٬ 𝟬𝟮. targets in the heart. ៹

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๑₊꒷﹕𓏲 ( 𝓜 ) 𝙼𝙸𝚂𝚄𝙽𝙳𝙴𝚁𝚂𝚃𝙰𝙽𝙳𝙸𝙽𝙶 ! ꒷៹ ˖
002.┊ DIANAS EN EL CORAZÓN.
꒰# MIÉRCOLES E1 T1 ; Los miércoles son tristes.

꒰ · ❝ Dulce criatura, tuvimos otra
conversación sobre dónde nos
estamos equivocando. ❞

POR DECISIÓN DE LA PROPIA TERAPEUTA, Miércoles y Aurora tenían cita en días diferentes. Pero eso no detuvo los planes de la menor que, antes de irse, apareció en el cuarto de su prima para decirle que no deshiciera la maleta porque hoy, cuando se fugara, vendría a buscarla.

Aurora ni siquiera tuvo tiempo de pensar en una respuesta, Miércoles había dejado la habitación dos segundos después. Descendió las escaleras con la esperanza de encontrar a Judith para poder enterarse del resto de las cosas que la vampiresa no había tenido tiempo de contarle.

El marrón barnizado de la tabla que pisaba la chica en ese momento no solía hacer ruido, pero Aurora seguía bajando los escalones como si estuviera a punto de ser atrapada por un monstruo.

Salió de la escuela y se sentó en el jardín, ahora no llovía y podía observar a las sirenas sentadas en grupo, asintió con la cabeza a Bianca a modo de saludo, ya que antiguamente solían ser amigas, pero dados los acontecimientos y también el hecho de que ella le causaba a Miércoles un odio ardiente, ya no se hablaban. De todos modos, Bianca respondió con un asentimiento y luego volvió a su conversación.

Los hombres lobo también estaban en grupo — o manada —, entre ellos estaba Enid Sinclair, la compañera de cuarto de Miércoles que, al parecer, era todo lo contrario a Addams y quizá por eso tenía tantas ganas de marcharse; aparte del hecho de que pensaba que todo aquello era un plan de sus padres.

Aurora no pensaba lo mismo, pero no discutiría con Miércoles porque sabía que hacerla cambiar de opinión era misión imposible. Evidentemente, ella creía que los Addams estaban muy contentos con que su hija siguiera su legado, pero no habían manipulado eso desde que Miércoles entró en lo fundamental. Aunque, eran Addams y eran maquiavélicos cuando querían.

La chica observó a las Gorgonas, que parecían estar muy contentos —o muy fumados—, como de costumbre. Mientras los observaba intentar apilar todas las cartas de una baraja, pensó en su madre, en si se habría sentido orgullosa de ella en algún momento de su vida, tal vez cuando estudiaba en la escuela de estándares o cuando aún no había cometido ningún delito dado como accidente.

Tal vez su madre sabía el peligro que traía al mundo cuando la vio por primera vez y por eso la abandonó.

Según su padre, el parto fue en un hospital —a diferencia de todos los demás Addams— y dice que duró mucho tiempo y que ella gritaba como si se estuviera muriendo. Esta parte contada con una pequeña sonrisa, su padre también dice que ella miró a Aurora y lloró, parecía un llanto de felicidad, sostuvo a la pequeña bebé durante toda una noche pero al amanecer cuando llegaron a la habitación no había ni rastro de ella.

Sólo Aurora en una cuna sola. Debería haber estado sola desde el principio, era su destino.

—¿Por qué estás aquí tú sola? —Una voz masculina perturbó sus ensoñaciones, haciéndola girarse para ver a Ajax sentado a su lado en el banco—. ¿No eras una abeja reina emo o lo que sea...?

Aurora dejó caer la cabeza a un lado mirando fijamente al chico que no parecía importarle su curiosidad.

—No me importan esos títulos —respondió Aurora finalmente, encogiéndose de hombros y encarándose de nuevo al grupo.

—Bien, porque no tienes ninguno más —Ajax habló sin pensar, y la chica se volvió de nuevo hacia él—. Vaya, lo siento, he hablado sin pensar.

—¿Y tú piensas? —replicó Aurora en un intento de ofenderle, pero el chico se limitó a reír.

—Oye, ¿Bianca y tú seguís siendo amigas después de aquella cosa de esgrima? —preguntó, cambiando de tema sin darse cuenta.

—Hace bastante tiempo que no somos amigas —respondió Aurora rápidamente.

—Ah sí, desde que medio hiciste flotar a Xavier —recordó, Aurora volvió a mirarlo con curiosidad, nadie mencionó lo sucedido pero Ajax no parecía temer su reacción—. Bianca debía estar bastante cabreada.

—¿Por qué iba a cabrearse Bianca? —preguntó Aurora con genuina curiosidad.

—Porque ellos son muy amigos.

—No, no lo son.

—Eh, claro que sí, viven saliendo juntos —Ajax se encogió de hombros y se levantó al darse cuenta de que Xavier se aproximaba.

Aurora volvió a mirar a Bianca y vio cómo saludaba a Xavier. Ajax abrazó al chico como si no lo hubiera visto en quince minutos y Aurora lo vio detenerse frente a ella. Tuvo que levantar la vista para encontrar la cara de de Xavier, era muy alto y por fin ponerse de pie ella también le pareció una mejor idea pero permaneció sentada.

—¿Estás bien? —preguntó él porque no se habían hablado desde el accidente.

—Sí —respondió Aurora con calma mientras veía a Áyax alejarse de nuevo para saludar a alguien más, esa Gorgona parecía que tenía hormigas en los pantalones ya que no podía quedarse quieto en un solo lugar—. ¿Y tú?

—Ah... —Parecía sorprendido por la pregunta, y no era culpa suya teniendo en cuenta cómo lo había tratado Aurora las últimas veces que habían hablado—. Estoy bien.

Un silencio incómodo se cernió sobre ellos, había muchas cosas que necesitaban ser dichas pero ellos simplemente no podían.

—Me alegro por ti —dijo Aurora sin intención de parecer grosera, lo pensó mejor desde la enfermería y se dio cuenta de que al menos podría haber dado las gracias.

—Eh... —Xavier se metió las manos en los bolsillos—. ¿Vas a volver al tiro con arco?

Los ojos de Aurora se abrieron de par en par, olvidando por completo que esa era su actividad extraescolar y que en ese momento debería estar practicando.

—¡Sí! —Se levantó recogiendo su bolso y comenzando a caminar, sólo después de algunos pasos se dio cuenta que Xavier la seguía— Tú...

—Sí, yo también estoy yendo para allá —Él sonrió con cara de emoción por el hecho de que tendrían esa actividad juntos, Aurora no conseguía pensar en una razón para ello.

Caminando juntos hacia la actividad extraescolar, Aurora lo espiaba de reojo pero Xavier ni siquiera disimulaba que la estaba mirando, literalmente miraba en su dirección mientras caminaba. Aurora acabó sonriendo, porque era gracioso y ella reía con facilidad, a diferencia de Miércoles.

—¿De qué te ríes? —preguntó él, pero también tenía una sonrisa en la cara.

—Eres tonto —Aurora intentó parecer seria pero no tuvo mucho éxito, nunca lo era cuando se trataba de Xavier.

—¿Yo? —le preguntó, viéndola asentir—. ¿Por qué?

Aurora no contestó, sólo meneó la cabeza y se acercó al terreno reservado para la actividad de tiro con arco, eligió uno de los arcos y luego una de las dianas. Xavier hizo lo mismo pero no pareció elegir mucho la diana, sólo se quedó con la que estaba más cerca de la chica.

Addams levantó su arco y cerró uno de sus ojos para apuntar mejor su flecha, vio de nuevo por el rabillo del ojo a Xavier intentar acertar con su primera flecha, por unos centímetros no dio en el blanco.

—¡Maldita sea! —murmuró y entonces Aurora lo miró—. ¿Qué?

—Nada —Mantuvo la mirada fija en su rostro mientras soltaba la flecha y, sin siquiera mirar, dio en el centro de la diana—. ¿Acerté?

—No es culpa mía no haber pedido un arco y una flecha para Navidad cuando tenía cuatro años —dijo Xavier mientras tomaba y lanzaba otra flecha, esta vez centrada en la parte amarilla de la diana.

Aurora sonrió para sus adentros por una razón que estaba segura parecía tonta o cursi, pero no pudo evitarlo, ya estaba sonriendo al chico recordando algo de ella. Al acertar, Xavier se giró hacia ella con una sonrisa de suficiencia en la cara, Aurora puso los ojos en blanco y miró a su alrededor en busca de otra flecha, después de media hora esto ya se había convertido en una competición y en ese último tiro, Addams decidió que el reto de desempate debía ser más difícil.

—Espera —Aurora se dio la vuelta y sacó de su bolsillo un pañuelo oscuro que se ató cubriendo sus ojos para luego volver a sostener el arco y apuntar lo mejor que pudo, pasaron unos segundos de completo silencio por parte de ambos, cuando la flecha fue liberada la chica pudo escuchar un suspiro escapar de sus propios labios—. ¿Lo conseguí?

—Sabes que sí —dijo, viendo a Aurora levantarse un poco la venda de los ojos para asegurarse—. Muy bien, me toca.

Xavier se acercó para ayudar a Aurora a desatarse el pañuelo, y ella dejó que lo hiciera, aún sabiendo que debía hacerlo.

—Xavier —dijo cuando por fin le quitó la venda de los ojos. El chico se detuvo frente a ella esperando a que hablara y Aurora lo contempló, le miró profundamente a los ojos y se sintió fatal—. Siento mucho lo que dije, fui una idiota.

Ella no sabía exactamente lo que él esperaba que dijera, pero parecía genuinamente sorprendido por la sinceridad en la voz de la chica.

—Todo está bien —dijo él después de unos segundos y entonces Aurora se hizo a un lado para que pudiera acertar en su diana.

—No me gusta ese silencio —ella volvió a hablar y Xavier apuntó la flecha pero no la soltó.

—Es bueno saber que no has cambiado, Aurie —dijo sin mirar a ella por la venda en los ojos y, finalmente, soltó la flecha; no dio en el blanco—. Eso es imposible, sólo puedes tener....

Dejó de hablar antes de cometer algún error, pero ya era demasiado tarde, Aurora sabía cómo terminaba esa frase y no lo culpaba por decirla. Xavier era el que más motivos tenía para acusarla de usar su don de forma inapropiada.

—No... no he conseguido levitar casi nada —se justificó mirando al suelo donde había dejado el arco que sostenía antes—. Miércoles ya debe haber vuelto, voy a buscarla.

Xavier dio un paso adelante pensando en parar a la chica, decirle que no era lo que quería decir, pero ella fue más rápida en alejarse de él, de repente ya estaba cruzando el jardín y él seguía de pie donde ella lo dejó.

Estaba anocheciendo cuando Miércoles regresó, al parecer se había metido en problemas y su intento de fuga no había salido bien, cuando Aurora la encontró, estaba terminando de tocar su violonchelo, la chica se sobresaltó al ver a Cosa allí.

—¿Desde cuándo? —preguntó Aurora viendo a la mano saludar, pareciendo feliz de verla—. ¿Fue el tío Gómez?

—Claro —respondió Miércoles con el aspecto malhumorado de siempre—. Aurora, hay algo malo con este lugar.

—Sí, lo sé, es una escuela y tus padres estudiaban aquí... —Aurora se sentó en el suelo mirando a su prima.

—No, no sólo eso —Miércoles defendió la idea de que algo estaba muy mal allí—. También está el hecho de que hiciste flotar nuestro coche minutos antes de que llegáramos aquí y ahora no puedes ni hacer flotar un lápiz.

—Podría haber innumerables razones para eso, no es la escuela porque la última vez que estuve aquí todo funcionaba —Aurora no se preocupó por la falta de poder y Miércoles sabía muy bien por qué—. En fin, sólo vine a ver si estabas normal, tengo que volver para terminar de leer.

Miércoles se quedó mirándola en silencio con esos grandes ojos que decían "sé lo que estás escondiendo". Aurora se alegró de abandonar el lugar y deshacerse de ellos. Volvió a su habitación y decidió darse una ducha, se quitó el brazalete y al salir lo olvidó en el baño, la chica volvió a esconderse bajo las sábanas y esperó al otro día.

O eso era lo que esperaba hacer hasta que oyó tres golpes en su ventana. Se levantó imaginando que era Judith, que aún no había vuelto a su habitación, pero al mirar a través del cristal se encontró con Xavier.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó y de repente se sintió avergonzada de su pijama morado decorado con pequeñas calaveras en un tono más oscuro—. No deberías estar aquí.

—Déjame entrar —pidió Xavier apoyando la cabeza contra el cristal en un intento de convencer a Aurora Addams.

—Xavier, sabes que eso no es una buena idea —Aurora Addams mantuvo los brazos cruzados sobre su pecho.

—Por favor, sólo necesito hablar contigo un segundo.

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