𝙻𝚇𝚇𝚅. ¡𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝙾𝙲𝙷𝙴𝙽𝚃𝙰!
❛the feats of all sinners❜

―El Vacío ―lleva siglos atormentando a Nueva Orleans. Es un mal interminable. Su apetito de poder es insaciable. ―Explicó Vincent, mirando a los cuatro hermanos Mikaelson y a Audrey mientras estaban en el salón de la planta baja, repasando el plan que tenía en mente. ―Y eso es lo que le atrajo a vuestras niñas. ―Miró a los tres padres presentes en la sala.

Klaus lo miró. ―Dijiste que había una forma de salvarlas.―

―La hay. ―Confirmó Vincent. ―Pero les voy a decir ahora mismo que no les va a gustar mi plan. ―Rebekah, Klaus, Freya y Elijah intercambiaron una mirada de preocupación ante sus palabras. ―Paso uno: sacamos el Vacío de Hope. Eso romperá el vínculo entre ella y Mira. Ella la está usando como si fuera un nuevo tótem. Romper el vínculo destruye eso para siempre. Segundo paso: encontraremos otro lugar para ponerla. Pero sin el libro, necesito un lugar que sea poderoso y eterno. Y para que la transición funcione, voy a necesitar algo que esté conectado a Hope a través de la sangre.―

Una mirada de comprensión apareció en Freya. ―Necesitas un vampiro. ¿Quieres poner el Vacío en uno de mis hermanos?―

―Uno no va a ser suficiente. ―Vincent negó con la cabeza y levantó cuatro dedos en señal de aclaración. ―Voy a necesitar cuatro.―

Freya sacudió ligeramente la cabeza con incredulidad mientras Elijah levantaba una ceja. ―¿Por qué cuatro?―

―Bueno, hace 1.500 años, cuando la Hueca fue asesinada por primera vez, dividieron sus restos. Cuatro huesos, cuatro voluntarios, cuatro lugares diferentes. ―Les dijo. ―Así es como vamos a vencer al Vacío ahora.―

―Transferir el poder del Vacío a cuatro vampiros inmortales. ―El mayor de los cuatro hermanos reflexionó con una ligera burla.

―Y envíanos a nuestro camino. ―La hermana menor exhaló.

―Así que el mal está dibujado, descuartizado y separado para siempre. ―Terminó Klaus mientras bajaba la mirada.

Audrey miró a los cuatro y supo que todos odiaban la idea. Si era sincera, ella también la odiaba. Una cosa era vivir para empezar a vivir sus vidas por su cuenta, aún podrían reunirse como una familia. Pero esto era diferente. Este sería el fin de los Mikaelson tal y como lo conocían. Un destino que habían conseguido evitar durante mil años, a pesar de cada una de las amenazas o peligros a los que se habían enfrentado. En silencio, entrelazó sus dedos con los de Elijah y apretó su mano, sintiendo que él se aferraba a su mano con fuerza para consolarse.

―Y tienen que ir por caminos separados, y tienen que permanecer separados. Para siempre. ―Afirmó Vincent, Klaus y Elijah se miraron el uno al otro. ―No pueden volver a verse. No pueden volver a acercarse el uno al otro. Esa es la única manera de vencer al Vacío.―

Los cuatro Mikaelson se miraron entre sí, una mezcla de emociones recorriendo sus rostros. Pero cuando Klaus y Elijah se miraron de nuevo, sabían que ya habían tomado la decisión. Si ese era el precio que había que pagar para salvar a sus hijas, a pesar de lo que pudieran sentir, era un precio que estaban dispuestos a pagar.

Klaus miró hacia el hombre Griffith con determinación. ―Bueno, si eso va a salvar a nuestras hijas, entonces lo haremos.―

Freya se sentó en el escritorio con una mirada solemne y pensativa mientras Elijah se colocaba frente a ella, cortando la palma de la mano y escurriendo parte de su sangre en el cuenco que tenía delante. Al terminar, mira por encima del hombro hacia Rebekah. ―Vincent necesita nuestra sangre.―

Rebekah asintió mientras se cruzaba de brazos. ―Sí. Los cuatro, y Kol no responde a su maldito teléfono. ―Elijah dejó escapar un suspiro cansado, comenzando a limpiar la sangre de su mano mientras ella continuaba. ―Por fin tiene una oportunidad de ser feliz, y le pedimos que venga a casa y haga de anfitrión de un cuarto de demonio.―

―Tiene que haber otra manera. ―Dijo Freya negando.

―¿Y qué pasa si no hay otra manera? ―Disparó Elijah en forma de pregunta.

―No puedo creer que esto esté sucediendo. Normalmente soy la primera que quiere huir por mi cuenta, y... ahora no tengo ni voz ni voto. ―Rebekah soltó temblorosa, Audrey la miró con tristeza mientras se movía y la rodeaba con sus brazos, tirando de ella en un abrazo. ―Me siento bastante perturbada.―

―Mira y Hope. ―Elijah habló con severidad. ―Ellas son todo lo que importa.―

Negándose a ceder, Freya sacudió la cabeza mientras se ponía de pie. ―Esto no va a suceder. No dejaré que esta familia se separe. Voy al campanario y voy a revisar más grimorios de madre. ―Anunció y se dio la vuelta para salir de la habitación.

―Freya...―

Pero ella ignoró la llamada de sus hermanos, siguiendo su camino, sin siquiera mirar hacia atrás. ―Elijah, sabes lo que se siente al estar separados. ―Rebekah lo miró con tristeza. ―Al principio, la libertad es estimulante, y luego, un día, inevitablemente, te despiertas con ese pozo en el estómago, ese sentimiento sordo y doloroso de echar de menos a las únicas personas que te conocen.―

Dejó escapar un fuerte suspiro mientras miraba hacia abajo, conociendo bien la sensación de la que ella hablaba. ―Hasta que ese mismo dolor amenaza con consumirte por completo.―

―Durante mil años, hemos honrado el voto de permanecer juntos. Ser forzados a separarnos se siente como una tortura. ―Pasando los dedos por su cabello, comenzó a caminar mientras miraba su teléfono, tratando de localizar a Kol una vez más. ―Todavía no hay noticias de Kol. Y si no se molesta en aparecer, sólo queda Hayley. Ella es el único otro pariente inmortal de Hope.―

―No. ―Audrey negó con la cabeza. ―Esa no puede ser una opción. Hope necesita a Klaus y a Hayley.―

Elijah asintió con firmeza. ―Kol vendrá. Niklaus estará con su hija. Los tres deben permanecer juntos.―

―¿Y qué hay de Nik? ―Ella miró entre los dos, y Elijah apartó la mirada. ―Por su cuenta, sin familia. Sabes muy bien que sin ti cerca, sin ninguno de los dos, se volverá loco. ―Recalcó, y a pesar del silencio que guardaban, la mirada que la pareja le dirigió a Rebekah les confirmó que sabía que tenía razón.

Lentamente, Audrey sintió que el hueco de su estómago crecía, una sensación de malestar que subía al fondo de su garganta. ―Discúlpenme. ―Salió de la habitación entre dientes, dirigiéndose al baño de ella y de Elijah.

Ella sabía que era el estrés, pero no podía evitarlo. El día había empezado como una victoria, y estaban a punto de terminarlo sufriendo la mayor pérdida a la que podrían enfrentarse. Su mente se aceleraba con todos estos pensamientos, y Mira seguía al frente de todos sus pensamientos, esa sensación de impotencia de no poder conseguirla todavía la carcomía. A los pocos segundos, se dobló mientras vomitaba en el inodoro, sólo un segundo después sintió que le sujetaban el pelo mientras otras manos le frotaban círculos relajantes en la espalda.

Dejó escapar un pequeño gemido al terminar, permitiéndose hundirse y sentarse en el frío suelo, apoyándose en la bañera como soporte. ―¿Estás bien? ―le preguntó Elijah en voz baja, bajando para sentarse a su lado.

―Odio esto. ―Murmuró, abrazando las piernas contra su pecho mientras apoyaba la barbilla en las rodillas. ―Nuestra hija está ahí fuera con esa cosa, y no hay nada que pueda hacer para ir a ayudarla. Y ahora toda nuestra familia está a punto de quedar destrozada. ―Su voz se quebró ligeramente. ―Y no hay nada que podamos hacer porque es la única manera de salvar a las niñas.―

―Yo también lo odio. ―Habló en voz baja. Dejando que se abriera paso todo el dolor que había estado tratando de ocultar frente a sus hermanos. Audrey lo vio y se inclinó más hacia él, permitiendo que su brazo la rodeara por la cintura mientras su mano subía y bajaba por sus brazos con calma. tratando de darles a ambos algún tipo de sensación reconfortante que se sentía imposible en ese momento. ―Pero haré cualquier cosa si eso salva a nuestra hija. ―Su voz se quebró. ―Tú, Mira, este bebé, eres mi corazón.―

La pareja se sumió en el silencio después de eso, simplemente sentados en el suelo de su baño mientras se abrazaban. Un momento que necesitaban más de lo que creían.

Cuando Hayley regresó al recinto, después de haber escuchado a Vincent sobre el ritual, toda su atención se centró en conseguir a las chicas. Con algo de ayuda de Marcel y Sofya, eso fue exactamente lo que hicieron, y se aseguraron de acabar con todos los acólitos del Vacío en el proceso. Marcel fue el primero en llegar al recinto, llevando los cuerpos inconscientes de Hope y Mira en sus brazos, con grilletes antimágicos asegurados alrededor de las muñecas de Hope. Audrey no perdió tiempo en tomar a su hija en brazos, acunándola contra su pecho y sin querer soltarla.

Vincent le aseguró que estaría bien, y que se despertaría una vez que el ritual hubiera terminado, al igual que Hope. Audrey pensó que no había nada que la hiciera alejarse de su Mira, pero cuando se corrió la voz de los detalles del ritual que Vincent había omitido, dejó que Elijah la vigilara mientras ella iba a buscar al hombre Griffith.

―Quiero la verdad. ―Dijo en un tono ilegible, mientras lo encontraba preparando el hechizo en el patio. ―Y la quiero ahora.―

Vincent la miró expectante, como si hubiera esperado esta conversación. ―Mira estará bien. ―Le dijo. ―Una vez que el Hueco haya sido sacado de Hope, el vínculo entre Mira y el Hueco se romperá.―

Ella se cruzó de brazos, dirigiéndole una mirada aguda. ―Vincent. ―Le advirtió. ―Sabes lo que estoy pidiendo.―

―Elijah no tendrá que alejarse de ella. ―Respondió finalmente, y a pesar del puro alivio que Audrey sintió en ese momento, no pudo quitarse de encima la rabia que sentía. ―Si los hermanos vuelven a estar cerca, lo único en lo que se centrará el Hueco será en recuperar el acceso a Hope. Una vez que el vínculo se rompa, tu pequeña estará a salvo.―

Mira iba a conservar a su padre, pero Hope iba a perder al suyo. Iba a perder a la mayor parte de su familia de un solo golpe. Antes les preocupaba en qué se convertiría Klaus sin sus hermanos a su alrededor, pero al verse obligado a vivir también sin su hija, sabían que iba a ser mucho peor para él de lo que cualquiera de ellos podía imaginar.

Parecía que no era la única enfadada, ya que Rebekah se dirigió hacia ellos furiosa, mirando a Vincent. ―¿De verdad creías que podías engañarnos para realizar el ritual sin decir toda la verdad?.―

Levantó las manos mientras negaba con la cabeza. ―Tú y tu familia no son mi problema. Lo único que me preocupa ahora mismo es esa niña y el monstruo que lleva dentro.―

―¿Es difícil verme desde ahí arriba en tu caballo de batalla? ―Se burló con total incredulidad. ―Es mi sobrina. Por supuesto que haremos lo que tengamos que hacer para protegerla, ¡pero puedes ser jodidamente honesto al respecto!―

―Ves, tu reacción, justo ahí ha demostrado mi punto. ―Exclamó mientras la señalaba. ―Ustedes, los Mikaelson, son fanáticos egoístas y egocéntricos. No es mi trabajo, ni es mi inclinación tratar de convenceros de que hagáis lo correcto. Si de verdad quieres salvar a tus sobrinas, entonces tienes que salir de mi oreja y dejarme hacer lo que hago.―

Audrey dejó escapar una burla. ―¡No necesitan ser convencidas! ―Finalmente perdió los nervios. ―Con todo tu juicio y tu odio hacia esta familia, ¿aún no te has dado cuenta? ¡Todos haríamos cualquier cosa para salvarnos unos a otros! Sí, eso significa que hemos tomado decisiones con las que nunca estarás de acuerdo. Ni siquiera estamos de acuerdo con esas decisiones muchas veces, pero no podemos cambiar el pasado. No necesitan ser convencidos, todos harían cualquier cosa para ayudar a esas niñas. Pero al menos sean sinceros con las consecuencias. ―Ella le miró. ―¿Porque esa niña en la que estás tan concentrado en sacar al monstruo? Ella también va a sufrir con esas consecuencias. ¿O es que tu compasión no llega hasta ahí?―

Cuando él no dijo nada, Rebekah gruñó. ―¿Sabes qué? Tú...―

―Tiene razón. ―Freya interrumpió mientras caminaba hacia los tres. ―Puede que no esté de acuerdo con sus tácticas.... pero es nuestra única oportunidad de salvar a Hope y Mira.―

El más joven de los Mikaelson lanzó una mirada de odio a Vincent. ―Qué suerte, supongo que tendré que posponer el destripamiento.―

―Rebekah. ―Freya habló con calma.

―¿Qué? ―Rebekah resopló.

―¿Tienes noticias de Kol?―

Ella dejó escapar un suspiro ante eso, dando un pequeño movimiento de cabeza. ―Ni una palabra.―

Freya miró hacia Audrey con esperanza, pero ella también negó con la cabeza. ―Nada. Sigo dejando mensajes pero...―

Freya trató de mantener la esperanza mientras asentía. ―Intentaré contactar con él con magia. ―Murmuró, yendo a alejarse.

Sin embargo, la voz de Vincent impidió que las tres mujeres se movieran. ―Bien, miren, necesitamos cuatro voluntarios que estén conectados a Hope a través de la sangre. Tenemos a Rebekah, tenemos a Klaus y a Elijah, ya son tres. Si no puedes llegar a Kol, entonces tendremos que usar a Hayley.―

―No. ―La bruja Mikaelson se negó rotundamente. ―No, eso no va a pasar. ―Vincent frunció el ceño, pero Rebekah y Audrey la miraron, conociendo bien la expresión de su rostro. ―No cuando hay otra manera.―

Y a las dos chicas les preocupaba exactamente qué haría ella para que esa otra forma fuera posible.

―Mira quién ha decidido aparecer. ―anunció Rebekah al entrar en el estudio, con Kol siguiéndola.

Audrey le envió una pequeña sonrisa desde donde estaba sentada, con Mira durmiendo en sus brazos, ya que ni ella ni Elijah querían dejarla sola. Klaus y Elijah se levantaron al ver a su hermano menor, y Klaus le dedicó una leve sonrisa. ―Hermanito. ―Asintió con la cabeza. ―Siempre te ha gustado una entrada dramática.―

Kol se acercó a ellos, con las manos metidas en los bolsillos. ―Bueno, las prefiero más que mis salidas, que a menudo te involucraban a ti y al extremo puntiagudo de una daga.―

Elijah respiró profundamente. ―Ahora que estamos todos aquí... ¿vamos?―

Los cuatro intercambiaron una mirada. antes de que Rebekah y Kol salieran primero, Klaus detuvo a Elijah antes de que cualquiera de ellos pudiera seguirlo. ―Elijah. Siempre fuiste el guardián de nuestro vínculo, y por eso, serás el que más sienta este dolor. ―Habló, y Audrey pudo ver las lágrimas en sus ojos. ―Cuando ocurra lo inevitable, y yo, desprovista de la influencia de mi familia, recaiga en una espiral de caos y derramamiento de sangre...., necesito que me dejes a mi suerte. Si vienes a rescatarme como has hecho tantas veces antes, sólo servirá para ayudar a nuestro enemigo, permitiéndole un paso más cerca de mi hija, y eso no lo puedo permitir. Así que, hermano mío... cuando llegue el momento, te ruego que me dejes ir. ―Le puso la mano en el hombro. ―Concéntrate en ellos. ―Señaló con la cabeza hacia donde Audrey estaba sosteniendo a Mira. ―Sé feliz, hermano mayor. No lo arriesgues por mí.―

Elijah no dijo nada mientras tiraba de su hermano en un cálido abrazo, los dos aprovechando el momento. Ya que probablemente sería el último que podrían compartir. ―Tienes mi palabra.―

Klaus entonces miró a Audrey y se acercó, presionando un beso en su frente. ―Cuida de él por mí, hermanita. ―Dijo en voz baja, la chica Gilbert sintió que sus propias lágrimas caían mientras lo miraba. ―Cuando te conocí. Realmente no tenía ni idea de lo mucho que llegarías a significar para mí, Audrey. Puede que seas el alma gemela de mi hermano, pero eres mucho más que eso. Te has convertido en una aliada, una amiga, una columna y lo más importante... familia. E incluso cuando he hecho cosas que deberían haberte dejado odiándome para la eternidad, te quedaste y luchaste conmigo y por mí. Me mostraste un perdón que nunca merecí, y nunca sabrás lo agradecido que estoy por ello.―

Audrey tragó con fuerza mientras le miraba, esbozando la sonrisa más débil que pudo. ―Si alguna vez me necesitas... ―Dijo. ―Estaré a una llamada de distancia, iré a verte. ―Se inclinó y le besó la mejilla. ―Adiós Nik.―

Klaus miró a su sobrina y le estampó un beso en la frente, antes de obligarse a bajar las escaleras, la familia de tres se tomó un momento para recomponerse antes de seguir

Hayley se sentó en el suelo con Hope en su regazo, en medio del sigilo cuadrado que Vincent había dibujado en el suelo del patio. ―Eh, Kol, si quieres, justo ahí. ―Dirigió a Kol al punto del sigilo. ―Uh, Rebekah, perfecto. Justo ahí.―

―¿Qué demonios estás haciendo aquí? ―Rebekah exigió cuando Marcel entró. ―¿Vienes a regodearte?―

Marcel sólo la miró. ―No, yo vine a asegurarme de que esto funcione.―

―Elijah, te necesito ahí arriba. ―Vincent dirigió al trajeado Original, mientras Audrey recostaba a Mira en el pequeño sofá, permaneciendo cerca de ella. ―Klaus, justo ahí para mí, por favor. ―Asintió con la cabeza mientras los cuatro se colocaban en su sitio. ―Y estamos listos. ―Anunció, mientras los cinco hermanos se miraban entre sí. ―Sólo quiero decir que lo que estáis haciendo hoy aquí va a servir de mucho para arreglar las cosas en esta ciudad. El Vacío me lo arrebató todo. No inspiró más que sufrimiento y tormento. Ha arruinado familias, ha perseguido a niños pequeños. ―Sus ojos pasaron de Hayley y Hope a Audrey y Mira. ―Y sin embargo, aquí y ahora, ―miró a los Mikaelson. ―A pesar de todas nuestras diferencias, y hay muchas... ―Miró a Klaus con una mano sobre su corazón. ―Gracias. ―Respirando profundamente, levantó la mano. ―¿Freya?―

Freya miró a sus hermanos con tristeza mientras se acercaba al lado de Vincent, tomando su mano entre las suyas. ―Los salvajes Mikaelson derrotando heroicamente a un terrible mal. ―Rebekah miró a sus hermanos. ―Quizá esto nos haga ganar por fin nuestra redención.―

Klaus se mordió el labio con una débil sonrisa. ―¿Alguno de nosotros realmente cree eso?―

Los ojos de Elijah estaban fijos en su hija, obligándose a apartar la mirada mientras respondía. ―Ni por un segundo. ―Admitió. ―Es un sentimiento maravilloso.―

―Hayley, cuando te lo diga, quiero que te quites las esposas. Agarra a Hope. No la dejes ir. ―Le ordenó mientras Freya se arrodillaba para empezar. "Todos los demás, cuando este hechizo termine, tenéis que alejaros de los demás, y tenéis que manteneros alejados de Hope.―

Rebekah respiró profundamente mientras se limpiaba los ojos. ―Siempre y para siempre. ―Dijo en voz baja. ―Tuvimos una buena racha.―

―Diviser... Diviser ak konkeri. Diviser ak konkeri. ―En el momento en que Vincent comenzó el hechizo, el viento comenzó a levantarse alrededor de ellos, las luces alrededor del recinto parpadeando. ―Diviser ak konkeri. Diviser ak konkeri Chire apa ak po. Ak konkeri. Ak po. ―Rápidamente miró a Hayley. ―Hayley, hazlo ahora. Hazlo ahora, Hayley.―

Hayley tanteó y quitó las esposas de la muñeca de Hope, dejándolas caer al suelo y, al instante, el espíritu azul del Hollow salió disparado de Hope y se cernió sobre ella. Permaneció en el aire un momento antes de dividirse en cuatro, disparando directamente a los cuatro Mikaelson, obligando a sus brazos a levantarse de los costados mientras jadeaban.

Rebekah parecía perturbada mientras tragaba con fuerza. ―Puedo oírlo... susurrando.―

―De acuerdo, tienen que irse. ―Todos dudaron, lo que provocó que Vincent gritara. ―¡AHORA!―

Kol fue el primero en salir corriendo, desapareciendo en una dirección mientras Rebekah huía en la otra, dejando sólo a Klaus y Elijah de pie. ―¿Mamá? ―Murmuró Mira, sus ojos se abrieron lentamente. ―¿Papá?―

―Estás bien, cariño. Te tengo. ―Audrey la levantó mientras Elijah caminaba hacia ellos. ―Todo va a salir bien. ―La pareja miró a Klaus y a Hayley por última vez, antes de salir corriendo con su hija, dejando atrás a su familia y a Nueva Orleans.

Queda un capítulo más y luego se acaba Absolution. Se me saltaron las lágrimas escribiendo este capítulo, siempre he odiado este episodio.

¡Espero que todos hayan disfrutado!