-Estamos aquí para hablar del proyecto y el trabajo, Christopher. Eso es lo que debería importarnos en este momento -contesté tragando saliva.

-Por supuesto que el trabajo es importante, pero eres intrigante, ¿sabes?, estás aquí fingiendo que no notas la química que hay entre ambos, y no me rendiré tan fácilmente, ángel -susurró una vez que estuvo lo suficientemente cerca de mí.

Ambos nos miramos fijamente, conscientes de que estábamos en lados opuestos de una lucha de poder que recién comenzaba.

Di algunos pasos lejos de él, poniendo cierta distancia entre nosotros.

-Puedo entender su interés en el proyecto, pero aún me intriga por qué decidió comprarlo tan repentinamente. ¿Qué lo llevó a tomar esa decisión? -le cuestioné con determinación.

-Ángel, algunas decisiones en la vida se toman por impulso, ¿no crees? Además, no pude resistir la tentación de estar más cerca de ti. -me dedicó una sonrisa sugerente.

Debo admitir que su respuesta me tomó por sorpresa, sospechaba de sus intenciones, pero jamás creí que lo admitiera tan abiertamente.

-Esto no debería ser sobre mí. Es un proyecto importante y no quiero que nuestras interacciones personales lo afecten- nuevamente yo tratado de mantener la calma y el profesionalismo.

-Tienes razón, pero no puedes negar que esta atracción es real y explorar lo que se siente se me apetece... irresistible. -una vez más tan cerca y de nuevo hablándome en susurros.

El enojo me invadió finalmente y levanté mi mano para abofetearlo, esta no logró su objetivo tras ser capturada por la suya.

-La química entre nosotros es innegable, y podría hacer que trabajar juntos sea mucho más interesante -murmuró a centímetros de mis labios.

Tomé fuerzas de donde pude y lo empujé lejos.

-Entiéndalo, imbécil, estoy tan comprometida con este proyecto como con mi novio y usted no va a arruinarlo -siseé lentamente para que le quedara claro.

Me retiré de la oficina a grandez zancadas, hasta dar con el primer baño que me encontrara. Una vez en él, me adentré a un cubículo y me escondí en este tratando de calmarme.

Estaba atrapada con la atracción irresistible que sentía por Christopher, pero a la vez ese mismo sentimiento me molestaba inmensamente, pues el tipo era un idiota y yo estaba comprometida, además de tener mi deber profesional.

En lo que transcurrieron los días procuraba evitar estar a solas con Christopher, todavía no definía si por el enojo o por el peligro que eso implicaba.

La verdad es que él tanto como mi equipo trabajamos muy bien en algunas mejoras sobre la imagen del producto y en el desarrollo de esta, cada miembro del equipo contribuyó con sus habilidades y conocimientos, y las largas horas de trabajo se convirtieron en la norma.

No todo fue fácil. Hubo desacuerdos y desafíos a lo largo del desarrollo. Más de una vez Christopher y yo nos sumimos en discusiones, pues muchas cosas las hacía para molestarme y sinceramente agotaba mi paciencia. Sin embargo, terminaba cediendo por el bien del proyecto.

El equipo de Marketing hizo todo excelente, se realizaron pruebas de mercado, se recopilaron datos y se realizaron mejoras significativas en función de los comentarios y los resultados, el público ansiaba cada vez más el lanzamiento.

Con Hyunjin todo estaba a la perfección, le había comentado cada cosa, sentía cierta molestia hacia Christopher, pero no era más grande que la mía, me había escuchado quejarme por horas y horas, en algunas ocasiones optando por calmarme e incluso dándome ideas para solucionar los conflictos que tenía con ese tipo.

Finalmente, llegó el día del lanzamiento.

El equipo de protocolo había organizado un evento lujoso, invitando a patrocinadores, familias poderosas, influencers, idols y hasta actores, todos se veían interesados en el producto.

Por mi parte, me había animado a invitar a mi familia, tal vez así arreglaríamos nuestros problemas y así les mostraba el potencial de su hija.

Caminé por las mesas tratando de dar con la de mis padres, y ahí di con ellos, me acerqué inmediatamente a saludaros con emoción, sin percatarme que mi superior y más grande rival se acercaba a nosotros.

-Los extrañé mucho -les dije emocionada.

-Todo está muy hermoso hija ¡Y mírate, eres toda una reina! -apremió mi mamá recibiendoe entre sus brazos.

-Señorita Yoon, ¿no planea presentarme a sus padres? -habló tras de mí.

Claro, debí suponer de quién era la mirada que sentía en mi trasero.

Suspiré.

-Mamá, papá, el señor Christopher Bang, director del proyecto, en pocas palabras, mi jefe. -solté disimulando mi molestia, a mis padres pareció brillarles los ojos.

-Así que, señor Bang, ¿cómo se involucró en este proyecto? -preguntó mi padre rompiendo el hielo.

-Bueno, cuando escuché sobre el proyecto y quién estaba a cargo, no pude resistirme. Me pareció una oportunidad que no podía dejar pasar -respondió posando su mano sutilmente sobre mi espalda, le ofrecí una sonrisa falsa en cuanto lo miré.

-Parece que nuestro querido Christopher admira mucho tu trabajo, cariño -mi madre tomó mi mano por unos segundos y me ofreció una sonrisa cómplice.

Comencé a sentirme incómoda con la dirección que iba a tomar la conversación, pues conocía las intenciones de mis padres y Christopher no lo desaprovecharía.

-Su hija es una persona excepcional. No solo es talentosa, sino que también es increíblemente atractiva -refirió, tomé enseguida una copa que estaba sobre la mesa y la bebí lentamente para evitar soltar maldiciones, sobre todo para que no se me pudiera notar el sonrojo en mis mejillas.

- ¡Oh, Christopher! Eres un hombre muy directo. -mi padre rio con cierta adoración.

-Parece que tienes un admirador, cariño. ¿Qué piensas de eso? -me sonrió nuevamente.

-Me halaga, pero tengo mis prioridades, mamá, el proyecto más que nada. -mencioné con seriedad. -Si me disculpan, acaba de llegar mi prometido- me alejé un poco de ellos para caminar hacia Hyunjin para saludarlo con un beso corto y una gran sonrisa, verlo ahí aliviaba mis nervios y estrés de una forma increíble.

Lo tomé de la mano y lo llevé de nuevo al grupo con el que antes me encontraba.

-Christopher, permíteme presentarte a mi prometido, Hyunjin -les dije manteniendo la sonrisa de fortaleza que me había inspirado Hyunjin.

Christopher se mostró con cortesía, pero su expresión era indescifrable. Hyunjin, por su parte, mostró una actitud reservada, sin dejar su amabilidad de lado.

-Un placer conocerte, Christopher, he oído mucho de usted -casi me rio de su cara de pánico ante las palabras de mi novio, pues no se esperaba que él estuviera al tanto de sus insinuaciones.

Christopher presionó la mano de Hyunjin con firmeza antes de soltarla.

-Igualmente, Hyunjin. -le sonrió.

-Sr. Y Sra. Yoon, siempre un gusto verlos -les dirigió una corta mirada que molestó aún más a mis padres.

-Claro -murmuró mi madre.