucho menos con ese bloqueo que lo había dejado sin ánimos de nada, así salió de su estudio para que Taehyung pudiera pintar.

Kim Taehyung se puso de pie, fue hacia la mesa y miró nostálgico sus óleos, sus pinceles y esos aceites que facilitaban la mezcla. Sonrió al recordar como Yoongi moría de curiosidad por saber cómo mezclaba los óleos y cómo pintaba, los momentos junto a ese joven le llegaron como el viento tan rápido que no olvido ni el mínimo detalle.

Tomó el primer color, el blanco tan claro y pacífico, mezclándolo con el rojo para forma una pasta color piel. Realizó las primeras pinceladas, su pincel era su mayor arma, seguía añadiendo más de ese pigmento de tono rosa. Yoongi nuevamente apareció en su mente, con él era capaz de convertir los recuerdos en bellos retratos y paisajes, el mero acto de crear de Kim Taehyung se basaba en los sentimientos, especialmente en el amor y pasión que sentía por la belleza.

Y así comenzó, usando diversos colores, probando aperturas, distancias y usando la luz del sol su favor. Pintaba del revés y le daban una que otra vuelta al cuadro para realizar los detalles: todo era posible para Vante en estos momentos, en esas horas que se convirtieron en días, se empeñó en trabajar más. Perfeccionó su estilo, e incluso estuvo un par de días sin pegar un ojo, se había abstraído en recuperar su pasión la misma que lo hacía sentir vivo, y llegó incluso a tener una epifanía consigo mismo.

Solo necesitaba sus sentimientos para pintar y estos nunca se irían así que terminó su cuadro de 0.50 x 0.50 centímetros.

En él un retrato de la persona a quién había herido mucho, se podían ver los ojos felinos y coquetos de ese muchacho de cabello menta con aquella corona de margaritas.

Era irreal, todos sus colegas decían que había pintado a un ángel que tal persona era imposible que existiera, el color de piel fue lo mejor nadie antes había mezclado tan bien los óleos para llegar a esa tonalidad pues mucho cometían el error de caer en el amarillo, mostaza incluso hasta un amarillento percudido.

Observa el hermoso contraste del amarillo y el púrpura de cada cielo que pintamos con nuestro amor.

-¡Este es el regreso de Vante! -Halagaron todos los presentes.

Ahora se encontraba en una fiesta de bienvenida, era parte del club de artistas destacados en Seúl, sus obras se exponían en los más grandes museos y sobre todo su cuadro titulado "Amor perpetuo".

Kim Taehyung volvió a sonreír más que todo porque volvió a pintar, ahora hasta su nostalgia de no saber nada de Yoongi lo hacía crear, conseguía del dolor una grandiosa obra de arte.

En esa fiesta, él era la celebridad.

-Muchas gracias, iré a mi estudio... Disfruten de la fiesta -El castaño se despidió cordial de esos dos invitados y fue hacia su taller.

Cruzó el amplio jardín de su inmensa vivienda y llegó a una especie de cabaña, que olía a canela, suspiro triste al ingresar. Todo el lugar se parecía a su antiguo taller el cual había sido testigo de las noches que paso con Yoongi, quería que su espacio para crear sea cálido, que se sintiera como un hogar y así lo hizo.

Empezó a pintar esta vez un hermoso jardín de girasoles que eran acompañados con el cielo más claro y brillante posible, la naturaleza perfecta siempre era manifestada por las manos de Kim Taehyung, sin embargo, el recuerdo de alguien amante de las margaritas fue desbloqueado.

No podía quitarse esa sonrisa de su mente cuando una noche Taehyung quiso obsequiarle flores a su pálido y no hizo nada más que elegir las margaritas que casualmente eran las favoritas de Min Yoongi. Esa noche ellos hicieron más que sólo follar, habían compartido más, cada toque fue realizado con la intención de reparar al otro, cada beso intentaba borrar las cicatrices de su piel y más la del menor.

Inconscientemente, Taehyung tenía un nudo en la garganta y los ojos se inundaron en lágrimas.

-¡Mierda! - Exclamó fuerte al escuchar que alguien tocaba la puerta, rápidamente se limpió esas amargas gotas de sus ojos con la tela de su camisa blanca.

Pensó que se trataba de Hoseok así que tardo un poco, pero dejó caer su pincel al verlo. La lluvia se había hecho presente y se preguntó por qué no lo había sentido. Taehyung tenía las manos llenas de pintura y frente a él estaba Yoongi tan radiante como la Luna misma. El pálido sonrió, nada más parecía ser el mismo de hace un año, ese joven confiando y descarado que sacaba de la paciencia a Vante.

No le importaba si estuviera mojándose, porque Taehyung seguía en shock, no sabía cómo reaccionar.

-Entra... Te estás mojando- El castaño habló al verlo con el fleco mojado cubriendo parte de sus bonitos ojos.

Min Yoongi solo obedeció y al ingresar el fuerte olor a canela junto a los recuerdos de todas esas noches en las que habían sido uno mismo lo abordaron.

-Está muy bonito-Expresó Yoongi algo nervioso hacia Taehyung quien vio como el pálido jugaba con sus dedos.

-Busca la margarita-Habló Taehyung feliz al sentir la presencia de ese poeta.

Ambos habían sido transportados hacia los momentos más felices de sus vidas.

-¿La margarita? ¿Qué margarita? Si está repleto de girasoles - Respondió obvio Yoongi aun sin entender por qué Taehyung le dijo que buscará algo inexistente en ese cuadro.

-Tú búscalo - Yoongi se acercó al cuadro y Taehyung se acercó por detrás, abrazándolo.

El tacto había tomado por sorpresa a Yoongi, quién por unos segundos se quedó estático hasta que las cálidas manos de Taehyung acariciaran dulcemente las suyas.

- Perdóname por ser un egoísta y superficial... - Habló lleno de culpa ese castaño quien recostó su mentón en el hombro de Yoongi.

-Entenderé si no lo haces...ahora pienso que nunca te he merecido, ni lo haré, solo deseó que seas feliz Min Yoongi-El mayor siguió hablado.

Ambos estaban en la misma posición, ahora Yoongi sigilosamente había acariciado con sus dedos la mano de Taehyung.

-Todo en ti es arte, el mundo es más grande si tú estás en él, los colores son más claros con tu presencia - Kim Taehyung no era experto en decir lo que pensaba, pero se esforzaba por eso le resultaba más fácil pintar lo que sentía.

Aun así, Min Yoongi siempre sería la excepción para Kim Taehyung. El pálido no podía ver el rostro de Taehyung, sin embargo, podía sentir esas palabras y por esa razón sonreía ampliamente.

-Tengo este sentimiento que me da vueltas, me hace temblar y me vuelve loco, no sé cómo explicarlo solo soy un simple pintor que se expresa a través de sus cuadros- Ante esa confesión Yoongi giró encontrándose con los ojos del castaño.

Sus miradas conectaron como perfectas piezas, en ellas se revelaba el mayor sentimiento de amor que ambos se tenían el uno al otro.

-Solo quiero pintarte todos los días, hasta que mis manos no puedan sujetar el pincel, quiero usar todos los colores en ti y si ya no existen más pues inventare miles de ellos con tal de poder ver tu sonrisa y jamás perderla- Taehyung estaba hablando con toda su alma, su corazón y los sentimientos que por primera vez pudo convertir en palabras.

Ahora era el turno en que Yoongi no sabía cómo reaccionar ante esa confesión, esas palabras habían tocado en lo más profundo de su corazón.

-No tienes que responder, ni si quiera merezco que...

-¡Cállate tonto! - Alzó la voz Yoongi asustando a Taehyung.

-Solo arruinas las palabras tan sinceras que dijiste hace minutos... jamás me perdiste - Anunció el pálido con una sonrisa.

[Abvertencia, la siguiente narración es de contenido sexual]

El momento perfecto se había creado, Yoongi se acercó hacia Taehyung quien lo recibió con amor y rodeo la cintura del poeta con sus manos.

-¿Tengo un premio si encuentro la margarita? - Preguntó muy entusiasmado y al ver la sonrisa cómplice de Taehyung no le quedó de otra que voltear hacia el cuadro.

Ahora la cercanía de ambos era mínima, la espalda de Yoongi estaba muy pegada al pecho de Taehyung, las redonditas nalgas de ese pálido rozaban el miembro del mayor.

-Mmm...dame un segundo- Decía Yoongi quien sabía cómo enloquecer a ese artista.

Con la intención de querer lograr una erección en su mayor, este se movía despacio mientras buscaba la margarita junto a todos esos girasoles.

-¿Te rindes Yoon?... Yo ya he encontrado uno- Dijo Taehyung acercándose más al menor.

Este acto hizo que ambos se juntaran más y un gemido por parte de Yoongi se hiciera presente haciendo que llevara sus nalgas más cerca del miembro de Taehyung.

El deseo de ambos se hizo presente, así como el anhelo de volver a sentirse, aún de pie Yoongi llevo sus manos hacia el cuello del artista y este deslizó su mano bajo vientre del chico, que seguía moviendo sus caderas para sentir más a su amante.

El mayor tomó con fuerza de las caderas al pálido y lo pego más a su duro miembro, empezó a moverse fingiendo que lo penetraba por encima de la ropa, pero cuando quiso meter sus manos dentro del pantalón del joven este habló sorprendiéndolo.

-¡En la roca! - exclamó el chico, girándose con una sonrisa enorme al mismo estilo de un niño cuando gana en algún juego.

-Bien hecho Yoon.

-¿Cuál es el premio? -Preguntó Yoongi, pero de una forma muy sensual al ver ese enorme bulto a punto de estallar por encima de la ropa de su Hyung.

Taehyung le miró a los ojos y de repente se quedó muy serio.

-¿Qué pasa, Vante? - Pasó la mano por el rostro del artista.

-Desnúdate, Ahora- Exigió con una voz grave que debilitaba las piernas de Yoongi.

El menor muy satisfecho con esa orden se quitó la ropa, exponiendo su desnuda piel ante los ojos feroces de Taehyung quién no espero mucho para recorrer con sus manos todo el cuerpo de Yoongi.

Dejó besos en todo el cuello y con delicadeza lo recostó en aquel sofá, el castaño con cuidado quito el fleco del menor dejando a la vista su rostro completo. Segundos después, Taehyung también se encontraba desnudo, la piel dorada de Vante contrastaba perfectamente con la pálida de Yoongi.

-Ah...ah Hyung... Más- Gimió Yoongi al sentir como Taehyung creaba fricción con ambos miembros.

Esos lindos sonidos animaron al mayor a moverse aún más caliente, lo hacía lento solo para provocar que su lindo joven perdiera la cordura.

-Necesito más... - Exclamó sumergido en la lujuria y deseo.

Taehyung beso de forma feroz los labios de Yoongi quien no se negó y comenzaron a usar la lengua, acompañados de ligeras mordidas por parte de ese inquieto joven.

-Vamos a hacer arte, mi amor- Susurró de forma grave el pintor hacia la oreja de Yoongi quien sintió como una corriente placentera recorría por todo su cuerpo.

Así, que en cuestión de segundos el mayor tomó de las caderas al menor y lo giro teniendo como vista las rosadas y redonditas nalgas de su amante. Este con delicadeza empezó a masajear la piel de Yoongi quién con cada toque levantaba más su trasero y arqueaba la espalda, la vista era más que perfecta Taehyung necesitaba a su poeta así que alineó su grande miembro en la entrada del pálido para que poco a poco se introdujera en él.

-¡Ah Hyung!- Chilló lleno de placer Yoongi al igual que Taehyung quien había gruñido como un lobo.

El castaño empezó con estocadas fuertes, estas hacían que la piel chocará cada vez más profundo llegando al punto exacto de Yoongi. Taehyung sujetaba con fuerza las caderas de su amante mientras esté mordía la almohada.

El cosquilleo en el vientre de ambos estaba a punto de estallar, el gran pene de Taehyung hacia que Yoongi chillara por más. Pronto ambos sintieron como ese liquido blanquecino y caliente fue liberado, con el sudor por doquier Taehyung giro a su pálido.

-Tu cabello no deja que pueda mirarte a los ojos creo que esta celoso-Dijo el castaño otra vez retirando con cuidado el largo fleco de Yoongi.

-Solo me protege de que no quede hipnotizado con tus ojos-Dijo sincero y muy sonriente.

-Eres un cursi.

-Soy un poeta- Explicó con orgullo.

Taehyung le dio un beso corto y rápido en los labios que después se sonrojó por la acción pues no era nada cariñoso.

-¿Me enseñarás a pintar algún día, Vante? Prometo ser tu mejor alumno.

Ese deseó hizo que Taehyung tomará un pincel de la mesa y se lo extendiera hacia Yoongi quien lo tomó con duda y nervios.

-Debes sujetar el pincel con confianza, no debes dudar- Explicó con convicción el artista quién también tomó el pincel por encima de la mano de Yoongi.

Ellos simulaban que había un enorme lienzo en el techo.

-Dar pinceladas al ritmo de los latidos de tú corazón- Yoongi era guiado por Taehyung mientras hacían garabatos en la nada.

-Y tener presente siempre el motivo por el cual estamos aquí, Amor- Lo último hizo que Yoongi escondiera su rostro en el pecho de Taehyung.

El castaño dejó el pincel y acaricio el rostro del joven, ambos sin querer perderse cada detalle del otro.

El amor estaba ahí en cada uno de los colores de la paleta que Kim Taehyung usaba para pintar, estaba en los versos más felices de Min Yoongi, en el aire, y sobre todo tallado en cada una de sus almas.

-Tú eres el más cursi, mi querido Vante- Anunció ese poeta muy complacido con su artista el cual había conocido una noche donde creía que el amor estaba extinto.

🌸 Muchas gracias por leer 🌸

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