15- La conversación

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~7to año~

Natalie Russo:

La broma de los chicos tuvo que ser cancelada debido a la llegada del Ministro de Magia al evento.

Aquello sería algo fatal, sin embargo, todos prometimos reunirnos algún día para realizar la broma.

Las clases en la Academia Scamander iniciarían al igual que en Hogwarts, con la diferencia de ciclos escolares.

Thomas había comentado que el camino por el cual habíamos llegado, se cerraría, siendo un laberinto para todo aquel que quiera llegar sin ser invitado.

Los animales que estaban allí para señalar el camino se irían de nuevo al bosque, y a partir de ese momento, dejarían de ser amables con todo aquel que no merezca estar en el lugar.

—Solo aquellos que sean invitados tendrían el camino libre para llegar al lugar.

Esto era increíble.

Amos debía asistir al Ministerio, pues Sebastian le ayudaría a buscar una Academia para adentrarse al Ministerio.

Me había acabado de despedir de ellos, y el tren empezó a andar.

Tomé mi baúl, y lo arrastré por los vagones, tratando de conseguir alguno vacío.

—Hola, Natt.

—Remus, ¿qué tal?

—De maravilla...

Saludo a mi amigo, quien se ofrece a llevar mi equipaje.

—No te preocupes, yo lo llevaré...

—No sería bueno de mi parte dejar que lleves tanto equipaje.

Miré mi baúl, ahogando una risa al notar que tal vez llevaba más de lo que debía.

—Bien... Pero que conste que quise hacerlo yo.

Remus se limitó a sonreír y avanzar.

—¿Ya sabes a dónde ir?

—Pues pensaba ir a un vagón sola, pero ahora dudo mucho que en verdad pueda.

—Estas en todo lo correcto.

Remus abrió un compartimiento, donde el resto de los chicos ya estaban presentes.

—Pensé que se habían perdido —Exclamó James, con burla.

—Yo, en cambio, tenía otra teoría —Sirius guiña un ojo.

—¿Y cuál es tu teoría, Black? —Pregunto, con inocencia.

—Créeme, no querrás saberla.

Aquellas palabras de Remus me dejaron pensando.

—Siéntate, no mordemos —Se burló Peter.

—Al menos, no ahora.

Hice un gesto de confusión.

—Luego lo sabrás.

Los cuatro amigos se rieron.

—Si ustedes lo dicen...

La bruja del carrito apareció por el compartimiento, y se me hizo un poco raro no ver a Amos saltar de alegría.

—¿Lo de siempre? —Preguntó la mujer.

—Esta vez, haremos un cambio —Respondió James—. Natt, ¿Qué quieres para comer?

—Lo que sea...

—Bueno —Miró el carrito—. Deme dos cajas de Grageas de todos los sabores, cinco ranas de chocolate, diez varitas de regaliz, cinco babosas de gelatina, tres pasteles de calabaza, y diez plumas de azúcar.

Estos chicos se van a ir con un dolor de estómago inmenso.

—¿Algo más?

—No...

—Unos refrescos —Gritó Sirius—, light si es posible.

No pude evitar soltar una carcajada.

—De algún modo debo mantener mi figura —Se sienta a mi lado—. ¿Qué sería de Hogwarts sin este bombón?

—Sería un alivio.

Sirius miró a Remus con cara de pocos amigos.

—Mejor vamos a comer —Saltó Peter, cuando James se acercó con los dulces y se sentó a mi otro lado.

—¡Hasta que el estómago nos explote!

Eso pareció un grito de guerra, y todos empezaron a tomar dulces como si se fueran a acabar.

—Toma los tuyos, o Peter no te dejará alguno.

Miré a Pettigrew, quien ya tenía la boca embarrada de chocolate.

Tomé un pastel de calabaza, y empecé a comer.

—¿Ya sabes a qué te dedicarás al terminar Hogwarts?

La pregunta de James me dio bastante curiosidad.

—Aun no —Respondió Remus—, ya sabes por qué lo digo.

—Pues deberías pensarlo un poco.

—Dudo mucho que alguien quiera contratarme.

—¿Por qué? —Me atrevo a preguntar—. Eres una persona increíble, estoy segura de que te aceptarían en cualquier lugar.

—No se trata de eso, Natt.

—¿Entonces?

—Es que Remus es...

—Es una persona bastante tímida —James interrumpe a Peter.

De pronto, sentí como el ambiente se tensó.

—¿Y tú? —Me pregunta Peter, como si no hubiera sido callado.

—Yo iré a...

—La Academia Scamander —Sirius termina de hablar por mí.

Peter y Remus se quedaron muy sorprendidos.

—¿Cómo lo sabes? —Preguntó Remus.

—¿Recuerdan que los invitamos a la inauguración? —Ambos asienten—. Bueno, nosotros no sabíamos nada...

—Pero mi madre habló con Tina Goldstein, y ella nos contó que Natt tenía buenas recomendaciones, y le dieron una beca.

—¡Felicidades!

—Gracias —Respondí, con un poco de vergüenza—. Ha sido algo que me tomó de sorpresa, pero me gusta.

—Ya tenemos a un grupo de profesionales —Se anima Remus—. Dos aurores y una magizóologa.

—¿Aurores? —Pregunto—. ¿Quienes quieren ser aurores?

—James y yo entraremos a la Academia de Aurores —Sirius habló, pues para callar a James le había metido un trozo de chocolate a la boca.

—Vaya... Eso es increíble.

—Muy cierto —James traga el trozo de chocolate con dificultad.

—¿Y tú, Peter?

—¿Yo?

—¿Acaso hay otro Peter por aquí?

—Bueno... Aun no lo sé, con claridad.

—Tienen suerte —Trato de animarlos—. Aún tiene tiempo para pensarlo.

Ambos asintieron, y me atrevo a tomar una pluma de azúcar.

—¿Nunca has probado alguna?

—Amos decía que era mucha azúcar.

—Pues Diggory no está, así que... Pruébala.

Lo hago, pero con un poco de duda.

El dulce de azúcar se deshizo apenas hizo contacto con mi lengua.

—Mucha azúcar —Dije, arrugando la nariz.

Todos soltaron una carcajada.

...

Los minutos pasaron, y cuando menos me di cuenta, ya no había más dulces en el vagón.

—¿Y cuáles son sus planes de conquista este año? —Pregunté, con burla.

—Una rubia —Soltó Sirius, con orgullo.

—Pobre chica —Dijimos Remus y yo a la vez, con burla.

Ambos chocamos las manos en señal de festejo, y James salió en su rescate.

—Eres rubia, bien podrías ser tú.

—Nah —Elevé los hombros—. Yo paso.

—¿Y tú, James. Irás de nuevo por Lily? —Remus se había unido a mí.

Peter, por su parte, miraba la escena con mucha atención.

—Lilyflor caerá este año.

—¿Lilyflor? —Pregunté, con asombro.

—James y sus ridículos apodos.

—¿No te gusta? —Se atreve a preguntarme.

—Me parece lindo... Muy original de tu parte...

Eso pareció animarlo.

—¿Ven? —Mira a sus amigos—. Natt si aprecia mi arte.

Evité a toda costa reír.

—James tiene una libreta de apuntes de sus cursilerías, ¿Quieres leerlo?

—¿James tiene un poemario?

—Hay mucho que no sabes de nosotros.

Había perdido la concentración por sus bromas, y de nuevo pude escuchar varias voces de los otros estudiantes.

—¿Estás bien? —Me pregunta Peter, con preocupación.

—Si... Es solo... Un simple dolor de cabeza.

Levanté la vista, chocando con la mirada de Remus.

Parecía estudiar mis acciones, pero... ¿Por qué?

Él sabía mi secreto...

—Iré a cambiarme —Puse una excusa—. Pronto llegaremos al castillo.

Ninguno hizo un gesto de impedimento, así que caminé lo más tranquila que pude al baño y me cambié de ropa.

Una vez lista, me miré al espejo.

Hace tres noches fue luna llena, y había cubierto mis cicatrices a la perfección, pero mi rostro aún tenía cansancio.

Apliqué un poco de maquillaje sobre mis ojeras y retoqué mis labios.

Cerré los ojos, recordando el consejo de Celeste para mantener la calma y poder controlar mis sentidos.

Una vez que me sentí lista, salí de nuevo al vagón.

—¿De qué me perdí?

Peter, Sirius y James reían, siendo el primero quien estaba más colorado.

—Hasta que por fin llega alguien... —Remus parecía apenado.

—¿Todo está bien?

—Siéntate —Me pide Sirius, entre risas.

Hago caso a su pedido, mientras cierro las puertas del compartimiento.

—Remus la ha embarrado...

Los tres amigos no dejaban de reír en ningún momento.

—Chicos... Deben calmarse, o puede darles algo...

—Es que... Las chicas acabaron de llegar y...

—Sin querer, derramé sus bebidas sobre ellas... —Remus hablaba, con mucha pena.

—Y el cabello de Mary hizo... ¡Puff! —James hizo con sus manos una señal de explosión, haciendo referencia a que el cabello de la morena se había "Esponjado" más de lo acostumbrado.

Tuve que evitar reírme a toda costa, aun sabiendo que Remus tenía la mirada puesta en mi reacción.

—Pues...

—Anda, ríete...

—Ay Remus, debo admitir que a veces te pasan unas cosas bien raras...

Seguí con mi intento de evitar reír, mientras el resto se iba calmando.

—¿Y por qué les da tanta risa? —Pregunto.

—Porque a Remus le gusta Mary —Suelta Peter, un poco más relajado.

Me atrevo a cambiar el rumbo de mi mirada hacia Remus, notando como se había puesto colorado.

Aquello me pareció muy tierno.

—¿Y qué tiene de malo? —Me atrevo a preguntar.

—Ella nada... Yo sí.

De pronto, la risa de todos cesó.

—Ay Remus —Me dedico a mirarlo a los ojos—. Eres una persona grandiosa, y tienes grandes oportunidades con Mary. Eres lindo, amable, apuesto...

—¿Te gusta Remus? —Peter me interrumpe.

De pronto, la mirada de todos se posicionan en mí.

En mí y en nadie más.

—No...

De pronto mi corazón latió con más fuerza, y sin entender por qué lo hacía, seguí en la conversación.

—¿Y por qué...?

—Le estoy explicando a Remus lo que pensamos la mayoría, así puede tomar más confianza.

—¿Crees que soy apuesto? —Me pregunta él, con burla.

—Que rápido se te sube el ego, eh.

Suelto una carcajada, mientras el tren se va deteniendo.

—Bien, creo que deberán irse a cambiar —Intento evadir el tema, pues, por una extraña razón me siento rara.

Y de pronto, todos empezaron a cambiarse frente a mí.

—¡Qué hacen! —Digo, antes de taparme los ojos—. Al menos me hubieran avisado para quedarme más tiempo en el baño.

—Nosotros nunca nos cambiamos en el baño —Responde James por el grupo.

—¡Increíble! —Exclamo, con ironía.

Espero a que el sonido de la tela y las correas terminen para así abrir mis ojos.

—Tú te lo pierdes —Sirius se encoje de hombros.

—¿Segura que no viste nada? —James pregunta, a manera de burla.

—Créeme, si hubiera querido verlos semidesnudos, no hubiera cerrado mis ojos —Me atrevo a desafiarlo.

Él suelta una de sus típicas risas coquetas, para luego "acomodar" su cabello indomable.

Ruedo los ojos, y logro escuchar unas voces fuera del vagón.

—Será mejor que bajemos—Les aviso.

—¡Pero si recién hemos llegado! —Exclaman, indignados.

—Pues Remus y yo somos prefectos, por ende debemos ir a ver a los de primer año.

El castaño se limita a asentir, acatando la orden, y empieza a tomar sus maletas, pero esta vez, usando magia.

Se dedica a llevar también la mía.

Al momento de abrir el compartimiento, las chicas parecían "entablar una conversación".

Mary, Lily, Marlene y Alice estaban sentadas en una de las sillas cercanas, y parecían un poco nerviosas.

Quise husmear un poco... Solo un poquito...

Pero Remus tocó mi hombro y saludó a las chicas.

Hice lo mismo, recibiendo una cálida sonrisa de su parte.

Y allí pude notar que él se sonrojó levemente cuando observó a Mary.

La morena también se había sonrojado, y pude deducir que había escuchado un poco de nuestra conversación.

Pero... ¿Qué tanto había oído?


La selección de los chicos de primer año había sido una joya.

Literalmente.

Todos los niños de primer año estaban sumamente nerviosos, y no dejaban de mirar con asombro hacia el cielo encantado.

Había un niño que estaba totalmente empapado de agua, pues de seguro se había caído al lago negro.
Pero no estaba asustado, todo lo contrario a Peter la vez que lo empujé, sino que sonreía sin parar.

—Hola, mi nombre es Elizabeth —Una pequeña niña castaña llega a mi lado.

—Un gusto Elizabeth, yo soy Natalie —Le saludo con emoción—. Bienvenida a Hufflepuff.

La niña se sienta, y espera a que nombren a otra chica.

—Jones, Margareth —Añade Mcgonagall.

—Ella es mi hermana.

Miro a la otra niña, notando que ambas son bastante diferentes.

La segunda estaba muy tranquila, y le tomó unos segundos más al sombrero elegir su casa.

—¡Gryffindor!

La cara de Margareth era de felicidad absoluta, pero sus latidos de corazón me daban a entender que tenía esperanzas de quedar junto a su hermana.

A mi lado, la respiración de la niña empezó a sentirse pesada, sintiendo tristeza.

—Corazón, no te preocupes, ustedes podrán verse todo el tiempo.

—Pero... Es que... Es la primera vez que nos separamos.

La niña baja la mirada, mientras la mesa de Gryffindor grita y aplaude a su nueva integrante.

—Yo tengo amigos en Gryffindor. Si lo que te preocupa es no poder hacer amistades con otra casa, yo puedo ayudarte.

—¿De... De verdad?

—¡Por supuesto! Que ambas estén en diferentes casas no quiere decir que tengan se separarse, al contrario, deben demostrarle a todos que son más unidas que nunca.

La niña se seca una lágrima.

—Mira, allí está tu hermana.

Elizabeth levanta la mirada a donde le señalo, y su hermana sacude sus manos al aire para decirle que todo está bien.

Eso parece hacerla sentir más tranquila, e imita el gesto.

Sin darme cuenta, choco con la mirada atenta de los chicos, y me limito a sonreírles.

La Selección había terminado, y por fin daría inicio a una de mis escenas favoritas.

La cena.

El director se levanta a dar unas palabras de bienvenida, y toda la sala se queda en silencio.

—Queridos estudiantes. Es un honor para mí verlos este nuevo año —Empieza.

—¿Es el director, cierto? —Me pregunta Elizabeth, a lo que yo asiento.

—A los nuevos, bienvenidos a su nuevo hogar... Y a los viejos, ya conocen las reglas —Mira directamente a la mesa de Gryffindor—. El Bosque Prohibido queda totalmente fuera de nuestros terrenos, nadie puede acercarse demasiado a ese lugar, a menos, claro, que quieran quedarse con algún trauma.

Pude mirar la cara de susto de todos los nuevos, y recordé que yo había reaccionado de la misma manera.

—A los chicos de quinto y séptimo año, les deseo mucha suerte con sus exámenes.

Vaya incentivo...

—Filch y la señora Norris estarán a cargo nuevamente de los estudiantes que decidan pasarse de listos, así que, espero que sepan comportarse.

La mirada de varios profesores se pone sobre los chicos.

—Antes de maravillar a todos los nuevos con la cena, debo dar un anuncio.

Esto es nuevo.

—El ministerio no cree que sea buena idea que los estudiantes sepan de esto, pero yo creo que todos deben estar lo suficientemente preparados para lo que se viene.

La atención de todos fue directamente hacia el director.

—Fuerzas oscuras se están uniendo allí afuera.
No sabemos a qué nos enfrentaremos dentro de algunos años, pero, debo indicarles que todos deben tener mucho cuidado al tomar sus decisiones.
Por favor, sean razonables con su respuesta, y no se dejen engañar...

Pierdo el hilo de la conversación para recordar los enunciados del Profeta.

~Flashback~

-"Ataque en Manila-Filipinas. ¿Obra del grupo en capuchas?
-Nuevo grupo surge de entre las sombras.
-Los encapuchados tienen un nombre: mortífagos.
-Ataque a familias muggles ocasionado por los mortífagos...

—¡Natt! —Amos grita, notando que no seguí continuando con la lectura.

—Amos...

Sentía miedo, mucho miedo.

—Natt, vas a estar bien.

—No lo sé, Amos... Yo podría ser una de esas víctimas...

—Bajo nuestro cuidado nada va a pasarte —Sebastian Diggory se une a la conversación—. Les hice una promesa a tus padres, de cuidarte hasta el fin de mis días, y pienso cumplirla.

—Pero... Ustedes pueden estar en peligro por mi culpa...

—Nosotros estamos en peligro desde que decidimos entrar al Ministerio —Me interrumpe—. Igualmente, no vamos a dejarte sola.

—Tengo mucho miedo —Me atrevo a decir—. No quiero ni siquiera pensar en lo que pueda pasarme... En lo que pueda pasarles a ustedes por encubrirme...

—Vamos a estar bien, todos juntos, ¿Sí?

Trato de asentir.

—Por eso no quería mostrarles El Diario, pero luego reflexioné que tarde o temprano iban a enterarse, y lo mejor es que se encuentren preparados para cualquier tipo de situaciones.

—Sebastian... ¿Y qué pasará luego?

Aquello dejó pensando al mayor.

—No debería contarles, pero ya están lo bastante grandes para entender todo a lo que nos podríamos enfrentar —Se quita los lentes.

—Varios integrantes del Ministerio hemos sido advertidos de los ataques, ya que nuestro grupo es el más vulnerable de todos.

Mis manos empiezan a sudar.

—Hay... Hay alguien, un líder, y parece que va a quitar a todo aquel que estorbe en su camino.

—No es la primera vez que se manifiestan, estos ataques vienen desde hace ya varios años...

—¿Quiere decir que puede suceder algo como lo que hizo Grindelwald? —Pregunto, con miedo.

—Más o menos... Pero esta vez, la persona que lidera los ataques va por un camino más peligroso.

¿Una guerra?

—¿Y quién es? —Pregunta mi amigo.

—Se hace llamar Lord Voldemort.

El simple hecho de oír su nombre me daba ciertos escalofríos, y una sensación extraña de pérdida.

—Natt, Albus deberá comentarles poco o casi nada de esto —Se dirige a mí—, pues ya no se puede confiar en nadie...

—Lo entiendo, Sebastian.

—Quiero que te cuides, ¿De acuerdo? —Yo asiento—. Trata de no llamar mucho la atención, evita problemas y busca soluciones rápidas.

—Entiendo.

—Necesito que me mantengas al tanto de todo —Su voz preocupada genera una especie de espina en mi garganta—. Sobre todo porque hay... Hay algo que debo decirte...

—Por favor, no me prive de saberlo.

Sebastian lo medita, pero luego de unos segundos asiente.

—Hay rumores de que ese... Voldemort —Se sacude ante la mención del otro mago—, está reclutando gente...

—No pienso unirme a ellos... Eso sería la muerte segura para mí.

—Eso espero. Pero el problema no radica en ello.

—¿Entonces? —Amos pregunta por mí.

—No solo hay indicios de personas que se unen a él. Criaturas Mágicas como los gigantes han estado realizando extraños desplazamientos. Y hay fuertes rumores que le llegaron a Alastor, de que están reclutando hombres lobo.

En ese momento mi cuerpo se tensó más de lo que ya estaba, y el miedo que me invadió fue enorme.

—Natt, nosotros somos tu familia ahora, así que quiero... No, te ruego, por favor, que me mantengas al tanto de todo lo que ocurra a tu alrededor.

Yo solo me limito a asentir, pues no tenía palabras en ese momento.

—Escribe cartas todas las veces que sean necesarias, no importa la hora, el día o el lugar, ahora lo más importante eres tú —Amos se une a la conversación—. Nosotros estamos juntos, pero mientras estés en Hogwarts, todo será un punto ciego para ambos.

—Yo... Los mantendré al tanto, lo juro.

—Ten mucho cuidado, pequeña Russo —Habla el señor Diggory—. Sobre todo, piénsalo dos veces antes de confiar en alguien. Una nueva guerra podría estar cerca.

~Fin del Flashback~


—¡Buen provecho!

Las palabras del Director fueron el detonante para el bullicio.

No sé cuanto tiempo estuve con mi mente por fuera, pero el silencio formado había ayudado mucho a recuperar ese recuerdo.

Hace tres semanas fui advertida por el señor Diggory, y la semana pasada fui a ver a Celeste, quién comprobó mis teorías y dudas.

Me explicó lo importante que era en estos momentos pasar desapercibida, pero tuvo miedo cuando me dijo que su superior le había indicado que la siguiente luna llena debería pasarla fuera.

Sí, al aire libre.

Sus palabras fueron que estaba lo bastante mejor para hacerlo sola, además de que tenía que atreverme a estar en la naturaleza, y no encerrada en un laboratorio.

Pero la realidad había sido otra.

Gracias a "mi habilidad" para escuchar desde lejos, pude oír que una nueva persona había sido mordida, y tenían que poner toda la atención posible sobre el joven, antes de que fuera demasiado tarde.

—¡Es asombroso!

Traté de darle una cálida sonrisa a Elizabeth, quién miraba la cena asombrada.

¿Cómo es posible que una nueva guerra inicie?

Los niños... Ellos no merecen crecer con ese miedo...

—¿Natt, estás bien? —Pandora se acerca sin que la notara.

—Si... Claro que sí.

—¿Vendrás a trabajar este año?

—Sí, quedé en el mismo horario.

—Genial, te veré este fin de semana.

La Ravenclaw se alejó de la mesa luego de unos instantes, y me pareció algo tierno cuando daba leves saltos alegres al caminar.

¿Yo podría ser un monstruo?
¿Sería capaz de dañar al alguien algún día...?
¿Ellos vendrán por mí?
Y lo más importante... ¿Los Diggory estarán a salvo?


N/A:  Último año en Hogwarts, ¿Saben lo que significa?

Sip, más problemas.

...

Les comento que las actualizaciones de este fic serán los días viernes <3

Besos y abrazos corazones ❤️✨

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