Un pequeño chico con cabellera rubia se encontraba acostado en el sofá más grande de su sala de estar. Comía galletas con helado mientras cantaba la canción que correspondía a esa película de Disney.

—Un sueño IDEAAAAL —canto, casi grito con emoción mientras masticaba la galleta que tenía en la boca —Mi sueño ideal, mi sueño ideal... Las linternas ver brillando al flotar—.

Un timbre sonó repentinamente haciendo que el pequeño se sobresaltara y tragara la galleta que se encontraba masticando.

—¡Ya voy! —grito al volver a escuchar el timbre—.

Al abrir la puerta se encontró con el chico de cabello color menta.

Por la sorpresa el menor cerró la puerta rápidamente. Arreglo su cabello, limpio un poco su abrigo con sus manos y respiro profundamente.

—Eres un mal educando Minnie, no se le cierra la puerta en la cara a tus invitados —dijo con burla el mayor, viendo como el rubio se le lanzaba encima enrollando sus piernas en la cintura del pálido—.

Tenían tiempo sin verse y de alguna manera, se necesitaban mutuamente.

El mayor entro dentro del hogar del contrario y cerró la puerta con su pie derecho al estar usando sus manos para que el cachetón no se cayera.

—¿Disney y mimitos?—.

—Disney y Hyungie—.

Y de esa forma pasaron toda una tarde. Haciendo maratones de películas de Disney y Pixar, mientras el menor comía helado y el pálido solo acariciaba los hebras rubias del más bajo.

—Hyungie, quiero un besito —pidió colocándose en el regazo del más alto—.

El rubio espero pacientemente con sus ojitos cerrados y sintió como el mayor lo besaba suavemente y sin apuro. El cachetón estaba muy tentado a abrir sus ojos y saber quien se escondía detrás de aquel cubre bocas negro. Pero por respeto al mayor, decidió que era mejor solo cerrar los ojos.

Pero con lo que no contó el rubio era que el beso se iba a tornar un poco más subido de tono.

—E-espere —jadeo bajito —H-hyung... Mgh—.

—L-lo siento—.

El pálido se alejo del cuerpo de más bajo y se acomodo el cubrebocas. El rubio solo espero unos segundos para abrir los ojos y ver que el mayor tenía la mirada pérdida en el suelo.

—P-perdón... No quise arruinar el momento, S-solo... No estoy listo para eso —explico brevemente con un sonrojo el más bajito—.

—Entiendo... Creo que fui yo el que me pase un poco. Disculpa Mochi—.

—¿Seguimos con nuestro maratón?—.

—Minnie... ¿Qué hora es? —preguntó el pálido mientras para de acariciar las hebras rubias del contrario—.

—Once y cincuenta y siete —respondió mirando su celular para luego dejarlo donde estaba—.

—Bien es momento... ¿Sabias que a Hyungie le gusta los trucos de magia?—.

—¿De qué tipo de trucos estamos hablando? —le devuelve la pregunta con un pequeño brillo de ilusión en sus orbes—.

—Los más básicos... Como aparecer cosas de la nada ¿Quieres observar? —preguntó divertido y el contrario solo asintió —Revisa de bajo de la almohada, Minnie—.

Y el rubio bien mandado, fue a revisar debajo de la almohada y se encontró con uno de los sobres que contenía las cartas.

—¿Es nueva o estaba arriba? —preguntó entregándole el sobre al contrario—.

—¿No te bastan todas las cartas que te he dado? —pregunta con burla abriendo el sobre y sacando la carta de su interior—.

—Si, es decir... S-solo era curiosidad —respondió con un sonrojo—.

—Lo sé, Minnie. Solo que me encanta ver tu sonrojo—.

Cuanta maldad...

—¿Quieres que Hyungie te lea la carta?—.

—¡Por fis! —súplica sentándose nuevamente en el regazo del más alto—.

No quiero ser
cómo Pablo Neruda
y escribirte 20 poemas.

Quiero escribirte
miles...
Y que con cada poema
sientas lo que
intento trasmitir.

[♕]

—Hyung —llamo el más bajo al contrario en un susurro —Te amo—.

¡Vamos por la carta
número 90!💖💕

Solo faltan 34,
es un avance ¿No?🐻🌸

Estoy feliz por todo
lo que vamos creciendo
Es gratificante
ver todo esto 💜💗