"Lo que era y lo que es..." (Final Alternativo+extra)

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—No puedo creer que acabo de repetir el mismo proceso una vez más... aunque, vale, no me confío al saber que James ha planeado todo esto —comentó Owen para sí mismo mientras caminaba a la ubicación de Lori.

Darder creó una ilusión para simular ser Bobby ante los únicos ojos de la rubia. Ya estaba iniciando su guion para la actuación que haría (nuevamente); sin embargo, notó algo diferente, algo en el ambiente se sentía diferente. Arribó al sitio y Lori buscaba insistentemente a Clyde. "Bobby" preparaba su entrada una vez más.

—Aquí estoy, bebé —Owen se acercaba delicadamente a la rubia, con los brazos extendidos.

—¿Bobby...? —la joven Loud volteó asombrada. Su novio se encontraba vivo y estaba ahí, frente suya... otra vez.

—Sí, bebé, soy yo... —emitió una sonrisa sincera.

Lori... Lori... Lori... ¿no aprendiste? Él está muerto, es más que obvio que no es real...

He estado delirando mucho... ni siquiera sé qué es real y que no...

—Yo soy muy real... pero él es una estafa. Bobby está muerto, debes concentrarte en lo que está vivo.

Pero él está ahí...

—Hazme caso, no te confíes...

—Demonios... —musitó Owen dentro de sus pensamientos.

Dentro de la joven Loud se hallaba una batalla de sentimientos, sin saber qué esperar, simplemente decidió confrontar a quien según era su novio que en paz descansaba. Empezó a sudar frío, mientras sus pensamientos libraban una guerra entre lo que deberían creer y lo que deberían descartar. La mano de Lori se mantenía firme, apretando el cuchillo con fuerza y el sudor no tardó en presentarse. La tensión era bastante y la pesadez del ambiente era suficiente para respirar con dificultad.

Aquí vamos —"Bobby" se acercó más y abrazó a Lori—... sé que no confías mucho en mí, pero debes escucharme...

—¿Qué hago...? —la rubia seguía en conflicto, sin saber como actuar, pero de pronto la voz vino a auxiliar.

—Te mostraré que no es quien dice ser...

Un títere demostraba una gran sonrisa en su expresión, extendió un control remoto y oprimió un botón. Una frecuencia fue emitida al aire, aturdiendo un poco a Owen.

—Agh... —Darder se desconcentró, dejando pasar momentáneamente su ilusión. Algo que tomó por sorpresa a la rubia.

—Un viejo invento con potencia Destructora, nunca falla contra hombres como tú —susurró James a lo lejos.

—¡Maldición!

—¡¿Quién rayos eres tú?! —el pulso se aceleró y mucho más luego de haberse enterado de que habían manipulado sus sentimientos—. ¡¿Cómo te atreviste a hacer eso?!

Mátalo... —susurró la voz.

Sin pensarlo dos veces, Lori tomó el cuchillo con firmeza y la clavó en el abdomen de Owen. Este tosió sangre al ser tan vilmente apuñalado. Rápidamente oprimió la herida y retrocedió. El hombre observó a la rubia, la cual denotaba una gran ira y frustración, pero más que nada, mostraba locura en sus ojos. El cuchillo escurría sangre y las gotas empapaban el suelo, haciendo que se tiñera levemente de rojo.

—Tsk —Owen sonrió, e inesperadamente, comenzó a reír—... ¡Dios mío santo! —exclamó al aire—. No recuerdo la última vez que alguien me había apuñalado a muerte —soltó su herida, mostrando que esta se inició a cerrar. Un brillo se presentó en sus ojos, mirando a Lori de una manera frívola—... sólo recuerdo que no terminó muy bien... para quien me lo había hecho —sonrió malévolamente.

Creo que te está diciendo que lo mates y esta vez en serio...

Lori ensombreció su mirar y empuñó el arma mientras mostraba una actitud inquebrantable.

—Quise hacerlo por las buenas, ¿sabe...? —se reincorporó—. Sin embargo, veo que tiene otros planes.

—Nadie va a quitarme a mi Clyde —dijo esto mientras ponía el cuchillo en su cuello y lo rozaba, una señal para indicarle al hombre que moriría.

(Música de fondo)

—Bueno... tal parece que lo haremos del modo difícil —tronó sus dedos y posteriormente miró a la joven Loud con superioridad—. Tendrá que esforzarse un poco más que eso —y asumiendo una posición firme y derecha, Owen se dispuso a enfrentar al demonio que se había desatado en aquel universo de forma irrevocable.

—Te demostraré lo que puedo hacer —y con una sonrisa macabra, Lori emprendió el vuelo (iba muy rápido) hacia la posición de Darder.

El cuchillo iba de frente, dispuesto a acertar una acuchillada letal en el corazón; sin embargo, haciéndose a un lado a una velocidad indescriptible, Owen consiguió que Lori errara indudablemente. La joven Loud miró con extrañeza a Owen, mientras este sólo se limitaba a dirigirle una mirada retadora. Lori frunció el ceño y nuevamente se acomodó el arma, tratando de realizar un ataque certero. Los intentos de cortarle eran en vano, Owen retrocedía en cada intento de manera perfecta; la rubia no hacía más que enfadarse más. En otro intento de apuñalar a Owen nuevamente, el hombre tomó la muñeca de la joven y la torció (ligeramente) para que soltara el arma, algo que funcionó con mucha efectividad.

—¿Qué pasó, joven Loud? ¿La dejé sin aliento? —rechistó. Lori emitió un gruñido de furia.

—A penas caliento, no sabes como soy cuando quiero obtener lo que deseo —y a puño limpio, decidió enfrentarse a Owen. Una pésima decisión.

Darder no hacía más que bloquear sus ataques, eran débiles, o así los veía él. Desde ganchos hasta patadas, todo era muy bien bloqueado. Aburrido de enfrentarse a algo sin mucho esfuerzo, movió un poco el cuchillo para que la rubia lo viese y lo tomase. El hombre no hacía más que sonreír confiado. Lori tomó el cuchillo, pero algo estaba diferente... se sentía diferente. La velocidad vino de su lado, algo que no pudo prevenir Owen, pues no visualizó a nadie haciéndole modificaciones al cuchillo... a menos de que...

Maldito bastardo —rio.

Desafortunadamente, Lori pudo atinar unas cuantas cortadas en los brazos del hombre, pero este no decayó en ningún momento. Admitió que se sintió un poco más débil.

Energía Destructora —sonrió. Ya sabía a lo que se enfrentaba. Moviendo el tiempo a su favor, Owen se robó un segundo del mundo para robarle el cuchillo a la joven Loud y enterrarlo en uno de los árboles cercanos.

—¡¿Pero cómo?! —Lori observó al hombre con asombro.

—No lo comprendería —comentó sonriente.

Lori le lanzó una mirada de furia al hombre, comenzó a caminar alrededor de él, pero no lo hacía con intención de intimidarlo, sino de poder alcanzar su cuchillo. Owen sabía bien lo que quería hacer, así que, para hacer tiempo, dejó que lo tomase. Con algo de fuerza, la rubia sacó el cuchillo del tronco y miró al hombre con fiereza, algo que no causó efecto alguno en el hombre, al contrario, este se limitaba a observarla. Sin previo viso, Lori llegó a la posición de Darder con una rapidez desenfrenada, pero para sorpresa de ella, Owen había sacado un cuchillo de buen filo y bloqueó su ataque.

—Yo digo que tengamos una batalla justa —comentó sonriente. Lori rodó los ojos y simplemente se concentró en seguir atacando.

Los movimientos eran ágiles y requerían de reacciones inmediatas, en cualquier momento, una acuchillada de esas podría matar a alguien despistado. Los ataques horizontales no le causaban nervios, pues sólo provocarían cortadas, lo que lo mantenía atento eran los intentos de apuñalada; sin embargo, Owen estaba relajado y desplazaba el filo de su cuchillo con destreza. Aunque había algo que la joven Loud no sabía y era que el filo del cuchillo que portaba el hombre era mucho más fuerte y resistente.

—¡Muérete de una vez! —sus jadeos de cansancio ya salían a relucir. Lori ya se estaba agotando y ya no podía continuar así por mucho tiempo.

—Temo que sólo hay un modo de matarme —mencionó el hombre con orgullo.

En un momento desprevenido, Owen efectuó un movimiento certero con su cuchillo, atinando justamente en el cuchillo de su contrincante: el arma de la rubia quedó completamente inútil. Con su arma partida a la mitad, Lori no tuvo más opción que recurrir una vez más a los puños; pero el cansancio y el agotamiento la habían alcanzado y sus fuerzas ya no eran muchas.

—¿Quién eres tú? —preguntó exhausta.

—Eso no importa —guardó el cuchillo dentro de su traje. Su ropa se había mantenido intacta... excepto por las rasgadas hechas por el cuchillo.

Clyde había arribado a mitad de pelea y había estado observando como ambos realizaban una pelea a muerte, aparentemente. Esto hizo reflexionar un poco al moreno, ¿Owen estaría dispuesto a sacrificar su vida por la de él? ¿No era eso mucho? Indeciso sobre qué hacer, se limitó a seguir observando.

—No pienso detenerme hasta matarte, tipejo... —respiraba con dificultad.

—Me gustaría decir lo mismo, pero para mi infortunio, ya marqué el formulario como guía, así que sólo me queda una opción —con una gran confianza, miró hacia donde Clyde estaba escondido.

—No me interesa saber cuál es...

—¿De verdad? Podría parecerle una interesante propuesta —mencionó mientras se dirigía con Clyde sin verse tan sospechoso.

Sin razonarlo muy bien, Lori corrió desenfrenadamente hasta él, saltando en el acto para embestirlo (ya era su último recurso). Sin embargo, Darder esquivó con mucha facilidad, provocando que Lori tropezara con Clyde, este último no pudo evitar soltar un grito.

(Fin de música)

—¡¿Clyde?! —preguntó algo asustada la joven rubia.

—¡Lo-lori! —se acomodó las gafas, había sufrido un buen impacto.

—Oh, lo siento, osito, ¿estás bien? —abrazó al moreno repentinamente. Este se limitó solamente a corresponder.

—De... acuerdo... (?)

—Muy bien, esta es mi propuesta —miró Owen a ambos. Tanto Lori como Clyde lo vieron con confusión.

—¿Propuesta? Por un momento creí que...

—Silencio, Clyde —la rubia puso su dedo en los labios del chico—, quiero escuchar lo que dice.

—Estupendo, así me gusta. Diálogo y no matanza —bromeó. Lori lo miró con seriedad—. De acuerdo no hay por qué enfadarse. Fue divertido —levantó el pulgar—. Ahora bien, les tengo una oferta.

—Ajá...

—Loud, se queda con Mcbride. Mcbride disfruta por fin aquello que añoraba por años. A cambio, usted no trata de matar a nadie por el bien de este mundo y usted no trate de provocarla, deberá de gozar solamente de su compañía. Así que... ¿qué dicen? —sonrió.

—Bueno, me suena a un buen trato. No me quiero meter contigo ahora que sé que es bastante complicado ganarte.

—Y tú no lo hiciste tan mal para ser tu primera vez con un cuchillo —ambos rieron—. Bueno, joven Mcbride, sé que esto es difícil para usted, pero véalo del lado bueno. Su fantasía de estar con la mayor de las Loud por fin se hará realidad.

—No lo sé, detective, ¿qué hay de Haiku? Además, yo...

—No hable de más, o me obligará a hacer otro trato no tan decoroso.

—Oh, bien, lo siento...

—Y sobre su amiga, no tiene nada de qué preocuparse, yo la trataré.

—En ese caso, pues —miró a Lori. Esta le dirigía una mirada llena de locura y obsesión. Tragó gordo—... No es como lo hubiera deseado, pero —tratando de ver el lado bueno de aquello (más sabiendo que sería el único capaz de frenar cualquier indicio de amenaza), optó por simplemente recordar el por qué se había enamorado de aquella chica de cabellos rubios—... lo acepto... —abrazó a Lori. Esta solamente le abrazó con mayor fuerza.

—¡Gracias, osito! —lo cargó—. ¡Ahora vayamos a celebrar! —lo tomó de la mano y se fue corriendo con él.

—Bueno... quizá no sea tan malo después de todo...

—Bien, a seguir trabajando... —Owen daría una vuelta a su oficina para crear otro formulario.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

—¿Qué es lo último que recuerda del joven Mcbride?

En el sótano de la casa Loud, una chica pelinegra estaba sentada en frente de quien se supone era un detective.

—¿No debería sacarme primero de aquí? —tosió levemente. El polvo se había acumulado un poco en esa semana. Tampoco es como si aquel saco hubiese estado del todo limpio.

—Yo haré las preguntas, de todas formas, yo fui quien la salvó. Así que, aparte de ser detective, necesito información relevante.

—¿Y qué tiene que ver Clyde? —cuestionó interesada.

—¿Va a hablar o no?

—Hasta que me diga que está pasando y por qué rayos estoy en la casa de mi amiga Lucy.

—Esa respuesta no me gustó —se levantó de su silla y tomó dirección a la puerta.

—¿A dónde va? No puede dejarme amarrada a esta silla —replicó con cierto enojo.

—Obvio que no, pero llamaré a la policía y a saber hasta que horas quieran llegar —comentó Owen tratando de ser convincente.

—Ugh, usted gana —suspiró—. Lo último que recuerdo con Clyde fue el día de ayer. Habíamos tenido una salida amistosa, desde hace unas semanas que nos frecuentábamos y, pues, sentía que algo más estaba surgiendo.

—Ya veo —regresó y se sentó nuevamente—. Mire, seré franco con usted. El joven Mcbride es un factor dentro de la locura de Lori Loud, la chica que la secuestró, por lo que corre peligro. Necesito saber exactamente todo lo que recuerda, ¿bien? Empezaré con algo sencillo. Quiero que cierre los ojos —acató la orden—, y haré una cuenta regresiva desde cinco. En ese tiempo rememorara todo lo que recuerde, y cuando oiga el chasquido de mis dedos, abrirá los ojos y responderá una pregunta, ¿de acuerdo?

Haiku asintió y esperó a que iniciara.

—Bien... cinco.

—...

—Cuatro.

—...

—Tres.

—...

—Dos.

—...

—Uno.

Owen chasqueó los dedos. Acto seguido, la jovencita abrió los ojos y miró al detective.

—¿Qué es lo último que recuerda del joven Clyde Mcbride?

—¿Quién...?

—Ya sabe, uno moreno, pelinegro, cabello rizado, lentes... el que tiene un amigo albino.

—Oh, Clyde... lo último que recuerdo de él fue cuando estuvimos en aquel baile de Sadie Hawkins .

—Bien, muchas gracias. Ahora, salgamos de aquí.

Dicho aquello, ambos salieron de la casa Loud.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Owen regresó a su oficina y se sentó en el escritorio, mientras se frotaba las sienes. De inmediato supo que había alguien en su oficina y sabía exactamente quien era...

—Antes de que preguntes —comentó James con una grata sonrisa—, le dije a mi hermano Hans que me ayudara a entrar —rio levemente.

—¿Qué haces aquí? —preguntó frívolo.

—Me sorprende ser el único a quien no le hablas con respeto.

—Nadie lo hace, señor —dijo en un intento fallido de ser respetuoso.

—¿Sabes, Owen? Lo que me tiene tan entretenido es el hecho de que aún creas de que yo no tuve que ver en todo —rio.

Ante aquel comentario, Owen volteó a verlo desconcertado. Tomó asiento en uno de sus sillones y le prestó su atención.

—¿De qué hablas?

—Sí. Todo estuvo previsto, incluso el más pequeño detalle, bueno, estaría exagerando, pero obvio que yo lo planeé todo.

—¿O sea...?

—Sí, todo. ¿Quieres que sea más detallista?

—Ilumíname —pidió Darder de forma irónica.

—Bien, todo empezó con el abuelo…
necesitaba la escusa perfecta para sacar a la familia Loud de su casa por un rato. También me encargué de darle a Lori un buen pretexto para quedarse…

“Fui con el amigo del abuelo, le conté lo maravilloso que sería tomar vacaciones bajo el sol con algo de compañía y, ¿por qué no? Uno que otro lujo, como un yate. Fue fácil hacer sentir solitario al abuelo, fue cuestión de que no pudiera estar con sus amigos por ciertas circunstancias y hacerle sentir mal con una que otra enfermera de pésima actitud. Al término de la semana (siendo el domingo), el viejo habló con su amigo y le contó lo que yo le había dicho, no lo dejó pasar y, sin dudarlo, le habló a su familia para que convivieran y pudiera sentirse muy bien acompañado. Obviamente su hija no lo rechazaría y así fue.

Por otro lado, entré unos días anteriores a la tienda del abuelo de Bobby. Fingí ser un tipo experto en ventas y remodelación, entre charla y platica le recomendé que quizá su bodega necesitaría una buena modificación para ser mucho más atractiva, pero le dije también que eso tomaría bastante tiempo, alrededor de un mes. Posteriormente, me retiré de ahí. Luego me dirigí a uno de los hospitales de la gran ciudad y hablé con una de las enfermeras, me lesioné a propósito para que me tratara. Le conté que de joven yo tenía una linda novia y que para pasar el rato, nosotros íbamos a acampar y teníamos lindas noches bajo la luna y las estrellas, le recalqué lo romántico que podía llegar a ser, mucho más cuando se está solo con el amor de tu vida. ¿Quién diría que esa enfermera sería la madre de Bobby? Sí, ¡¿quién lo diría?! Posteriormente a eso, tuvieron una cena familiar. Roberto llegaba algo agotado, había estado de aquí para allá por todos los encargos que le pedía la familia, además de que también trabajaba un poco. Su abuelo le contó sobre las remodelaciones que tenía planeado hacer, el joven se veía realmente cansado y eso no hizo más que hacerlo sentir más exhausto. Compadeciéndose, la abuela le dijo a su esposo que debería dejarlo reposar aunque fuera una semana antes de ponerlo a chambear sin parar. Meditándolo un poco, el hombre le concedió ese deseo, permitiéndole a Bobby sentirse realmente aliviado; Ronnie Anne no tardó en reaccionar y le dijo que fuese a visitar a su tan amada novia Lori, ¿por qué lo dijo? Muy sencillo. Tomé la “casualidad” a mi favor y estuve provocando que los hermanos se toparan a cada rato, justamente cuando el latino llamaba a su querida bebé y le decía cuánto la extrañaba y cuánto deseaba ir a verla... sólo imagina la tortura que le hice pasar a la pequeña, tuvo que oír eso durante toda la semana. Así que Bobby no lo pensó ni un segundo y decidió por ir a visitar a Lori por esa semana, sacó su celular le envió mensajes de texto. Como bien sabemos ya, Lori no se dio a la tarea de esperar y puso manos a la obra de inmediato, tratando de convencer a su familia, algo que consiguió con éxito. Bobby tiene la confirmación de su novia, emocionándolo, su madre vio lo feliz que estaba y pudo ver lo mucho que la amaba, así que, recordando lo que le dijo un hombre en el hospital, le dio la idea a Bobby de irse a acampar. Este no negó que era una buena idea, pero no estaba del todo seguro de ella. Un factor más del cual me encargué, pero al menos la idea ya estaba plantada en su cabeza.

Regresando con Lori, me puse manos a la obra. El día lunes su familia partió y Bobby llegaría. Se puso a ver el celular para pasar el tiempo mientras esperaba, algo de lo cual me aproveché. Hice una publicación donde hacer picnicʼs era ya una tradición de antaño que se había perdido y que era un bonito modo de disfrutar con tu pareja una velada relajante y romántica, si es que se tenían los elementos necesarios. Por supuesto que la chica vio aquello y su cabeza ya se había llenado de mil y un ideas sobre qué podría cocinarle a su bubuosito para un día de campo y tener un gran día lleno de romance, je… si sólo hubiesen sabido que eran parte de un plan muy bien elaborado.

Haciendo hincapié en Bobby de nuevo, me di a la tarea de dejar al latino sin recursos para desplazarse. Así que, algo frustrado, ya estaba a punto de marcarle a Lori para cancelarle, por fortuna (o mala suerte), se topó con un auto en venta/renta. El joven vio esto como un milagro y no dudó en marcar. ¿Adivinas quién contestó la llamada? No tardé en llegar en donde estaba el auto y le expliqué que ya era algo usado y viejo, pero que servía bastante bien. Le di un precio bastante accesible, y al ver que ya no tenía más alternativa, decidió rentarme el auto. Muy bien sabía que su cinturón fallaría para después…

Finalmente los dos se encuentran y se dan las ideas del picnic, algo que incentivó a dar la idea de acampar. Ambos no se negaron al otro y así dio inició la siguiente parte de mi plan.

Llamé a una compañía de entrega y me pedí unos zapatos a una dirección cerca de donde los jóvenes acamparían. Me aseguré de que tomará el camino donde se hallaba el cruce, para hacerlo más efectivo, pedí de favor que me lo entregara una persona en específico, cuyo horario estaba abarrotado de por sí y mi pedido lo realicé a una determinada hora en la cual sabía que la camioneta toparía perfectamente con la pareja.

Pasaron los dos días y sucedió que Bobby no hace funcionar su cinturón. Su confianza e inocencia lo llevó a creer que nada malo pasaría, pero pobre, apenas todo comenzaba. En plena noche cuando ya regresaban a la casa Loud, el conductor de reparto se había estado quedando dormido, había estado muy agitado luego de tanto trabajo, tampoco ayudó que en la radio hubiera logrado meter pira música relajante y que diera sueño, justo cuando cayó rendido pisó el acelerador a tope. Conseguí el cometido y provoqué el accidente.

Por último, quedaba el hospital. Yo fui el doctor que la atendió y, al hacerle el chequeo general, introduje un receptor de voz en su oído, para que escuchara todo lo que yo le dijese y hacerme pasar por una “voz”…”

—Y bueno, así pasó todo.

—Eres un maniático…

—¿Qué te puedo decir? Fue muy divertido.

—Lo peor es que lo hiciste 2 veces.

—Un plan perfecto se puede realizar una infinidad de veces, pero total, lo pudiste manejar, aunque claro, el final siempre lo decidí yo —y entre risas de locura, el títere salió de la oficina, dejando a un Owen bastante enfadado.

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