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En la ciudad de Seúl, a las orillas del río Han, un muchacho de cabellos castaños se encontraba sentado en una banca.

Las luces oscuras del cielo nocturno chocaban con su rostro, sus labios resecos y mirada perdida daban un aire a tristesa oculto por la oscuridad. Su cabello se ocultó en el tono opaco de su desgastado canguro negro, sus pantalones desgarrados algo delgados por el tiempo que tenían, dejaban pasar a las frías corrientes de viento que lo hacían tiritar de frío.

La vida para el no fue buena.

A sus cuatro años se dio cuenta de su entorno, era hijo de una mujer de la vida alegre, su madre bebía día y noche y el no conocía a su papá, ni sabía si tenía uno. Supo desde los 7 años, que su vida estaba deparada al sufrimiento y saber valerse por sí mismo, porque su mamá murió a manos de una balacera, donde la acribillaron con 19 balazos, al parecer su mamá tenía vínculos con la mafia coreana, era una drogadicta que les debía mucho dinero.

El se quedó solo, tratando de sobrevivir en las calles, porque si llegaba a entrar a algún orfanato, era seguro que ellos lo encontrarían y le cobrarían las deudas de su progenitora, no quería morir... o esos eran sus pensamientos antes.

Un niño pequeño que creció sin el amor de nadie tratando de sobrevivir a un mundo cruel, sin oportunidades.

En esos momentos, el no sabía de la existencia de nada, no tenía conocimiento.

Caminando esque llegó aquí, ya con 20 años era un joven al que nadie le daba oportunidad.

¿Podrías darle cobijo y ayuda a un joven que aparenta ser un ladrón y adicto? No lo creo, la mayoría de las personas suelen huir de eso, sin siquiera saber la historia detrás de ello.

El vivía a las afueras de la ciudad, un lugar lleno de callejones llamado "La zona Roja" ¿Porque? Porque la mayoría de los delincuentes se encontraban ahí  ese lugar era un punto rojo en la delincuencia, casi siempre eran sometidos por los policías.

La economía estaba dividida en dos bandos, los ricos y los pobres, el era parte de los pobres, los más pobres desde luego, aunque siempre trato de salir adelante.

— Desearía que las cosas fueran diferentes — suspiro antes de ponerse de pie.

Era momento de ir a dormir, tenía un pequeño cuarto en un edificio casi echo trizas al cual era difícil llegar.

Sus pasos siguieron por aquel camino angosto y rocoso que conocía de memoria, fueron varios años recorriendolo con prisa para llegar rápido.

El no era un delincuente y por ello, debía de llegar a casa rápido, no quería que las redadas policiales lo encontraran, la última vez que paso, lo dejaron 3 meses en la correccional, fue duro estar ahí adentro.




☆°•.

— ¿No crees que eres muy egocéntrico? — pregunto aquel Moreno alto con una mueca en el rostro.

El pelinegro solo le sonrió en respuesta.

— Si tengo logros estoy en todo mi derecho de presumirlos, el que ellos no tengan lo que yo tengo no es mi problema. — dio finalizada esta "charla" y se fue a su patrulla.

Namjoon negó suavemente ante el carácter de su compañero para después seguirlo y subirse al copiloto del motorizado.

Ellos eran un par de policías que estaban al cargo de vigilar y proteger la zona de Yeudo, donde se encontraban los más acaudalados hombres de negocios, aquellos que contaban con tanto dinero que podrían comprarse una isla si lo deseaban.

Park Jimin, un hombre de 30 años, soltero y procastinador de primera, un hombre cotizado y de buen estatus económico, casi un magnifico partido... solo que tenía un problema, era tan egocéntrico que te aborrecía, siempre te presumía sus logros y dinero en el rostro, al igual que su buena figura atlética y ese rostro que lo hacía ver cual modelo.

Era tan guapo que te mareaba. Siempre exagerado

Al ser un oficial del gobierno, su sueldo era muy bueno, como para mantener a una familia de 10 integrantes, aunque nadie quería arriesgarse a tener una relación con el, porque el amor para su persona era tan aburrido que solo pasaba en segundos, un segundo decía estar enamorado de alguien y al otro podría estar aburrido de eso, tan loco y tonto.

Para Namjoon, su amigo era un niño mimado de primera, un maldito niño que sabía hacer su trabajo, porque fue condecorado como el mejor policía de los miles en Corea, le dieron una medalla al honor a su patria por detener a casi 20 hombres que pertenecían a una de las mafias coreanas más buscadas, el resto fue historia, los obligaron a confesar la ubicación de su líder y fue atrapado.

El día de hoy, ambos se dirigían a el lado oeste de Yeudo, debían de inspeccionar los clubs nocturnos que habían ahí.

El rugir del motor se detuvo cuando llegaron a las puertas del Club BlueS, uno de los más lindos por su color parecido al océano.

Primero salió Namjoon y después Jimin.

— Voy a la parte de atrás a informarle al dueño sobre la inspección. Y tu vigila aquí Jimin— ordeno.

Apesar de que Jimin fuera un egocéntrico, siempre respetaba a sus mayores, Namjoon era uno así que solo asintió siguiendo su orden.

Estuvo solo unos minutos viendo su entorno, cuando sus ojos se desviaron a una figura encapuchada y de aspecto peligroso, era un ladrón.

Debía detenerlo.

— Será divertido— sonrío internamente para después caminar hacia el sujeto.

El que parecía ser un muchacho, apenas y lo vio de reojo para salir corriendo.

Como era de noche y estaba oscuro, el no pudo ver su rostro, solo la silueta del muchacho, y como hace todo un buen policía al ver huir a un sospechoso, fue corriendo tras el.

Estuvo más de 20 minutos persiguiendolo por quién sabe dónde, volteo varias veces en varias calles, el muchacho era rápido, ya cuando estuvo apunto de rendirse vio una silueta parecida a la del muchacho entrar a un callejón al fondo de la calle. Sin saber ni en dónde estaba, salió corriendo.

☆°•.

Jungkook andaba paranoico  y esque su amigo Yoongi salió corriendo adelante suyo, el no lo pudo ni saludar antes de que se metiera al callejón secreto que llevaba a su zona.

Solo bastaron unos segundos para que cayera en cuenta de lo que pasaba, alguien lo estaba persiguiendo y esa era buena señal para que el también saliera corriendo. 

Camino rápido y entro a la estrecha abertura en la pared, antes de que todo su cuerpo pasara, sintió algo frío en su nuca.

— Las manos arriba o te meto un tiro en la cabeza. —

Su cuerpo se heló.












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Escribi este capítulo como tres veces, porque wattpad me lo borró. ÚnÙ

Espero les guste, después de esto, las cosas se pondrán muy buenas uwi. Andaba esperando a que llegara a las 100 vistas para publicar este cap jsjsj. Perdónenme 🥰

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