chapter 31.

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Sabes que no me importa ni mierda lo que tú esperes, que te quede claro que no tienes voto aquí, no eres nada.

D E E P W E B.
...

— ¿No lo hiciste verdad?

Jacob no puede evitar tragar saliva cuando escucha la pregunta con atención, una gota de frío sudor cae de su rostro deslizándose hasta caer en el suelo.

Yoongi lo sabe, claro que lo hace.

— Yo...Yoongi, lo siento. — Es todo lo que puede soltar el castaño mientras siente la devastadora mirada del mercenario puesta sobre él, le perpetua de una manera tan intimidante. — No me atreví, no podía.

— Debí suponerlo, eres un maldito hijo de perra cobarde. — Le suelta con veneno, Yoongi no puede evitarlo pues los celos lo ciegan y la imagen de Hoseok tomándole las manos a Jimin se reproduce en su mente de manera tortuosa.

— Tienes que entenderme, yo jamás he lastimado a alguien.

Yoongi se ríe, una carcajada muy irónica que ocasiona que el castaño se desespere.

— ¿Piensas que voy a creerte? ¿Me estás diciendo que estuviste en la maldita red oscura sin hacerle daño a nadie? No me jodas, hasta tu amigo Sungwoon era un puto asesino.

— ¡Es la verdad, Yoon! Jamás he lastimado a alguien o acosado, nunca. — La sinceridad en los ojos de Jacob permiten que el azabache considere las palabras que está diciendo pero claro, no era Yoongi si no la cagaba. — Yo sólo me dedicaba a hackear fondos monetarios, cuentas personales y sé que es un delito pero nunca herí a alguien.

— Menuda mierda lo que sale de tu boca.

— ¡No asesiné a Hoseok porque no puedo! Él tiene nuestra edad, dios, no podía hacerlo. — Jacob alzó la voz cada vez más tenso e inseguro de lo que decía, probablemente en cualquier momento terminaría muerto. — Entiéndeme, por favor.

— Cierra la boca. — Ordenó tomándolo del cuello, el castaño puede sentir perfectamente las dos manos hacerle presión en la yugular. — Jimin duerme justo ahora y si él despierta tú no vas a vivir para contarlo. — Le amenaza Yoongi antes de soltarlo con la misma brusquedad que usó anteriormente.

— Hoseok no hará nada.

— ¿Nada, imbécil? ¿Estás seguro? Estuvo a punto de llevarse a Jimin hace dos días, si se lo hubiese llevado, él probablemente hubiera estado muerto a causa de Hoseok en menos de un día. ¡Y estamos en su casa! ¿Quién nos asegura de que va a vender nuestra ubicación?

— Hoseok nunca lo dañó. — Respondió sinceramente, a pesar de todo no sabe porque pero cree en las palabras de aquél muchacho. — Y no hará nada de eso, puedo asegurarlo.

— ¿Por qué lo defiendes tanto?

— No lo hago.

— Está vivo aún, ¿Sabes que significa eso para ti, Elordi? — Le cuestiona de manera pausada, Jacob traga saliva preparándose para lo que venía.

— No...no lo sé.

— Significa que tú debes de estar muerto, una vida se canjea por otra.

— No estás pensando bien, Yoongi. Los celos te están absorbiendo, escucha lo que dices.

— Estoy consciente de lo que digo perfectamente así que no me supliques por tu asquerosa vida. — Suelta de manera tajante, no parece interesarle seguir charlando.

— ¿Yoonie? ¿Por qué se escucha tanto ruido? ¿Están bien?

Ambos se giran para ver a la misma personificación de un ángel en las escaleras, Jimin está bajando los escalones en su pijama gris de cuadros. Talla sus ojitos mientras mira entre confusión a los dos chicos tensos, Yoongi muerde su lengua para evitar soltar una grosería.

— ¿Todo bien?

— Todo bien, vuelve a la cama. — Le dice en un tono autoritario, el rubio niega con las cejas fruncidas mientras lo mira.

— Dormí muchas horas, hyung.

— Vuelve ahora.

— ¿Jacob? — El adolescente posó su vista en el chico esperando por una respuesta coherente, el castaño se encogió de hombros sin saber que decir pues está recibiendo una mirada de ira por parte de Min.

— Vuelve a tu habitación, Jimin.

El rubio se enfada cuando vuelve a escuchar la voz del mercenario, está hablando con Jacob no con él.

— Estoy hablándole a Jacob, Yoon.

— El idiota no mató a Hoseok. — Le suelta Yoongi finalmente mientras se tensa, Jimin abre sus ojos con demasiada sorpresa. — Lo dejó escapar.

— ¿Lo hiciste? Me alegra que no le hicieras ningún daño, eres realmente bueno.

Jacob suspiró con tristeza, sabe el gran corazón que tiene Park Jimin pero él puede darse cuenta de que eso no será suficiente pues Yoongi está más que furioso.

— Estás hablando pura mierda. — Menciona el mercenario ganándose una mirada enfadada de Jimin, él la ignora por supuesto. — No hizo lo que le pedí.

— ¡Y me alegra que no lo hiciera!

— ¿Y tú que te crees? ¿Piensas que por el hecho de follar ya tienes derechos de decidir algo aquí?

Dolor. A pesar de que Jimin sabe que está tratando con alguien psicológicamente dañado no puede evitar sentirse tan mal por dentro, le lastima el hecho de ser considerado como una puta cuando un mes atrás era un adolescente normal con un enamoramiento por un chico lindo. Claro, un chico lindo que resultó ser asesino y que lo vendió. Y aunque él mismo se prometió hacerle retorcer a Yoongi en sus propias palabras, no puede hacerlo. Quiere creer que aún es bueno, que aún no es una persona aberrante como los que conoció.

— Claro que sé que tú sólo quieres usarme, ¿Qué puedo esperar de un asesino como tú? ¿O quién te ha dicho que siquiera espero algo de ti? — Murmura el rubio conectando miradas con Yoongi, parecía muy tenso con la mención de sus palabras.

— Sabes que no me importa ni mierda lo que tú esperes, que te quede claro que no tienes voto aquí, no eres nada.

— Yoongi, cierra la boca. — Defendió Jacob por primera vez observándolo con enojo, la figura de Jimin se escondió detrás de él.

El mercenario apretó sus puños de igual manera, no le gustó para nada la imagen que veían sus ojos y estaba a nada de morirse de celos. Ya entendía todo, entendía el constante apoyo de Jacob a Jimin o porque se aseguraba de defenderlo.

— Te has tardado, Elordi. — Masculló con una sonrisa de sorna en sus labios mientras se acercaba a paso lento a ambos chicos, el castaño tapó a Jimin de la vista del furioso azabache. — Ahora entiendo todo. ¿Qué? ¿Te gusta la puta también?

— Vete al infierno, imbécil. ¿Estás escuchando lo que dices? ¿Hasta dónde vas a llegar con tus estupideces?

Jacob no estaba dispuesto a escuchar las ofensas hacía Jimin y aunque Yoongi también era su familia, jamás permitiría que le dañara. No cuando Jimin fue el que estuvo ahí y él que le dió consejos.

— El infierno soy yo, jodido traidor. — Respondió acercándose peligrosamente a ambos, por instinto Jacob hizo que el adolescente retrocediera pero desafortunadamente él no pudo porque Yoongi lo había empujado al suelo con brusquedad.

— Cálmate, ¿De acuerdo?

— Ni una mierda.

— ¡Ya basta, Yoongi! — Le gritó Jimin alterado cuando notó al azabache poner sus manos alrededor del cuello de Jacob.

El mencionado hizo caso omiso ignorando sus palabras, su mirada estaba sedienta por dejar sin aire al cuerpo debajo suyo. Sus manos comenzaban a ejercer presión sobre la yugular de Jacob quien se removía con todas sus fuerzas, en cualquier momento le quebraría la tráquea.

— ¿Te gusta? — Cuestionó apretando más fuerte sobre su cuello, el castaño comenzaba a patalear con más fuerzas intentando liberarse del tosco agarre. — ¡Responde! ¿Te gusta mi puta, eh? Todo este tiempo viéndome la cara de imbécil.

— N-No...es así. — Logró formular entre desesperantes jadeos, Yoongi soltó una irónica carcajada por su básica respuesta.

— ¡Te dije que basta!

Jimin intervino colgándose de su espalda para separarlo a como fuera lugar del otro adolescente, era algo suicida comparando que ambos eran unos críos apenas y Yoongi les doblaba probablemente en fuerza.

— Carajo, suéltame, Jimin. — Respondió con enojo quitándolo con facilidad, el rubio quiso volver a golpearlo pero Yoongi lo detuvo.

— Yoongi...¿Qué haces? ¡Mierda, no te atrevas a ponerle una mano encima!

Y la habitación quedó en silencio después de oír aquél estremecedor ruido, Jimin se llevó la mano a su mejilla tocándola entre lágrimas.

Jacob se levantó con dificultad del suelo después de casi quedarse sin oxígeno y empujo con coraje el cuerpo de Yoongi sin importarle ser asesinado.

— Nos vamos. — Fue lo único que pudo formular Jacob antes de ir con rapidez al escritorio que estaba a unos cuantos metros, tomó la arma que anteriormente portaba para amenazar a Hoseok y la cargó consigo. — Ven, vamos a irnos de aquí ahora.

Jimin cruzó miradas con el mercenario, parecía arrepentido. Sólo parecía.

— Vámonos, Jimin.

El castaño tomó su mano comenzando a caminar hacia la puerta, en cuanto Yoongi volvió en sí se colocó de pie con brusquedad.

— ¡¿A dónde crees que te lo llevas, Elordi?!

— Un paso, un sólo paso más y te voy a disparar.

— No puedes llevártelo. — Negó dando un paso hacia a ellos, Jacob jaló del gatillo pero la bala aterrizó cerca de sus pies, lo suficiente para que supiera que en verdad iba a dispararle. — ¡Es mío, Elordi! Mío.

— Estás enfermo, no es tuyo. Él no es algo que puedas poseer. — El castaño tenía el arma en sus manos con seguridad sumamente atento a cualquier movimiento por parte del mercenario. — Jimin, sal de la casa.

El rubio dudó en hacerle caso, mantenía sus ojos posados en YoonGi y viceversa.

— Jimin, sal de la casa, por favor.

— Yo...sí. — Murmuró dándose la vuelta para salir por la puerta pero los gritos de Yoongi lo hicieron detenerse abruptamente.

— ¡Jimin! ¡Park Jimin!

Y lo que dijo después le dolió terriblemente.

— ¡Joder, te quiero! ¡Lo hago!

¿Quién es el que realmente estaba mal entre ambos?

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