Cap 12. Verano sin sol

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La historia de hoy se remonta hacia años atrás, en un lugar olvidado por el hombre, mas no por aquella joven, que después de mucho tiempo desaparecida vuelve finalmente a casa. La puerta de roble y el cartel colorido, "¿Te atreverías?", una atrevida frase grabada con fina letra, dejando anunciar el estado mental de aquella que allí vivía.

Respira hondo antes de sonreír, hacia tiempo que no visitaba a su fiel amiga y confidente, con el exitoso nacimiento de su pequeño, aun con la sorpresa, decide anunciar su dicha a aquella que tanto le ayudo desde que era joven, misma que, a través de cartas, había insistido en que conociera oficialmente a la luz de sus días, su pequeño hijo de año y medio. Da ligeros pasos a los lados, antes de dejar finalmente tres suaves toques sobre la madera.

La dulce voz de su amiga que esperaba escuchar fue reemplazada por un estruendo preocupante, lo cual hizo que aquella visitante se adentrara sin cuidado a el establecimiento. Las flores de nomeolvides, colocadas estratégicamente en la parte alta de la habitación, cayendo como cascadas, ahora se sentían marchitas, las orquídeas colgando de artificiales viveros opacaban sus colores cada vez mas, los coloridos frascos tras el mostrador ahora solo eran simples vasijas de cristal, algunas oscuras, otras vacías, y de vez en vez una desagradable chispa se prendía en ellas. El papel tapiz, que mas que nada se componía de una delicada enredadera, caía esparcidos por los bordes y esquinas, sosteniéndose en pocas partes de las descuidadas ventanas.

El lugar había perdido la magia.

Mas pronto que tarde escucha pasos apresurados bajando por las escaleras, tropezándose cada tres escalones, saliendo rápidamente detrás de la cortina, sin permitir a su contraria observar con exactitud su figura, solo lanzándose en brazos de aquella que siente su consuelo y apretando con fuerza, intentando mantenerla allí por siempre, temiendo a la separación.

Inmediatamente la invitada se preocupa pues el estado de su anfitriona es por más desastroso. Si antes blanco y esponjoso cabello ahora era una seca maraña de ramas y hojas secas, su figura delicada pero definida estaba desaparecida, ahora se sentían los huesos incluso por encima de ese vestido que está siempre utilizaba, ese que a pesar de mantener su toque natural superponía capas de distintas telas pastel. El tono de la piel estaba aún más pálido de lo usual y el tacto frío daba la impresión de estar abrazando a un cadaver.

Lo peor llegó al ver sus ojos, los cuales comúnmente brillaban con fuerza y pasión, haciendo que el turquesa-agisado parecieran piedras preciosas, esta vez no había nada, solo un vacío en lo que puso suponer era el iris, la pupila totalmente dilatada y el entrecerrado de sus ojos demostró la fuerza que estaba ejerciendo para ver, más le fue inútil. Al intentar hablar solo salió un sonido rasposo, como cuando arrastras una piedra común en la corteza de un árbol, muy desagradable.

En el anterior atractivo de su mejor amiga solo se mantenía el aroma, a campanillas y aceite de coco, una mezcla algo peculiar pero muy encantadora.

Cuando la anfitriona volvió a intentar hablar fue sorprendida por los brazos de su amiga que la guiaban hasta la superficie plana más cercana.

—Por ahora no hables...— le dice en voz baja antes de girarse hasta el mostrador de caoba, algo curioso teniendo en cuenta que es el único artículo de madera en esa casa que no era de roble, y el único intacto dentro de la habitación

Por suerte no le costó mucho preparar un brebaje con lo poco que allí quedaba medianamente sano, pero fue más que suficiente para ella, quizás no le pueda ayudar con su vista pues no tiene idea de qué ocurrió, pero si algo puede hacer es arreglar un poco la lastimada garganta, producto seguro por forzar durante mucho tiempo la voz.

—Gracias...— responde con algo de dificultad pero mucho más suave que antes, al parecer ya la medicina estaba haciendo efecto

—Descansa un poco...luego me dices qué pasó— iba a decir algo más pero rápidamente su amiga comenzó a mover la cabeza de un lado a otro en señal de negación, alterándose una vez más comienza a mover las manos y los pies de forma acelerada, definitivamente algo le estaba afectando—Respira— susurra empujando la taza con medicina para que termine de tomarla, al momento, y aún temblando, la albina comienza a tomar lo que quedaba en la taza mientras lentamente se calmaba—¿Estas mejor?—

—No lo se...— susurra comenzando a llorar—Ya no está...—vuelve a susurrar apretando el objeto entre sus sin fuerzas manos

—¿Que no está?— pregunta bajando su cabeza a la mirada verdosa, misma que comienza a agitarse intensamente, al momento su duda se vio resuelta, no es preguntar por lo que falta, sino por QUIEN falta, con todo el desastre alrededor, el estado destrozado de su amiga, y la falta de una voz infantil, entregan una silenciosa respuesta—Tu sol- — iba a terminar pero no tiene el valor, más no le hizo falta

—Nagito no está—es lo último que logra decir antes de volver a estallar en un llanto inconsolable, la desaparición repentina de su hijo le destrozó hasta el alma

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"La belleza de mi niño no tiene limites"

Canta aquella dulce voz desde la ventana.

"Como el cielo, por ejemplo, con incontables estrellas"

Añorando a aquel que completo su alma.

"Como las montañas, con su número de árboles, con su número de hierbas"

Llamándole con su canto aún cuando todos a su alrededor hayan perdido la esperanza de encontrarlo.

"Más que la hierba de zebra, el cardo, el trébol, la campanilla"

Porque ella no pierde lo único que le queda, su esperanza.

"Las siete hierbas colgantes o cualquier otra planta floreciente"

La esperanza de recuperar a su hijo.

"Mi precioso niño cae dormido"

Sin importarle ya no poder ver nada.

—Te traje un regalo, Naomi—llama aquella que la rescató hace años de su pozo de depresión, la única persona en el mundo, junto con su hijo, que tiene

—Muchas gracias Kirumi— toma con calma el dulce brebaje que siempre le calma, su aroma a vainilla junto con las flores en su ventanal calman la ansiedad que pudiera sentir

Su hijo está bien.

Nagito está bien.

Y ella lo sabe.

Porque tiene ESPERANZA.

Notas del capítulo:

Nunca pensé que llegaría el día en que yo actualizara en la escuela, tampoco pensé incluir a Nagito pero aquí la ven, es parte importante de la historia >w<

Hasta que pueda volver a actualizar...

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