14 | all hail the queen

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𝕮apítulo 𝕮atorce ☪
Salve Reina Del Festín

EN LOS DÍAS SIGUIENTES, Selene se esforzó mucho por evitar a Ambrose. Le echa mucho de menos, pero no sabe qué decirle. Él ha dicho todas las cosas que ella deseaba que le dijera desde hace mucho tiempo, pero su momento no podía ser peor. Ahora mismo, ella es muy feliz con Nicholas, y cuanto más tiempo pasa con él, más feliz se siente. Pero Ambrose siempre está en su mente.

Se había esforzado tanto por ignorar a Ambrose que no estuvo presente cuando Sabrina realizó un exorcismo al tío poseído de Susie. Había conseguido liberarlo del demonio, pero cuando murió, el cuerpo del tío de Susie estaba completamente destrozado. El demonio se había alimentado de él durante semanas, y no quedaba mucho. Así que no fue una sorpresa cuando Susie llamó diciendo que su tío había muerto.

Selene salió inmediatamente de la Academia de las Artes Ocultas y fue a ver a Susie. En cuanto llega pone los ojos en ella y la envuelve en un fuerte abrazo, enterrando su cabeza en el pelo oscuro y rizado de la chica.

—Me enteré de lo de tu tío. Lo siento muchísimo, Su.

—Fui con mi padre a ver al psiquiátrico al que lo íbamos a llevar —admite Susie sombríamente—. Creo que ha sido lo mejor. Se hubiera podrido allí. Al menos... Al menos ahora es libre.

—Tienes razón. Ahora está en paz —entonces mira hacia abajo y se da cuenta de que su amiga lleva un vestido blanco y rosa de flores—. Su, es la primera vez que te veo con vestido. Estás muy guapa.

Entonces Susie se aleja de Selene, rompiendo el contacto visual con ella.

—No soy una abominación, Selene, y no pienso serlo.

La cantidad de odio hacia sí misma que hay en su voz pilla a Selene con la guardia baja y no puede evitar mirar a su amiga.

—Claro que no. Susie, eres increíble. ¿P-Por qué ibas a decir eso?

—Olvídalo —contesta ella, negando con la cabeza—. No importa.

—Susie... —empieza Selene, sólo para que Susie diera un paso atrás, agarrando el pomo de la puerta.

—Necesito estar sola, así que creo que deberías irte —exclama Susie, con lágrimas brillando en sus ojos. Sin palabras, Selene se da la vuelta para irse, sólo para detenerse en su camino—. Te dije que te...

—Sé lo que has dicho, pero no me voy a ir —responde Selene con simpleza—. Eres mi mejor amiga y te quiero. Así que voy a estar aquí para ti, aunque no me quieras aquí. Así que puedes cerrarme la puerta en las narices o puedes dejarme entrar para intentar animarte.

Susie se queda mirándola fijamente, antes de abrir más la puerta, dejándola entrar.

Al día siguiente, Selene se dirige nerviosa a la Iglesia de la Noche. Todo el aquelarre está reunido para ver la elección de la bruja que será sacrificada para el Festín de los Festines.

El Festín de los Festines es una de las tradiciones más sagradas de las brujas. Su objetivo es honrar a Freya, la bruja más joven y fuerte que se sacrificó para que las brujas de Greendale no murieran de hambre hace un par de cientos de años. La mayoría de las brujas ven el Festín de los Festines como una demostración anual de su devoción al Señor Oscuro, ya que cada año, catorce familias del aquelarre son elegidas para participar en un sorteo. Luego, las familias eligen a alguien que las represente, una especie de tributo. Los catorce tributos echan a suertes quién tendrá el honor de ser reina. La "afortunada" que sea elegida reina podrá vivir como la realeza durante veinticuatro horas antes de ser devorada.

A Selene le parece una barbaridad el festín, pues ya nadie se muere de hambre, pero la mayoría de las brujas piensan que es un honor ser reina. La chica Blackwood nunca ha sido elegida para participar y nunca ha tomado parte en el festín. Sin embargo, su padre la obliga a asistir a la fiesta todos los años.

Pero ahora, Selene está nerviosa, porque la familia Spellman ha sido elegida para participar. Ambrose no puede participar ya que es un varón y no puede salir de la casa, y Hilda tampoco puede debido a que hace poco fue excomulgada de la iglesia. Así que eso sólo deja a Zelda y a Sabrina. Zelda se ofrece inmediatamente para representar a la familia, porque prefiere morir a que le pase algo a Sabrina.

Selene se sienta con Nicholas en la primera fila de la iglesia, sintiendo que va a vomitar. Todo el festín le repugna.

Nick aprieta suavemente la rodilla de Selene en un intento de calmarla, pero ella sigue ansiosa mientras observa cómo su padre y su madrastra se dirigen a la parte delantera de la iglesia. Faustus se aclara la garganta dramáticamente, ganando la atención de todo el aquelarre.

—Esta noche celebramos una antigua tradición. El Festín de los Festines nos revela que hasta el más humilde de nosotros puede subir a sentarse con el Señor Oscuro. Y que la supervivencia del aquelarre es más importante que la vida de cualquier bruja. Hermanas, que la voluntad del Señor Oscuro sea revelada.

Selene comienza a sentirse mareada mientras Lady Blackwood recorre la fila de tributos, encendiendo la vela de cada una de las brujas. Está casi llegando a la de Zelda cuando Sabrina abre de golpe las puertas de la iglesia, haciendo que todos se giraran hacia ella.

—¡Alto! —grita Sabrina, antes de caminar hacia donde se encontraban todas los tributos con la cabeza bien alta. En cuanto lo hace, a Selene se le cae el estómago y se da cuenta de lo que va a hacer la rubia—. Yo también. Participo por la familia Spellman.

—Sabrina, por el amor de Satán, ¿qué estás haciendo? —pregunta Zelda, cuyos ojos se abren de par en par, justo al mismo tiempo que unas voces regresan a la cabeza de Selene; es algo que hacen siempre que tienen que advertirle de algo.

—Sabrina... Sabrina.

—Perpetuar una soberana tradición, tía Zelda —remarca Sabrina, tratando de hacer que su tía admita lo estúpido que es todo esto—. A menos, claro, que quieras admitir que todo esto es de bárbaros, ¡como pensaba mi padre!

Todo el aquelarre comienza a murmurar; cuando el padre de Sabrina era Sumo Sacerdote, prohibió el Festín de los Festines. Sin embargo, cuando Faustus se convirtió en Sumo Sacerdote, afirmó que el Señor Oscuro le hizo tener una revelación sobre el festín. Y en cuanto la tuvo, Faustus hizo que la gente volviera a celebrar el Festín de los Festines.

—Sabrina. Sabrina. Es Sabrina.

Selene se muerde la lengua en un intento de permanecer callada, pero siente que no puede quedarse quieta en su asiento. Las voces siguen haciéndose más fuertes y, a pesar de que Nick intenta consolarla, no ayuda mucho. Nadie puede ayudarla cuando cien voces en su cabeza necesitan advertirla.

—Hermana Zelda, ¿algún problema? —Faustus enarca una ceja al mirar a Zelda.

—No, Excelencia —Zelda sacude la cabeza y, tras un momento decide hablar—. Mi valiente sobrina quiere representar a la familia este año. Así que, Sabrina, por favor, adelante —sale de su puesto y va a tomar asiento junto a Selene, dejando que Sabrina ocupe su lugar como tributo.

—Va a ser Sabrina —susurra Selene, el temor llenando su cuerpo mientras entierra su cabeza en el hombro de Nick.

Sabrina parece asustada a medida que llega a su lugar junto a Prudence, que también es un tributo.

—Quemadlos —instruye Faustus una vez que cada tributo ha recibido un trozo de papel de Lady Blackwood.

—Por favor, que no sea Sabrina —ruega Selene en silencio al Señor Oscuro—. Por favor, no dejes que sea Sabrina.

Todos observan con ansiedad cómo los tributos queman sus papeles en la llama de las velas, y la mayoría de los papeles simplemente arden en llamas. Sin embargo, el papel de Sabrina arde en rojo, y el de Prudence en negro. Así que Prudence es la reina, y Sabrina es su criada.

Prudence está al borde de las lágrimas y con una gran sonrisa en la cara mientras sale de su puesto y va al frente, donde se reúne con sus dos hermanas para abrazarlas. Faustus se acerca a la morena, levantando su mano por encima de su cabeza.

—¡Prudence es la reina! ¡Salve Reina del Festín! ¡Arrodillaos ante vuestra reina!

Todos lo hicieron de inmediato, todos salvo Selene, que no pudo evitar sentir que algo no iba bien. Las voces en su cabeza habían repetido una y otra vez el nombre de Sabrina, no el de Prudence. Y sí, puede haberlo interpretado mal, pero eso no había pasado nunca. Y es justo por esto que desde este momento Selene sospecha de cómo se eligieron los tributos.


Ahora sí que sí, se viene el salseo puro y duro en el siguiente capítulo y en los demás 👀🌚🌚

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