¿Familia? pt.2

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Mis hermanos no dejaban de entrar y salir, una y otra vez con los mismos argumentos.

Escuche la puerta abrirse por quinta vez.

—Déjenme en paz —gruñí.

—Hola tío Cadi —dijo una pequeña voz desconocida.

Me quite las cobijas para ver a la culpable de esa voz, no falto más que una mirada para que se formara una sonrisa en mi.

—Cade cariño —le sonrió mi hermano— te parece si le damos un beso al tío Cade.

—¡Si, yo querer besar a tio Cadi! —exclamó emocionada.

Él acerco a la pequeña rubia, la nenita tenía apenas unos cuatro añitos y gracias a dios con la belleza de su madre, eso si tenía los ojos de mi hermano, un azul profundo.

Con sus regordetas manos me abrazó del cuello para llenarme de besos, mientras reía feliz.

Una lágrima rodó por mi mejilla.

—No llores tío Cadi —dijo haciendo un puchero.

—No lloro princesa, solo me da gusto conocerte —sonreí.

—Yo ya te conocía, papá me enseño una foto —mencionó— pero, pero tenias cabello —asintió.

Solté una pequeña risa mientras su padre solo se ponía rojo.

—Ali nena no te gustaría salir a pasear con tu tío Cade —mencionó.

Ella abrió sus ojos tan grandes como pudo, para soltar un gran si, mire a mi hermano molesto.

—Porque no vas con Dee a decirle —pidió.

La chiquilla se levantó para ir a donde su padre le decía.

—Dylan...

—No quieres ir a tomar la quimio esta bien pero al menos puedes levantarte de la cama y pasar un tiempo con tu sobrina —pidió.

—Estoy cansado —murmuré.

—Lo sé —asintió— entiendo que estes cansado, entiendo que te sientas mal y si quieres dejar la quimio te apoyare de acuerdo, pero por hoy solo quiero que pases un momento con ella, puedes hacer eso.

Suspiré, realmente me sentía mal.

—Dame una hora si —pedí— deja me arreglo.

—Eso lo haces en diez minutos —cuestiono.

—Crees que saldré viéndome así —señalé— tal vez tu pero yo tengo una dignidad que cuidar, no terminaré vistiendo como tú.

Él asintió riendo, mi hermano salió de la habitación.

No necesitaba una hora para arreglarme, necesitaba una hora para prepárame mentalmente.

Mis hermanos no lo entendían, Jensi tampoco... así que tomé mi teléfono para llamar a la única persona que si lo hacía.

La video llamada entró, por unos segundos nos miramos, pálidos, enfermos... cansados.

—Estoy muriendo —confesé.

El chico me miró procesando lo que le había dicho, se acomodo en su silla para resoplar.

—Estamos...

—Nico estoy muriendo y yo... —interrumpí— quiero hacerlo, ya no quiero seguir, quiero dejar la quimio yo... quiero morir.

—Abandonarlo todo, ¿Y ya? —me plantó serio, no lo estaba entendiendo.

—Mírame, de verdad crees que tengo opciones... estoy peleando una batalla que no ganaré —confronte.

—¿Realmente la has peleado? —cuestionó.

— ¿Evidentemente no crees? —señalé mi cabeza calva que no era por gusto.

—Ponerse una peluca que encargaste por adelantado, hacer las paces con tu hermano mayor y encargarte de que los otros supieran lo que valen, ¡Que luego de tantas idioteces sentaras cabeza y aceptaras tu amistad con botellita! —botellita, apodo para mi enanito porque no soltó la botella en toda la noche.

Su voz subió de tono conforme hablaba, a veces sentía que se reflejaba en mí para darse consejos.

—Y esos vídeos... Creo que más que pelear solo te has encargado de dejar todo preparado para irte y ahora que se acerca la hora... —pensó un poco— Cade, no importa que tanto te hayas hecho la idea, nadie está listo para morir.

—Yo sólo quiero que deje de doler... no solo a mi, no quiero seguir escuchando a mi hermanito llorar por las noches, a Li tratando de no desmoronarse en cada quimio, que mi hermano no tenga que recurrir a su hija de cuatro años para convencerme de seguir... —confesé.

Realmente estaba más cansado mentalmente que físicamente.

—No puedo seguir forzando a Jensen a estar conmigo, quiero acabarlo en mis términos... no en el de mis padres, no en la del puto cáncer.

Él me miró pensándoselo por un momento.

—Una vez un monje budista dijo que: "El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional". Fue lo primero que mi doctor me contó cuando tomó mi caso, ese idiota no es tan idiota como lo parece —sonrió iniciando.

Iba a empezar con sus mamadas.

—Sonará ridículo y me dirás que estoy loco, pero si ya todo valió verga, ¿Por qué ahora detenerte? Es una mierda, ¿Y tú te aferraras a ella? Ese no parece tu estilo, galletita —negó con la cabeza.

Era raro como un chico a miles de kilómetros me podía conocer mejor.

—A lo que quiero llegar es que: al diablo todo, si vas a terminarlo, no lo termines por tus padres o por el cáncer, tampoco te me mates. Si vas a terminar algo, terminalo a tu modo y vive lo que te resta como nunca, mejor dicho, como siempre has hecho: como te da la regalada gana.

Suspiré algo irritado.

—Nico, que mierda... no me vengas con tu mierda filosófica ahora, ¿El sufrimiento es opcional? No es como que me levanté y me dije "puta que ganas de que me de Cáncer" —exclamé con sarcasmos— pero sabes que no, a la mierda no me dolerá pudrirme desde adentro —puse los ojos en blanco— ¿Seguro que la enfermedad no te está afectando el cerebro ya?

El chico sonrió para negar con la cabeza.

—He, tú me llamaste, aguante mi mierda filosófica ahora —Comenzó a reír—. Idiota, déjame acabar. Lo que quiere decir es que duele y va a seguir doliendo, pero para tí es opcional prestarle atención a ese dolor, ignorarlo o hacer algo con él.

Se dió a explicar como si no entendiera sus pendejadas

—Si aún no me entiendes te lo diré en tu idioma: que divertido, mañana llevaré seis años tratando con una enfermedad sin cura, seguro los muchachos me miraran raro más de lo normal, también que mamá me mantenga en el hospital todo el día, ¿Qué tal? Será otro día que no veré a esa chica —Puso los ojos en blanco imitando mi gesto —. Entonces, Cade, ¿Iremos por galletas al salir de mi chequeo o me dejaras desesperarme solo por otro año de dolor?

Asentí cansado, pasábamos por lo mismo pero al menos él había tenido seis años para cumplir sus metas.

—Vengo por tu sabiduría y me sales con tus pendejadas —suspiré pensándolo por un momento.

—Pero bien que te gustan esas pendejadas —me guiñó riendo.

—¿Vale la pena? Un mes de agonía por, quizás, un par de días malos, porque es lo que me queda —pregunté lo que de verdad quería.

—No lo sé, creo que eso ya vendrá de tu parte descubrirlo.

No pues gracias pensé.

—Eso sí, recuerda, sea lo que decidas, deseo mis galletas con chispitas de chocolate —estableció.

Sonreí torpemente para verle.

—No se puede contigo de veras, supongo que me verás jodiendote un mes más —acepté — ahora iré a pasar cuatro horas en un sillón mientras me meten tóxicos en el cuerpo, que emoción —gruñi sarcástico — nos vemos nene —le mandé un beso de despedida.

—Que envidia la de ese sillón —Se hizo el celoso—. Trata bien al enano, nos vemos hasta tu siguiente decaída —atrapó el beso para lanzarlo hacia la ventana, riendo mientras cortaba la llamada.

Lo único de toda la mierda que dijo que era verdad era que tenía que tratar bien a mi enano... sip, no iba a pasar.

Después de un par de cuchareadas estaba listo para vomitar.

—Donovan cariño no desperdicies la comida —pidió ella.

—No te preocupes tengo mi reserva —dije empujando el plato a mi hermano, lo jalo antes de que se lo quitara.

—Don...

—Mamá él está bien —la calmó.

—Bien pero te quedas aquí hasta que acabemos.

Asentí esa regla también era en casa, después de un largo rato, pues mi hermano se daba su tiempo por fin terminamos.

Me levanté para ir con mi caballo, Spirit... no se parecía a Spirit pero me gustaba llamarlo así.

—Aqui estás campeón —sonreí para abrazar a mi caballo.

—¡Bertha! —gritó mi hermano.

—Como le digo que Bertha fue la cena —murmuró Caleb.

Me empecé a reír pero al ver que él no lo hacía vi que no era chiste... nos habíamos cenado a la vaca de mi hermano.

—En serio cenamos a Bertha y no a esas cabronas —dije mientras pasaban mis adversarias.

—Jensen deja en paz a las gallinas —dijo Pa entrando al granero.

—Ya veremos —mire a las condenadas.

—Pa no encuentro a Bertha —le dijo mi hermano asustado.

Mi papá miró a Caleb quien solo asintió, mi Pa suspiró, no era el primer animal de esta granja que nos comíamos.

—Ven Jake tenemos que hablar —dijo llevándoselo, la abuela estaba por conocer a la bolita de odio que es mi hermano.

Decidí montar un rato mi caballo, incluso tomándome una foto para enviársela a Cade.

Al parecer ya estaba de mejor ánimo.

—¿Tu novia? —preguntó Caleb al verme sonreír.

—No, un amigo —ese sabor amargo se hizo en mi boca.

—Ah Percy —aseguró.

—Cade de hecho —confesé.

Él me miró confundido, cuando era más pequeño y las acciones de Cade llegaban afectarme era a él y mi primo Oti a quien llamaba, mientras yo chillaba ellos se limitaban a mentarle la madre.

—Larga historia —expliqué riendo.

—Oh ya lo creo —exclamó.

El moreno pasó su brazo por mi hombro para sonreírme, a su lado me veía más pequeño.

—Tus padres me contaron de tus problemas, ¿Cómo estás? —me preguntó.

—Claro que te lo dijeron, son unos chismosos —gruñí— estoy bien, qué tal tu.

—Supongo la vía es de los dos lados —así era—
Yo no te mentiré y diré que estoy bien, pero llevo bien la muerte de mi padrastro, bueno después de todo no era mi padre.

Asentí para palmear su espalda, pensando en lo que había dicho.

La noche cayó tan rapido, en este lugar se podían ver las estrellas cosa que en casa no.

Mientras cenaba un vaso de leche y galletas me quedé observando a mis padres y lo que me había dicho Caleb hizo dar vueltas a mi cabeza.

Cuando era más pequeño creía que había nacido como todos los demás, fue cuando empezamos a ver biología que entendí que eso no era posible.

Mis padres me lo explicaron, yo nací de un vientre de alquiler eso solo significaba que uno de mis padres era genéticamente compatible conmigo.

Nunca me preocupe de saber quien era pero las sujestiones de ya sabemos quien me llevaron a pensarlo, me sentía mal por hacerlo y aunque lo había olvidado lo que había dicho mi primo había traído la duda a mi una vez más.

Mi color de piel era como el de mi papá pero el de mis ojos como el de mi Pa, mi estatura era pequeña como la de Pa, pero la de mi hermano era más como la de papá.

Por una cosa que tenía de Pa salía otra de papá y así hasta que siempre terminaba igual, mi cabeza estaba sobre pensando todo como siempre.

—¿Todo bien cariño? —preguntó papá.

Asentí para frotarme los ojos.

Él se acercó para  besar mi frente y abrazarme.

—Duerme un poco cariño, fue un viaje largo —sonrió.

—Si papá —asentí.

—Pero acábate la leche —gruño.

Como ordenó tome mi leche y me fui acostar, dormiría un poco antes de que mi hermano se acostara conmigo y empezara a roncar en mi oído

Cuantos extrañaban a Nico, es que como no amar a estos dos juntos 🍪

Gracias a Keniteitsuki por acompañarnos en este capítulo.

No olviden que puede leer a nuestro amado bb Nico en FRASES PARA AMANDA 💚

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro