━━ 𝟏𝟑

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【𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟷𝟹】


𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐠𝐨, 𝟐𝟖 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟒


𝓓afne

𝐂𝐎𝐍 𝐔𝐍 𝐒𝐔𝐒𝐏𝐈𝐑𝐎 𝐂𝐀𝐑𝐆𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐑𝐄𝐒𝐈𝐆𝐍𝐀𝐂𝐈Ó𝐍, me deslicé entre las sábanas, como si cada pliegue tejiera un refugio momentáneo para el cansancio que se había acumulado en mi cuerpo. Con cuidado, buscaba una posición ideal que me permitiera sumergirme en la indulgencia de la comodidad, anhelando la relajación como un bálsamo para las tensiones que la vida había tejido en mi ser.

Al abrir los ojos, me encontré con la cálida luz del sol filtrándose a través de la ventana de la terraza, pintando de tonos dorados la habitación. En ese momento, la conciencia de que no había tomado la precaución de cerrar las cortinas al llegar durante la madrugada se apoderó de mí mientras dirigía mi mirada hacia la fuente luminosa.

Cuando mis ojos, como un fresco prado en la primavera, se encontraron con la luz, fui recibida por una punzante sensación en las sienes, con la firmeza de un recordatorio tangible. Una dolencia persistente se apoderó de mí, como si cada latido trajera consigo un eco distante de los sucesos de la noche anterior. Era como si las sombras de la celebración nocturna se manifestaran físicamente en mi cabeza, tejiendo un recordatorio de las decisiones que ahora resonaban en cada rincón de mi ser.

En ese instante, la cruda realidad de la resaca se alzó como una sombra ineludible. Las ligeras molestias en mis sienes y la incómoda sensación de malestar se manifestaron con una nitidez punzante, como un recordatorio de las copas y risas que habían marcado la noche anterior. Cada trago parecía resonar en mi cabeza, construyendo un eco persistente que ahora se traducía en el lamento matutino de mi cuerpo.

Las risas con mis amigas resonaron en mi memoria como campanas alegres, un eco lleno de compañerismo que todavía danzaba en mis pensamientos.

Las conversaciones con los chicos que conocí se manifestaron como destellos de conexiones perdurables, pequeños destellos que dejaron huella en la noche pasada.

La cercanía que experimenté con Matías se convirtió en un recuerdo cálido y, al pasar los dedos por mi cuello, mi piel aún conservaba la sensación de su mordisco juguetón. El recuerdo de ese gesto travieso y picante añadía un toque de intriga y complicidad a mis memorias.

Melanie reposaba plácidamente a mi lado, como una figura etérea suspendida en el sosiego de un sueño profundo, completamente ajena al tumulto que se agitaba en los rincones de mi mente. Cada exhalación suya, pausada y regular, se convertía en una melodía serena que contrastaba con la cacofonía interna que yo experimentaba.

El susurro constante de las manecillas del reloj, descansando con elegancia en la mesita de noche, impregnaba la habitación con su murmullo, marcando el paso del tiempo que parecía haberse deslizado como un río constante. Mis ojos, entrecerrados y luchando contra el letargo matutino, se encontraron con las cifras que parpadeaban en el reloj. Cada tic - tac resonaba como un testigo silencioso de las horas que se habían escurrido entre mis dedos durante la mañana.

Bostezando mientras me frotaba los ojos, alcancé el teléfono en mi mesita de noche, cuya pantalla titilaba de vez en cuando. Con una curiosidad creciente, ingresé a mis redes sociales y, al abrir Instagram, la pantalla luminosa se convirtió en un portal hacia una revelación intrigante: todos los chicos a los que había conocido ayer habían decidido seguir mi perfil.

Con un ágil movimiento, correspondí al gesto, devolviendo el seguimiento a cada uno de ellos. Me prometí explorar sus perfiles más tarde, adentrándome en sus publicaciones para descubrir más sobre sus intereses y perspectivas.

Me incorporé lentamente, con la esperanza de no perturbar el tranquilo sueño de Melanie. De manera sigilosa, me deslicé fuera de la cama y me aventuré por la habitación. Una escena reveladora se desplegaba ante mí: la ropa dispersa y los zapatos olvidados, testigos mudos de la noche anterior, contaban una historia rica en matices de diversión y desinhibición.

Con pasos suaves y decididos, me deslicé con determinación hasta el baño, decidida a concederme una ducha reparadora. Despojándome de una de las camisetas de mi padre que usaba como un improvisado pijama, me sumergí bajo el chorro de agua como si estuviera permitiéndome un respiro después de la travesía de la noche anterior.

Las gotas de agua caían sobre mi piel de forma liberadora, ofreciéndome la oportunidad de renovar mi energía. La fragancia a sandía del champú envolvía el baño y cada hebra de mi cabello absorbía la esencia. Después, me entregué al abrazo suave del jabón neutro al lavar mi cuerpo.

El agua, como un río purificador, recorrió de nuevo mi figura, llevándose consigo no solo los restos de los jabones, sino también las tensiones acumuladas.

Con el cabello limpio y la piel nutrida y revitalizada, emergí de la ducha envuelta en la calidez de una toalla. Me encaminé de nuevo hacia mi habitación, donde aguardaba el siguiente acto: vestirme.

Al abrir las puertas de mi armario, mis dedos exploraron con la familiaridad de la costumbre, buscando de manera instintiva prendas que fueran cómodas. Mi elección recayó en unos pantalones cortos de chándal y un top blanco, simple pero elegante; dos prendas agradables que me acompañarían durante el nuevo día.

Con paso sigiloso y una sonrisa traviesa dibujada en mi rostro, me acerqué sigilosamente a la cama donde Melanie seguía sumida en un sueño tranquilo. La idea de sorprenderla se apoderó de mí y, sin dudarlo, me lancé encima de ella, desatando una expresión de sorpresa y asombro en su rostro aún adormilado.

─ ¿Qué hacés, boluda? ─susurró Melanie con un tono lleno de incredulidad.

─ Solo quería chequear que estuvieras con vida ─respondí con una sonrisa traviesa.

Melanie, entre risas, protestó con un tono de voz adormilado.

─ Quiero seguir durmiendo ─dijo mientras intentaba esconderse bajo las sábanas, como si eso pudiera protegerla de la luz.

─ ¡Son casi las tres de la tarde, Mel!

Sus ojos se abrieron de par en par y una risa cómplice se apoderó de ambas.

─ Está bien ─concedió, casi resignada─, pero necesito una ducha ─anunció mientras se levantaba de la cama, dirigiéndose hacia el baño.

Con la partida de Melanie, la habitación se sumió en un silencio relativo, un eco tranquilo que marcaba el paso de su presencia a la ausencia. Aprovechando ese momento, decidí devolver un poco de orden a mi espacio personal.

Con meticulosidad, organicé la cama, alisando las sábanas con precaución y ubicando las almohadas en su lugar correspondiente. La ropa que se encontraba esparcida en el suelo encontró su camino de regreso hacia el cesto de la ropa sucia.

Una vez finalizadas ambas tareas, me permití caer suavemente en la cama, entregándome a un breve momento de reflexión. Decidí inmortalizar ese instante de tranquilidad a través de fotografías. Saqué mi teléfono y, con una sonrisa, comencé a capturar imágenes. En algunas, mi rostro reflejaba una sonrisa, en otras, opté por poses juguetonas y expresiones cómicas.

dafnehildebrant_fans: q lindos ojos, te amo daf💚


isadora.sanchez: sos linda de todas las formas, amiga

dafnehildebrandt: amor💋


emiemiemi: como vas a ser tan perfecta me voy a matar

dafnehildebrandt: emi😭💀


matiasrecalt: top 3 mentiras más grandes del mundo

dafnehildebrandt: cállate matías

matiasrecalt: el mundo sería un lugar muy aburrido sin mis valiosas aportaciones

blaspolidorii: que pasó nos despertamos desesperados por discutir?

juanicar: los que se pelean se aman te quiere chamuyar

pipegonzalezotano: escuché que había pelea, ya vine


info_juanicar2: QUIERO SABER QUE ES LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO

fans_de_mati: same hermana

enzofans: al menos no le comentó enzo jsjsjs






NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR!!!!❤️❤️❤️

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