—No soy mala hija... Sólo soy sincera.—habló y Sang Hyuk la miró con una ceja enarcada.—¿Qué?

—Nada, nada.—dijo y también se acostó al lado de ella.

—Ah, y respondiendo a tu pregunta. Estoy aquí porque quiero tu atención, no la de mis padres.—fue totalmente sincera y él no pudo evitar reír.

—Vanessa, si te escucharas... No te hagas la independiente, sé que cuando tienes pesadillas y Young Bin no está ahí, te vas al cuarto de tus padres a dormir con ellos, tú, niña miedosa.—la incriminó y ella se volteó para quedar cara a cara con él.

—¿Quién te dijo todo eso?—preguntó alarmada.

—Tu hermano...

—Aish, ese idiota, lo voy a matar.—golpeó la cama y luego miró a Sang Hyuk.—¿Tú fuiste quien le preguntó?—él asintió.—¿Por qué? ¿Qué te importa?—esta vez le golpeó el pecho.

—Tenía que buscar algo para burlarme de tí.—ella lo miró como una asesina preparada para matar.—Era mentira, era mentira. Sólo quería saberlo, para luego cuando tuvieses pesadillas, me llamaras a cualquier hora y yo iría a dormir contigo...

Okay, eso había sonado muy dulce.

Vanessa se acercó más al chico, quedando sobre él, y como premio comenzó a besarlo.

Él se dejó llevar y llevó sus manos a la cintura de la chica y la apretó un poco.

Estuvieron besándose, de manera profunda por un largo tiempo, hasta que quedaron completamente agitados.

—Creo que deberíamos ir más despacio.—opinó la chica y él asintió, entendiéndo a que se refería.

(...)

—Sa-Sang Hyuk.—gimió la chica, bajito en su oído.

Él la miró mientras continuaba moviéndose y decidió molestarla.

—¿A esto te referías con ir más despacio?—preguntó agitado.

La chica volvió a gemir y se aferró a la amplia espalda del desnudo chico.

—Sólo, cállate y no te detengas.—Sang Hyuk sonrió, al ver como su novia era consumida por el placer que le causaba con cada embestida.

Le hizo caso, así que no paró de moverse hasta que finalmente ambos llegaron al orgasmo.

Él, sumamente exhausto se dejó caer sobre la chica, recargándose en sus brazos, claramente, para no escacharla.

Ambos regularon sus respiraciones, hasta que sus pechos dejaron de subir y bajar con violencia.

—¿Cómo terminamos haciendo esto?—preguntó Vanessa tapando su rostro.

Sang Hyuk no pudo evitar reír.

Era gracioso, porque ella había dicho que fueran despacio, y casualmente ahora habían terminado de corromper aquellas palabras.

—Creo... Creo que es algo que no se planifica, sólo sucede y ya... Justo como acaba de ocurrir.—explicó Da Won para luego mirar a la chica.

Ésta le sonrió.

—Es cierto que no llevamos mucho tiempo saliendo, pero, no me quejo, me atrevería a hacer cualquier cosa contigo.—opinó algo sonrojada y luego abrazó al chico.

—Estamos desnudos.—soltó Sang Hyuk repentinamente, y Vanessa lo soltó.

Ambos rieron y luego se dieron un cariñoso beso en los labios.

(...)

Al día siguiente, Vanessa despertó en la habitación de Sang Hyuk. Traía puesta una camisa de éste y su olor característico hacía que amara tenerla sobre su cuerpo.

—Oh... Ya despertaste.—habló Sang Hyuk, quien recién salía del baño.

Vane sonrió, recordar todo lo que había pasado en la noche era especial.

—¿Cómo te sientes?—le preguntó para luego sentarse junto a la chica.

—Bien. Estoy perfecta, no me duele nada.—fue totalmente sincera y su novio le dio un beso de piquito.

—Eso es bueno, amor. Puedes usar ya el baño, o, si quieres seguir durmiendo...

Ella sonrió por la ternura del chico.

—Tomaré una ducha. Debo regresar a casa, olvidé avisar que me quedaría contigo...

—Está bien, bonita.

(...)

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