1̷9̷

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


━━━━━━━━━━━━
CAPÍTULO DIECINUEVE
WOLVES THINGS
━━━━━━━━━━━━


MIRÓ AL MENOR anonadado para luego largar una carcajada.

— ¡¿No se han besado?! — Preguntó asombrado, en tanto el otro negó.

— Es que no he encontrado el momento perfecto... — Murmuró con vergüenza agachando la mirada.

— Wyatt, no busques el momento perfecto cuando puedas hacer cualquiera en el indicado. — El anterior nombrado miró a su hermano con una sonrisa y este asintió captando el consejo.

— ¿Desde cuando eres tan cursi? — Se integró a la plática Willa con un deje de burla.

— Antes de venir a Estados Unidos hice una parada en Francia. — Bramó soñador — Es un lugar que cambia a la gente. — Concluyó, a lo cual, los mellizos rieron.

— Como no. — La morena rodó los ojos — Wyatt, no le hagas caso y no tomes desprevenida a Nicolette, seguro te terminara golpeando. — Advirtió, en cambio el chico negó lento aún fastidiado por la imagen que tenían de su mate.

— Entonces es toda una fiera. — Johan golpeó el hombro de su hermano amistosamente.

— No te imaginas cuánto...

— Aún recuerdo a mi mate, — Comenzó misterioso el alfa — ella era... Bastante débil. — Dijo serio pero inmediatamente cambió a una sonrisa — Que bueno que tú hayas encontrado a alguien que pueda igualar tu poder.

El de mechón blanco se encogió de hombros, no le importaba que tanto pudiera contribuir Nicolette en él o en su manada, la amaba de todos los modos y eso no cambiaría por nada.

De igual manera no quiso profundizar el tema de la fallecida mate de su hermano a sabiendas que era un tema bastante sensible para él.













Caminó pesadamente por el patio de la escuela a través de la sombra mirando su cabello ahora azul con tristeza. No entendía si era un acto sororo por parte de las Acey's o simplemente quisieron imitarla pintando mechas rosas en sus lindas cabelleras y aunque lo agradecía para no sentirse sola con ello, igual odiaba su pelo en ese momento.

Estaba de pésimo humor, tanto por su apariencia y la mala suerte que últimamente cargaba. Incluso ese día se alejó de todos al no querer interactuar en lo más mínimo con alguien, pero, sobre todo con Wyatt, ya no toleraba tenerlo cerca y dolía querer seguir a su lado. Pero no podía evitar tener cierto resentimiento con la situación, lo había aceptado de forma en que puso su propia vida en peligro, arriesgó el plan de Vlad y por fin dejó ir a Elio, y ahora con esta nueva perspectiva todo parecía haber sido en vano, pues ya no estaba segura de quererlo, su verdadero yo, porque su mente y cuerpo decían otra cosa. Pues, las palabras de Zed resonaban en su cabeza como un tambor de banda de guerra. ¿Y si era verdad que el hecho de ser su compañero era lo que la atraía a él?


FLASHBACK

Entro fingiendo seguridad hasta que Wyatt le corto el paso posicionándose frente a ella y no podría evitar sentirse culpable, sino huía en ese instante se delataría a sí misma.

— Te ves fantástica.

— Lo se, — respondió fría — siempre lo estoy.

Siguió con su camino ignorándolo.

Él lo entendió sabiendo que estaba de mal humor, lastimosamente él tampoco estaba con los mejores ánimos, desde el día anterior supo que algo ocurrió en su salida con Bucky que la tenía molesta, ya que, por la tarde comenzó a tener malos ratos y a ser grosero por su molestia, hasta que se calmo al recordar que compartía emociones con su mate y seguramente algo grave la puso así. Cuando tenía esa actitud sabía que tenía que darle su espacio aunque ella no lo pidiera, era lo mejor para evitar conflictos, pero era bastante difícil para él estar lejos, podrían pasar apenas cinco minutos y otra vez estaría detrás de ella llenándola de preguntas.


FIN DEL FLASHBACK



Hizo un puchero bufando hacia el cielo cuando recayó en una presencia recargada en uno de los pilares a la orilla del estacionamiento que le dirigía una mirada despectiva y con cierta burla.

— ¿Y tú qué miras? — Pregunto con molestia hacia Eliza cruzándose de brazos.

Nicolette no estaba de humor para nada, mucho menos para lidiar con la zombie, pero no había que mentir, quería gritarle a alguien y bien, la de pelo verde cabo su propia tumba metiéndose a la boca del lobo.

— Nada, — Espeto con una extraña tranquilidad — solo quiero grabarme bien tu cara en este momento para poder reírme después. — La de vestimenta oscura frunció el ceño extrañada — Disfruta ahora que todo está saliendo a tu favor porque llegará el día en que todo el mal que estás esparciendo se regresará a ti y no será bonito.

— ¿Oh, si? — Sonrió sin gracia — ¿Y tú te encargarás de eso?

— Yo no, — Miro sus uñas fingiendo inocencia — pero la vida da muchas vueltas Colette, yo ya aprendí a no desgastarme contigo.

Nicolette había dejado de prestarle atención hace mucho cuando vio las manos de la zombie levemente amarillas. Ahora, si molesta al descubrir que fue ella quien arruinó su nuevo vestido se acercó a grandes zancadas.

— ¿Estas segura? — Tomó su muñeca, alzándola para evidenciarla — Porque a mi me parece que te tomas bastantes molestias para seguir molestándome. — Eliza por mucha fuerza que aplicó apenas pudo zafarse del rudo agarre de la ex pelinegra — ningún hombre vale tanto la pena Eliza, no te humilles así.

Estaba harta de ella y necesitaba hacerle la existencia imposible, pero ya no permitiría una burla más.

— ¿Tu que sabes? — Masajeó su brazo recelosa — Eres una chiquilla superficial que no valora lo que tiene enfrente. — Reclamó — Yo en cambio si lo hago.

— No te hagas la santa que no te queda. — La encaró duramente — Y las ganas no son suficientes. ¿Acaso esperas un premio por ser buena persona? — Preguntó burlona — Así no funcionan las cosas, y aunque así fuera, ni con toda la bondad del mundo, Eliza, podrás tener todo lo que yo tengo.

— Tus cosas superficiales no me interesan. — Se puso frente a la peli azul imitando su postura defensiva — No todos somos como tú.

— ¿Quién habla de lo material? — Se acercó un paso intimidándola — Yo lo único que necesito para tenerlo conmigo está aquí. — Señaló su cabeza dejando en claro de quién hablaba — Cosa que evidentemente te hace mucha falta... Deberías doblegar tu ración de cerebro.

Wyatt era de lo último que quería hablar ahora, pero si eso haría sufrir a la zombie por un rato, se aferraría a ello.

Eliza en cambio apretó sus dientes molesta.

— A Wyatt solo le gustas por una tontería lobuna. — Atacó sin saber que más decir, pero justamente había dado en el clavo de la creciente inseguridad de Nicolette, más, esta no lo dejo ver y en cambio alargo su sonrisa presumida.

— No hay un solo hombre que no quiera estar conmigo. — Aclaró primeramente — Claro que él no sería la excepción.

— Si claro, — Bufó con cierta risa — ¿Cuánto tiempo le rogaste después de que te rechazó?

— ¿Rogar? — La ex pelinegra soltó una carcajada — Ni que fuera tu.

— Mínimo yo no me meto con chicos con novia. — Nicolette tragó duro al verse descubierta y parpadeó perpleja.

No podía saberlo, era imposible. Fue un golpe bajo, sin duda, hasta ahora pudo ser uno de los demonios más grandes que la perseguían, pero no se lo dejaría ver, no había manera de que lo supiera, seguramente Bree — la cual tuvo sus sospechas desde el inicio — le metió ideas a la cabeza y quería usar eso en su contra.

— Si yo le gusto a un chico con novia... — Habló lenta después de una pausa — Ese no es problema mío, es de él.

Eliza rió sarcástica por su descaro.

— Solo mientes. — Calmo su tono — Mientes y no te importa a quienes vas a dañar y lo sola que terminarás.

— No pienses mal, — La calló — soy muy feliz, tengo siempre lo que quiero y lo que me propongo.

— Sigue así, peor para ti, — Tomó una bocanada — ¡porque entre más alto llegues más fuerte será el golpe!

— Ay por favor Eliza. — La restó aburrida al escucharla repetir lo mismo, no le tenía miedo — ¿Te hicieron una lobotomía en la mañana? Perdón, pero esta ciudad no está hecha para ambas y yo llegue primero así que vete a cualquier otra parte, la verdad no podría importarme menos, pero ya lárgate y borra todo rastro de ti de mi vida ¿comprendes? — Con su dedo índice golpeó la sien de la zombie.

— Sobre mi cadáver. — Apartó a la vampira con un manotazo.

— Bastante tarde. — Sonrió con gracia sacando a la otra de sus casillas.

— ¡Ya, cállate, cállate!

— ¿Naciste con esa boca? — Siguió acorralándola con sus palabras esperando ver lágrimas pronto — ¿O es una traducción zombie de la cuál no estoy enterada?

No obstante, antes de que pudiera continuar atormentando a la chica alguien la tomó del hombro haciéndola retorcerse un par de pasos y que esta mirará con molesta al culpable.

— Nicolette, basta. — Regañó Wyatt en un tono de advertencia, cosa que la molestó aún más.

— No, — Lo empujó de forma brusca — ya me canse de ella, soporte mucho. — Les dirigió una mala cara al par — Y ya no me voy a detener ni por ti, ni por nadie.

El chico que se había entrometido en aquella pelea respiro hondo, no quería pelear con su compañera pero tampoco podía dejar que agrediera a su amiga.

— ¿Podemos resolver esto de forma civilizada, por favor? — Intentó persuadirla, cosa que no se presentó por supuesto, pues, era el menos indicado para calmar las aguas.

— Perfecto — Recargo sus ojos con odio directamente en Eliza — Pídeme perdón.

—Estas loca. — Negó dando indicios de retirarse, pero antes de permitir una huida, Colette habló en voz alta para detenerla.

— Bien. Wyatt ¿quieres saber por qué peleábamos? — Se giró hacia el anterior nombrado — O mejor, por quien está adicta de banqueta esta tan enojada conmigo.

— No, espera — Bramó asustada la chica interponiéndose entre la pelizul y el lobo.

Si abría la boca, no solo quedaría como una tonta frente al licántropo, sino que por ello, después no le creería cuando le diga que le estaba viendo la cara.

Respiro hondo impidiendo mirarla — Perdón.

Nicolette sonríe malvada, no la dejaría ir tan fácil.

— Mmm no, — Fingió estar disconforme — mírame a los ojos cuando te hablo.

— ¡Nikki! — Se opuso el de mechón blanco pero la de negro lo calló con un siseó para después regresar su vista, retadora, hacia Eliza.

Para este punto, intentó respirar con profundidad calmando el coraje e impotencia, no estaba en una buena posición para mandarla a comer mierda. Dejó salir un suspiro entrecortado encarando a Nicolette frente a la cara de lastima del moreno y la otra triunfal de la italiana.

— Perdón.

Nicolette saboreo el momento un par de segundos antes de sonreir falsamente.

— Ay está bien — Dijo simple — te perdono. — Río leve al verla humillada — Adiós. — Sacudió su mano echándola.

La no muerta sin poder soportar un segundo más, se retiró con una sola cosa en mente. Odiaba a Nicolette y ella se encargaría de que los papeles se intercambiaran y algún día ella estaría rogando su perdón.

En tanto, a unos pasos de distancia, Wyatt, aún incrédulo por lo que acababa de presenciar confrontó a la de cabello azul con molestia, la cual, se mostró desinteresada con un leve encogimiento de hombros.

— ¿Eso te da placer? — Recriminó molesto — ¿Por qué la tratas así? — Ella estaba por responder pero este no la dejo hablar — Podrás tener lo que quieras, excepto calidad humana.

Está soltó una risa seca.

— ¿Tu que sabes de eso?

— Pídele una disculpa a Eliza. — Nicolette carcajeo.

— Claro, espérame tantito, voy corriendo. — Se burló de él y este cansado la tomó del brazo para llevarla con la zombie — No me toques. — Se zafó de él, brusca — Y ni lo sueñes, no me voy a rebajar con esa moribunda.

— Nicolette...

— Eres un iluso y no se quien te has creído para decirme lo que tengo que hacer. — Wyatt quiso tranquilizarse, pues las palabras de su novia estaban enfureciendolo.

— A veces te desconozco, — Habló desilusionado — te estás comportando como una inmadura.

— Tu no sabes nada de mi. — Dijo sería — Así que mejor cierra la boca.

— ¡¿Qué está pasando contigo?! — Explotó — Ayer estábamos bien, pensé que ya estaba todo en paz con las chicas después de que te disculparas con ellas — Recriminó desesperado — ¿Por que volviste a hacer así?

— ¿Te refieres a lo que me hiciste hacer? — Se acercó enfrentándolo — Me dio diarrea por la humillación.

— ¡No está bien que trates así a los demás!

— Mira quien lo dice, — Lo dijo ya fuera de sí por su enojo — tú no has sido del todo honesto. — Recriminó — Esta conexión, no es real, Wyatt. Dejémonos de hacer tontos y afrontemos que es un error estar juntos. Es solo instinto de tu parte, ni siquiera aceptas esta parte de mi y quieres cambiarme para que sea igual de mosca muerta que Addison.

Wyatt sintió una puntada en su pecho ante sus palabras. De pronto se sintió pequeño ante ella y no pudo evitar mostrar que sus palabras realmente lo habían herido.

— Esta no eres tú. — Retrocedió lento con sus ojos vidriosos — Y supongo que ya sabes la verdad... ¿Quién te lo dijo?

— Eso no importa. — Evitó verlo para no sentirse culpable — No estoy molesta porque me lo hayas ocultado, me enoja no saber si esto es de verdad o solo una obligación para ti. — Fue sincera esta vez.

El enojo la había hecho soltar palabras hirientes y ya se desquitó, cosa que no quería hacer desde un inicio pero por el calor del momento fue inevitable. Más sabía que hablándolo con él era la única forma de saber si realmente todo lo que había pasado por él había valido la pena, ya no había tiempo y debía tomar una postura para saber que hacer en el momento en que la horrible verdad salga a la luz.

— ¿Es eso, estás segura? — No movió ni un músculo — Nicolette, me gustas, de verdad me gustas, yo te quiero. — La chica que había mantenido una postura firme lo miró de reojo igual sintiendo que estaría por llorar en algún momento — Si, al principio tuve esta atracción porque eres mi alma gemela, pero después te conocí y no pude evitar estar encantado con todo de ti .

— No sabes lo que dices. — Dijo con voz rota. — Esto es una advertencia, Wyatt. No conoces todo de mi y mi otra cara no es nada de lo que te imaginas, podemos dejarlo todo por la paz.

¿Seguirá pensando lo mismo de la psicótica y sangrienta vampira?

— Sea cuál sea, lo afrontaré junto contigo. — Tomó sus manos consolándola — Porque me importas y quiero estar contigo.

— Tengo miedo. — Reprimió un sollozo — Somos como el hielo y el fuego, pero tu me complementas y no quiero que te alejes.

La tomó del rostro mirándola directamente a los ojos.

— No lo haré, confía en mí. — Suplicó.

Nicolette ahogo un sollozo y parpadeo muchas veces evitando que las lágrimas brotaran. Tragó duro antes de alejarse de él para sentarse de golpe en una de las pequeñas mesas de piedra exteriores.

Él creía que la conocía, pero apenas solo había visto la punta del iceberg. Su naturaleza, quiera o no le decía que le pertenecía, aunque era increíble como la respetaba, aún así, no podía controlarla.

Wyatt no tardó mucho en seguirle los pasos de forma insegura. Tenía la preocupación marcada en su rostro, pero estos seguían añorándola, ella sabía que él solo podía ver una cosa en ella, cuando detrás del telón la obra era de terror.

— Wyatt, por última vez. — Habló lenta — Aléjate de mi, no me conoces como en realidad soy.

— Entonces dímelo, porque no me voy a ir.

* PLAY YOU DON'T KNOW BY
ELIZABETH GILLIES *

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]


— You think you know me but you don't
know me — Se levantó de la mesa intentando escapar de él pero él sin dudarlo la siguió — You think you own me but you can't control me — Se dark de su agarre — You look at me and there's just one thing that you see... So listen to me.

— Nicolette, yo...

— ¡Listen to me! — Pidió — You push me back
I'll push you back — Lo alejó — Harder, harder.
You scream at me I'll scream at you
Louder, l-l-l-l-louder — Volvió a tomarlo por los hombros encarándolo — I'm dangerous, I'm warning you — Lo miró con una sonrisa triste
— But you're not afraid of me and I can't convince you — Negó lenta — You don't know me.

Se adentró a la escuela con el siguiendo sus pasos buscando detenerla.

— You think you got me but you don't get me. — Aclaró deteniéndose y frenándolo — You think you want me but you don't know what you're getting into. — Cantó refiriéndose al asunto de los mates, él no la quería — There's so much more to me then what you think you see... So listen to me.

— Nicolette, yo te conozco y se lo que...

— ¡Just listen to me! You push me back
I'll push you back — Lo empujó levemente, necesitaba sacarlo de su vida — Harder, harder.
You scream at me I'll scream at you — Los señaló — Louder, l-l-l-l-louder
I'm dangerous, I'm warning you but you're not afraid of me — Renegó ante la necedad de seguirla — And I can't convince you, you don't know me...

Nuevamente, Wyatt la detuvo en uno de los desolados pasillos queriendo abrazarla y hablar. Nicolette estaba rendida cayendo nuevamente a él.

— And the longer that you stay the ice is melting — Cerró sus ojos juntando sus frentes, la estaba cambiando — And the pain feels okay
It feels okay (hey)

— Entonces, déjame seguir contigo. No me iré a ninguna parte por más que me alejes.

La peliazul lo miró con un nudo en la garganta.

— You push me back — Se alejo caminando hacia los casilleros — I'll push you back, you scream at me I'll scream at you...

(Louder, louder
Louder, louder, louder
Louder
Louder, louder
Louder
You push me back
I'll push you back
Harder, harder
You scream at me
I'll scream at you
Louder, l-l-l-l-louder)

Abrió su locker hojeando uno de sus cuadernos, hasta encontrarse la página donde garabateó un corazón inconscientemente pensando en Wyatt.

— I'm dangerous, I'm warning you — Lo tomó del rostro con la última esperanza de que se aleje de ella, pero él negó con una sonrisa —But you're not afraid of me and I can't convince you
And I don't have to — Sonrió triste, rendida —
I think you know me

La italiana sintió su pecho encogerse ante él. Quería odiarlo, pero ya a estas alturas no podía y ya no le importaba que viniera después, pero disfrutaría cada instante antes de que él descubriera que era un demonio chupa sangre y una asesina sin piedad.

Le extendió aquella hoja dejando ver "su obra de arte" y él la tomó con cuidado pese a que lucia descuidado.

— Si pudiera, te entregaría mi corazón — Se entregó el trozo de papel — Pero no dudes de que es tuyo.














Tomó su mano con nervios, a lo cual, el chico giró a verla con una pequeña sonrisa tratando de tranquilizarla que apenas pudo regresar.

Ambos ya estaban más tranquilos, ser sinceros era lo que les hacía falta — aunque ella no podía revelarle toda su verdad —. Nicolette sintió su pecho pleno y que estaba segura que el licántropo, la quería, como nadie más lo había hecho en cientos de años y eso de alguna forma la reconfortaba, era como si todo este tiempo solo necesitara ser amada.

Ya con sus miedos visibles uno al otro y haciendo promesas, decidieron dar el siguiente paso a su relación, uno con el que ella creía no estar lista, pero viendo la ilusión en el rostro de su novio — aún era raro llamarlo así — no pudo negarse.

— Bien, llegamos. — Se detuvo frente a una gran cueva.

Nicolette trago dura.

Estaba entrando a la boca del lobo, casi literalmente. No tenía problema con ellos mientras estaban en público rodeados de humanos y zombies ¿Pero eso? Ir a una cueva repleta de hombres lobo a la mitad de la nada en un bosque oscuro siendo ella una vampira, había mejores opciones si quería suicidarse.

Wyatt al recaer en la expresión dudosa de la ahora peli azul la miró interrogante, como si le preguntara si de verdad estaba segura, pero ella cambió rápidamente a una posición más confiada.

— ¿Y bien, Wyatt? — Se acercó vacilante — ¿Vas a mostrarme de que son capaces los lobos?

El chico arrojó una mirada al interior de su hogar para después guiarla hacia allí.

Entró y una luz obstruyó su vista haciéndola cerrar por unos instantes sus ojos alertando todos sus sentidos sin poder evitar pensar que estaba yendo directamente a una trampa. Dio un par de pasos hacia adelante y enfocó bien la vista sin dar crédito a lo que vio, abrió la boca asombrada.

Supo en dónde estaba entonces, había leído de este lugar en el gran libro de historia de Seabrooke. Era una mina abandonada que antes era propiedad de exportadores de diamantes, según la habían vaciado por completo y dejado en el olvido, pero ahora era consciente de que esa era otra vil mentira. Pues por todo el lugar había pequeños destellos reflejando brillantes colores con la luz de la luna iluminando todo el lugar de una forma mágica e inusual. Lo que más resaltaba era una piedra enorme en el centro de color lila, bajo un hueco enorme en el techo que daba permiso a la luminosidad de las estrellas y luna teniendo una vista preciosa del cielo nocturno.

Era como estar en el espacio exterior, pero con gravedad.


* PLAY WILDEST ONES
BY ZAYDE WOLF *

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]




( Oh oh oh
Yeah we are the wildest ones
Yeah we're just the ones that you know, you know )

Wyatt la tomó de la mano comenzando el recorrido.

— When I was young, my mother said
"There is a savage that is hiding in your head"— Relató con una sonrisa nostálgica — I felt rebellion, I came alive — Explicó con emoción —
When I embraced the reckless one thats deep inside — Tocó su propio pecho. — Time won't change a man, ¡but the wild will!

Wyatt sonrió hacia su manada y se un salto introdujo a Nicolette más al fondo, al momento en que los demás lobos se acercaban a conocerla mejor.

— Oh oh oh
Yeah we are the wildest ones — Señaló a su manada — Yeah we're just the ones that you know, you know.

Se acercó a ellos viendo que los más pequeños eran los más curiosos por la presencia de Colette, la cual, los recibió algo nervioso.

— Oh oh oh
Yeah we are the wildest ones
Yeah we're just the ones that you know, you know. — La tomó otra vez, acercándola a bailar con los demás — ¡Step on out to the wilderness!

Estaban en el centro, rodeados, mientras que los lobos bailaban, el chico intentaba animarla a unirse a la fiesta.

— Let's be wild
Yeah let's be wild
Yeah let's be wild
Step on out to the wilderness
Let's be wild
Yeah let's be wild
Yeah let's be wild
Yeah we are the wildest ones

Nicolette aún poco convencida se alejó pero el se acercó a abrazarla por los hombros tranquilizándola.

— Don't be afraid, don't be alarmed — La calmó — It's just the animal inside you growing strong — Ella negó ante la idea pero él asintió convencido — Don't try to hide it, just let it out — Intento animarla a dejarse llevar —
It's just the wilderness you've always heard about. — Tocó su nariz

( Time won't change a man, but the wild will
Oh oh oh
Yeah we are the wildest ones
Yeah we're just the ones that you know, you know
Oh oh oh
Yeah we are the wildest ones )

— Yeah we're just the ones that you know, you know — Nicolette comenzó a acercarse más decidida — ¡Step on out to the wilderness! — Wyatt la miró emocionado.

— Let's be wild
Yeah, let's be wild
Yeah, let's be wild
Step on out to the wilderness — Nicolette rio comenzando a sacudirse conforme a la melodía alocando su cabello dejando llevar y disfrutar el momento — Let's be wild
Yeah, let's be wild
Yeah, let's be wild
Yeah we are the wildest ones.

— When I was young, — Nuevamente la tomó alejándola un poco del grupo — my mother said
There is a savage that is hiding in my head...

( Oh oh oh
Yeah we are the wildest ones
Yeah we're just the ones that you know, you know)

Nicolette sonrió alborotando más su cabello, sintiéndose salvaje y bienvenida. Se dio media vuelta y se unió a la manada comenzando a bailar con todos ellos.

Oh oh oh
Yeah we are the wildest ones
Yeah we're just the ones that you know, you know — La peliazul miró insegura los palos de madera que estaban en el piso y que los demás la animaban a saltar hasta que una cachorra le extendió una corona hecha de ramas y flores —
Step on out to the wilderness — Sonrió y dio el gran salto intentando imitar los movimientos de la loba a su derecha — Let's be wild
Yeah, let's be wild
Yeah, let's be wild
Step on out to the wilderness
Let's be wild
Yeah, let's be wild
Yeah, let's be wild
Yeah we are the wildest ones




Rió divertida mientras el chico alzaba su mano dando una vuelta, terminando por abrazarla contento.

— Esto fue... — Rió sin aún con emoción — Es estupendo, gracias por mostrármelo.

— No agradezcas. — Dejó un beso en su frente tomándola desprevenida — Eres parte de nosotros ahora.

Nicolette sonrió enternecida mirando a su alrededor como los lobos de su manada sonreían y coreaban hacia ella una cálida bienvenida mostrándose felices con su presencia.

Su sonrisa se volvió una triste al recaer en los cachorros que le habían entregado su corona de flores antes y que ahora corrían a su alrededor jugueteando. El sentimiento de culpa se incrustó nuevamente en ella, realmente ya no quería herirlos, a ninguno, ni por Wyatt ni por nada, lo peor es que no sabía que era más grave, estaba traicionando a Vlad. ¿Qué pensará de ella si la ve asi? Rodeada de licántropos y divirtiéndose con ellos.

Miró a la luna en busca de respuestas cuando después de largos segundos sus pensamientos fueron interrumpidos por alguien que la llamó a lo lejos.

— ¡Nicolette! — Vociferó fuerte haciéndola girar espantada — finalmente tengo el gusto de conocerte, he oído mucho de ti.

La anterior nombrada achinó sus ojos confusa con el extraño moreno que se acercaba a ella a paso veloz.

— Es curioso que lo digas, porque yo no he oído de ti. — Bramó dudosa al tenerlo de frente, viendo de reojo al de mechón blanco incomoda.

Wyatt sonrió entusiasta, separándose de ella y poniéndose entre ambos. Carraspeó.

— Nicolette, el es Johan, mi hermano.

Revelada la identidad de aquel chico, la peli azul borró cualquier gesto de su rostro y de seguir viva estaría pálida, llena de terror. Sintió la muerte encima, pisándole los talones, pudo engañar a todos ¿Pero a él?

Era más intimidante en persona, pese a qué no era tan alto, pero igual el rojo reflejo de sus ojos destellaba toda la sangre que ha pasado por sus manos, con la mirada de alguien que no le temía a nada y jugaba con la muerte todos los días, y su rostro con cicatrices lo hacía más atemorizante.

— Mucho gusto... — Balbuceó extendiendo su mano.

Johan la miró seriamente acercándose amenazante, ella contuvo el aliento cuando en ese instante el moreno cambió su cara a una bastante amigable.

— Deja las formalidades. — Espeto con burla atrayéndola hacia él en un abrazo — Eres la novia de mi hermano, es como si fueras mi hermana también.

La chica rió nerviosa intentando separarse.

» — Me alegra que te unas a la manada. — Finalmente la soltó — Por favor, cuida al chiquitín, suele ser algo... Iluso, no nota el peligro aunque lo tenga en frente. — Siseó lento y Nicolette se alejó un paso apretando sus labios insegura.

Podría matarla de un solo movimiento.

— Déjate de juegos, "gran alfa". — El menor lo empujó amistoso, resaltando el apodo con burla.

— ¿Qué? — Se encogió de hombros luciendo inocente — Podría serlo.

La peli azul alzó una de sus cejas sin ser muy obvia, Johan era tan encantador, como una bella flor en medio del amazonas, antes de que te des cuenta te pica con una de sus espinas venenosas. O quien sabe, tal vez tenía esa perspectiva por las historias de Vlad, puede que realmente sea como los demás licántropos de la manada de Willa. Pero no se fiaría mucho de él tan pronto.

— Claro que no. — Recriminó el de camisa púrpura — Ella es la gran alfa. — Señaló una pequeña ilusión sobre unas rocas en lo alto de la cueva.

Nicolette intentó apagar su instinto de peligro y actuar con naturalidad, para poner atención a su charla, pues, realmente le interesó aquel dato.

— ¿Qué es la gran alfa? — Preguntó curiosa cruzándose de brazos.

— Veras, existe una leyenda entre los lobos sobre una mujer de cabello blanco con el poder suficiente para liderar a toda la raza de licántropos. — Explicó su mate yendo junto a ella.

— Entonces... ¿Sería algo así como su reina?

— No le hagas caso. — Se entrometió Johan — Es un absurdo mito, no existe una loba que pueda controlarlos a todos. — Hizo una mueca — Y de haber sido así, fue hace bastantes años y nunca lo supo, ya debe estar muerta.

Colette lo descubrió con sospecha por sus palabras, pero aún así asintió pareciendo conforme. Creyó que era normal su actitud frente al tema, hasta ahora él era el alfa más poderoso, según tenía entendido, si realmente la gran alfa de la que hablaba Wyatt existiera lo destronaría en un segundo y eso es algo que no podía dejar pasar por alto. Si lograba encontrarla podría convencerla de acabar con él y así también su tonta rivalidad con Vlad.

— Tengo fe en que este por ahí. — Comentó el menor — La hemos buscado por muchos años, si aún no aparece es por algo. — La vampira asintió de acuerdo — Ven, te mostraré el resto de la cueva. — Tomó su mano comenzando a arrastrarla hasta otro punto con prisa — Te veo luego, Jo.

— Entiendo, quieres privacidad. — Musitó burlón sacudiendo el cabello del más chico — Hasta pronto, muchachos. — Se despidió con una sonrisa divertida.

Nicolette le dio una última mirada e igual intentó sonreír amable pero esta salió más torcida de lo que pensaba.

Cuando los adolescentes estuvieron lejos de su campo de visión, el rostro amistoso de Johan se transformó en un segundo con sospecha hacia la pareja de su hermano, algo no andaba bien con ella y lo descubriría pronto.

En tanto, del otro lado del lugar, Wyatt siguió continuando con un ameno recorrido a su acompañante hasta conducirla por un pequeño sendero que los terminaron llevando a una cueva más pequeña, simulando una habitación.

— Este lugar es mi favorito. — Soltó un suspiro — Es como nuestra biblioteca, aquí tenemos todo lo que necesitamos saber del mundo, como el bestiario.

Le alcanzo dicho libro mientras buscaba en los alrededores algo más interesante y menos terrorífico para enseñarle.

Nicolette indiscreta, comenzó a hojearlo deteniéndose en una página exacta, la cual contenía un dibujo de un vampiro justamente. Delineó la silueta de su otra cara, nunca se había visto como tal, era una nueva experiencia, aunque podría jurar que era un retrato exacto de Vlad en su transformación más horrorosa.

— ¿Y esto qué es? — Fingió ignorancia llamando la atención del otro.

— Son criaturas de la noche, sedientas de sangre y peligrosas, mitad demonios. — Explicó acercándose con otro par de libros — Nuestras razas siempre se han odiado solo que... No se la razón. — Ladeó la cabeza desinteresado — Creo qué tal vez es una riña predestinada, como con los gatos y perros. — Soltó una risa.

— Ah, ¿vampiros?

— Creo que así les llaman los humanos, si. — Aseveró con un deje de duda.

— ¿Y los has visto? — Quiso averiguar que tan informado estaba sobre su raza y cuál era su perspectiva, pero al no quererse ver tan obvia, intentó mostrar que no le importaba — Es decir, creí que era solo un cuento, pero con ustedes en el pueblo ya no se sabe. — Río ansiosa.

— Mmm yo igual creí que era una leyenda por mucho tiempo, casi nadie habla de ellos y jamás he visto uno en mi vida. Pero... Mi hermano insiste en que son reales y siguen entre las sombras, esperando atacar... — Relató serio haciéndola tragar nerviosa, pero al instante él soltó una risa — Es algo paranoico.

— Si, se nota... — Carraspeó — ¿Y son peligrosos?

— ¡Claro que sí! — Dijo obvio — Te podrían chupar toda la sangre en segundos. Johan estuvo en la fundación de Seabrooke y según él, estaba infestado de esos demonios. — Mencionó con cierto desprecio haciendo que la otra sintiera una opresión en el pecho por su manera despectiva de referir a su raza — Su manada llegó en el momento justo, estaban acabando con los pueblerinos y los lobos tenemos muy arraigado nuestros principios, protegemos a los que no pueden.

Nicolette sonrió triste.

— Está muy bien... Pero, me refería a que, ¿Son peligroso para ustedes? — Explicó dudosa.

— Supongo que su fuerza es parecida a la de nosotros y en una pelea seria ¿Justo? — Hizo una mueca — No se mucho de ellos en realidad, pero he escuchado rumores sobre qué nuestra mordida es mortal para ellos.

— ¿Y la de ellos en ustedes?

— Para nada, — Negó — podríamos entrar en evolución, ¿sabes? Ser hibridos.

La chica asintió con un miedo en la garganta.

— Si, entiendo...

Sin querer extender más el tema, pues ya tuvo suficiente, siguió pasando las hojas leyendo sobre otro par de criaturas como el Nundu, Chupacabras, la Acromántula, sirenas, Wendigos...

No había muchos registros sobre ninguno, pero toda la información estaba plasmada en esas páginas, ese libro valía oro. Tenía entendido que estaba perdido, según Vlad. No se imaginaba su cara cuando le dijera que lo tuvo entre sus manos.

— ¿Qué hace ella aquí?

Willa entro a grandes zancadas arrebatándole el bestiario de las manos.

» — Sabes que este lugar está prohibido. — Se dirigió a su hermano con reproche.

— Por favor, Willa... — Suspiró cansado poniéndose delante de Nicolette — Es mi mate, confió en ella.

—Pues yo no.

— Vamos, tu hermano ya me acepta. — La ex pelinegra asomó su cabeza con cierta burla, refiriéndose a Johan — ¿Por qué tú no? Ni siquiera me conoces.

— Y no quiero hacerlo.

— O tal vez si se debe. — El chico miró a ambas con una creciente sonrisa.

— ¿De qué hablas? — Frunció el ceño la peliazul.

— Tendrán una cita.

Por sus palabras, el par de chicas se miraron con horror comenzando a negar, pero ya era bastante tarde.













La vampiresa y la loba, se encontraban sentadas en la barra de un bar ni tan modesto ni de apariencia de mala muerte, algo intermedio pero discreto, pues, no habían muchas personas, más si se podía ver una mayor cantidad de zombies entre el gentío.

Las chicas miraban a su alrededor aburridas y con cierto fastidio puesto que habían sido llevadas a la fuerza, con la condición de Wyatt y Johan que pasarían por ellas a media noche; siendo que apenas eran las ocho de la noche y que no podían huir del lugar, ya que, había un par de lobos de la manada por el lugar que vigilarían su "cita".

Cansada, Nicolette suspiro después de mucho silencio. Los tragos que les servían podrían ser lo suficiente para un simple mortal pero para ellas apenas era un simple cosquilleo. Tal vez necesitarían algo más fuerte para romper el hielo.

« A mal paso darle prisa. » — Pensó resignada la peliazul.

— ¿Sabes? — Llamó la atención de la morena — Tu estilo... Es... Lindo. — Sonrió minúscula pensando en si era lo correcto comenzar así.

— Yo supongo que... No eres fea.

Nicolette rodó los ojos ante sus palabras. Por supuesto que no era fea, era la más linda del lugar, es más, de la ciudad.

Willa, por otro lado, ignoro aquello y en cambio recordó la advertencia de su hermano Johan en la cueva.

Justo después que Wyatt les organizará esa rápida e improvisada reunión, Willa quiso ir con su hermano mayor para que este convenciera a su mellizo de no obligarla a salir con su mate, lo cual, fue en vano, puesto que, Johan le dijo que debería hacerlo y mantener vigilada a Nicolette bien de cerca.

En un inicio no entendió del porqué de esto, pero cuando el moreno le dio el antiguo rubí de sus padres, que brillaba al identificar a seres sobrenaturales — a excepción del portador —. Cayó en cuenta de las sospechas del mayor.

Creyó que era ridículo, Nicolette le parecía tan insignificante, una simple humana con una boca muy grande, nada más. Pero Johan no la dejaría en paz si no lo intentaba si quiera.

Aunque también quería saciar su propia curiosidad, más no lo haría frente a todo el mundo.

— Necesito aire. — Bramó de repente la de rulos abanicándose para lucir sofocada, en espera de una respuesta de la otra chica.

Nicolette al percatarse de ello volvió a volcar los ojos sin sospecha alguna.

— ¿Quieres que te acompañe? — Preguntó resignada.

— Claro. — Asintió.

La peliazul tomó de un trago su bebida antes de seguir a la de vestido púrpura por la puerta trasera que las dirigiría a un callejón donde usualmente se salía a fumar.

Willa abrió la puerta dejándola pasar y cuando la pálida paso por ella, la de mechón blanco aprovechó para acercar su bolso a la chica notando rápidamente como este brillaba de un color rojo oscuro.

Se quedó sin aliento y abrió la boca estupefacta. No podía ser cierto. Trago saliva varias veces sintiendo sus manos temblar con decenas de pensamientos en su cabeza, la Gema brillaba en distintos tonos según la criatura a la que fuera expuesta, y ese color no podía significar nada bueno. Sin que la otra se diera cuenta, saco a relucir sus garras y ojos dorados cerrando de golpe la puerta detrás de ellas.

Acto seguido, Willa la tomó por los hombros azotándola contra la pared de ladrillos mientras le gruñía amenazante.

— ¡¿Qué te pasa?! — Preguntó la peliazul sacada de órbita.

— Muéstrate, demonio. — Ordenó sería.

Nicolette quedó helada, todo se vino abajo de un segundo a otro. La guerra estaba frente a sus ojos y correr no la podrá salvar. Todo su plan, mentiras y movimientos se vinieron abajo, cuál cadenas que estaba arrastrando hace mucho tiempo, no tuvo el cuidado suficiente y ahora estaba expuesta ante sus mayores enemigos.

Salió del shock un par de segundos más tarde y cambió su cara repentinamente dejando salir una sonrisa maligna mientras sus ojos igualmente cambiaron al de un color ámbar.

— Creí que eras más tonta de lo que pareces...

Willa enfurecida por su descubrimiento, la tomó por las mangas de su chaqueta y sin mayor esfuerzo la lanzó hacia la otra pared sacándole un quejido a la pálida.

Nicolette sintió cómo se sofocaba por el golpe, realmente era una alfa fuerte, nunca había enfrentado a un lobo y no quería hacerlo ahora tampoco. Era la hermana de Wyatt, no podía herirla.

— Willa... — La llamó sin aliento — Necesito que te calmes.

— ¿¡Para qué, eh!? — La golpeó en el rostro desequilibradola — ¿¡Más mentiras!? — Gruñó alargando sus garras y Nicolette la miro con terror escapando de su próximo ataque. — ¡Vamos, defiéndete, muéstrame de lo que son capaces los chupa sangre! — Se puso sobres de ella pero la peliazul logró esquivarla de nuevo haciendo que Willa la mirara enfurecida — Tu sangre, el sudor y todas las lagrimas, hacen que el dolor sea más dulce... — Vello corporal comenzó a crecer en sus brazos, cuello y piernas, inclusive se volvió unos centímetros más alta — Con todo eso, pagarás por hacer sufrir a mi hermano. — Su voz salió distorsionada y Nicolette supo que no podía huir. 

No era el momento, no estaba preparada, pero no se podía dejar vencer, era hora de levantarse, demostrar de verdad de lo que estaba hecha y enfrentarse al miedo.

Nicolette no acudió a su transformación, simplemente alargó su boca dejando a simple vista sus centenas de colmillos soltando un chillido mientras recibía a la mujer loba con sus largas uñas negras, desatándose una batalla sangrienta.

Comenzaron a pelear, Willa quería arremeter contra todo, pero la vampira estaba negada a atacarla, solo se cuidaba de que la licántropa no la rasguñara ni mordiera, sino estaría perdida.

El espacio era muy estrecho y tan poco iluminado que solo se escuchaban los alaridos y golpes contra las paredes ahora agrietadas. Pero, el hecho de que Nicolette apenas se defendiera, la estaba sacando de combate si no atacaba, por ello, no fue tan tardío para que la loba la sometiera contra el suelo.

La morena abrió su hocico dispuesta a terminar con su inmortalidad dándole una mordida en su cuello sujeto por sus garras hasta que con sus últimos esfuerzos, la peliazul gritó.

— ¡No! — Soltó quemando su garganta — ¡No puedes matarme! — La miró suplicante — ¡Si lo haces arrastraé a Wyatt conmigo!

Willa frenó su acción de golpe al recaer en ese detalle, era la mate de su hermano, si esta moría no pasaría mucho para que esté la siguiera. Ningún lobo sobrevivía sin su soulmate, aún no comprendía como Johan lo logró, solo recordaba los horribles meses en los que estuvo tan débil que apenas podía hablar o alimentarse.

Poco a poco, el agarre que la tenía sometida contra el suelo, se fue aflojando poco a poco pero sin bajar la guardia.

» — Somos mates, ¿recuerdas? — Espeto burlona al ver que había dado en el blanco — Si me exterminas él no tardará en alcanzarme en el infierno. — Soltó una tos grave por la fuerza que aplicó en su cuello.

— No lo entiendo, ¿cómo es que no me di cuenta antes? — Susurro para sí misma volviendo a su forma humana, mientras que Nicolette sonrió malvada — La imprimación de Wyatt debió capturar tu olor para distraernos.

— Mira, no tengo idea de lo que hablas. — Comentó quitándosela de encima aprovechando su distracción — Pero ahora que lo descubriste... Tampoco puedes decírselo a Wyatt.

— ¿Qué te hace pensar eso? — Cuestionó tosca, aún a la defensiva.

— Porqué aunque tú no lo creas... Yo... — Tragó duro y agachando la mirada — Lo quiero — Confesó haciendo que Willa la viera sorprendida. En tanto, Nicolette se arrastró hacia una de las paredes para recargarse en ella aún sentada en el suelo — Solo imagina en lo herido que estará con la noticia. — Murmuró hasta terminar en un suspiro — Tengo pensó decírselo... Algún día. No será hoy, ni mañana, pero solo yo puedo hacerlo. No es algo que te incumba a ti o alguien de tu tonta manada.

— Si lo llegas a herir...

— Yo también conozco tu secreto Willa. — Expuso rápidamente antes de que la morena pudiera amenazarla con decirle algo a Wyatt, por lo que, la morena la miró molesta al no saber a qué se refería. — Ajá... se que tú mate es Wynter y aún así estás enamorada de Addison — La loba palideció, no podía creer que Wyatt se lo contó — Lo peor es que en un principio pensaba que te gustaba Zed y por eso ardías en celos cada que los veías juntos... Ja... ¿quién lo diría? — Verbalizó irónica.

— Si dices algo no me importará nada y te arrancaré la garganta con mis propios dientes.

— Descuida. — Se dejó caer completamente, agotada — No soy una soplona.

Antes de que Willa pudiera responder, un hombre de no más de cuarenta años se asomó con mirada asustada por la puerta y al ver a ambas — más a Nicolette, a salvo — soltó un suspiro de alivio.

— Señorita, ¿está bien? — La peliazul frunció el entrecejo extrañada.

— Si, ¿por qué no debería? — Contestó simple sin mirarlo.

— Bueno, no es seguro que esté a solas con una... Loba — Susurro lo último mirando despectivo a Willa, la cual, apartó la vista avergonzada.

— Estoy muy bien, gracias. — Bramó dura, ahora ofendida.

El hombre, resignado asintió derrotado y regresó al bar.

» — Entrometido... — Refunfuñó — ¿Qué le interesa? — Lanzó al aire, pero, al no recibir respuesta de la otra chica la miro con un deje de melancolía, al notar que su comentario le afectó más de lo que la morena estaba dispuesta a admitir. — Hey, no le tomes importancia, no sabe lo que dice. — Intentó sonar suave.

Willa bufó hastiada poniéndose de pie dando círculos en su lugar molesta y Nicolette pronto siguió su acción.

— Piensan que somos monstruos. — Declaró impotente.


Nicolette la miro con culpa, ella causó todo esto.

— Y lo somos. — La vampira asintió — Pero eso, — Señaló por donde se fue el señor — solo son rumores, no dejes que te afecte.

— ¿Fuiste tu? — La miró con sospecha — ¿Tu mataste a esa gente?

Nicolette tragó duro.

— No. — Mintió — También estoy buscando al culpable. Igual se que no fueron ustedes, no tienen porque tratarlos así.

— Para ti es muy fácil decirlo. — Chasqueó su lengua — Luces como una humana cualquiera, ellos no te juzgarán.

— Pero cuando sepan la verdad, me lincharán. — Cerró sus ojos — Ya sean ellos o ustedes.

Willa la miro seria sabiendo a lo que se refería, por más estatus que tuviera Wyatt en la manada, ninguno, ni siquiera Johan, dudaría antes de clavarle una estaca al corazón.

» — No me importa si me crees o no, pero no quiero dañarlos, menos a Wyatt.

Willa bajo la cabeza, sin saber que más decir.

— Tienes razón. — La peliazul la miro interrogante — Wynter es mi mate y no he podido confesárselo.

Nicolette se acomodo cruzándose de brazos, ofuscada por el repentino cambio de aires.

— ¿No se supone que ellos también perciben el olor de su mate?

— No Wynter, ella perdió todo su olfato en un accidente hace más de doscientos años, — Le recordó — fue poco antes de conocernos... Cuando era solo una omega solitaria.

— ¿Cómo paso? — Preguntó cautelosa, extrañamente sintiéndose en confianza.

— Wynter no es originaria de nuestra manada, antes de llegar con nosotros tuvo una pelea con su antiguo alfa y fue desterrada. — Sorbió su nariz melancólica, podían no ser pareja pero le afectaba todo lo que le ocurrió — En esa lucha lo perdió todo, su vida como la conocía, sus amigos, familia, su mejores sentidos. Vago mucho tiempo en el bosque, herida, cuando la rescatamos ya era muy tarde, no pudimos salvarla completamente, igual es sorda de su oído izquierdo. Por ello siempre está a la defensiva y es tan impulsiva, tiene miedo de sobre pensar las cosas y que le vuelva a ocurrir lo mismo.— Explicó y Nicolette asintió comprensiva.

Ambas chicas quedaron mudas un par de minutos, dándole vueltas al asunto. Por un lado, Willa recordó cuando vio por primera vez a su mate, pudo sentir toda la magia del momento, pero el temor por perderla en ese mismo instante la ha frenado durante años a confesarle la verdad, Wynter tenía bastantes complejos consigo misma al no sentirse más una loba completa, pero estaba viva, eso animaba de cierta forma a Willa, la tenía cerca y con ello pudo ser más fuerte como para crear su propia manada independientemente de Johan. No quería perderla contándole su conexión.

Nicolette en cambio, sintió toda la información de golpe teniendo una profunda reflexión de cómo el miedo podía frenarte a tantas cosas. Aveces dar ese salto para ser feliz podía ser aterrador, pero vivir en la incertidumbre sin la dicha completa, la aterraba más. Era inmortal, si, tenía la vida entera para dejar pasar las cosas y que estas tomen su rumbo, pero aquella existencia vacía no era algo que tuviera en sus planes y menos cuando era algo tan indeciso, porque podría darse todo o nada.

— ¿A que le temes? — Cuestionó la peliazul matando el silencio — Seas su mate o no se ve que le gustas.

— ¿En serio? — Agachó su mirada, alienada.

Tal, era algo que Wyatt le repetía hasta el cansancio, pero creía que solo lo hacía por subirle los ánimos y que tomara la iniciativa. Sin embargo, escucharlo de un externo era diferente.

— Es muy obvio. — Dijo simple.

— Es que... No puedo. — Negó con su cabeza indecisa.

— ¿En serio? — Arqueó una de sus cejas sarcástica — Vives en una ciudad llena de zombies, ustedes pasean en forma de lobos casi desnudos por el bosque ¿Y temes a que te juzguen porque tu mate es otra chica? — La miro incrédula.

— No es por eso, — Aclaró rápidamente, eso era poco relevante. Era su mate y era perfecta para ella, según la luna. No le importaba lo que dijeran los demás — Nuestros mates nos hacen débiles.

— ¿Quién dijo esa basura?

— Johan. — Expuso y Nicolette asintió sin estar realmente sorprendida — Y míralo. Es el alfa más fuerte que se conoce hasta ahora. — Bramó con admiración — No quiero defraudarlo, aunque creo que ya lo hice al no haberte matado ahora que tuve la oportunidad.

— Eres tan considerada. — Nicolette tocó su pecho fingiendo gratitud. — Y lo que dijo Johan, es una tontería. — Willa estaba por replicar pero la otra la interrumpió — Ustedes dos seguro subestiman a Wyatt por su decisión, pero eso solo demuestra lo valiente y fuerte que es al enfrentarse a lo que todo el mundo le dijo que podría hacerlo débil. — Aseguró orgullosa del lobo — He notado como lo opacas, tiene buenas ideas y solo busca el bien de la manda, es inteligente y meticuloso, tu en cambio quieres ir al ataque al primer instante. — Ladeó su cabeza pensativa — ¿Te puedo pedir un favor? Dale la oportunidad, yo se que él puede hacer un buen trabajo si lo dejas. — Pidió sincera sin detenerse a escuchar una afirmativa por parte de la morena.

Entonces, Willa recayó en lo mal que se habían portado ella y su hermano con Wyatt. Nunca lo quiso ver de esa forma, según, solo lo cuidaban por ser el menor, pero era verdad, aunque doliera ese golpe de realidad. Siempre desechaba sus ideas y le costaba admitir cuando el tenía razón en algún tema. De cierta forma era el pilar que evitaba que sus decisiones derrumbaran a la manada y nunca le dio crédito o se mostró agradecida por ello.

Nunca nadie había tocado dicho tema con ella o con nadie, ni siquiera sus padres. Primero tuvieron a Johan, el excelente ejemplo de un hombre lobo respetable, ella quería estar a su altura y Wyatt siempre la apoyo para lograrlo aunque se dejara pisotear con tal de que ella estuviera hombro a hombro con su hermano mayor.

Wyatt la quería mucho y no apreciaba ese cariño lo suficiente. Lo peor o mejor de la situación es que la única que pudo verlo fue Nicolette, alguien que veía y se preocupaba realmente por él.

Trago duro, se equivocó tanto con ella, se dejó llevar por las habladurías creyendo que no tenía sentimientos y que la única forma de crear una conexión con él era marcándola, pero no era así, ella de verdad lo quería y bastante por lo visto, no se hubiera enfrentado a ella hablándole de frente de no ser así.

— ¿Sabes algo? — La del mechón blanco formuló una pequeña sonrisa — No eres tan irritante como creí.

Nicolette, sintiéndose fuera de si, se levantó del piso más recuperada y carraspeó algo incomoda. No era su fuerte tener charlas sentimentales.

— ¿Ah, no? — Preguntó burlona regresando a su actitud egocéntrica — Porque puedo ser peor.

— Eso lo se, — Asintió igual poniéndose de pie — pero no me atemorizas, Nicolette. — Aseguró sería para después sonreír — Se que pudiste dar más pelea y aún así no lo hiciste, quieres a Wyatt y por eso confío en ti. — Nicolette la observó con sorpresa que intento ocultar — No revelaré tu secreto, pero si lo llegas a herir, te mataré con mis propias manos. — Amenazó volviendo sus ojos amarillos.

La peliazul rió en confianza.

— Eres la única que sabe está parte de mi. — Sacudió sus ropas — No romperé tu confianza, ni dañare a Wyatt. — Empujó leve su hombro para que la otra dejara su postura rígida — Relájate, chica, si puedo confiar en ti, entonces hay que cerrar el trato.

Willa la miró dudosa mientras que Nicolette le mostraba un licor que se apreciaba bastante antiguo e incluso a lo lejos apestaba a alcohol bastante fuerte.

» — Es temprano y nuestra cita apenas comienza.

La loba mordió su labio inferior unos instantes, pero, al final cedió tomando un gran trago del fuerte elixir de la vampira, acto que la otra secundó.












— ¡Una loba en el armario, tiene ganas de salir! — Nicolette canto desafinada señalando a Willa, la cual, aulló continuando la canción.

— ¡Deja que se coma el barrio, antes de irte a dormir! — Cantaron al unísono terminando con respiraciones agitadas.

Ya no había ni siquiera público en el bar, más que, uno que otro mesero asustado por cómo lograron correr a toda la clientela con la sola presencia de Willa y también por todas las canciones que seguían reproduciendo y cantando a todo pulmón completamente ebrias.

Inclusive, Wyatt y Johan escuchaban sus cantos — casi gritos — afuera, pues, ya eran casi las tres de la mañana y las chicas no parecían tener intención alguna de abandonar el lugar y ellos tampoco tenían la valentía de interrumpirlas.












No podía borrar la sonrisa de su rostro, caminaba resplandeciente con un brillo especial en sus ojos con aquella expresión tan rara viniendo de ella.

Nicolette se encontraba extrañamente feliz, no podía contenerse. Todas sus sospechas estaban en un segundo plano, no le importaba nada, estaba bien con Wyatt, finalmente había liberado su secreto y fue como quitarse un gran peso de encima, si Willa pudo aceptarla, todos los demás lo harían también, tal vez no sea facil pero no habria duda. Era una pequeña esperanza a la que se aferraba con fuerza.

Nada podría arruinar su día.

Dio una rápida vuelta danzando mientras marchaba contenta hasta que su cara revolucionó repentinamente a una de preocupación al ver al grupo de freaky's reunidos con caras largas.

Aceleró rápidamente su paso encontrándose a todos con expresiones tristes y Addison en pleno llanto en los brazos de Zed, más este último al verla soltó a su novia y se lanzó hacia la peliazul envolviéndola en un abrazo.

La chica frunció levemente el ceño pero aún así siguió sin borrar la sonrisa que le provocó su buen humor, tenía un mal presentimiento pero aún así no quiso enfrentarlo de golpe. Se alejó de Zed algo confusa mirando interrogante a los presentes, que ninguno quería mirarla a los ojos.

No fue hasta que cierto hombre lobo se abrió paso con preocupación, haciendo un lado al zombie tomándola por los hombros.

— Nicolette, ¿estás bien? — Preguntó cauteloso.

— Bastante bien, ¿por qué? — Ocultó su creciente angustia.

— Debo decirte algo y es necesario que estes tranquila, todos te apoyamos y estamos aqui para ti.

— Me estás asustando. — Reclamó impaciente.

Notó que Willa no estaba por ahí ¿les habrá dicho algo?

— Colette... — Apretó su agarre mirándola triste — Valerie murió.

La vampira quedó inmóvil sin poder creerlo, sus sentidos se cortaron repentinamente, su pecho se sintió ácido mientras que su vista se volvía borrosa, estaba desorbitada.

» — Ocurrió por la noche, — La voz de su novio se volvía cada vez más lejana — la policía ya está investigando, darán con el culpable...

Antes de que el pudiera seguir hablando, Nicolette lo apartó con un movimiento suave sin darle una mirada y camino al lado contrario aún en shock.

» — Estoy aquí para lo que necesitas, — El del mechón blanco la siguió apenas a su ritmo — yo lo lamento tanto y...

—Wyatt. — Lo llamó con la vista en frente — Déjame sola.

El anterior nombrado entendió que la chica quería y necesitaba su espacio, por lo que, cuando ella continuó con su camino ya no la siguió.

« ¡Maldita sea! » pensó con rabia pateando un bote de basura que salió volando un par de metros asustando a varias personas.

Pobre Valerie, ella no merecía nada de esta mierda. Quería llorar y gritar, pero tenía que contenerse y pensar con la cabeza fría sin ser esclava de sus sentimientos, pese a que en ese instante la rabia era la que la hacía actuar.

A esta hora ya debería estar en la morgue, sino es que camino a la funeraria, tenía que apurarse, pues tenía que hacer algo.

Su vista estaba nublada por la razón que no se dio cuenta cuando su cuerpo chocó con el de cierta morena logrando desequilibrarla un poco.

Recobró la compostura rápidamente observando a Willa directamente a los ojos, su expresión de furia se volvió en una melancólica e hizo un puchero, la del mechón blanco entendió todo su sentir y sus intenciones, por lo que simplemente se hizo a un lado y asintió cerrando los ojos dejándole el camino libre a lo cual, la vampiresa agradeció con la mirada.

Willa suspiro derrotada, estaba tan metida en el asunto de encubrimiento de Nicolette que su hermano la odiaría cuando lo supiera, más cuando le mintió en la cara.

Pues, cuando el bar cerró definitivamente — aunque mejor podría decirse que las terminaron echando porque querían irse a dormir y descansar —, en la salida, de regreso a la cueva, Johan la interrogó sobre lo ocurrido con la gema y la morena le dijo que era paranoico y no había nada de que preocuparse.










Esa misma tarde, los estudiantes de Seabrooke High rindieron tributo a una de sus compañeras en vista de que no todos pudieron asistir a su funeral, puesto que sus tutores decidieron que este fuera íntimo y muy privado.

Nicolette parpadeaba cada segundo más rápido impidiendo que sus lágrimas se adueñaran de sus ojos y cayeran por su rostro, no podía llorar, ni podía permitirlo.

Siguió perdida sin mover sin sólo músculo, observando la foto del pequeño altar que se le fue construido a Valerie en tanto los demás pasaban a dejarle ramos de flores.

Ella no merece eso.

Dejó de lamentarse cuando sintió como alguien la abrazaba por la espalda. Sorbio su nariz tragando el fuerte nudo en su garganta, reconociendo su olor.

— ¿Cómo sigues? — Preguntó lento el hombre lobo.

Nicolette lo vio por el rabillo del ojo y volvio su vista al frente aguantando su cara dura. El responsable las pagaría bastante caro y ella se encargaría de eso, no le alcanzara la vida para rogarle perdón por arrebatarle a su amiga.

— Perfectamente.













Soltó fuertes sollozos a la vez que las cascadas de sangre bajaban sin control. Intentaba seguir de pie recargando sus brazos en la fría pared de piedra que dio gracias al diablo cuando finalmente llegó a su destino.

Abrió la puerta de golpe encontrándose con el pelinegro de pie en medio del elegante salón leyendo tranquilamente.

Nicolette sin poder aguantar su propio peso por más tiempo, se acercó con una velocidad sobre humana aferrándose a Vlad con todas sus fuerzas para después soltar en llanto.

El temido Drácula volvió el abrazo intentando consolarla, a los minutos cuando esta calmó sus sollozos la tomó de la barbilla alzando su rostro dispuesto a besarla, pero, antes de poder lograrlo la ex-pelinegra apartó su cara incomoda y se separó de él.

No quería fallarle a Wyatt y no era el momento para las insinuaciones de Vlad.

El ojiazul ante su acción suspiró frustrado, tal vez su relación con ese zombie iba tan en serio como para rechazarlo.

— Lindo cabello. — Bramó serio de manera sarcástica.

Ella lo ignoro y se sirvió una copa de sangre tomándosela de golpe.

— ¿Por qué los humanos son tan... Viles? — Soltó con impotencia — ¿Por qué buscan matarse entre ellos? ¿Esparcir mal?

— Nunca lo entendí. — Se encogió de hombros yendo a sentarse prensándole más atención, curioso por su comportamiento — Desde que morí y mi lado humano se extinguió... Fue casi como perder todo tipo de sentimientos, aunque el deseo y la ira siguen; agradezco que cosas como la envidia, rencor y superioridad se hayan ido.

— Es que... Ella no lo merecía. — Negó con la voz rota — ¿Las buenas personas siempre atraen el mal?

Vlad frunció el entrecejo, no tenía idea de lo que hablaba, tampoco le interesaba. Tenía otra cosa en que preocuparse, como por ejemplo, el miedo que le causaba no reconocer a la chica frente a él, Nicolette era una piedra fría, no tenía porque ser tan sentimental y menos cuando ya podía saborear una guerra sangrienta.

— Ya no importa. — Le restó importancia — Así es el mundo, cruel y despiadado. Como nuestra peor cara.

— Nosotros somos leales entre los vampiros. — Dijo en desacuerdo.

— Y ni porque alguna vez fuimos humanos tenemos empatía con ellos, ¿te suena? — Ladeó su cabeza con burla.

— Pero ellos se lo merecen, no toco a los inocentes. — Expuso enojada — La chica en Italia me descubrió, no tuve opción; los ancianos ya estaban muertos de un ataque al corazón cuando los encontré, solo decoré la escena para que pareciera que fueron los lobos... El chico al que se le averió su auto en medio del bosque tenía cáncer... Y artefactos misteriosos en su maletero, ¿qué quería hacer con cloroformo, cuerdas y un hacha? — Daba círculos jalando su cabello desesperada — Tal vez Brad no.... No lo sé, era amigo de Jackson, seguramente era igual a él. — Planteo segura.

— Y no lo comprobaste, — Concluyó el vampiro, tenía que recordarle quien era — fuiste esclava de tus impulsos y sed de sangre, no te hagas la santa.

— ¿Qué quieres decirme? — Se detuvo a mirarlo herida.

No se sintió reconfortada en ningún lado, menos cuando no pudo expulsar su dolor, erróneamente pensó que con Vlad podría encontrar consuelo, pero sus duras palabras la inquietaban bastante.

— No te juzgaré por quien decidas matar, — Explicó — mientras no te atrapen y sea por un bien a la comunidad.

— No me gusta sentirme como la villana.

— Pero no eres una justiciera, Iris.

La peliazul lo vio con sus ojos vidriosos desbordando algunas cuantas lágrimas antes de quitarlas con rabia.

— Olvida todo esto. — Bufó — Conseguí algo, los lobos son vulnerables con su alma gemela, es un punto débil. — Anunció fríamente — Podríamos matar a la pareja de Johan.

Vlad negó lento ante la idea.

— Imposible. El mismo lo hizo hace muchos años.

La ex condesa abrió la boca sorprendida dejando caer sus brazos a los costados.

— Bueno y ¿qué hay sobre la gran alfa? — Balbuceó — Podríamos buscarla y así... — La interrumpió con una negativa.

— Johan también la mató.

— ¿Qué? — Ante la noticia tuvo que sentarse de golpe.

— Se encargó de encontrarla y la enfrentó en su momento más débil, estaba embarazada. — Soltó de golpe — Ella ya no es una opción.

La chica se desanimó ciertamente y cayó en cuenta de que las peores personas vienen con las mejores máscaras y Johan era una de ellas.

— ¿Ves por qué hay que acabar con él? — Se acercó a ella abrazándola por los hombros. — Representa un peligro para todo lo que pueda enfrentársele.

— ¿Estas seguro de que es por eso? — Giró con sospecha — ¿No hay un odio interno y personal de tu parte?

Comenzaba a dudar que su odio mutuo fuera simple egocentrismo y racial.

— Ellos son malos, Iris. — Enfatizó en su idea — Llegaron de la nada para quitarnos territorio y masacrando a los nuestros en el proceso. En las guerras solo puede haber un vencedor.

Nicolette quedo pensativa con ello, estaba en una guerra, ahora en contra de su voluntad, no sabía de qué bando estaba luchando ahora, de verdad no quería ser la villana pero había algo en la lealtad que no podía desgraciar a cientos que confiaban en ella.

Desde que se unió más al grupo de freakys y Wyatt, era mejor persona, incluso era mejor tratada — a excepción de Eliza y Bree — pese a lo mal que se porto con todos ellos, y de alguna extraña manera, veían y trataban con su antigua cara, Iris. Lo que alguna vez fue, un ser puro y bueno. No podía evitar tener un dolor en el pecho al pensar en lo decepcionados que estarían por la imagen de chica fuerte y que no rompe ni un plato encontrándose con una pequeña Nicolette, asustada y destruida que sólo al mover un dedo puede crear un huracán.

El pelinegro hizo una mueca triste al estudiarla detenidamente. Estaba decaída y con toda su aura por los suelos.

— Me enteré que daras un baile, — Cambio de tema — imagino que todos asistirán.

— ¿Y eso qué? — Abrumada, talló sus ojos.

No podía esconderle nada al tipo, tenía ojos y oídos en todas partes.

— Es la oportunidad perfecta para acorralar a los lobos, piénsalo, será nuestro factor sorpresa porque cuando menos lo esperen ahí estaremos nosotros para atacar.

— No, habrá zombies y civiles. — Se levantó de golpe — No podemos meterlos en esto.

— Espere muchos siglos por esta venganza, Iris. — Regaño — No es algo que te concierna.

Nicolette apretó los labios al escucharlo repetir su antiguo nombre, ya no era ella, estaba tan manchada con la influencia de Nicolette que ya no había camino atrás.

— No lo entiendes, si deciden apoyarlos serán más en número y fuerza. — Intentó explicar, pero el otro se mostró necio.

— No te asustes, los venceremos.

— No lo se, son muy fuertes. — Quiso hacerlo desistir.

— Que no te preocupes, — Repitió harto — te necesito al cien por ciento, así que deja esa postura vulnerable o tendré que sacarte de todo esto. — Negó asustada — A veces para derrotar al mal, debes convertirte en algo peor, el mundo no necesita un héroe, necesita un monstruo y se que puedo confiar en ti para esto.

La chica asintió aguantándose en llanto y él sonrió orgulloso.

» — Igual, he estado multiplicando a los nuestros... — Nicolette frunció el ceño extrañada cuando detras de Vlad, entre las sombras apareció una silueta femenina. La peliazul la obervó con cierta sospecha, como si la conociera — ¿Recuerdas el día que fui a Seabrooke? — Asintió temiendo por la respuesta — ¿Y tu amiga lloraba por una chica que recién había muerto? — Susurró detrás de su oreja y esta al sentir un escalofrío se retiró observándolo asombrada.

Era Vanya, la pequeña vecina de Addison que murió arrollada por un auto.

Nicolette lo vio sin poder creerlo para luego regresar la vista a una Vanya tímida y su cara cambió a una de lastima.

— ¿Qué estás haciendo, Vlad? — Susurró apenas audible.

— Asegurando la victoria. — Sonrió autosuficiente y con un simple gesto le pidió a Vanya que se fuera. — Ahora que estamos solos... — La acaricio lento por los hombros hasta que su toque se volvió duro al tomarla fuertemente girándola y encarándola — ¿Quién es el zombie con el que sales?

Nicolette trago duro viéndolo con cierto miedo, era poderosa, pero no tonta, jamás podría contra Vlad.

— No hay n-nadie. — Él, harto por su mentira, la soltó brusco, desequilibrándola.

— Te dije que te quería concentrada. — Inició lento — Ahora mismo, volverás a Seabrooke y lo dejarás.

— Pero, es que tu... — Balbuceó.

— ¡¿Entendiste o no?! — Grito tan fuerte que la chica se obligó a cerrar los ojos por el susto y asintió veloz, suavizando el rostro de su acompañante — No, pequeña... — Suspiró arrepentido atrayéndola a sus brazos — No me temas, tu no, por favor. Nunca te haría daño.

— Tengo que irme. — Hablo en voz baja, entrecortada queriéndose separar de él.

— No olvides que ahora eres mía. — Sin más, la beso y no fue algo que la otra recibiera bien.

Finalmente se separó resentida. Tenía tantas cosas en la cabeza que no estaba de humor para sus celos. Asintió por última vez antes de salir de aquella habitación, abrió una puerta al azar y lo que encontró en la otra recámara no fue mejor.

Azoto la puerta, aliviada de alejarse de Vlad hasta que recayó en la presencia de una pelirroja con mala cara.

— Ah, eres tú. — Musitó sin importancia, volviendo a tomar de su copa.

Nicolette trago todos sus sentimientos y alzó su barbilla cruzándose de brazos, adoptando una postura arrogante.

— ¿Despertaste con el pie equivocado? — Preguntó irónica la peliazul, ya que, su odio hacia ella no era ningún secreto.

— Que graciosa. — Morrigan sonrió corta — No se que tan moderno sea ese mundo humano en el que decidiste quedarte, pero, ser amiga de la amante de mi esposo va en contra de mis principios. — Intento seguir ignorando a la intrusa, mientras que Nicolette sonrió divertida.

— ¿De verdad temes tanto que te quite a Vlad?

Apreciaba a Vlad, después de todo, era un vínculo que sería difícil de cortar y dejar, una relación tóxica de la cual, aún no recaía. No se veía con él el resto de la eternidad, pero como le gustaba molestar a su esposa.

— No. — Se encogió de hombros simple — ¿Cuánto llevarán acostándose? ¿Tres meses? He lidiado con peores como tu.

— ¿Cómo yo, dices? — Frunció el ceño ofendida.

Que si bien, entendía su comportamiento y hasta podría justificarlo, pues ella no pasaba de ser la amante, Morrigan tenía el título de esposa sea cual fuere su vida íntima o sentimental, pero igual no se iba a dejar menospreciar.

— Ilusas que creen que pueden usurpar mi corona.

— Yo no quiero el poder de la corona, — Rodó los ojos — ni tú tampoco, solo lo usas al igual que Vlad saciar tu psicótica sed de sangre. — La pelirroja rió descarada.

— No espero que entiendas porque soy como soy y porque hago lo que hago.

— Entonces explícame.

Aunque Nicolette soltó aquello para finalizar la discusión, la ojiverde sonrió complacida tomándole la palabra.

— Te contaré una historia Nicolette, ponte cómoda. — La invito a tomar asiento a su lado, cosa que la peliazul hizo a regañadientes — Hace muchos siglos existieron dos hermanas igual de hermosas aunque una era más inteligente que la otra. — Nicolette hizo una mueca al saber que hablaba de si misma — Justine y Morrigan, amadas princesas de Hungría.

» Justina era una soñadora noble que solo veía por el pueblo, mientras que, Morrigan se preocupaba porque su familia siguiera en el poder y así lograr el cambio.

Nicolette seguía escuchando con atención sin importarle qué contara su propia historia en tercera persona.

» — Cuando maduraron la hora de elegirles esposos llegó, pero Morrigan sabía bien a quien quería desposar: Vlad Tepes. Era perfecto y único, sabía que ambos tenían la misma ideología y visión para el mundo, su sed de poder y... ¿Por qué no? Su tonto enamoramiento la cegó y mientras ella estaba detrás de él, no se dio cuenta a tiempo que su hermana igual estaba coladita por el famoso empalador. — Morrigan rodó los ojos con cierto recelo — Y al final, ella ganó. Se casaron, tuvieron un hijo y vivieron felices dejando a Morrigan en el olvido. — Tomó otro trago del fuerte licor, pareciendo dolida por el recuerdo de su vida mortal — Poco después, llegó la guerra y los soldados boyardos mataron a toda la familia, lo que llevó a Vlad a hacer un trato con un demonio... Pero de seguro esa parte ya la conoces. — Nicolette asintió obvia — En fin, una nueva guerra sangrienta se desató y los humanos despreciaron al monstruo que realmente los salvo. — Hizo una mueca, aún, defendiéndolo — Lo repudiaron y exiliaron a las catacumbas, pero, él en lugar de perecer creó una nueva tierra y una nueva especie que lo siguiera y que pudiera gobernar, más no podía hacerlo solo, necesitaba una reina igual de sádica que él. — Una sonrisa malvada comenzó a asomarse en sus labios — Entonces volvió por Morrigan, a la cual, no le importó ser el plato de segunda mesa y deseaba encantada pasar la eternidad a su lado creyendo que tendría finalmente el cuento de hadas que se le prometió desde niña... — Soltó una risa y una lágrima se le escapó — Por supuesto que no fue así, al tiempo descubrió decenas de infidelidades por parte de su esposo, pero, no podía hacer nada, más que regresarle el golpe con la misma moneda ¿A él le importó? Por supuesto que no, — Mordió su labio aguantando la rabia — entonces ella tuvo que aprender a vivir con eso, dejó de doler cuando entendió que solo eran actos carnales y no había sentimientos de por medio.

Nicolette agachó las mirada sintiéndose levemente avergonzada.

» — Claro, hasta que años después, este fue invitado a la corte escocesa y ahí fue conquistado por una chica italiana de cabello negro. — Nicolette tragó duro — Que poco después, sospechosamente también fue convertida en inmortal... Y así tuve que vivir, siendo infeliz para siempre.

La chica frente a ella quedó muda al no saber que decir. Pero al final apenas pudo titubear.

— Yo no pedí estar aquí, no fue algo que yo controlara. — Carraspeó cambiando a una postura más firme — ¿Tu crees que me iba a fijar en Vlad cuando acababa de perder a mi esposo?

— ¿Y ahora qué tal, eh? — Atacó — El tal zombie no te importa mucho tampoco, por lo visto.

— Tu no sabes lo que siento por él. — Recriminó.

— Tienes razón, no lo se, ni me importa. — Volvió a tomar — Te conté mi historia para que entiendas algo, Colette. Los hombres nos usan siempre, nos arruinan y cuando terminan con nosotras, nos echan a los perros cuál sobras. — Negó seria — No quiero que te ocurra lo mismo y por sentimientos absurdos arruines el plan.

— ¿De verdad quieres que Vlad se enfrente otra vez a Johan? — Interrogó molesta poniéndose de pie — ¡Puede morir! — Señaló exaltada para luego lanzarle una mirada de reproche — Aunque eso no parece importante, ¿mejor para ti, no? Así serás reina. — Morrigan sonrió.

— ¿Qué puedo hacer yo en un pleito de hombres? — Dijo simple — No puedo siquiera lograr que mantenga su cosa dentro de sus pantalones.

— Yo me haré cargo. — Morrigan levantó una ceja — Todo, con tal de no verte reinar con puño de hierro y seguir matando vampiros por razones absurdas.

— ¿Cuánto duraste en una corte? ¿Dos años? — Rió con burla — No sabes nada sobre cómo dirigir.

— Tal vez, pero tu no eres mejor.

Morrigan en ese instante se levantó encarándola.

— ¿Te digo que diferencia a un gran líder del promedio, Nicolette? — Se acercó peligrosamente a ella — Es la habilidad de infundir temor en sus súbditos y luego usar ese miedo contra sus enemigos y eso se nota.

— ¿Tan notable como la cantidad de gente que ha sufrido a costa tuya? — La peliazul siguió firme sin dejarse intimidar.

— Estos tiempos requieren medidas extremas, te costará trabajo creerlo, pero lo he hecho por el bien común.

Nicolette nuevamente quedó sin habla, pues sabía que tenía razón, pese a la bondad que en Seabrooke se le estuvo inculcando desde que está con Wyatt la ideología de Morrigan no carecía de sentido. Aveces había que hacer un sacrificio mayor por el bien.

Al final, nada nunca termina de forma poética. Termina y nosotros lo convertimos en poesía, toda esa sangre no fue nunca hermosa, simplemente era roja.

» — Piensa lo que vas a hacer, y en nuestro bien comun, ten cuidado con el chico... La otra gente no te puede importar , toda persona es un obstáculo y pensar en lo que un obstáculo quiere o siente será tu perdición.

Nicolette entonces supo que Morrigan tenía razón. Ella y Vlad eran el uno para el otro.











Daba vueltas ansioso sin saber que hacer realmente mientras que Addison estaba sentada justo en medio escuchando pacientemente todos sus balbuceos.

— ¡No llora, es que no llora! — Movió sus manos confuso — ¿¡Por qué no llora?! — Jalo su cabello impotente — Acaba de perder a una amiga. No la voy a juzgar por soltar unas cuantas lagrimas, no entiendo... ¿No confía en mi? — Tocó su pecho dolido — ¿Por qué seguir con esa actitud tan... Fría?

La peliblanca miró a su amigo lobuno perder la cabeza y con una sonrisa amable se acercó a tranquilarlo.

— Debes entenderla, el duelo es muy diferente para todos. — Explicó lenta — Aveces es más difícil para unos que para otros, como Nicolette. — Suspiró — Para alguien que no le es fácil abrirse con sus sentimientos es aún más complicado hacerlo. Tal vez sigue en shock... O quiere convencerse a si misma de que realmente no le duele.

Wyatt asintió resignado. Quería apoyar a Colette pero ¿cómo podría hacerlo si ella no se lo permitía?

» — Ya debo irme, tengo práctica de animadoras. — Masajeo por último su hombro con una sonrisa tranquilizadora — Tenle paciencia ¿si?

Wyatt le regalo una última sonrisa en agradecimiento para después, tomar el camino contrario a la porrista yendo a la salida de la escuela.

Apenas cruzando la puerta, se encontró a la peliazul dueña de sus pensamientos sentada en una de las bancas moviendo su pierna ansiosa y mordiendo sus uñas.

Cuando Nicolette sintió su presencia, giró rápidamente a verlo pareciendo aliviada y sin más corrió a abrazarlo aferrándose a él.

Sus ánimos estaban por los suelos, pero, cuando Wyatt la abrazaba de alguna forma sentía que todo iba a estar bien, no importaba que la muerte y el caos le estuvieran pisando los talones. Aquel sentimiento reconfortante se intensificó cuando el de mechón blanco la envolvió entre sus brazos recargando su barbilla en su cabeza.

— ¿Quieres hablar? — Preguntó cauteloso después de un par de minutos.

Sintió cómo la chica negada soltando un apenas audible "no".

— Solo abrázame ¿si? — Pidió en un suspiro y el asintió apretándola más fuerte.
















UN CAPÍTULO MÁS!!
¿Están listas para lo que viene?
Porque yo la verdad no.

PD: Recordatorio de que todas
las canciones se encuentran
en la playlist de Spotify.
Y perdón por la demora,
tenía la mayoría escrita desde
hace bastante tiempo pero
no podía terminarlo por
alguna razón ...

║█║▌│█│║▌║│█║▌║
2908200326081991

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro