Introducción: Pixies

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『Cuando la melodía suena y su nombre musita, el paraíso sagrado espera tu venida.』

HoSeok tenía claro que solo era un cuento, pero aquel llamado, aquella voz, lo traía loco.

-Quizá es tiempo de cerrar los ojos y dejarme guiar.

Esta historia no me pertenece, solo lo estoy adaptando de una fan para fans. uwu

✨Todos los créditos de autor a Moonkiess quien me dió permiso para hacerlo.
Pareja: HoSeok»Top; JeongGuk»Bottom.

❀ Temática: AU
❀ Género: Fantasía.
❀ Inspirada en “Pied Piper” de BTS.

✘ Aviso desde ya que, si no te gusta esta pareja, puedes salir de esta y eliminar la historia de tu biblioteca.


Gwangju, Abril del 2002.

—Abue Lee, quiero ir al bosque, ¿Puedo? —El pequeño castaño de siete años, tiraba levemente la falda de su abuela que cocinaba, quería llamar su atención.

—Cielito, no puedes ir solo dame cinco minutos y te acompaño, ¿Está bien? —La mayor se giro un poco, acarició la cabeza de HoSeok por unos segundos mientras este asentía alegre, luego siguió con lo que estaba haciendo.

La abuela terminó de agregar los fideos, los mezcló con la salsa y apagó la cocina. Se sacó el delantal y tomó el brazo de su nieto, caminaron hasta la entrada para abrigarse un poco y colocarse los zapatos. Una vez listos fueron hacia aquel bosque cercano a la casa.

Ya inmersos en él, el pequeño Jung jugaba imaginado que era un famoso explorador y la abuela su fiel asistente. Llegaron a un punto donde se podía observar un arroyo, Lee decidió que sería un buen momento para descansar.

—HoSeok-ah, vamos a descansar un poco y luego volveremos a casa. —miró a su alrededor y encontró un tronco, se acercó para sentarse.

—P-pero, yo quería quedarme un rato más. —HoSeok agachó la cabeza e hizo un puchero, estaba triste.

—No podemos querido, ya casi atardece y no querrás molestar a los Pixies.

—¿Qué son esos?

—Son unas criaturas que habitan los bosques, se dice que son los hijos de la luna que aún no encuentran a su alma gemela, no cuando tuvieron oportunidad. Ellos aparecen en la hora mágica a buscarla, pero son muy tímidos para hacerlo frente a las personas.

—Wah, ¿yo también tengo una?

—¿Un alma gemela? Claro que si, todos las tenemos pero solo algunos poseen la suerte de encontrarla —Toma una gran bocanada de aire y lo vota al levantarse de su asiento—. Ahora prepárate para irnos, no querrás perturbar a los Pixies ¿no?

—Si si, vamos rápido abue —tomó fuertemente la mano de su mayor y empezó a caminar hacia la casa.

En medio del camino HoSeok se detiene un segundo y logra escuchar una suave melodía, curioso le pregunta a su abuela si ella también la había escuchado. Lo mira extrañada y responde que no. Unos minutos más tarde, mientras aún se encontraban caminando, cae en cuenta que la melodía no fue cualquiera, era el llamado.

Una vez llegaron a casa, se sacaron los zapatos y entraron. HoSeok, como el buen nieto que era, comenzó a arreglar la mesa para tomar once. Cuando estuvo todo listo, su abuela se acercó con los platos ya servidos y ambos tomaron asiento.

Hubo un momento donde HoSeok le dijo a su abuela que le encantó la historia que le contó, también que él se encargaría de buscar y ver con sus propios ojos a los Pixies. La mayor solo sonrió y asintió con la cabeza, estaba segura que haría algo más que solo verlos.

Seúl, Mayo del 2020

—Alumnos, síganme el paso y no se queden atrás, ya tendrán tiempo para tomar fotos. —El ahora rubio, dirigía a un grupo de estudiantes por un sendero.

Seleccionado por el azar, HoSeok, estaba en un viaje escolar junto a otros profesores y los alumnos afortunados con buena conducta.

—Es hora del descanso, tienen veinte minutos para hidratarse y tomar fotos, luego de eso partiremos de nuevo. —NamJoon, profesor de educación física y amigo de HoSeok, anunció y se acercó hacia Este. —¿Podrías al menos cambiar tu cara? Se nota demasiado que no quieres estar aquí.

—No quiero, yo podría estar felizmente sentado frente a mi computadora continuando con mis proyectos, pero no, me eligieron para venir aquí. —HoSeok luego de algunos años decidió ser profesor, de lenguaje para ser exactos.

—Te entiendo pero ve el lado positivo, estás en este hermoso paisaje gratis, solo gózalo. —posó su mano en el hombro del contrario y dio unas palmaditas.

—Lo intentaré —miró su reloj, aún le quedaba tiempo— si preguntan estaré dentro del bosque un rato, adiós.

HoSeok caminó y aspiró el rico olor a aire limpio, como le gustaba la naturaleza. Quiso seguir caminando cuando escuchó un ruido, rápidamente volteó pero no vio nada. Una suave canción sonó de pronto, le era muy familiar.

—NamJoon deja de bromear, sal de los arbustos. —Pero para su sorpresa no hubo respuestas, su amigo apareció detrás de el llamándolo y diciendo que debían partir nuevamente. Debo estar loco, pensó.

Dos Semanas más tarde...

«El olor a hierbas inundaba sus fosas nasales, cada que pisaba al avanzar sentía esa canción de nuevo pero más lúcida, como si algo lo estuviera llamando, atrayendo. Se detuvo abruptamente cuando vio una silueta, parecía una persona. Esta cuando escuchó el ruido de volteó y dejó de cantar, había mucha luz, no lograba distinguir su rostro. Pareciera que le estaba hablando, no entendía. Lo único que captó fue una sola palabra antes de despertar.

—...Jungkook...»

—Llevo escuchando esa maldita canción durante dos semanas y ahora aparece en mis sueños. —HoSeok refunfuñaba mientras se levantaba, se dirigió a la cocina a prepararse un café.— O estoy loco o me hicieron algo, tal vez deba llamar a mi abue, ella sabe de estas cosas.

Treinta minutos después ya se encontraba listo; aseado y vestido. Tomó su maletín, entró al auto y conectó su teléfono a este, luego marcó a su abuela.

—Cariño, hace mucho que no me llamabas ¿Cómo estás? —Se podía escuchar una voz aguda pero suave, oh como extrañaba esa voz.

—No he tenido tiempo pero el fin de semana pienso ir a visitarte, necesito tu ayuda. No he estado muy bien, hace semanas escucho una canción en mi mente y hoy soñé con alguien misterioso. ¿Tu sabes si alguien me ha hecho algo?

—Creo entender lo que pasa, no es un embrujo Hobi, has sido elegido. Sabía que este momento llegaría, lo supe desde que tienes siete años. —se escuchaba contenta, mucho a decir verdad.— Ven cuanto antes, debo prepararte para tu encuentro Pixie.

—P-pero

—Adiós amorcito, besos. —finalizó la llamada.

—¿Acabo de escuchar lo que creo que escuché? Debe estar bromeando.

Llegó al establecimiento y durante todo el día estuvo como ausente, incluso sus alumnos de habían dado cuenta. No podía evitarlo, luego de la llamada con su abuela quedó muy desconcertado. Hace mucho tiempo se había olvidado de los Pixies, cuando creció y cumplió quince entendió que solo era una leyenda, un mito, y dejó de buscarlos. El que apareciera ahora luego de diez años no podía creerlo, se negaba rotundamente.

—Nos vemos el lunes Hobi, descansa por favor. —NamJoon se despidió de él con un abrazo, la preocupación pintaba su rostro.

—No te preocupes, llegaré con más energía el lunes. Adiós. —Entró y encendió su auto, manejó hasta su casa donde se cambió la ropa y durmió una siesta. Cuando despertó arregló un bolso con ropa para dos días y se fue al campo, a la casa de su abuela.

Ya era de noche cuando HoSeok llegó, fue recibido con un gran y fuerte abrazo:— Cuánto te extrañé Hobi, tenemos mucho de que hablar y poco tiempo, apresúrate y pasa.

—Abue, no creo que sea lo que tú estás pensando, ya ha pasado mucho tiempo. —Jung decidió sentarse en aquel cómodo sillón después de que entró.

—Nunca es tarde para encontrar a tu alma gemela, deja de ser un necio y escúchame. —al igual que su miento tomó asiento y comenzó a recitar:— "Cuando la melodía suena y su nombre musita, el paraíso sagrado espera tu venida"

—Solo es una leyenda.

—Pero es tu destino HoSeok, yo sé que en el fondo lo sabes bien. Ahora toma, —le entregó una caja que guardaba bajo el sillón.— tienes dos días para pensarlo, solo escoge bien, buenas noches cariño.

El rubio abrió despacio la caja y no pudo evitar reír, dentro de ella estaban sus diarios de investigación, se podía leer con una letra no muy pulcra "Pixies" sabia que estaba desde el tomo uno hasta el tomo cinco, también estaban los viejos libros que le regaló su abuela, eran de historia Pixie. Siempre creyó que eran mitos.

Siguió leyéndolos hasta que, en uno de esos libros, vio el nombre de la autora y una pequeña frase "Lee Hobiyeon, basado en hechos reales", algo dentro de él lo incitó a abrirlo.

El índice fue lo primero que encontró, había un capítulo que hablaba sobre el famoso paraíso y el llamado, curioso buscó la página y casi cae de escaladas. Aparecía una pintura del lugar que soñó, un hermoso bosque con una luz casi mágica. Continuó revisando y cada palabra solo lo convencía más, él ya había vivido todo eso. Pensó en que tal vez y solo tal vez no eran cuentos después de todo.

Seúl, Febrero del 2021

—¡Jung HoSeok sal en este puto momento! —NamJoon golpeaba numerosas veces la puerta, estaba entre enojado y preocupado, su amigo llevaba un año ausente y sin contactarse con nadie, ni siquiera con el. Sabía por la abuela Lee que ha estado viajando mucho a distintos parques, bosques, montañas y reservas naturales, ¿la razón? para él es inexistente.

Ya cansado decide entrar por las malas y forzó la cerradura. Cuando entró gritó muy alto, alguien había cambiado a su amigo por un... por un... lo que le fuera que era en estos momentos. HoSeok lo miró y pudo notar que estaba ojeroso, sucio y desaliñado, incluso podía notar el resto de café que tenía en su cara. Al menos se había afeitado el rostro y vuelto a teñir castaño.

—Me debes una explicación Jung y la quiero ahora mismo, ¿Qué has estado haciendo, por alrededor de un año, que no te dio tiempo para avisarle a tu mejor amigo de que sigues con vida? ¡Eh!, respóndeme maldita sea.

Miró hacia ambos lados antes de hablar:— Sígueme amigo, creo que es hora de que te muestre mi secreto. —Guió a NamJoon hacia la sala, habían tres pizarras con fotos, mapas con cruces marcadas y post-it. En el piso habían demasiadas hojas arrugadas, latas de energéticas, envases de ramen vacíos, incluso habían cartuchos de tinta.

—¿Qué has hecho? —No abandonaba su asombro, la casa de Hobi era un desastre y el también.

—Investigaciones y muchos viajes, estoy muy cerca de lograrlo. —dijo convencido y muy seguro.

—¿Lograr qué? ¿Qué estás buscando?, Hobi... estoy muy preocupado. Desde que volvimos del paseo no eres el mismo. —Quizo abrazarlo pero este se alejó de inmediato.

—Pixies. —Fue lo único que dijo y NamJoon lo entendió todo.

—Hobi, debes dejarlo hasta aquí ¿A caso no ves como te está consumiendo ese tonto mito?

—No es un tonto mito, es mi destino, mi alma gemela, mi paraíso... es Jungkook

—A la mierda Jungkook HoSeok, estás tan malditamente obsesionada con él que lo odio, odio como te convirtió en solo una sombra de lo que solías ser. —respiró profundo e intentó tranquilizarse— Vamos Hobi, duerme, descansa y deja de perseguir algo inexistente.

—No te atrevas a decir que no existe, yo lo sé, lo presiento. Compréndeme y déjame ser feliz. —tiró levemente de su pelo en un intento de quitarlo de su cara— Cuando lo encuentre todo volverá a ser como antes, lo juro.

—Y eso en cuánto tiempo será, ¿Una semana, un mes o dentro de diez años? Esto te hace mal pero no quieres despertar. —sin más abandonó la casa, su amigo era un caso perdido y no podía ayudarlo si no aceptaba la realidad.

HoSeok en su estado de inconsciencia no tomó el peso de las palabras de NamJoon, suspira y vuelve a buscar en su computadora boletos hacia los lugares que le faltaban.

De la nada se durmió, el cansancio fue mayor.

«Se encontraba en el mismo bosque de antes, con la diferencia que ahora estaba solo y lo único que escuchaba era su respiración. Vió una luz y quizo correr hacia ella pero no pudo, estaba atascado.

Bijarim... —Una voz conocida susurró.»

HoSeok despertó confundido, ¿Qué es Bijarim? juraba haberlo escuchado en alguna parte. Se levantó y fue al mapa. Bijarim, Bijarim... ¡Bijarim!

—¡Jeju! —Gritó la respuesta, en la isla Jeju había un bosque que se llamaba Bijarim. Encendió su computador y compró un boleto para hoy, la hora más cercana era a las dos veinte de la tarde. Envió un mensaje a su abuela avisando que había llegado el día, cerró su computadora y fue a arreglar una mochila de excursión con ropa y algunas cosas útiles, en los bolsillos de su chaqueta guardó el teléfono, cargador y billetera.

Terminó, eran las doce diez, debía apurarse. Se aseo y vistió, cerró todo con llave y fue a Incheon Airport con su auto, una vez llegó estacionó su auto y se bajó corriendo con la mochila hacia dentro, eran las una quince tenía que apurarse. Realizó todos los trámites y corrió a la sala de embarque ¿Por qué tenía que quedar tan lejos?, su pecho ardía y su nariz dolía pero no importaba, llegó y quedaban los últimos pasajeros. Subió al avión y se permitió dormir esa hora a Jeju.

—Señor despierte, hemos llegado.

—¿Qué?... gracias... —Un poco somnoliento bajó del avión y recogió su mochila.

Salió del aeropuerto y buscó un bus hacia Bijarim, por suerte encontró uno que salía en cinco minuto, se subió en el y luego de casi dos horas estaba en Bijarim Forest, rápidamente fue a pagar la entrada y unas botellas con agua.

Allá voy Jungkook, solo espérame.

No quería esperar más y empezó a correr a través del único sendero que vió, corrió y corrió con la esperanza de observar alguna señal pero no había nada, ¿Será que era el camino incorrecto?. Estuvo a punto de rendirse y cambiar su ruta cuando escuchó su nombre dicho por esa voz tan hemos que conocía bien.

—HoSeok... HoSeok... —Venía de la derecha, corrió nuevamente hacia esa dirección cuando, de pronto, se topó con una roca que tenía escritos en ella y muchas flores a su alrededor.— Aquí es...

Siguió el sendero pero en un punto desapareció, sin embargo siguió adelante, era todo o nada. No supo cuan inmerso estaba en el bosque o cuántas horas habían pasado hasta que un hermoso color cubrió el cielo, la hora mágica pensó, eso solo lo alentó más para iniciar una carrera hacia el final. Transcurrió un buen rato hasta llegar a un claro en ese bosque y lo vió, tan hermoso, tan puro, tan etéreo, tan... mágico. Su cabello azabache resplandecía con la luz dorada y su ropaje blanco le daba esa aura tan especial que apreciaba en sus sueños.

—HoSeok, te estaba esperando, debes estar cansado. —Se acercó hacia el castaño y acarició su rostro— Gracias por nunca rendirte, lo has hecho tan bien que no puedo estar más agradecido, ¿No me odias cierto?

—Por supuesto que no, nunca podría hacerlo. —Habló por primera vez, la belleza de Jungkook lo había dejado embobado.

—Que feliz estoy, te he buscado por siglos y ahora que estas frente a mí no lo puedo creer. Toma— le pone un collar igual al que él traía puesto.— Es hora de irnos, ¿Estás listo?.

—Siempre, ¿Qué tengo que hacer?. —Seok tomó la mano de Jungkook y le dió un suave apretón.

—Solo canta, canta la canción con la que viniste hacia mi.—El azabache tomó aire y comenzó con la mealodía.— Escucha el sonido de la flauta, sigue la canción incluso si es algo peligroso...

Sabes que soy muy dulce, he llegado para salvarte he llegado para arruinarte... —HoSeok se unió luego, la canción que escuchaba todas las noches antes de dormir le salía innata, como si la supiera desde siempre.

Ambos terminaron con aquel cántico y un árbol se abrió irradiando mucha luz, esa era la entrada al paraíso, la entrada al lugar donde ellos estarían felices hasta que deban encontrarse en el mismo espacio tiempo nuevamente.

Tu llamaste por mí mira, es tan dulce, estoy apoderándome de ti...

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