Día 39: ¿Buenas visitas? Pt. 1

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Taehyung refregó sus manos entre sí cuando lo obligaron a salir de la enfermería, Namjoon asegurándole que todo estaba bien y no debía de preocuparse, pero ver la forma en la que Jeon estaba recostado en la camilla, hacía que su corazón se apretase con fuerza contra su pecho. Siguió al oficial de cerca mientras pasaba por el lado de Yoongi que lo saludó con un asentimiento de su cabeza. Jimin estaba con Namjoon y estaba seguro que si algo sucedía, él sería el primero en enterarse. Chris y Kyle habían estado haciendo algunas cosas en la cocina y ambos habían dicho que luego pasarían para ver como Jeon se encontraba.

Jeongguk estaba pálido, ojeroso y se veía tan enfermo que Tae no supo muy bien cómo reaccionar. Había roto en llanto, sin siquiera prevenirlo, había tomado una de las manos del mayor entre las suyas mientras trataba de calmarse, el enfermero asegurándole que todo estaba bien y solo había sido un breve desmayado del cual se recuperaría pronto. Taehyung sabía que no era solo un breve desmayado, había algo que estuvo molestandolo, algo que hacía que su cabeza pensara tanto hasta provocar esto. Y por alguna razón, él odiaba la ides de descubrirlo.

Era un manojo de nervios, cada pequeño sonido retumbante que escuchaba, lo hacía saltar en su lugar y ese molesto sentimiento de que algo malo iba a suceder estaba calando en lo más profundo de su ser. Necesitaba la fortaleza del hombre que hoy en día permanecía a su lado y que parecía aferrarse a él de una forma que no le disgustaba.

El oficial le hizo una seña y un hueco se abrió en la boca de su estómago. Ingresó al lugar de las visitas y frunció el ceño cuando no vio a nadie conocido a la vista, giró sobre sus talones enfrentando al oficial que lo había llevado hasta ese lugar mientras con voz temblorosa decía—: No hay nadie que conozca aquí—El tipo le hizo una seña con su dedo índice y no se dignó a hablar. Se encontraba señalando al hombre de traje elegante que lo observaba con las cejas levantadas y una sonrisa, Tae podía decir que era burlona—. P-Pero... no sé quién es él.

¿Acaso este idiota era mudo o algo por el estilo? Porque en ningún momento abrió su boca, simplemente se encogió de hombros mientras le hacía una seña con la cabeza para que fuera a sentarse a la mesa en donde ese hombre estaba esperándolo. Lo hizo, luego de respirar hondo y cambiar su rostro por completo, colocando esa máscara que le hacía creer a los demás que se encontraba calmado y no era un lío de nervios porque seguro como el infierno que él lloraría si en algún momento alguien levantaba la voz. Con su rostro serio mientras se sentaba en frente de ese señor, que por alguna razón sentía que conocía de alguna otra parte.

—Hola, Kim Taehyung—Murmuró el hombre, mirándolo con esos ojos oscuros y vacíos.

Sus facciones, eran mucho más maduras, tenía arrugas y se notaba que podía estar en sus sesentas, pero él juraba que esa mirada la había visto en otra parte. ¿Podía ser algún amigo de su padre? ¿O algún enemigo? Él no los conocía y hacía algún había perdido el verdadero contacto con sus padres, no intercambiaba con ellos más que unas pocas llamadas y mensajes.

— ¿Usted es?—Preguntó, levantando una de sus cejas. El hombre empujó su lengua contra su mejilla interna y Tae lo supo. Este hombre se veía mucho más maduro, tenía rasgos duros y marcados, pero sin duda él juraba que era el padre de Jeongguk.

Cuando sonrió, sabiendo que lo había reconocido, notó que no eran tan iguales. Este hombre no tenía los hoyuelos que se marcaban en las mejillas de Jeongguk y mucho menos tenía esos dientes delanteros que sobresalían más que el resto. Eran parecidos, más no iguales, más ellos tenían tantas diferencias así como compartían muchos rasgos. Sus ojos tampoco se parecían mucho, los de este hombre poseían una oscuridad deseada; Los ojos de Jeongguk contaban secretos en susurros y mostraban que ese brillo que había sido arrebatado, él nunca lo buscó tampoco a la oscuridad que abarcaba a su alma muchas veces.

— ¿Sabes quién soy?—El tono que tenía su voz hizo a Taehyung prestar mucha atención. La forma en la que se desenvolvía en el lugar con ese largo abrigo colgando de sus hombros, con ese caro traje que sabía era a medida, con el cabello bien peinado y el aroma a una fragancia cara; Él quería resaltar, necesitaba hacerlo y demostrando su grandeza era la única forma en la que lo lograría. Miraba a los demás por encima del hombro, los miraba desde su gran altura demostrandoles que no eran más que simples cucarachas que podía aplastar en cualquier segundo—. Sí, lo sabes. He venido a ver a mi hijo, pero me dijeron que estaba en la enfermería porque no se sentía bien—Frunció los labios unos segundos mientras encogía los hombros—. Por eso pedí verte a ti, en su lugar. No te voy a robar mucho tiempo, simplemente aclararemos algunas cosas.

Taehyung tragó saliva disimuladamente mientras sentía como esos oscuros ojos hacían un recorrido por todo su rostro, deteniéndose especialmente en el área de su cuello. No le gustaba como lo miraba y mucho menos le gustaba tenerlo tan cerca, no era una persona agradable y le tenía asco, sentía rechazo hacia esta persona que tanto había hecho para lastimar a Jeongguk. Y si él tuviera que hacer un perfil rápido en este momento, colocaría en letras grandes y entendibles: PSICOPATÍA. También agregaría unas cuantas cosas como que la predisposición a la violencia era muy alta, que su impulsividad no variaba y estaba generalmente en un rango alto, y obviamente que su comportamiento no estaba controlado. Soltó un suspiro que llamó totalmente la atención de JeongSu que volvió a recorrer con sus ojos, su rostro y parte de su cuerpo, observando las mano juntas arriba de la mesa de metal.

— ¿Jeongguk te ha dado ese anillo?—Su pregunta salió molesta e incluso demasiado agresiva al momento que dejó sus labios—. Ese gran saco lleno de mierda. ¿Sabes? Cuando su madre desapareció, el mocoso me dijo que ese anillo se había ido con ella, pero míralo ahora en dónde está. En tu maldito dedo, puta barata—Tae sonrió suave mientras enfrentaba su dura mirada—. Ese anillo era de mi esposa... yo se lo regalé—Además de ser un gran demente, este imbécil era un maldito mentiroso y quería utiliar su manipulación como podía.

— ¿Por qué Jeongguk guardaría algo que viniera de parte tuya?—Él tenía agallas y era una serpiente más, podía notar la forma en la que su veneno rebalsaba de sus palabras—. La breve pausa que has hecho anteriormente, me lo dijo. Estabas tratando de buscar una excusa para que me lo creyera, pero ¿sabes qué? No funciona, conozco a los de tu clase y sé muy bien el cómo funcionan tus manipulaciones, no vas a poder lograrlo.

— ¿Qué tan seguro estás? Tienes potencial, eso no voy a negarlo, pero dime ¿quién va a querer a alguien que tiene su historial manchado? Recuerda, tengo el poder, puedo hacer que tu archivo se manche aún más—Tae tenía un aire realmente desinteresado mientras sus felinos ojos le daban una mirada fija.

— ¿A qué vienes realmente? Porque este circo me está aburriendo. ¿Venir y amenazarme solo por esto?—Señaló el anillo que relucía tan delicadamente en su dedo anular—. No, tú no eres de esos. Tú vienes por más, tú siempre quieres más.

—Mira, mocoso... vine a hablar tranquilamente, me disculpo por lo anterior.

—Realmente no lo haces. Segunda manipulación al descubierto. Relaja los hombros, estás sintiendo mucha tensión—Él realmente era algo... algo en lo que JeongSu quería posar sus manos, justo en su cuello para apretar con fuerza hasta que pudiera escucharlo ahogarse con su propio veneno.

—Taehyung... solo busco la firma de mi hijo ¿bien? Sé que si hablo con alguien de su confianza, él podría aceptar. Los rumores corrieron rápido afuera y sé lo mucho que cuida de ti, lo mucho que se preocupa por ti.

No, él no había oído ningún rumor. Porque la clase de persona que él era debía de comportarse como alguien normal, alguien que no estuviera metido en ese tipo de cosas y mucho menos tuviera tanto conicimiento, su psicopatía no le permitiría que los demás pudieran sospechar de él. Lo que Jeon JeongSu había hecho, era seguramente, haberlo investigado porque él no podía quedarse de brazos cruzados mientras sabía que su hijo adentro de la prisión seguía siendo un rey, pero por alguna razón por él no daba una mierda.

—Jeongguk no te la dará—Murmuró y se le hacía tan difícil creer que él hablaba de su hijo como Jeongguk y no como Jeon—. Él no está dispuesto a aceptar nada de ti. Eres un pedazo de mierda, ¿qué más quieres?

—No puedo permitir que mi imperio quede en el olvido, alguien debe tomar el control y estoy seguro que ese alguien solo puede ser Jeongguk—El muchacho soltó un suspiro y miró el techo contando las líneas que se formaban en ese lugar, aburrido de escucharlo repetir siempre lo mismo—. En cambio si él no acepta...—Su tono de voz cambió totalmente, volviéndose frío y hosco. Su mirada filosa estaba clavada en el muchacho que no quería prestarle atención y eso enojaba tanto a JeongSu.

— ¿Qué? ¿Qué vas hacer?—Preguntó, el brillo del desafío siendo una advertencia en sus ojos color miel. Y JeongSu podía entender en parte el por qué su hijo permanecía a su lado. Él no era como los demás. Era fuerte y determinado, podía decir que incluso tenía el aura de ser paciente, pero a pesar del mal carácter, de todo lo sucio que su archivo podía estar, él no pertenecía a esa vida, era demasiado puro y Jeongguk solo lo mantendría a su lado hasta que su linda alma se pudriera.

— ¿Sabes que va a arruinarte?—Su tono de voz disminuyó.

La única pareja que JeongSu había conocido de su hijo fue ese chico de mejillas gorditas, labios rellenos de color cereza y el cual en su momento, había tenido el cabello rosa. Pero él realmente no pertenecía a los lugares en los cuales había estado rondando, era demasiado bueno incluso para una vida normal. El chico Park había llegado a tocar fondo tantas veces por culpa de la vida fácil que había dejado que se adapte a él, JeongSu estaba seguro que si hubiera tenido todos los medios que el chico que estaba frente suyo, tuvo, él sería alguien muy distinto. Jimin no había buscado esa vida que llegó muchas veces a arrastrarlo a los peores escenarios, en cambio Taehyung se arriesgaba a buscarla y no le importaba morir en el intento. El hombre estaba seguro que muchas personas habían ido y venido en la vida de Jeongguk, sin embargo ninguna se había quedado, ninguna había podido aguantar tanto como Kim estaba aguantando, la forma en la que se aferraba a su hijo y parecía no querer despegarse de su lado, lo impresionaba.

— ¿Y qué problema tienes si me arruina? ¿Vas a jugar al papel de adulto mayor preocupado por la vida de la pareja de tu hijo? No eres así, no finjas. Dices que tu problema aquí es porque quieres que Jeongguk tome tu lugar, pero sabes que no lo hará. ¿Entonces que vas  a hacer? ¿Vas a amenazarme con que me vas a matar? Buen trabajo con eso. No te tengo miedo.

— ¿Piensas que mi hijo va a protegerte de toda la mierda en la que te metas para siempre? No va a hacerlo, se va a aburrir de ti y te desechara, como hizo con muchas otras personas. ¿Y qué crees que va a suceder? Serás el imbécil que rogara para que no te deje, llorarás de rodillas para que vuelva contigo y Jeongguk no hace esas cosas—Sus miradas chocaron, siendo tan intensas y asfixiantes. Los ojos color chocolate de JeongSu refulgieron con furia contenida mientras que los mieles de Tae solo brillaban diversión y burla—. Desaparecerás de su vida de la misma forma que su madre lo hizo. No te daré la chance a que sigas queriendo seguir con esta farsa, no voy a permitirlo.

—Eres un hijo de puta. Un maldito cínico. ¿Cómo puedes sentirte orgulloso diciendo eso? Le quitaste a su madre y no solo a Jeongguk, lo hiciste con Narae también. No dejaste que ella ni siquiera la conociera, eres un enfermo—JeongSu apretó la mandíbula con fuerza. Él sabía de Narae. Él sabía de su niña y no pudo comprender el por qué Jeongguk tenía tanta confianza en él. Contarle uno de sus mayores secretos, hacerle saber que tenía una hermana que no había podido cuidar como correspondía y que ahora hacía todo lo posible para mantenerla a salvo.

Él creía que su tigre de invierno no daba mucho por este muchacho, pero lo entendió muy tarde. Taehyung reaccionaba así a él porque sabía todo lo que había hecho en la vida de Jeongguk, todo el dolor y traumas que había provocado. Comprendió que su hijo podía sentir algo más que solo manipulación para satisfacción propia, lo supo aún más cuando vio ese anillo. Al principio no le había dado mucha atención y simplemente quiso hacerlo pasar por una de las tantas joyas que le había regalado a GyeonGi, pero ese que llevaba Taehyung era mucho más. Siempre lo había sido. Había sido un regalo muy especial que su esposa atesoró por mucho tiempo, se dedicaba horas y horas a observarlo, sonriéndole mientras luego le agradecía a su hijo por el hermoso regalo que le había hecho. Ese simple anillo había significado para GyeonGi todo lo que alguna vez tuvo que significar todo lo que él, en su momento, le entregó, pero nunca fue real. Él nunca podría comparar la conexión que Jeongguk y su esposa habían forjado, el como el lazo de madre e hijo iba haciéndose más y más fuerte. JeongSu no había sido idiota, la había escuchado miles de veces cuando le decía en susurros llorosos a su pequeño niño que hubiera dado todo para que llevara una vida feliz, que si le daban la oportunidad de escapar a ambos, ella no iba a dudarlo.

Y lloraba todo el tiempo. Incluso cuando se recostaba a su lado y le daba la espalda, lo hacía hasta que se quedaba dormida y grandes surcos de lágrimas decoraban sus mejillas. Él no había podido dejarla ir, su interior no se lo permitía porque se aferraba a ella como una vil sanguijuela, queriendo succionar su sangre, alimentándose de ella, de su felicidad y su esperanza. Hasta que el día en que ella partió pasó y él solo tuvo a Jeongguk para aferrarse, y luego su hijo también se fue y no le quedaba más nadie para desquitarse, para aferrarse o para tratar de recuperar los pocos gramos de humanidad que le quedaban. Él no era una buena persona y nunca lo sería porque los psicópatas hechos eran buenos, pero los que nacían para serlo eran los mejores.

— ¿Siquiera alguna vez pensaste en ellos? Mierda, GyeonGi sufrió por tanto tiempo y sin embargo se quedó a tu lado porque no quería que su niño sufriera las consecuencias. Y Narae... Narae tenía veintidós años cuando hiciste que le arruinaran la vida, ¿sabes todo el daño que causaste? ¿Sabes siquiera que tu hija probablemente nunca recupere su vida porque su cerebro sufrió daños?

— ¡No hables de mi familia si no sabes una mierda!—Golpeó sus mano con fuerza contra la mesa, haciendo un ruido chirriante que hizo saltar en su lugar a quienes se encontraban a su alrededor, Taehyung lo miró fijo sin siquiera permitirse sorprenderse.

—No, JeongSu. No sé una mierda. No vi la forma en la que le arrebatabas a GyeonGi a su bebé de tan solo meses para mandarla a kilómetros lejos de ella, no vi cuando le gritabas y golpeabas a tu esposa por defender a su niño. Y doy gracias por no haber presenciado toda la mierda que le hiciste a Jeongguk, ni los golpes, ni los gritos, ni los cortes, ¡¡ni mucho menos cuando lo obligabas a que cogiera con cualquier viejo cuando era un maldito menor!! ¡No vi toda esa mierda y lo agradezco! ¿Sabes por qué? Porque si la oportunidad se hubiera dado, te hubiera matado con mis popias manos—Respiró con fuerza mientras parecían dispuestos a comenzar a pelear. Las personas a su alrededor alternándose un poco por lo sucedido, los oficiales preparándose para llevar a Taehyung nuevamente a las celdas—. ¿Y sabes qué? Has lo que quieras. Te lo dije, no te tengo miedo. ¿Quieres matarme? Inténtalo, has todo lo que esté en tu alcance para asesinarme. Pero seguirás sin tener la puta firma de Jeongguk porque no te quiere ver, no quiere saber de ti.

— ¡Deja de hablar como si lo conocieras de toda la maldita vida! ¡¿Crees que por chupar su verga vas a quedarte con él para siempre?! ¡No eres más que una puta barata igual que el imbécil de tu primo!—Tae soltó una risa histérica, demasiado sarcástica para su gusto—. De aquí no saldrás vivo, Kim Taehyung. Y de la misma forma que me deshice de tu primo, lo haré contigo.

—Si lo haces, irán detrás de ti. Y no se cansarán hasta que se deshagan del vil saco de mierda que eres—Incluso su sonrisa hacía poner paranoico a JeongSu que lo miraba sin realmente creer que él era se había convertido en esta clase de persona.

Seokjin había sido un cobarde comparado con su primo y sin en algún momento creyó que él no podía pertenecer a esa vida, se equivocaba mucho. Lo notó en la forma que se burlaba de él sin realmente expresarlo, en como lo miraba con esos ojos mieles que parecían atravesar su cerebro con fuerza.

—Nos vemos, JeongSu—Lo saludó con la mano mientras un oficial se lo llevaba. Faltaban aún unos minutos para que el horario de visita terminara, pero el tenso ambiente solo indicaba una cosa y retirar a Kim Taehyung de ese lugar parecía ser lo primordial.

Las rodillas de Taehyung temblaron y parecieron querer ceder a su propio peso cuando un cuerpo vestido con uniforme negro, lo ayudó a sostenerse. Los felinos ojos de Yoongi lo osbervaron con cierta preocupación y admiración.

—Te luciste allá adentro—Murmuró mientras lo ayudaba a caminar, el encuentro con ese hombre le había drenado toda la energía de su cuerpo.

Era de esa manera que su máscara funcionaba. Podía aparentar fortaleza, seguridad y cierto aire de grandeza, pero siempre seguiría siendo ese chiquillo asustado de lo que pudiera suceder. Lidiar con JeongSu era mucho, era más de lo que alguna vez leyó en sus libros de psicología y él realmente estaba dudando en poder lidiar de esa forma con Jeongguk, no sabía cuánto podría realmente aguantar su cuerpo.

El camino a la enfermería parecía hacerse eterno y mientras más lejana se hacía, Chris y Kyle preguntaron qué es lo que había sucedido. Yoongi simplemente los miró y negó con la cabeza, Tae aún no se encontraba en sus cabales para contestar con coherencia. Kyle tomó el otro brazo del rubio para colocarlo sobre sus hombros mientras el muchachito parecía tan perdido, como si se hubiera fumado un porro y el viaje era de los más agradable y aterrador al mismo tiempo.

— ¿Qué sucede?—Preguntó Jimin cuando entraron, preocupado al ver el rostro de su pareja y lo pálido que Taehyung se encontraba.

— ¿Ya despertó?—Su voz saliendo ronca mientras se separaba de los otros y se acercaba casi corriendo a la camilla. Jeongguk seguía en el mismo estado y parecía no querer despertar.

—Hace dos días que no duerme bien, tal vez en otros dos horas él despierte—Dijo el enfermero con voz suave, tratando de no alterar el ambiente tranquilo que había conseguido en la enfermería. Sus ojos de dragón se pusieron en el oficial y este hizo una sola seña con su cabeza para que todos salieran de la habitación y pudieran hablar con algo más de tranquilidad.

—Lo siento, mi amor—Murmuró apoyando su nariz contra el hombro de Jeongguk, aspirando con fuerza el aroma a suavizante de bebé que su ropa desprendía.

Y sin esperarlo, rompió en llanto. Y se aferró al cuerpo dormido de Jeon, tratando de calmarse con el calor que desprendía mientras le pedía que por favor despertara pronto, porque necesitaba contarle algunas cosas importantes. La presión que había pasado al estar frente a frente al padre del hombre, al cual ahora abrazaba, había sido abrumadora y asfixiante. El nudo en su garganta se hacía insoportable y él realmente pedía, y quería que Jeon JeongSu no volviera a joder sus vidas nunca más, quería que de una vez por todas se olvidara que en algún momento había tenido esposa e hijos.

❏ ¨̮ 60 ᑯɩ́ᥲ⳽ ρɾᥱ⳽o ༊ ꧁꧂ ‧⁺ ✎ᝰ ﹆•:◦.

Holis. Me emocioné mucho escribiendo y decidí hacer una mitad y mitad de este cap, por lo cual espero subir la segunda parte muy pronto.

Espero que el cap sea de su agrado y en ciertas partes lo sentí un poquito ¿fuerte?

No se olviden que la versión omegaverse de 60DP ya está publicada en mi perfil y que también subí una dinámica y otras cositas a mi Instagram, si quieren pasarse estoy como gigiwinx.

Cuídense, tomen mucha awita y descansen todo lo que tengan que descansar.

A mimir♡

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