El Sombrero Seleccionador

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La puerta se abrió de inmediato. Una bruja alta de cabello negro, y túnica verde esmeralda esperaba allí. Tenía un rostro muy severo. El primer pensamiento de Bleyck es que era alguien muy serie e imponente, y el primer pensamiento de Fransheska fue que era una persona con quien era mejor no tener problemas.

-Los de primer año, profesora McGonagall -Dijo Hagrid en un tono de orgullo, dándose importancia-

-Muchas gracias Hagrid, yo los llevaré desde aquí -McGonagall agradeció los servicios de Hagrid y abrió por completo la puerta. Permitiéndoles a los de primer año pasar-

El vestíbulo al que enteraron era grande, sus paredes eran de piedra y estaban iluminadas por resplandecientes antorchas, dándole un aspecto de castillo de la época victoriana. El techo del vestíbulo eran tan alto, que no se podía ver, y una magnífica escalera de mármol que conducía a los pisos superiores, yacía frente a ellos.

Los de primer año siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Bleyck, al ser sensible a los sonidos, escuchaba el ruido de cientos de voces que salía de un portal situado a la derecha.
Fransheska, por otro lado, no se percató de la bulla, su mente estaba ocupada en apreciar la pequeña habitación vacía, fuera el vestíbulo, a la que la profesora McGonagall llevó a los nuevos alumnos.

Los estudiantes se reunieron allí, más cerca unos a otros de lo que estaban acostumbrados, mirando algunos con nerviosismo a su alrededor y otros con asombro y curiosidad.

-Bienvenidos a Hogwarts -Dijo la profesora McGonagall-. El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupen sus lugares en el Gran Comedor, deben ser seleccionados para sus casas. La selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estén aquí, sus casas serán como su familia en Hogwarts. Tendrán clases con el resto de la casa que les toque, dormirán en los dormitorios de sus casas y pasarán el tiempo libre en la sala común de la casa.
»Las cuatro casas se llaman: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables brujos y magos. Mientras estén en Hogwarts, sus triunfos conseguirán que las casas ganen puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Al finalizar el año, la casa que obtenga más puntos será premiada con la copa de la casa, un gran honor. Espero que todos ustedes sean un orgullo para la casa que les toque.
»La Ceremonia de Selección tendrá lugar dentro de pocos minutos, frente al resto del colegio. Les sugiero que, mientras esperen, se arreglen lo mejor posible.

Los ojos de la profesora se detuviera un momento en la capa de Neville, la cual estaba atada bajo su oreja izquierda; en la nariz manchada de Ron y la coleta alborotada de Fransheska.

Con nerviosismo, Harry trataba de aplastar su alborotado cabello sin éxito, provocando que Bleyck, quien estaba a su lado, comenzara a peinarse torpemente su azabache cabello con sus manos y a la vez, tratar de esconder su mechón blanco.

-Volveré cuando lo tengamos todo listo -Dijo la profesora McGonagall-. Por favor, esperen tranquilos -La única adulta presente salió de la habitación-

-¿Cómo se las arreglará exactamente para seleccionarnos? -Preguntó un nervioso Harry. Esperando una respuesta de cualquiera de sus tres amigos-

-Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que es broma -La respuesta echa por el de pecas solo provocó que las respiraciones de Fransheska y Harry aumentaran drásticamente-

«¿Una prueba? ¿El primer día? ¿Y frente a todos? No estoy lista ¡Haré el ridículo!» pensaba angustiada Weber, la castaña sentía que su corazón se iba a salir, y no era la única. Harry se veía igual o peor que ella, Neville parecía que se iba a desmayar en cualquier momento, y Hermione murmuraba lo que parecían ser miles de hechizos que había aprendido por lo bajo.
El miedo invadió a los que estaban suficientemente cerca del Weasley como para escuchar su respuesta, pero se disipó cuando Grindelwald habló en respuesta al comentario de Ron.

-Ron, tú hermano te jugó una broma. Venimos a una escuela a aprender sobre magia y demás, no nos harán una prueba donde nuestras habilidades y/o conocimientos de la magia sea examinados. Simplemente no tiene sentido.
Nuestra casa la seleccionará un ser místico, o algo así -El comentario de Bleyck logró tranquilizar a los angustiados niños, aunque no del todo-

-Entonces, si no se dividen por experiencia de magia, ¿lo harán por personalidad o cómo funciona? -Interrogó una confundida Fransheska-

-Solo digo lo obvio, no lo se todo. No soy Merlin -Dijo Scarlett, ganándose una mirada pensativa por parte de Weber y una confusa por parte de Ron-

Harry en cambio, no estaba atento a las palabras de Bleyck o de alguien más, el de lentes no quería despegar la vista de la enorme puerta frente a él, parecía que Potter esperaba que la puerta le diera la respuesta a sus dudas.

Entonces sucedió algo que le hizo dar un salto en el aire a Fransheska y, Bleyck, al igual que muchos que estaban atrás, gritaron.

Entonces, unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás. De un color blanco perla y ligamento transparentes, se deslizaban por la habitación, hablando unos con otros, casi sin mirar a los de primer año. Por lo visto, estaban discutiendo. El que parecía un monje gordo y pequeño, decía:

-Perdonar y olvidar. Yo digo que deberíamos dale una segunda oportunidad...

-Mi querido Fraile, ¿no le hemos dado a Peeves todas las oportunidades que merece? Nos ha dado mala fama a todos y, usted lo sabe, ni siquiera es un fantasma de verdad... ¿Y qué están haciendo todos ustedes aquí? -El fantasma con gordura y medias se dio cuenta de pronto de la presencia los de primer año-

La habitación había quedado en total silencio ante la pregunta del fantasma. Muchos estaban atónitos, debido a que nunca antes habían visto un fantasma real en su vida, mucho menos dos ¿y que les hablaran? ¡Menos!

-¡Alumnos nuevos! -Dijo el Fraile Gordo, rompiendo el silencio y sonriendo a todos-. ¿Están esperando la selección, no? -Como respuesta, solo unos pocos asintieron-

-¡Espero verlos en Hufflepuff! -Continuó el Fraile manteniendo su sonrisa-. Mi antigua casa, ya saben.

-En marcha -Dijo una voz aguda, interrumpiendo el monólogo de el Fraile-. La Ceremonia de Selección va a comenzar. -La profesora McGonagall había vuelto-

Uno a uno, los fantasmas flotador a través de la pared apuesta.

-Ahora, formen una hilera -Dijo la profesora a los de primer año- y síganme.

Con sus estómagos dando vueltas cuales remolinos, Fransheska y Bleyck se pusieron detrás de un chico de cabellos negros y rizados, seguidas por Ron y Harry. Los de primer año salieron de la habitación, volvieron a cruzar el vestíbulo, pasaron por unas puertas dobles y entraron en el Gran Comedor.

Fransheska sentía que estaba soñado, el lugar era espléndido. Estaba iluminado por miles y miles de velas, que flotaban en el aire sobre cuatro grandes mesas, donde los demás estudiantes ya estaban sentados. En la mesa había platos, cubiertos y copas de oro. En una tarima, en la cabecera del comedor, había otra gran mesa, donde se sentaban los profesores.

La profesora McGonagall condujo a los nuevos alumnos dentro del comedor, los hizo detenerse y formar una fila delante de los otros alumnos, con los profesores a sus espaldas. Los cientos de rostros que los miraban parecía pálidas linternas bajo la luz de las velas. Situados frentes a los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado.

Fransheska examinaba todo el comedor sin quitar su expresión asombrada y soñadora, y cuando alzó su visita se encontró con un techo de terciopelo negro, salpicado estrellas. Su amiga Bleyck, estaba igual de impactada que ella mientras miraba el místico cielo del Gran Comedor.

-Este lugar es muy lindo, es muy encantador -Comentó en un ligero susurro Fransheska a su amiga. Sus ojos no habían parado de brillar desde que pasaron por el estrecho sendero camino a Hogwarts-

-Estoy de acuerdo, el lugar enserio le hace justicia al nombre -Dijo Bleyck en respuesta, manteniendo el tono bajo. Grindelwald sonreía como un ratón en una tienda de queso-

-Es un hechizo para que parezca como el cielo de afuera, lo leí en la historia de Hogwarts -Susurró Hermione a las dos amigas, interrumpiendo su conversación. Fransheska la miró curiosa y Bleyck con el ceño fruncido-

-¿Hay un libro sobre la historia de Hogwarts? ¿Dónde lo puedo conseguir? -Preguntó Fransheska en susurro, su nueva escuela parecía impresionante y llena de misterios e historias antiguas. Si ese libro que decía Hermione contaba todos esos detalles, no le importaba si tuviese miles de páginas o pedírselo a una "mandona metiche"-

-En la Biblioteca del colegio hay, pero también tengo una edición entre mis cosas. Te lo puedo prestar -Respondió Hermione, con una ligera sonrisa que se ocultaba entre su alborotado cabello-

Con un frenético asentimiento de cabeza por parte de Weber, su conversación se dio por culminada. Ahora, la atención de Bleyck y Fransheska estaba en observar a la profesora McGonagall colocar en silencio un taburete de cuatro patas frente a los de primer año. Encima del taburete posaba un sombrero puntiagudo de mago. El sombrero estaba remando y muy sucio.

«Si mi mamá lo viera, lo colocaría orgullosa en el perchero de la casa» pensaba Bleyck a la vez que fugaces imagínese del perchero de su entrada, en el que colgaban una gran variedad de antiguos sombreros de magos, pasaban por su mente.

Tras un súbito silencio, el sombrero se movió. Una herradura cerca del borde se abrió, ancha como una boca y el sombrero comenzó a cantar:

Oh, podrás pensar que no soy bonito,
pero no juzgues por lo que ves.
Me comería a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros,
sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor
donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
pone a aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuf
donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
de verdad no temen al trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw.
Si tienes una mente dispuesta,
porque los de inteligencia y erudición
siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin
harás tus verdaderos amigos.
Esa agente astuta utiliza cualquier medio
para lograr sus fines.
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante.

Todo el comedor estalló en aplausos cuando el sombrero terminó su canción. Éste se inclinó sobre las cuatro mesas y luego se quedó rígido otra vez.

-¡Entonces sólo hay que probarse el sombrero! -Escucharon Weber y Stonehenge como Ron le susurraba a Harry- voy a matar a Fred.

-Entonces Bleyck sí tenía razón -Le respondió Harry al de pecas, sonriendo débilmente. Potter sintió como un gran peso dejaba su espalda al notar que la azabache no se había equivocado con su conjetura-

-Les dije -Susurró Bleyck inclinándose sutilmente hacia el dúo de varones. En su rostro se podía observar una sonrisa victoriosa-

Fransheska también suspiró aliviada. Sus nervios permanecían ahí, pero ahora éstos era tan insignificantes en comparación con la emoción que sentía ante el hecho de que tenía un sombrero parlante justo frente a ella.

La profesora McGonagall se acercaba con un gran rollo de pergamino.

-Cuando yo los llame, deberán ponerse el sombrero y sentarse en el taburete para que los seleccione -dijo McGonagall, y desenrolló el gran pergamino en sus manos- ¡Abbott, Hannah!

Una niña de rostro rosado y trenzas rubias salió de la fila, se puso el sombrero, que la tapó los ojos, y se sentó. Hubo un momento de pausa abrumador para muchos.

-¡HUFFLPUFF! -Gritó el sombrero. En respuesta, la mesa de la derecha aplaudió mientras Hannah iba a sentarse con los de Hufflepuff-

-¡Bones, Susan!- Una niña pelirroja y pálida salió de entre la fila tras el llamado de McGonagall-

-¡HUFFLPUFF! -Gritó otra vez el sombrero, y Susan se apresuró a sentarse al lado de Hannah-

-¡Brown, Lavander! -Se volvió a escuchar el grito de la profesora-

Sin embargo, los nervios de Fransheska volvieron, así que su atención dejó de estar en el sombrero parlante y se enfocó en la azabache a su lado. La fila, se había desvanecido entre tanta emoción.

-Ya quiero ver en qué casa estaremos -Emocionada le susurro Weber a la de ojos grisáceos- ¿En cuál crees que estemos? -Continuó con sus preguntas la castaña, ignorando el grito que la mesa más alejada a la izquierda esbozó cuando Lavander quedó en Gryffindor-

-Sabrá Merlín -Contestó Bleyck. En ese momento no deseaba entablar alguna conversación, estaba más concentrada en ver quiénes quedaban en qué casa-

Hasta el momento, Brlcklehurst, Mandy fue a Ravenclaw, seguida por Boot, Terry y Bulstrode, Millicent quedó en Slytherin.

Bleyck, pudo notar como en algunas ocasiones el sombrero decía el nombre la casa de inmediato, pero en otras, tardaba un poco en decidirse. Cosa que confirmó cuando Finnigan, Seamus, estuvo sentado un minuto entero en el taburete antes de quedar seleccionado en Gryffindor.

Sin embargo, Fransheska volvió a hablar cuando divisó al chico rubio con el que se chocó en el tren.

-A ese chico yo lo ví en el tren, me choque con él -Dijo Weber mirando a los grisáceos ojos de la chica a su derecha-

-¿Él? -Preguntó Bleyck con una expresión confundida y olvidado por completo él significado de la palabra "discreción", señaló con el dedo índice al chico entre la multitud-

-¡Pero no señales! -Le reprendió Fransheska bajando la mano de su amiga, mientras se moría de la vergüenza ante la idea de que el rubio las viera- Sí, sí es él.

-No señalé, solo apunte -Se excusó la azabache, escuchando como llamaban a Fredric, Connor al frente-. Ese chico es el que te conté, el grosero del tren.

-¿Estas segura?- Fransheska la miró atónita, a pesar de que aquel joven se veía antipático, jamás creyó que sería el tipo de chico que se burlaría del estado económico de otros- ¿Por qué crees que sea tan maleducado?

-Sí, es él..., pero ¿qué importa la razón de ser tan maleducado? Dudo que lo volvamos a ver -Sin darle mucha importancia a la duda de la contraria, observó como McGonagle buscaba el siguiente nombre en la lista, tras quedar Fredric, Connors seleccionado en Hufflepuff-

-¡Granger, Hermione! -El llamado a la joven de cabellos alborotado logró captar la atención del cuarteto de amigos-

Hermione casi corrió hasta el taburete y se puso el sombrero, muy nerviosa.

-¡GRYFFINDOR! -Gritó el sombrero tras unos segundos. Ron gruñó.

-Tenía que ser Gryffindor, de todas las casas, Gryffindor. -Dijo Ron, notablemente molesto-

-No entiendo por qué tanto odio hacia ella, se ve amigable- Dijo inocentemente Fransheska. Ron la miró como si acabara de decir que Merlín era muggle-

-¿Estas loca? Dices eso porque no la viste en el tren -Dijo Ron con el ceño fruncido. Antes de que Weber pudiera contestar, el nombre que dijo McGonagall le hizo girar su cabeza y casi romperse el cuello-

-¡Grindelwald, Bleyck! -Dijo McGonagall, algo desconcertada ante el apellido de la joven-

Dumbledore, el director del colegio, se inclinó ligeramente hacia delante, interesado en el apellido de la azabache. Por otro lado, el comedor se llenó de murmullos, pero éstos no eran positivos, de sorpresa o de admiración como cuando entraron al castillo..., eran de crítica, burla y pánico.

"¿La hija del famoso criminal Grindelwald?", "¿Qué hace aquí?", "¿No debería estar en Azkaban o algo así?" "¿Viste su cabello? Es la marca de la familia criminal", "Parece un dálmata, que horrible", "¿Cómo pudieron aceptarla en el colegio?". Miles de murmullos de ese estilo acompañaban una serie de miradas acosadoras y penetrantes.

-¡Suerte! -Grito Fransheska a los cuatro vientos dándole ánimos a su amiga, en señal de que no le importan todos esos murmullos-

Harry y Ron se limitaron a sonreír hacia la azabache en señal de apoyo. No les importó su apellido en el tren, menos les iba a importar ahora.

Desgraciadamente, los buenos deseos y ánimos de tres personas son insignificantes en comparación con miles de críticas de diversas personas al mismo tiempo, y eso, estaba carcomiendo a Bleyck por dentro.

«"Dios que pena. ¿Por qué todos me miran? Los escucho ¿saben?» Esos eran los pensamientos que rondaba por la cabeza de la de mechas mientras subía las escaleras, hasta llegar al taburete y sentarse ahí.

Lo último que pudo observar Bleyck, antes que el sombrero le tapara los ojos, fueron las caras de desaprobación por parte de la gran mayoría de estudiantes.

-Mm -Dijo una voz pausada e hipnotizante en el oído de Bleyck-. Fascinante..., tienes una gran fuerza de voluntad para defender lo que crees sin importar las consecuencias, sin mencionar un inigualable orgullo y una gran osadía..., pero careces de caballerosidad y detestas el camino difícil.
»Pero también eres ambiciosa, apuntas a lo mejor..., inteligente, astuta y tienes potencial para ser una líder fuerte. Podrías estar en Slytherin..., si no fuese por tu falta de lealtad e instinto de supervivencia.-

«¿Entonces a dónde coño voy?» pensaba Scarlett irritada, ya había pasado un buen rato y el sombrero parecía no decidirse.

-Calma, calma..., no eres una decisión fácil -Volvió a decir el sombrero al oído de Bleyck-. También observo una gran curiosidad por el aprendizaje y el saber, una mente analítica y pensativa ante todo, ingeniosa y sin mencionar tú aprecio al arte. Sí, Ravenclaw te impulsaría para alcanzar tus metas y deseos, además de alentar tu espíritu competitivo... ¡RAVENCLAW! -Gritó lo último a todo el comedor, el cual se llenó de los gritos que esbozaba la segunda mesa a la izquierda-

Muchos quedaron sorprendidos "¿Una Grindelwald en Ravenclaw? ¡No puede ser!" Pensaban, pero a pesar de eso, la chica fue recibida entre aplausos y festejos por los cuervos.

-¡TENEMOS A LA HIJA DE UN MAGO PODEROSO! ¡JODANSE SLYTHERINS! -Gritaba un chico de cuarto año de cabello largo y negro, con una brillante sonrisa en su rostro-

Algo desconcentada ante los fuertes gritos y aplausos de sus compañeros de casa, Bleyck se sentó en la mesa, al frente de una chica de rasgos escoceses y cabello negro.

-Bienvenida a Ravenclaw -Dijo la chica frente a ella, extiendo su mano para estrecharla con Scarlett-. Soy Cho-Chang. Si tienes dudas en algo, con gusto te ayudo -Le dijo a Bleyck, con una sonrisa en su rostro-

-Gracias -Sonrió de lado, la chica frente a ella parecía un año mayor, pero se veía amigable-

-¡Ja! Una Grindelwald en nuestra casa y yo que pensaba que éste año sería aburrido -Dijo el chico de cuarto que hace poco gritaba y el cual se encontraba al lado de Cho-Chang-. Bienvenida a Ravenclaw, Bleyck, mi nombre es Atlas Black -Se presentó el chico de ojos verdes-
»Si te gusta el Quidditch, espero verte el próximo año en las pruebas -Concluyó el azabache, para después volver a sentarse junto a Chang-

-Crecen tan rápido -Dramáticamente dijo Fransheska, fingiendo llorar mientras veía a su amiga hablar con sus, ahora, compañeros de casa-

-No hagas tanto drama -Le dijo Ron, viendo de igual forma a la azabache- Nunca creí que quedará en Ravenclaw -Agregó el de pecas-

-Ni yo, pero lo bueno es que seguiremos siendo amigos aún si no quedamos con ella, ¿no? -Preguntó Harry, recordando la promesa que hicieron en el tren-

El azabache enserio dudaba que quedaría en la misma casa que Bleyck, al ser ésta la de los inteligentes y él no considerarse uno, y no deseaba romper la amistad que recientemente había formado con la de mecha blanca.

-¡Claro que sí! Una promesa, es una promesa -Dijo decidida Fransheska-, incluso si Ron esconde el collar con el que cerramos el pacto.

Harry soltó una pequeña risa tras el comentario de Weber, y Ron los miraba con las mejillas de un ligero color carmesí y dispuesto a replicar. Pero antes de que pudiera hacerlo, el ruido que provocó Neville, el siguiente chico en ser seleccionado, al chocar con el taburete lo distrajo.

Cuando Longbottom se colocó el sombrero, tardó un largo rato en decidirse, provocando un gran nerviosismo por parte de Neville. Fransheska notó aquello, por lo que levantó sus pulgares y sonrió en señal de apoyo y, a pesar de que Neville solo pudo ver a medias éste gesto, se sintió más aliviado.

Después de un rato el sombrero al fin se decidió y gritó: "¡GRYFFINDOR!", Neville salió corriendo, todavía con el sombrero puesto, y tuvo que devolverlo, entre las risas de todos, a McGonagall.

-¡Malfoy, Draco! -Volvió a gritar la profesora. Malfoy se adelantó al oír su nombre y de inmediato obtuvo su deseo: el sombrero apenas tocó su cabeza y gritó: "¡SLYTHERIN!"

Draco se dirigía orgulloso a la mesa de las serpientes para reunirse con sus amigos: Crabbe y Goyle.

Siguieron por un largo rato, llamando a personajes desconocidas para Grindelwald y Weber. Hasta que, finalmente, dijieron el nombre de uno de sus amigos:

-¡Potter, Harry!

Mientras Harry se adelantaba, los murmullos volvieron a extenderse súbitamente como una plaga, pero esta vez eran positivo y estaban llenos de admiración.

Harry se sentó en el taburete y se colocó el sombrero que, al igual que a los demás, le tapaba los ojos. Al cabo de unos segundos, en los cuales se observaba como Harry murmuraba algo por lo bajo, el sombrero gritó: "¡GRYFFINDOR!"

La mesa de los Leones recibieron a Harry con una cálida bienvenida, entre gritos y aplausos. Los gemelos Weasley gritaban: "¡Tenemos a Potter!", "¡Tenemos a Potter!", en forma de coro.

Entre todo ese festejo, Harry sintió como una mano tocaba su hombro, pero ésta no se sintió como un balde de agua helada como con el fantasma o como las palmadas que le daba Percy, el hermano mayor de Ron y prefecto de la casa.
Con intriga, Potter se volteo, encontrándose con unos ojos grisáceos y una mecha blanca justo sobre éstos.

-Felicidades por entrar a Gryffindor, Harry -Le dijo Blecky con una sonrisa- Aunque cuando estuviste a punto de enfrentar a Crabbe y Goyle, a pesar que eran mucho más corpulentos que tú, se notó un poco tú valentía..., o idiotez -La risa de Bekyck tras su comentario, fue acompañado con las carcajadas del de lentes-

-Gracias, Blecky, felicidades a ti también por estar en Ravenclaw. Pero entiendo porqué estas ahí, es la casa de los inteligente después de todo, y tú lo eres. -Dijo Harry, haciendo el mayor esfuerzo para que sus palabras se entendieran y no se perdieran entre los gritos de los cuervos cuando Sagasta, William quedó en Ravenclaw-

Blecky se limitó a volver a sonreir y pronunciar un "A que mi casa te gana éste año" Antes de voltearse y posar su vista nuevamente en su amiga, quien estaba solo acompañada por otros cuatro estudiantes.

-¡Scamander, Charles! -El niño que estaba frente a Fransheska respondió al llamado de McGonagall y los murmullos sobre su apellido no tardaron en llegar-

"¿El hijo de Newt Scamander?" "¿El héroe?" "¿El autor de libros?" "Debe quedar en Hufflepuff seguro, o puede que en Gryffindor" "Éste año hay muchas personas famosas". Miles de murmullos como esos acompañaron a Kevin hasta llegar al taburete.

«¿Scamander? Debe ser el hijo o algún familiar del hombre que mi padre me contó, el extraño chico con una maleta de animales» pensaba Bleyck sin apartar sus grises ojos del joven Scamander.

-¡RAVENCLAW! -Gritó nuevamente el sombrero después de unos segundos, para sorpresas de muchos, el hijo del gran amante y protector de animales, había quedado en Ravenclaw-

A pesar del asombro, la segunda mesa la izquierda aplaudió con fuerza nuevamente. Varios Ravenclaws se levantaron para estrechar la mano de Charles. En medio de los aplausos, se escuchó la voz nuevamente de Atlas gritar: "¡TENEMOS AL HIJO DE NEWT!" y "¡EN SUS CARAS HUFFLPUFFS!"

Los gritos de Atlas fueron acompañados por los de otro Ravenclaw, que tenía el cabello de un rubio cenizo y ojos de un verde más claro. El azabache gritaba: "¡USTEDES TENDRÁN A POTTER, GRYFFINDORS, PERO NOSOTROS A DOS DE LOS HIJOS DE LOS MEJORES MAGOS DE LA HISTORIA!"

Charles llegó a la mesa de los cuervos, entre felicitaciones y halagos, y se sentó al lado se Bekyck al ser éste uno de los pocos puestos vacíos. Todos esperaban que se insulten, acusaran o simplemente empezaran una pelea.

Todos esperaban una rivalidad entre ambos jóvenes, cosa que le pareció divertida a Charles. «Como si arruinara la oportunidad de hacer amigos solo por mi padre», y con ese pensamiento en mente, a Kevin le pareció divertido actuar un poco.

-Me llamo Charles Scamander, es un placer -Mantuvo su sonrisa, y extendió su mano en dirección a Blecky. Dejando boquiabiertos a muchos. Scarlett aún no aceptaba su mano-. Vamos, no me digas que vas a rechazar mi solidaridad por un faceta de venganza en contra de mi padre ¿o si? -Le guiñó su ojo a la azabache, procurando que nadie lo viera-

Blecky captó el mensaje del joven frente a ella, y con una sonrisa gatuna en sus labios le contestó:

-Por favor, es la primera vez que escucho de ti, no te creas tanto -Aceptó la mano del contrario, sin desacer aún su sonrisa-. Me llamo Blecky Grindelwald -Ambos se escracharon la mano, escuchando de fondo como llamaban a Turpin, Lisa al frente y su reunión de social pasaba al olvido-

-Veo que si entendiste la idea. -Dijo Charles en un tono más bajo, con la intención que solo la felina frente a él escuchara-

-Parecía divertido, y dime ¿lo de ser amigos fue parte de la actuación? ¿O ahora tengo al hijo de la persona que casi encarcela a mi padre como amigo? -Dijo Blecky, sus palabras sonaban acusatorias, pero en su expresión se veía lo poco que le importaba el apellido del azabache-

-Eso fue real..., al menos que te hayas ofendido -Alzó sus manos en señal de paz, dando a entender que no era su intención ofender a la contraria-

-Para nada, tranquilo -Dijo en un tono de voz más alto, ésto debido a los gritos que hacían los de Ravenclaw nuevamente cuando Turpian, Lisa, quedó en su casa-

-Entonces, ¿amigos? Siempre es bueno tener un amigo antes de empezar las clases, y más si éste entiende tus bromas -Dijo Charles de forma juguetona, a lo que Bleyck asintió entre risas como respuesta.

-¡Weber, Fransheska! -Gritó la profesora McGonagall, llamando la atención inmediata del cuarteto de amigos-

-¡¿Yo?! -Dijo la nombrada, la cual estaba sumamente confundida y nerviosa-

-Sí, ahora sube -Dijo Ron, y empujó ligeramente a la Weber al frente-

Fransheska sentía que sus piernas se volvieron de gelatina conforme iba caminando y más se acercaba al taburete. La castaña se repetía internamente como un mantra: "Tranquila, tranquila", " Tu puedes"

Fransheska llegó al taburete, frente a todos los estudiantes, se sentó, y se colocó el sombrero que le tapó hasta los ojos.

-Vaya -Dijo una voz susurrante en el oído de Fransheska, quien se asustó ante la nueva voz a su lado-. Te molesta las injusticias más que nada, eres leal a tus amigos, familiares y con quienes alguna vez te dieron la mano. Tu corazón es bueno, bondadoso, y detestas a los tramposos. Hufflepuff sería una buena casa para ti..., pero no te ayudará a alcanzar tus metas, ni poner a prueba tus límites.
»En cambio..., Gryffindor, te impulsaría al éxito y la gloria, y tú amor por los retos, caballerosidad, lealtad y valentía, te harían sentir como en casa junto a los demás Gryffindor...., ya me decidí ¡GRYFFINDOR! -Gritó lo último haciendo que la mesa de los Leones estallara en aplausos-

Fransheska se quitó el sombrero, se apresuró a la mesa de los Gryffindor y sentó junto a Harry, quien la recibió con una sonrisa en el rostro.

-¡Estas en Gryffindor! ¡Quedamos juntos! -Le decía Harry a Fransheska mientras la abrazaba. Ambos jóvenes estaban felices de que no estarían del todo solos al empezar éste año-

-¡Estamos en la misma casa! -Volvió a decir Fransheska tras deshacer el abrazo que mantenía con Potter-

-Ahora sólo falta Ron -Dijo Harry, volviendo a sentarse junto a la castaña mientras posaba su vista en el nombrado-

Como si hubiesen invocado al destino, Ron Weasley fue llamado al frente quien, con una palidez verdosa, subió hasta sentarse en el taburete.

Fransheska cruzaba los dedos para que Ron quedara en Ravenclaw, junto a su mejor amiga. Bleyck estaba en otra casa diferente a ellos y Fransheska no quería que ésta se quedara sin amigos dentro de su casa con quien empezar el año, pues era muy conciente de lo introvertida que podía ser la azabache. Pero Merlín no escuchó las plegarias de Valen, puesto que unos segundos después el sombrero gritó: "¡GRYFFINDOR!"

Harry, por otro lado, aplaudió con fuerzas junto a los demás, mientras Ron se desplomaba en la silla más cercana.

Entre felicitaciones y aplausos por el nuevo integrante de la casa, Bleyck aprovechó para darse la vuelta y felicitar a su amiga por quedar en Gryffindor.

-¿Con que Gryffindor, eh? -Dijo la azabache lo suficientemente alto para que Fransheska la escuchara-

-¿Con que Ravenclaw, eh? -La imitó Weber-. Felicidades por entrar, pero me hubiera gustado que estuviéramos en la misma casa -Dijo un poco desanimado, siempre habían sido el dúo inseparable y temía que su amistad se debilitara al estar en casas diferentes-

-A mi también me hubiese gustado, pero quedar en diferentes casa no significa nada, seguiremos siendo mejores amigas sin importar en donde quedemos -Le alentó Bleyck con una sonrisa en su rostro-

Fransheska se animó instantáneamente ante ésta palabras, e ignorando los gritos de Slytherin cuando Zabini, Blaise quedó en la casa de las serpientes. Las dos amigas se dieron una última mirada antes de voltearse a su mesa correspondiente.

La profesora McGonagall enrolló el pergamino y se llevó el Sombrero Seleccionador. Albus Dumbledore se puso se pie. Miraba con expresión radiante a los alumnos, con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que verlos allí.

-¡Bienvenidos! -Dijo Albus- ¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero decir unas pocas palabras. Y aquí están: ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias!

Dumbledore se volvió a sentar y todos aplaudieron. Bleyck se aguantaba la risa, y Fransheska reía por lo bajo, tratando de no reír a carcajadas ante las palabras tan inusuales que decía el director del colegio.

-¿Siempre es así? -Entre risas ahogadas le preguntó Bleyck a Andrews-

-¿Dumbledore? Siempre dices cosas sin sentido, es un genio, pero vendió unos cuantos de sus tornillos para serlo -Dijo el de ojos verdes mientras reía. Todos sabían sobre la grandeza de Dumbledore, pero los genios rara vez se comportan como el resto-

-Si tomamos en cuenta que un sombrero parlante es quien nos selecciona la casa, no me sorprende mucho. -Dijo Charles, recibiendo un asentimiento de cabeza por parte de una divertida Bleyck-

-Deberían comer antes que la comida se les enfríe -Les advirtió Cho, mientras tomaba unas patatas-

Bleyck y Charles se miraron confusos, para después notar como los platos de oro estaban repletos de comida.

Scarlett se volteó hacia Fransheska, quien se encontraba igual de sorprendida que ella.

-Amo la magia -Dijo la castaña frente a Bleyck- Buen provecho, Bley -Dijo Fransheska antes de voltearse y tomar un poco del pollo-

-Somos dos, y buen provecho a ti también, Fran -Dicho eso, imitó la acción de su amiga y buscó entre el gran banquete frente a ella, algo de su agrado-

¡Gracias por votar!

Perdonen la tardanza con el capítulo, pero como pueden ver, son bastantes largos.

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