"Siempre hay más opciones" [Multiverso: TLH] (Versión: Guía)

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Bueno, no quise dejar a mi personaje como una pinta de psicópata o asesino, así que aquí traigo otro ejemplo de como trabaja Owen igualmente.

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Luna estaba sentada en su cama, entristecida. Luan no soportaba verla así, sus chistes no funcionaban con ella y, lo peor, es que estaba así desde que ambas se enteraron de la relación que su hermano y su hermana, Leni, traían.

Con una única opción viable, Luan sabía lo que le ocurría

—Lincoln, ¿verdad? —la rockera vio a la comediante algo asombrada. No dijo nada y sólo se quedó cabizbaja. Se sentó junto a ella, soltando un suspiro—. No sé cuando te empezó a gustar, Luni, pero creo que fue por eso que aceptaste su relación.

—No hice nada, Luan. Ahora estoy devastada, no sé qué hacer. Olvidarlo me va a ser difícil.

—Quizá nada más necesites ayuda.

—Pero, ¿quién podría ayudarme?

Luan se levantó de su cama y agarró algo de su tocador. Parecía ser una tarjeta. Se la extendió a Luna. Ella, por su parte, veía la tarjeta confundida; un movimiento por parte de su hermana le hizo salir del trance, insistía en que la tomara. Sin importarle ya, la tomó y rezaba lo siguiente:

"Dr. Owen Darder:
'Psicólogo especialista en relaciones y problemas amorosos' ".

—No estoy segura.

—Bueno, al menos deberías pensarlo.

—De acuerdo. Saldré por un rato —se levantó y se dirigió hacia la puerta, aunque se detuvo—. Por cierto, ¿de dónde la sacaste? —mostró la tarjeta que le había dado.

—La encontré tirada en una de las fiestas que fui a animar. Se le había caído a un señor como de unos 21 años. Se la quise devolver, pero me dijo que me la quedara, que quizá algún día podría ser necesitada. Ahora entiendo por qué dijo "podría ser" en vez de "podrías necesitarla".

Sin decir nada más, la rockera había entendido la indirecta. Salió por la puerta de su habitación. Antes de irse, avisó que saldría a caminar por un rato.

Ya en la calle, ella caminaba con unos audífonos oyendo algo de música. Se preguntaba como hubiera sido su enamoramiento con Lincoln de no haber sido interrumpida por Leni.

Estaba confundida, no sabía que sentir. Si rencor o tristeza. Sin duda estaba decepcionada, quizá no estaba destinada para su querido Linky. Estaba molesta por Leni, pero triste por Lincoln.

De igual manera, la casualidad puede ser letal. Pasando por el parque, pudo verlos a ambos agarrados de la mano y un gran ataque de emociones le llegó. Comenzó a correr sin ningún destino.

Quería deshacerse de esos sentimientos... o al menos de Leni.

La locura ya la iba a invadir, por suerte, se dio cuenta de ello. Fue ahí cuando se percató de que sí necesitaba ayuda. Suspiró resignada. Sacó la tarjeta que su hermana le dio, la volteó y ahí se hallaba una dirección. Sin pensarlo más, fue hacia allá. Sin embargo, primero le llamó a su hermana comediante, avisándole de que iría hacia el doctor que le recomendó. Luan le aseguró que la cubriría.

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Frente a ella se hallaba un edificio particular de dos pisos. Se acercó a la puerta principal y, al abrirla, encontró la recepción.

Se acercó con la recepcionista.

—Hola, buenas tardes, vengo a buscar al doctor —sacó la tarjeta de nuevo, leyó el nombre y volteó a ver a la señorita de nuevo—... Owen Darder.

—Vaya milagro, casi no hemos recibido clientes. Usted debe ser Luna Loud, ¿cierto?

Algo asombrada, respondió.

—Sí, esa soy yo, ¿cómo sabe?

—En realidad, el doctor me comentó en la mañana que una jovencita vendría a una consulta el día de hoy, como a las tres con treinta —Luna sacó el celular y, efectivamente, eran tres y media—. Me dijo que su nombre era Luna Loud. No me pregunte cómo lo supo.

Algo desconfiada, decidió retirarse del lugar.

—Aunque oiga, yo sé que puede sonar extraño. Cuando vine a ser la entrevista de secretaria, él ya sabía mi nombre, fue tétrico, pero créame, es un tipo agradable. No pierde nada yendo con él.

Luna lo pensó por un momento.

—De hecho, yo tenía problemas para relacionarme con los chicos y él me ayudó. No me cobró ni un centavo, fue así como me convenció de quedarme con el empleo.

Suspiró.

—Bueno, si es tan amable como usted dice, lo haré.

—¡Estupendo! Su oficina se encuentra subiendo las escaleras —señaló a su lado izquierdo.

—Muchas gracias, señorita.

—Qué tenga un buen día —sonrió. Luna le devolvió la sonrisa y se dirigió hacia donde se le indicó.

Abrió una puerta y un gran pasillo oscuro la esperaba. Algo temerosa, entró en ella. Cerró la puerta y las paredes negras la envolvían. Había una luz al final de ese pasillo. Comenzó a caminar para llegar hasta allá, lentamente. Tras unos minutos, salió de aquel pasillo y entró a una oficina con vista hacia el poblado de Royal Woods. Era algo bello. Vio a un hombre que se encontraba detrás de un escritorio realizando algún tipo de papeleo. Se acercó a él y se sentó en la silla que había frente a él. Luna alcanzó a ver su nombre escrito en la hoja en la que el doctor estaba escribiendo. Se detuvo y la vio a los ojos, con una enorme sonrisa.

—¡Loud! Un encanto saber que ha llegado a mi oficina. Siéntase recibida, es un honor tenerla aquí —entrelazó sus manos mientras la observaba.

—Buenas tardes, Dr. Darder…

—Owen está mejor, gracias.

—Oh, de acuerdo. Entonces, buenas tardes, Dr. Owen. Este… ¿podría saber cómo conoce mi nombre? —cuestionó algo nerviosa.

—Recuerdo que fui a ver una de sus presentaciones, señorita Loud. Tiene un extraordinario talento. Sin duda, varios deberían estar arrastrándose ante usted.

Luna rio nerviosa.

—Me halaga, doctor. Sin embargo, no es así —suspiró.

—Me lo imaginé, Loud. Por alguna razón usted se encuentra aquí, justo en esta oficina. ¿Puedo saber por qué?

—Bueno… —ya desinteresada en saber más sobre el doctor o cómo es que supo que ella vendría, decidió dejarlo de lado y confiar. Quería desahogarse y si él podía ayudarle, mejor.

—Lo importante es establecer una relación de confianza. Deshaoguese. No será ni la primera ni la última en sufrir en este sentimiento al cual llamamos amor.

—Tiene razón, doc. De acuerdo. Me enamoré de un chico. Siempre era atento conmigo. Ya sabe que soy fanática a la música, así que ambos hacíamos música de vez en cuando. Él siempre me apoyaba en mis conciertos y todo eso. Sin embargo, veía que también se llevaba con otra chica. Con ella fue más especial, aparentemente. Era más tierno y comprensivo y siempre le dedicaba su tiempo. De todas formas, ella es más bella que yo y dudo que él se fije en mí. No sé exactamente cómo se enamoraron, pero terminé devastada, doc. Ya no sé qué hacer. Siento que él era el único con quien podía ser yo misma. Incluso intenté algo con una chica, pero resultó que ya salía con uno de sus amigos —suspiró—. Y creo que eso sería todo.

—Ya veo —Owen retomó la hoja en la que había escrito el nombre de Luna y anotó algunos datos—. De acuerdo, antes de empezar con el clásico, “¿y eso cómo le hace sentir?”, iniciemos sincerándonos un poquito más. Mire —se levantó de la silla y le indicó a Luna que hiciese lo mismo—. ¿Por qué no se recuesta y examinamos esto con calma?

—De acuerdo… —Luna fue hacia el asiento reclinable, donde se acomodó y se recostó. Era cómodo.

—¿Cómoda?

—Sí, doc. Gracias —sonrió.

—Muy bien. Entonces, dice que se enamoró de un chico, ¿cierto? —asintió—. Y, ¿es un amigo de la escuela, un compañero, algún conocido de la calle? ¿O algo más personal? —Luna se sintió un poco intimidada ante esa última pregunta, lo demostró desviando la mirada de manera nerviosa—. Así que es algo más personal, ¿no es cierto? Mire, quiero ser franco con usted, señorita Loud. Yo no soy como el mundo. Yo no soy como la sociedad. Yo tengo la mente más abierta, yo no discrimino a ningún tipo de persona. Ya sea bisexual, lesbiana, gay, o la sexualidad que tenga, si es de raza indígena o de color. Tampoco me importa si es…

—¿Incestuosa? —preguntó con cierto miedo.

—Me robó la palabra de la lengua, señorita Loud. Usted puede tener toda la confianza conmigo —jaló la silla que tenía detrás de su oficina y se sentó en frente de ella—. Seré como su amigo, ¿de acuerdo? Todo lo que diga entre estas paredes se quedará aquí.

—¿Lo promete?

—Por supuesto, además, también es un código básico de doctor —sonrió.

—Vaya, usted es alguien increíble. Gracias por comprenderme.

—No tiene nada que agradecer. Además, no es el primer caso de enamoramiento intrafamiliar el cual he tratado.

—¿De verdad?

—Sí, en este vasto… mundo —por no decir Multiverso—. Hay miles de casos similares al suyo. Créame, como dije, usted no será la primera ni la última.

—Vaya… eso es reconfortante, supongo.

—Bueno, ya que estamos siendo más honestos, puedo deducir que se ha enamorado de su propio hermano menor, ¿cierto? Y la otra chica debe ser una de sus otras hermanas, ¿verdad? Sé que tiene una gran familia, señorita Loud. Son el resonar de este poblado.

Owen trató de evitar las interrogantes hacia él dando una leve explicación. Luna pudo quedar satisfecha con eso, así que sólo asintió.

—¿Y qué busca exactamente, Loud? ¿Qué solucion es la que usted desea encontrar?

—La verdad, desearía a veces que Leni no se hubiera metido con Lincoln y quizá yo pudiese tener esa oportunidad.

—¿Y qué tal si ellos estaban destinados a estar juntos? Podríamos plantear un caso igual, pero a la inversa. En vez de usted aquí, su otra hermana podría estar contándome lo mismo. Aunque, seguramente, podría apostarle a que le dejaría a usted ser feliz con él, ¿no lo cree?

Luna se quedó pensativa acerca de ello. Ciertamente no lo había visto dede esa manera. Vio a Owen a los ojos.

—Supongo que tiene razón, doc —suspiró—. Leni es una gran persona, siempre piensa en los demás antes de ella misma.

—Bueno, ya empezamos bien. Ahora, hagamos un ejercicio corto. Expulsemos de manera metafórica su petición de querer apartar a Leni de su hermano. Podríamos iniciar por ahí. Yo sé que busca soluciones, pero para ello, tenemos que comenzar aceptando el problema, ¿de acuerdo? —asintió—. Imaginemos que en esta hoja —se acerca a su escritorio y agarra una de las mil hojas del papeleo. La petición estaba denegada, de forma conveniente y… ¿de mera coincidencia?—… se encuentra la petición de querer expulsar a Leni de la vida de su hermano. Tómela y déjela caer sobre esta trituradora —le muestra la máquina. Luna siguió la instrucción. Sin embargo, se quedó estática.

—¿Se supone que esto es una representación de que estoy rechazando lo que siento?

—No, Luna. Es una representación de que usted está aceptando que su hermano merece ser feliz, aunque no sea con usted. Recuerde la comparación que hicimos entre Leni y usted. Ambos merecen ser felices.

Luna sonrió.

—Tiene razón, doc —dejó caer la hoja y está se hizo tiritas. Algo dentro de la rockera se liberó, sintiéndose bien consigo misma.

—¿Y cómo se siente ahora?

—Mejor —volvió a sentarse.

—Estupendo. Bueno, dígame, respecto a su hermano, ¿qué es lo que verdaderamente usted desea resolver?

—Quiero… quiero encontrar a alguien más para no vivir torturándome a mí misma, doc. Aunque, siendo sincera, dudo que pueda hallar a alguien como Lincoln.

—Oh, ya veo —a las afueras, se veía como las nubes comenzaban a juntarse, estaban grises—. Mire, señorita Loud. Si usted lo desea, puede encontrar ese amor más pronto de lo que usted cree. Así como su hermano, va a haber alguien más esperándola ahí afuera. Tal vez en este Universo no le tocaba, pero puede estar segura de que usted vive muy feliz con él, en otra parte y en otra vida. Por ahora, tendrá que vivir con esto. Siempre hay más opciones.

—Quizá nunca llegue a dejar de amar a mi hermano, pero quiero que sea feliz, doc.

—Y estará muy agradecido de saber que lo dejará fluir con su verdadero amor, Loud —miró su reloj—. Bueno, la hora ha terminado, puede retirarse.

—¿Tan pronto? Vaya, que rápido. ¿Nos podemos ver mañana de nuevo?

Owen sonrió.

—Sólo usted lo decidirá.

—Gracias por todo, doc. Hasta luego.

—Hasta luego, señorita Loud.

Luna se levantó de la silla y se encaminó a la puerta. Sin embargo, antes de abrirla, miró al doctor y le dijo.

—Oh, casi lo olvido, ¿cuánto le debo por la consulta?

—Déjalo como un regalo, mi precio es la satisfacción de mi cliente. Bueno, en este caso, de mi paciente —sonrió. Luna le correspondió.

—Es un gran hombre, doctor Owen. Gracias —y se retiró.

—Bueno, otro trabajo hecho —tomó la hoja de su escritorio y la colocó encima de todo su papeleo.

“Cliente: Luna Loud.
Mu: TLH.
Mu secundario: Lenicoln.
Universo: no especificado (le pondré 962785)

Acusado(a)/Causante/Necesitado(a): Luna Loud.

Clasificación: Guía.

Luego de saber la relación entre Leni y su hermano Lincoln, quedó en depresión sin saber qué hacer. Una consulta y un poco de ayuda extra deberían ser suficientes para que pueda seguir adelante con su vida.

Petición: Aprobada.

Owen salió de su oficina y se dirigió con la recepcionista.

—Srta. Jones, voy a tener que cerrar el negocio. Así que lamento decirle que está despedida. Pero, no se preocupe, le pagaré por su tiempo aquí.

—Sería justo, doctor. Han pasado tres semanas y aún no he recibido mi paga. Es una lástima que vaya a cerrar, doctor. Lo voy a extrañar.

—Yo igual, Srta. Jones. Aquí tiene —sacó su cartera y de ahí sacó treinta billetes de cien dólares—. 3, 000 por las tres semanas. Espero que sea bueno para su primer trabajo. Fue un honor, Srta. Jones.

Una asombrada secretaria tomó el dinero, extasiada de tener tanto en tan poco tiempo. Owen sólo salió de aquel edificio, sonriente. Luna no sabía lo que le esperaba.

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La lluvia no tardó en salir. La rockera se estaba empapando, decidió refugiarse debajo de un árbol. Sin embargo, esto no fue necesario, pues un joven le había puesto un paraguas encima de ella.

—Hola, me llamo Jim —saludó tímido. Luna sonrió.

—Yo soy Luna.

—¿Luna Loud? Wow, una celebridad. Hoy debe ser mi día de suerte.

—Supongo que lo es.

—No solemos hablar mucho en clase o incluso vernos, ¿sabes…?

—¿Eres de mi clase? Perdón sino te recuerdo, Jim.

—No te preocupes, tampoco es que nos conociéramos del todo —miró al cielo—. Parece que la lluvia está muy fuerte, ¿no gustas que te acompañe?

—No quiero causarte molestias…

—No es ninguna molestia, al contrario, sería todo un gusto llevar a Luna Loud a su casa.

—Bueno, ya que insistes —iniciaron a caminar.

—Por cierto, también me gusta el rock.

—¿De verdad? —preguntó curiosa.

—Sí, mi cantante favorito es Mick Swagger.

—¡Vaya, el mío también! ¿Has escuchado todas sus canciones?

—Bueno, sólo las recientes. Aunque, siendo sincero, me gustaría conocer sus orígenes.

—¡Yo te puedo contar! Mira, todo empezó cuando…

Y sin darse cuenta, Luna había conocido a alguien que le ayudaría a estar en paz consigo misma y a dejar atrás, por fin, a la relación que tenían sus hermanos.

—Siempre hay más opciones…

Luna jamás volvió con Owen, y este de por sí había abandonado su Universo. Hay más personas a quienes ayudar.

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Espero que haya podido eliminar sus pensamientos negativos hacia Owen :'(.

En fin, vota si te gustó!

Y si tienes una petición, no dudes en pedirla.

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