Capítulo 30

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Maratón 9/15

•••••

Martes.
14 de Febrero.

Las expresiones de Shouto e Izuku mientras observaban a Katsuki reír luego de decirles que ya había visto el día anterior los bombones y que se había comido uno cuando los sacaron del molde era completamente molesta, el bicolor le quitó los bombones que había hecho y lo castigó sin chocolates por tres San Valentín, algo que provocó que la risa del cenizo se desvaneciera de repente antes de ver a su omega con pánico.

-¿Por qué? -Exigió saber.

-Creo que es obvia la respuesta, alfa estúpido -Gruñó Shouto acomodando los últimos bombones de Izuku en las bolsitas que el pecoso había comprado mientras se acomodaba para ir a clases. -Viendo que nos costó hacerlos y vienes a tragártelos a escondidas, estás castigo Bakugou.

-Pero cariño, no es necesario ponerse tan serios por simples bombones, quedaron bien -Comentó Katsuki sin saber que había sido sentenciado a un castigo peor que el que le había puesto su omega.

Una caja se le fue estrellada en la cabeza y otra en la frente, dos ataques por dos omegas muy molestos con el cenizo quien sólo gruñó ofendido de ser maltratado de esa manera y buscó que su tía -quien había estado haciendo el desayuno- lo defendiera, pero ésta simplemente se hallaba riéndose y negándose a rescatarlo.

-No debiste decir eso, Katsuki-kun -Comentó Inko mientras servía el desayuno para colocar los platos sobre la mesa. -Los chicos se esforzaron para hacer los bombones, les llevó incluso casi dos días como para que vengas y les digas que sin simples chocolates que quedaron bien -Resaltó las palabras ajenas para que se diera cuenta lo que había dicho mal. -Vamos, siéntense a desayunar. Izuku, hijo desayuna que se te va a hacer tarde.

-Apenas son las siete mamá, no empezamos hasta las ocho y media -Se quejó Izuku mientras acomodaba los últimos bombones con Shouto antes de sentarse a comer. -Además, Hekiji-san vendrá dentro de cuarenta minutos, tengo tiempo.

-No lo tienes nerd, te distraes demasiado y pierdes el tiempo que tienes, así que muévete -Comentó Katsuki luego de tragar el primer bocado que le había dado a su desayuno.

Izuku lo mandó a callar antes de dar el primer bocado a su desayuno, Hari ya le había pasado un mensaje de aviso sobre que estaban desayunando también, así que tenía tiempo; comió tranquilo mientras conversaban entre todos sobre lo que iban a hacer y le informaron a Inko sobre el festival de la tarde, para que la mujer no se preocupara si no los encontraba si llegaba temprano. Pero para sorpresa de los tres chicos, la mujer tenía una cita para esa tarde que se había guardado muy bien y Katsuki no tardó en sacar su lado protector para cuestionarle a la mujer de quién se trataba y a dónde iban.

-Kacchan cálmate -Comentó Izuku riéndose al ver a su madre sonrojarse por completo ante el cuestionamiento. -¿Es tu jefe, no es verdad, mamá? -Cuestionó y la vio asentir en silencio, sonrió por ello. -Es un buen hombre, me cae bien, un alfa bastante tranquilo. Espero se diviertan.

-Deku-

Una patada en la espinilla de Katsuki lo detuvo a decir nada, simplemente se quejó mientras se sobaba el lugar del golpe y maldijo por lo bajo.

-Gracias hijo, ustedes también diviértanse y procuren no hacer nada que los meta en problemas -Pidió Inko viendo a Katsuki por lo último ya que era el que en más problemas se metía.

-Trataremos de mantener a Kacchan controlado, mamá. Hekiji-san estará con nosotros, así que él y Hari-sempai podrán encargarse si se descontrola -Comentó Izuku con una sonrisa amplia y tarareó contento antes de terminar lo último de su comida para levantarse a lavarlo.

-Disculpa, ¿Yo por qué-? -Otra patada y otra maldición antes de ver hacia su omega. -¡Deja de patearme, maldita sea!

-No grites en la mesa, Katsuki-kun -Regañó Inko con suavidad, pero sus feromonas iban cargadas de total amenaza que calmaba de inmediato al cenizo. -¿Guardaste todos los bombones, hijo?

-Izuku deja eso ahí, yo ahorita me encargo de limpiar todo -Comentó Shouto levantándose luego de comer también, llevando los platos al fregadero para hacerle señas para que se fuera a acomodar.

-Está bien, ya me voy -Se quejó Izuku quitándose el jabón de las manos para luego secárselas y ver hacia su madre al recordar que no le había entregado la que le pertenecía, así que negó levemente para ir a buscar la bolsita verde con un lazo blanco y adentro unos bombones de rosas y tigres, además de tomar una bolsita dorada con un lazo esmeralda que dentro tenía claveles rojos y osos que había hecho por si acaso, yendo hacia su madre para entregárselos. -La bolsita dorada se la darse a tu jefe, pero no de nuestra parte, sólo de tu parte.

-Hijo no-

Izuku besó la mejilla de su madre antes de abrazarla. -Es hora de que ambos seamos de vuelta felices mamá, así que no dudes.

Inko se soltó a llorar al saber a lo que se refería su hijo y no tardó en corresponder el abrazo, asintiendo levemente antes de separarse para limpiarse las lágrimas y evitar manchar la ropa de su hijo con su delineador negro, Izuku sonrió levemente antes de irse a su habitación para lavarse los dientes mientras Katsuki veía hacia la mujer de manera directa y seria.

-Yo sólo espero que de verdad deje que Izuku sea feliz también, tía -Acusó sin importarle si molestaba a la mujer. -Sabe tan bien como nosotros que ese extra en cualquier momento le dirá que es su destinado y comenzará a cortejarlo, si interrumpe el cortejo o trata de impedirlo, va a quedar tras las rejas como mi suegro y ambos sabemos que Izuku podría terminar enfermando en cualquiera de los casos; si usted lo separa de su destinado o si usted cae presa.

-No quieras venir a amenazarme en mi propia casa, Katsuki-kun -Comenzó Inko diciendo. -Izu puede ser feliz encontrando alguien más, si rechaza a su destinado, la Diosa madre le entregará otro.

-La amenazaré donde se me venga en gana, Inko-san, porque es de mi mejor amigo del que hablamos y su felicidad -Respondió Katsuki alzándose en toda su altura con expresión seria, nunca había tenido que usar su habilidad para doblegar a otros contra su propia familia, pero ya estaba harto de lo que la mujer quería evitar sin que Izuku sepa siquiera nada. -Sólo usted y mi suegro tienen ese maldito pensamiento, nunca en la vida se registró un solo caso de parejas destinas rechazando al contrario y consiguiendo otras en otra persona, es pura mierda, abra lo ojos de una puta vez o tendré que meter mis narices aún más y hablar con la policía de su caso.

-¡No te atrevas niño! -Exclamó Inko molesta, frunciendo el ceño hacia el cenizo menor. -¡No estarán juntos, he dicho!

-Gracias por sentenciarse por sí sola, de nuevo -Comentó esta vez Shouto mientras alzaba la cámara de vídeo, había estado grabando todo desde que su alfa había comenzado a hablar porque sabía por dónde iría todo. -Esto se lo haré llegar a la policía.

-Los quiero fuera de mi casa para antes de que llegue, no son más bienvenidos aquí -Sentenció Inko molesta con los dos adolescentes.

-¿Por qué estás corriendo a Kacchan y a Shouto, mamá? -Cuestionó Izuku con All Might entre sus manos, ladeando el rostro al no entender por qué de repente se habían molestado.

-Suelta esa cosa asquerosa, Izuku -Regañó Inko con el ceño fruncido.

-No le digas así a All Might mamá -Se quejó Izuku con el ceño fruncido mientras seguía limpiando al animalito con unas toallitas húmedas. -No sé qué es lo que sucedió, pero no puedes correrlos, son mis invitados y la tía Mitsuki no viene por ellos hasta el sábado, así que respira y vamos saliendo que vas tarde, ya a mí me vinieron a buscar.

-Es mi casa, Izuku, si yo quiero los corro de aquí y me importa poco lo que Mitsuki-san diga por eso -Respondió Inko aún más molesta sin darse cuenta que había lastimado a su hijo.

-Inko-san creo que debería-

-¿¡No es mi casa también!? ¡Entonces yo también debería irme! ¡Quédate siendo feliz tú sola! -Exclamó Izuku molesto y se dirigió hacia su habitación para guardar a su hurón, recogería sus cosas después, tenía que irse. Tomó su mochila luego de guardar los almuerzos y tomó las bolsitas de bombones para ponerlos encima antes de salir de su habitación, ignorando los intentos de su madre para hablarle. -Kacchan nos vemos a las diecisiete horas frente al colegio, recuerden llevarme la ropa para cambiarme allá.

-Cuídate Izuku.

La pareja se despidió e Izuku no tardó en salir del apartamento con sus llaves y sus botas puestas, caminando hacia las escaleras para bajarlas trotando ya que no esperaría el ascensor, de todas manera ya se sentía mejor y podía hacer un poco más de ejercicios aunque nada demasiado exagerado, su ceño se mantenía fruncido, estaba herido y molesto con su madre por lo que dijo; no era justo que después del momento bonito de haberle dicho que debían ser felices los dos, terminara el momento con esa pelea.

No sabía qué había pasado, quizás Katsuki había hecho de las suyas de nuevo, pero su madre no debió haber reaccionado de esa manera y correr a sus invitados de esa manera; no entendía bien cómo funcionaba la cabeza de su madre y no creía hacerlo hasta que tuviera sus propios cachorros, pero eso no sería pronto y estaba bien con ello. No se dio cuenta que ya había salido incluso del edificio y se había detenido frente a los hermanos que lo observaban con curiosidad al verlo tan molesto.

-¿Izuku, todo bien? -Cuestionó Hari tomando al pecoso del brazo para despertarlo de sus pensamientos.

-Sempai-

-¡Izuku vuelve a la casa! -Exclamó Inko con el ceño fruncido, negándose a que su hijo siquiera celebrara el día con esos dos hermanos.

Izuku gruñó molesto con su madre y la volteó a ver, dejando a su tigre en la orilla sin control alguno y Chisaki lo notó con el incremento de feromonas, así que se adelantó para rodear la cintura de su destinado y usó sus feromonas para hacer que retrocediera el animal interior mientras lo ayudaba a subir al auto con cuidado para hacerle señas silenciosas a su hermano para que subiera también y cerró la puerta para acercarse a la mujer con Hekiji yendo detrás por si acaso.

-Fuera de mi camino niño -Ordenó Inko dispuesta a sacar a su hijo de aquel auto.

-Me temo que no puedo permitir que se lleve a mi omega, señora Midoriya -Respondió Chisaki cruzándose de brazos con el ceño fruncido.

-No te atrevas a llamarlo de esa manera, mi hijo ni siquiera sabe que eres su destinado, así que fácilmente puedo emparejarlo con alguien más -Amenazó Inko sin darse cuenta del cambio de ambiente alrededor del pequeño alfa que sintió completamente la amenaza.

-Joven amo cálmese -Pidió Hekiji al notar el cambio en el menor y lo sostuvo a tiempo para que no hiciera nada peligroso.

-Acaba de sentenciarse señora, prepárese para recibir a nuestro abogado porque este caso con mi destinado lo llevaremos frente a un juez y usted terminará tras las rejas si así lo decide mi omega -Amenazó Chisaki aguantando las ganas de agarrarla por el cuello por lo que le dijo. -Vamos yendo, Hekiji.

-A la orden joven amo -Respondió Hekiji soltándolo con precaución y una vez que lo vio ir hacia el auto, se despidió de la mujer que se veía aterrada.

Chisaki se subió al auto en completo silencio y completamente molesto con la mujer, Hari bajó las ventanas por la mitad para no ahogarse con ellas mientras Izuku se acercaba lentamente para usar sus feromonas y calmar al alfa, sabía que su madre no habrá dicho nada bueno porque era raro ver al mayor molesto, al menos con él mismo cerca y le preocupaba que se partiera algún diente por lo fuerte que los rechinaba y sin pensarlo demasiado, comenzó a ronronear alto para calmar también a los otros dos dentro del auto mientras esperaba a llegar al colegio.

•••••

Estudiantes de todos los grados iban y venían de todas las direcciones, habían decoraciones referente a la fecha decorando los pasillos, parejas por doquier como todos los días, el salón culinario estaba un poco lleno por los diversos omegas que se encontraban cocinando, haciendo bombones para la persona que les gustaba, pero Izuku no estaba en ese grupo, él se encontraba dentro de su salón junto al resto de sus compañeros, todos decorando el salón con las indicaciones de una de las profesoras quien estaba encargada para el festival de esa tarde y de otro evento que habría después para los graduados, por ende, éstos no tenían idea de qué se trataba ese último evento.

Luego del problema con su madre y el haber calmado a Chisaki, pudieron salir del auto para ir cada uno a su salón; Izuku le había entregado de una vez el almuerzo a Hari ya que sabía que el peliblanco no iba a querer siquiera salir de la biblioteca por todo el ajetreo, así que era mejor no molestarlo demasiado y que tuviera el almuerzo de una vez.

Por ello es que en su mochila estaban los otros dos almuerzos, había entregado una bolsita mediana de bombones a Hekiji, agradeciéndole al hombre todo lo que había hecho por él en los últimos meses y se alejó antes de que el hombre se negara a aceptar los chocolates, además también le dio una bolsa a Hari, había hecho chocolates para el mayor después de que se fuera de su casa y sabía que había sido buena idea hacerlos por la expresión que colocaba el mayor al recibirlos.

Aún dentro de su mochila se encontraba una bolsa de bombones y otra de galletas dulces que había hecho la tarde anterior con ayuda de su madre, la mujer sólo lo había ayudado porque lo había visto ilusionado con hacer aquello, aunque Izuku estaba seguro que su madre sabía que era para aquel alfa que le había avisado que su hijo estaba en el hospital y el cual ya había estado pago para cuando llegó, también sabía que no le gustaba ni un poco el alfa y la familia de éste, pero tampoco tenía corazón para quitarle la ilusión de lo que quería hacer.

Toda la decoración en el salón quedó perfecta y justo a tiempo para cuando llegó el recreo, habían durado poco tiempo en acomodar puesto que la entrada de ese día había sido a las nueve en punto, así que la hora hacia el recreo había sido rápido y apenas se les fue avisado que podían salir, tomó todo y salió del salón para ir hacia la azotea donde sabía que Chisaki ya debía estar esperando, tarareando contento mientras subía las escaleras en pequeños trotes, era la primera vez que entregaría algo en San Valentín que no fuera para ayudar a su mejor amigo, por eso iba contento.

Se detuvo frente a la puerta para no verse tan emocionado ni ansioso, respirando un par de veces antes de entrar al lugar y deteniéndose al notar al alfa en un lugar más allá de la entrada en el suelo sobre una sábana de picnic que no le había visto en la mañana cuando entró al auto, le pareció raro no verlo en el techo sobre la puerta como siempre estaba cuando no lo iba a buscar a su salón, pero aun así caminó lentamente hacia el mayor y preocupándose rápidamente al verlo tan pálido con la mirada perdida en algún punto frente a él.

-¿Chisaki-sempai estás bien? Pareces un fantasma -Comentó Izuku quitándose los zapatos para poder sentarse al lado del mayor, dejando todo a un lado para revisar que no estuviese enfermo y preparándose para llamar a Hari en caso de que fuese necesario.

Chisaki tragó saliva muerto de los nervios al escuchar llegar a su destinado y al sentirlo acercarse, ya había hablado de vuelta con su padre esa mañana sobre declarársele a Izuku, siéndole recordado el claro regaño por seguir tardando en hacerlo y siéndole recordado además, que si no lo hacía ese día iba a tener que dormir en el jardín de su casa por un mes; sinceramente no le apetecía dormir al aire libre, pero aun así estaba completamente en blanco por los nervios, decidió comenzar tomando las manos ajenas para bajarlas de su rostro, pero aun así no se las soltó puesto que necesitaba un apoyo extra mientras tomaba aire y seguridad para lo que haría a continuación.

-Quiero decir algo, pero necesito que no vayas a interrumpirme ¿Puedes hacerlo tigrecito? -Cuestionó de manera seria, esperaba que nada saliera mal o su futura suegra podría cumplir su amenaza de esa mañana y le molestaba siquiera la idea.

-Está bien, me quedaré callado hasta que termines de hablar -Respondió Izuku de manera sincera y apretó los labios para demostrar que no diría nada.

-De acuerdo -Asintió Chisaki tomando aire y botándolo al momento, no tenía su tapabocas puesto que sentía que se iba a terminar ahogando en algún momento, ni siquiera la idea de los gérmenes rondando era suficiente como para llevarlo. -Esto me tiene demasiado nervioso, pero sinceramente no quiero dormir un mes en el jardín -Comentó haciendo que Izuku lo viera con dudas por ese comentario y sabía que tendría que responder esa duda después. -Izuku, pequeño tigrecito, nos llevamos conociendo desde hace tres meses y justamente fue aquí, aunque no en el mejor momento, pero gracias a ese día pude darme cuenta que tú, mi destinado, estabas tan cerca de mí. En estos meses en los que llevo conociéndote he podido ver que no estás tan roto como piensas porque yo mismo te he visto ser tú mismo conmigo y con mi familia, por lo menos -Le comentó viendo la sorpresa en la expresión ajena y confirmó que no sabía que eran destinados tal como la madre del pecoso le había dicho, pero ahora sólo debía seguir. -Me gustas, no por el hecho de que seas mi destinado, me gustas por como eres, por como te comportas conmigo y mi familia, quiero que lo intentemos, si me aceptas, por supuesto. Yo no te obligaré a estar conmigo, pero quiero que sepas mis sentimientos aquí, ahora y en este día, porque estoy dispuesto a cortejarte y protegerte como un buen alfa.

Izuku seguía manteniéndose callado a pesar de que sabía que el mayor había terminado de hablar, pero es que no tenía palabras para decir en esos momentos, era una confesión un poco torpe, pero estaba seguro que la de él hubiera sido peor y llena de tartamudeos si llegaba a confesársele al mayor en algún momento, le había sorprendido escuchar que eran destinados y tal vez debió haberlo sabido por todas aquellas sensaciones y emociones que sentía cuando estaba cerca del mayor, estaba nervioso porque él mismo quería aceptarlo, pero no estaba seguro de lo que podría opinar su madre... Aunque luego de lo sucedido esa mañana, decidió pensar ahora, en esos momentos, en él y en lo que quería, y él quería estar con el alfa frente suyo porque le correspondía a sus sentimientos. Aunque aún no le había dicho nada y podía ver que el mayor estaba casi muriendo poco a poco por tanto silencio de su parte, le pareció un poco divertido.

-Yo... -Comenzó a hablar viendo al mayor prestarle atención y sonrió amplio soltándole las manos al mayor para abrazarlo por la cintura al estar sentado a su lado y sintiendo los nervios subírsele al rostro. -Yo te acepto y a tu cortejo aquí y ahora, sempai -Respondió con suavidad. -Sólo espero que me tengas paciencia.

-Tendré paciencia infinita sólo para ti -Prometió Chisaki abrazándolo de igual forma, sintiendo un peso menos sobre sus hombros y volteó hacia los Bentōs y lo que había a un lado. -¿Qué traes allí?

Izuku se separó del abrazo y sonrió más amplio para tomar los bombones junto a las galletas con más confianza para entregárselos al mayor y dejar que abriera una de las bolsitas mientras se abrazaba las piernas con nervios.

-Los bombones los hice con Hari-sempai y Shouto hace dos días y las galletas ayer con ayuda de mi mamá -Contó con una sonrisa que escondía detrás de sus rodillas. -Feliz San Valentín Chisaki-sempai -Deseó con vergüenza al verlo abrir la bolsita de los bombones probar uno de ellos.

-Están bueno, gracias por este buen San Valentín pequeño tigrecito -Respondió Chisaki bastante satisfecho con lo dulce del bombón y se acercó a dejar un beso en la mejilla ajena antes de verlo directamente. -Feliz San Valentín para ti también, tigrecito.

El rostro de Izuku se pintó rápidamente en tono carmín por el beso en su mejilla y comenzó a balbucear antes de quedarse en silencio, tapándose el rostro para que el mayor no lo viera de aquella manera, era obvio que tendrían que comenzar a actuar como una pareja luego de que el cortejo se terminara, pero no estaba preparado mentalmente todavía y escuchar reír al contrario no lo ayudaba ni un poco.

-Vamos a almorzar tigrecito, hasta aquí escuchó tu estómago hablarme -Bromeó Chisaki con una sonrisa divertida por el comportamiento ajeno.

-¡No te está hablando! ¡Mentiroso! -Chilló Izuku destapándose el rostro para hacer puchero antes de pasarle el Bentō que le correspondía. -Buen provecho, sempai.

-Oh, me lastima que digas eso -Comentó Chisaki fingiendo limpiarse unas lágrimas, riéndose poco después mientras tomaba el Bentō entregado. -Gracias bonito, buen provecho para ti también.

Izuku sabía que el alfa ya era cariñoso desde hacía tiempo, le gustaba y avergonzaba, aunque ahora que había aceptado su cortejo la vergüenza había subido diez escalones de un solo salto y su tigre interno parecía muy complacido y contento, como si el muy descarado ya hubiera sabido que Chisaki era su destinado y no se lo hubiera dicho en todo ese tiempo, estaban molesto con él. Abrió su Bentō y tomó los palillos para comenzar a comer mientras veía que lo único puesto era la sábana de picnic y le causó gracia ya que no creía que fuese necesario.

Chisaki sonrió levemente con los palillos dentro de su boca, le gustaba ver a su bonito pecoso siendo risueño aunque no tuviera ninguna idea de lo que le provocaba risa, pero tampoco preguntaría; incluso si lo que le daba risa era él mismo, podía permitirle reírse cuanto quisiera porque era su omega y él era el único que podría hacer y deshacer con él mismo cuando quisiera, justo como venía haciendo desde hace meses.

-Se escucha bastante ruido allá abajo, deben seguir acomodando los puestos para el festival de hoy -Comentó Izuku desde la orilla y viendo hacia abajo, sorprendido de todo lo que llevaban adelantado. -A mí me ofrecieron uno de los puestos como el año pasado, esta vez se sorprendieron al ver que les dije que tenía planes y se sintió bien -Contó contento por ello.

-¿Ah sí? -Cuestionó Chisaki saliendo de sus pensamientos y buscó a su omega ya que no estaba en el lugar donde antes estaba y al encontrarlo sintió su corazón salírsele del pecho, levantándose para cargarlo lejos de allí. -¡Por la madre Luna! ¿Qué haces allí?

Izuku le iba a responder de manera positiva e incluso le iba a contar sobre sus años anteriores atendiendo diferentes puestos referentes a mantener calmados a los alfas que decidieran entrar a la tienda, pero no se esperó ser cargado y alejado de allí, sonrojándose por ello mientras veía la preocupación en el rostro ajeno y usó sus feromonas para relajarlo poco a poco, disculpándose mientras lo abrazaba, sabía que estaba así por como se conocieron y prometió no volverlo a hacer para no preocuparlo de nuevo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro