Ϟ 06. 𝘁𝗮𝘆𝗹𝗼𝗿 𝘀𝘄𝗶𝗳𝘁

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06 : : CAPÍTULO SEIS

i. TAYLOR SWIFT

            RONNIE CONTO HASTA EL DIEZ EN SU CABEZA LE había tocado tener que atender a un cliente que en lugar de ser grosero, solamente se la paso insinuandole cosas. No podía creer como en el mundo habían tipos como ese que solo se la pasaban acosando a las mujeres.

La castaña suspira, le había costado mucho tomarle la orden como para tener que volver ahí afuera. Se sentía extraña, su vestimenta no era vulgar, tampoco llamativa como para haber "provocado" a ese cliente.

Inclusive era asqueroso de solo pensarlo.

La chica se había quejado con Eren, por el momento era el primero que había notado su incomodidad.

—si quieres mi opinión dile a Zeff, estoy seguro que lo sacará a patadas de aquí.— comento batiendo la mezcla del tazón.

—me da vergüenza decirle.— respondió mordiéndose el labio.

—¿vergüenza? ¿por qué?

—porque talvez, sea mi culpa.— agachó la cabeza. Simplemente recordar la mirada morbosa de ese cliente le daba asco.

—¿tu culpa? por amor a Dios. No, Ronnie lo único que hiciste fue tu trabajo.— aclaro el joven cocinero.

—lo sé, pero no quiero...

—¿no quieres que? literalmente ese tipo te acosó.— la interrumpió Eren.

Justamente cuando decía eso, cierto rubio aparecía por la puerta y escuchaba la última palabra por parte del cocinero.

Extrañado e intrigado por la palabra camino hacia ellos dos, ignorando la sensación de celos que comenzaba a sentir.

—¿quien acosó a quien?— pregunto al ponerse detrás de Ronnie.

La chica se paralizó, no podía decirle a Sanji su desgracia, era desagradable y asqueroso.

Aparte tenía vergüenza, se sentía incómoda y más emociones que solo quería ignorar.

—nada Sanji, no pasó nada.— respondió cuando tuvo la oportunidad.

Eren le dió una mala mirada.

Ronnie le suplicó con la mirada que no dijera nada.

Sanji noto el sospechoso comportamiento de los dos, algo no estaba bien y lo averiguaría.

—¿está todo en orden?— pregunto viendo a la castaña y luego a Eren.

—si no le dices tú, lo diré yo.— respondió el cocinero dejando la mezcla a lado.

—princesa, ¿que paso?— cuestionó el rubio hacia ella.

—tuve un pequeño problema con un cliente.— respondió.— pero lo voy a solucionar por mi cuenta.

Sanji dejo de verla y vio a Eren, quien solo confirmo lo que la joven dijo.

—¿que tipo de problema?

—uno que voy a solucionar ahora.— respondió firme.

—el cliente la acoso.— soltó finalmente Eren.

—¿que? ¿quien lo hizo?— pregunto de impedido el rubio, la sangre se le había subido a la cabeza.— Ronnie, ¿que carajos te hizo? ¿te toco?

—no, no lo hizo. Solo me insinuó cosas.

Sanji apretó los puños, sus nudillos se tornaron blancos por la fuerza. Estaba dispuesto a golpear a ese tipo que se atrevió a faltarle al respeto a la castaña.

—dime quien fue.— exijo en un bajo tono de voz.

—no Sanji.— se interpuso ella en el camino.— dije que yo lo solucionaría y eso voy hacer.

Los intensos ojos color avellana de la chica llegaron a los azules del rubio quien por alguna razón se sintió embobado por esos ojos.

Y sin querer había dejado de apretar los puños.

—confía en mi.— le pidió.

Sanji soltó sus manos y suspiró con pesadez. Rendido.

No le podía llevarle la contraria por más que quisiera hacerlo.

Ronnie se alejó del rubio, le dió una última mirada antes de salir por esa puerta e ir con ese cliente.

Sanji no se quedaría con los brazos cruzados, fue rápidamente detrás de ella pero se detuvo en la puerta. Tenía que confiar en ella, sabía de lo fuerte que era no solo físicamente, sino que también mentalmente.

Se quedó frente a la puerta viendo por el espejo lo que la chica hacia, compartió unas palabras con el cliente para luego elevar la mano y de un puñetazo hacerlo caer de la silla.

—wow, esa chica es increíble.— murmuró Eren que se había acercado.

«¡quiero casarme con ella!» pensó con emoción ante lo visto.

—esa es mi chica.— murmuró Sanji sonriendo.

—quien la despose, será afortunado.— concluyó el concierto que se retiró.

Sanji pensó en lo que dijo Eren.

En efecto, Ronnie es única, nunca había conocido a una chica como ella. Tan distinta y no es porque fuera inocente o tranquila. Más bien la energía que ella desprende es simplemente diferente a muchas que conoció antes.

La vió regresar con la cabeza alzada a la cocina. Se hizo a un lado para recibirla, si pudiera darle una medalla se la daría. 

—princesa, cada día me impresionas más.— dijo una vez ella entró.

—tenia que darle una lección.— respondió viéndose los nudillos, rojizos.

—se que le dolerá por un largo tiempo.— afirmó recordando cuando ella le dió un puñetazo en la nariz.— hablo por experiencia.

—me encargué de dejarle la nariz bien rota.

—se lo merecía.— artículo. Le hizo una ceña a Eren para que le trajera hielo.— ahora, vamos a ponerte hielo para que no se te hinchen los nudillos.

Eren trajo una bolsa con hielo, Sanji se la quito de las manos y luego el cocinero se retiró.

Se llevó a la chica a un área donde pudieran estar tranquilos sin las miradas de los demás cocineros a su alrededor.

Cerca del muelle los dos se quedaron, ninguno dijo nada al respecto solo disfrutaban de la compañía del otro.

Ronnie sostenía la bolsa con hielo sobre su mano, mientras Sanji la revisaba de arriba abajo con suma agilidad. No quería pensar que ese tipo haya puesto un solo dedo sobre la chica, le repugna pensar que existen hombres como ese que se aprovechan de la vulnerabilidad de una mujer.

Con el paso de los minutos el hielo se fue derritiendo a causa del calor, los nudillos de Ronnie seguían estando rojizos pero no inchados.

—no debí haber dejado que te encargaras de mi trabajo.— murmuró Sanji viendo hacia el horizonte, se sentía culpable.

Saber lo que aquel tipo le hizo a Ronnie, solo le hizo sentir repugnancia.

—ya paso Sanji.— le dijo ella quitando la bolsa de hielo de su mano.— no pasó a mayores, me hizo sentir incómoda pero le dejé una lección.

—un hombre que acosa a una mujer no merece llamarse hombre.— artículo con el entrecejo fruncido.— el hombre que lo hace, es un cobarde.

—lamentablemente en el mundo hay muchos de esos hombres y peores.

Sanji apretó sus puños, sus nudillos se habían teñido de blanco. Sentía impotencia por no hacer nada al respecto, hoy había sido Ronnie mañana otra pobre mujer inocente.

—es asqueroso.— masculla.

—imagina como se siente una chica cuando es acosada.— murmuró ella viendo hacia el cielo.— dicen que es nuestra culpa pero...

—¿que? ¿su culpa por qué?— interrumpió.

—culpan a nuestra vestimenta. Dicen, que los provocamos.

Sanji analizó un poco acerca de lo que decía ella. Ahora se sentía culpable por las tantas veces en que pensó en ella.

Pero el jamás la tocaría sin su consentimiento, por más necesitado que este o deseoso. No caería tan bajo.

—es una tontería.— articula.— yo jamás tocaría a una mujer sin su consentimiento. Puedo ser un mujeriego pero no caería a un nivel tan bajo como ese.

Ronnie estaba segura que de todos los hombres existentes en el mundo, con los únicos que estaba segura era con Sanji con Jaeger, inclusive con Zeff.

Sabía que ellos jamás le harían daño.

Estaba un poco sofocada por lo que sucedió y el tema, suspiro.

—cambiemos el tema.— pidió sin ganas de seguir hablando de lo mismo.— me siento un poco rara.

—debe ser por lo del tipo ese.— opino dándole una mirada. Necesitaba hacer algo al respecto.— ven, voy a llevarte a la habitación para que duermas un poco.

—sera lo mejor.

—para ti.— le sonrió, se levantó y le extendió la mano.— vamos princesa, te aseguro que conmigo estás a salvó.

—se que lo estoy.— respondió ella.














































❛ ━━━━━・❪ 🌾 ❫ ・━━━━━ ❜

















































Ya habían pasado días desde el incidente con Ronnie y el cliente. La castaña había dejado de lado esos pensamientos que la atormentaron por unos largos días.

Sanji no le quitaba la mirada de encima, cuidaba que nadie fuera a faltarle al respeto o intentara hacerle algo. Inclusive Jaeger se había tomado enserio su papel de águila cuidadora.

Hasta Zeff había dicho que si volvía a suceder, aquel cliente desearía no haber nacido.

Ronnie se sentía protegida por aquellos tres, estaba segura que harían lo que fuera por su bienestar. Y se los agradecería para siempre.

Era la media tarde, los últimos rayos del sol iluminan cada parte del Baratie, ya casi no se podía sentir el calor. La luz abundante permite la claridad del agua.

Ronnie se encontraba acariciando a su mascota, Vins estaba sobre sus piernas hecho una bolita de pelo. Sus piernas se balanzean, observando a su alrededor la brisa marina cierne sus cabellos con los ojos cerrados disfruto de la sensación.

A su lado se encontraba Sanji, el rubio había comenzado a estar más tiempo con ella. Más que todo para cuidarla o eso pensaba que hacia, de hecho le gustaba estar cerca de ella, la sensación que ella le transmite es única.

Y uso la excusa de cuidarla para estar cerca de ella.

—que bonito color tiene el cielo.— indicó ella al abrir los ojos. El cielo estaba teñido en colores naranja.

«no tan bonito como tú» pensó.

De inmediato sacudió la cabeza, no era correcto pensar de es forma.

—lo es.— admitió viéndola de reojo.— fue un día tranquilo.

—bastante, al menos no hubieron más accidentes.

Aunque ambos no fueran los más habladores, la compañía que se brindan es algo que no pueden comparar.

Sentados en el tejado, en aquella área que Ronnie se había encargado de arreglar, ambos dejaron que el silencio los rodeará, las olas y a los lejos pequeños delfines que salgan observan en el horizonte.

Su tranquilidad se vio interferida, por unos pasos apresurados que se dirigían hacia ellos. En segundos Jaeger había aparecido jadeando por haber estado corriendo.

—¿por qué corrias?— pregunto la chica al pelinegro.— no me digas que una chica te venía persiguiendo.

—dame...un, momento.— jadeo haciendo pausas al retomar la respiración.— Taylor volvió.— aviso.

Ronnie frunció el entrecejo.

Sanji sonríe de inmediato al escuchar el nombre de aquella rubia.

—¿hace cuánto está aquí?— preguntó de inmediato al ponerse de pie.

—uhm, hace unos diez minutos más o menos.— respondió.

—tengo que ir a verla.

El rubio estaba tan emocionado de volver a ver aquella rubia que olvidó un pequeño pero gran detallé. Nisiquiera volteo a ver a Ronnie cuando emprendió camino directo al restaurante.

Ronnie ajena a la conversación, apretó los labios sintiendo esa molestia aparecer en su interior. Con los puños levemente apretados trato de no darle importancia a lo que había escuchado.

Porque de la nada quería saber quién era está tal Taylor y porque Sanji estaba tan feliz de verla.

—ven ron-ron tienes que conocer a Taylor, se que va caerte bien.— le dijo Jaeger antes de que bajará.

—supongo que si.— respondió ella no tan a gusto con la idea.

Los dos amigos se tomaron su tiempo para llegar. Durante el cortó trayecto Jaeger se tomó su tiempo para darle un poco de contexto de quién era Taylor.

Ronnie no tenía la menor idea de quién era esa rubia a pesar de que Jaeger le aseguraba que es una cantante famosa reconocida mundialmente. Talvez la castaña había estado viviendo toda su vida debajo de una roca.

El camino se les hizo corto.

Dentro del restaurante en una mesa del rincón Ronnie logro ver una cabellera larga rubia brillante, a lado de otra cabellera rubia pero menos llamativa. Dentro de su pecho una extraña presión apareció, un resequedad en la boca y una molestia que no sabía distinguir.

Sanji reía con esa rubia y la rubia reía con él.

Ronnie tomo aire varias veces, no le gustaba lo que vería pero tampoco podía decir nada. Simplemente porque sería ridículo, Sanji tenía derecho a tener más amigas aparte de ella.

Entonces, ¿por qué no le gustaba?

Debía de admitir que Sanji se veía muy feliz a lado de esa rubia que intuía era la famosa Taylor Swift.

¿Que tenía de especial?

Solo era súper bonita, tenía unos ojos azules súper bonitos, la cara más bonita que pudo ver y ni hablemos del físico. A simple vista esa rubia era el sueño de cualquier hombre, tenía todo lo que un hombre pueda desear.

Y por un momento Ronnie, se sentía tan insignificante a lado de ella.

—¡Jason!— exclamó aquella rubia al ver llegar a los dos.— ¿quien es ella?— ladea la cabeza en dirección a la castaña.

—Tay-Tay, ella es nuestra querida amiga Ronnie.— presento el pelinegro a la castaña.— Ronnie, ella es Taylor.

—que gusto conocerte.— responde la rubia con una sonrisa.

—igualmente.— responde Ronnie desconfiada.

—es bueno tener a otra chica en el Baratie, llegué a sentirme sola rodeada de hombres.— agrego Taylor señalando a los mencionados.

—oh, bueno creo que me acostumbré a estar con ellos.

—lo se, pero a veces son un poco tontos ¿no?

Ronnie asiente con la cabeza.

Talvez solo talvez, Taylor no era de ese tipo de mujeres celosas con sus amigos. Hasta el momento le había dado una buena bienvenida.

Tras un largó rato los cuatro se encontraban en la mesa compartiendo un momento de calidad.

Taylor les contaba acerca de los lugares que visitó mientras hacia su gira mundial. Sin faltar ningún detalle.

Ronnie a pesar de haberse sentido bienvenida no podía dejar de pensar en la innecesaria atención que Sanji le daba a Taylor.

Debía de entenderlo la rubia había estado afuera casi dos años. Y los chicos solo estaban felices de volver a tenerla en casa, en especial el rubio que no había parado de reír de las cosas que Taylor decía, tampoco le quitaba la mirada de encima la veía embelesado como si estuviera admirando a una diosa.

Perdida en sus pensamientos comenzó a imaginar cómo sería si la rubia no hubiera llegado. Talvez, ella seguiría en el tejado con Sanji o talvez no, las posibilidades son demasiadas.

Ronnie se sentía aburrida, jugo un mechón de su cabello e intento lo posible en poner atención pero simplemente no podía. No quería ser grosera pero debía irse antes de que se quedara dormida en el peor de los casos.

—tengo algo que hacer.— aviso al levantarse. Por fin, luego de un buen rato Sanji la veía.— fue un gusto conocerte Taylor.

—digo lo mismo Ronnie.— le sonrió.

La castaña respondió la sonrisa y se retiró tan rápido como pudiera.

No soportaba esa presión en su pecho algo que la incómoda, lo peor de todo era que esa sensación era la misma que sintió aquella madrugada en la que imagino a Sanji con otra mujer.

Debía quitarse esos celos y que mejor que haciendo su actividad favorita. Al menos con la arquería dejaría de pensar un poco en esos dos.



























jane's note's

¡capítulo seis y tenemos la participación de mi cantante favorita o si!

ya nos acercamos al verdadero drama.

no pido esto pero para salir del flop, para que actualicé más rápido serán:

25 votos y 15 comentarios.

hasta pronto!‹3

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