Pice of you

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Le miré esperanzado, me levanta de la cama tambaleando pues estaba bastante débil, me dirigí a la computadora para buscar pero nada...

Estaba por rendirme hasta que miré el puff recordando la insistencia en que me lo quedara, fui hasta él para tratar de abrirlo pero fallé en el intento, no tenía fuerza.

—Me das una mano por aquí, si no lo has notado apenas y me sostengo —mencioné al dios del infierno.

El chico rodó los ojos para levantarse con pesadez, rodeándome me apartó para abrirlo como si nada.

— Mi héroe —ataque burlón.

Rebusque entre el puff para encontrarlo, aquel portarretratos digital con una estampita de gremlin, esperaba aún funcionará pues mi hermano y Dee habían estado jugando luchitas sobre el.

Por un instante me quedé mirándolo para ver a Hades.

—Pues, te dejo... —dijo tratando de huir.

— Espera... puedes verlo conmigo... yo no puedo verlo solo —pedí.

—¿No quieres pañuelos mejor? —evadió.

Le miré serio, sabía que no me dejaría.

—Está bien... —suspiró para sentarse a mi lado.

Me recargué en él para respirar, toqué la pantalla que prendió de inmediato, ahí estaba él mirándome... la pieza de él que había dejado para mí.

Jensiiii de verdad crees que te dejaría sin video, fui un idiota pero no lo suficiente como para no agradecerte.

Sabes si hace un año me hubieran dicho que tú y yo nos llevaríamos bien, hubiera apostado todo a que no y al parecer lo hubiera perdido todo.

Jamás imaginé que tú y yo llegáramos a ser amigos, y aunque me duela admitirlo una de mis personas favoritas que tuve que dejar.

Ahora puedo decirte que me hubiera gustado que nos volviéramos amigo antes, de otra manera... una vida juntos y torpemente nunca lo hicimos, sé porque yo no lo hice.

Y la única razón es porque estaba celoso, Dios de decir esto en vida me hubiera retorcido, pero es la verdad no solo estaba celoso, envidiaba que fueras tan listo como yo, que tuvieras amigos reales que yo no... envidiaba ver cómo tus padres te amaban mientras los míos solo fingían hacerlo.

A una corta edad decidí que eras feliz pero que no podías serlo porque yo no lo era, no es excusa pero yo no tuve quien me guiará porque de hacerlo jamás te hubiera hecho toda la mierda que te hice.

Te escogí a ti para esto no solo porque pensé que podrías, creo que una parte de mi quería arreglar la mierda que te hice, en el fondo para mi siempre fuiste ese pequeño tan mono que regalaba sus galletas a todos, que se preocupaba por los demás y sostenía la mano de quienes lloraban a la entrada del kínder.

No pensé que te quedarías con la misma estatura claro está, pero cabron tu corazón es más grande que lo que llegarás a medir.

Sé que al final me perdonaste y lo hiciste de corazón, pero para mi eso no basta.

Un día me dijiste que de poder pedir un deseo pedirías saber quien es tu madre y un auto, claramente no te deje un auto así que no te emociones.

Pero si encontré quien es tu madre, ahora si no quieres saber solo adelanta el video y de ser así solo respira y continúa.

Tu madre se llama Caroline Black, y vaya que pude ser tu padre, es una mujer muy linda.

Trabaja como doctora en un hospital en Ottawa.

Ese día me dijiste que querías agradecerle pero no querías lastimar a tus padres así que lo hice por ti, la contacté con un correo que decía lo siguiente.

Querida Caroline Black, perdone el atrevimiento de escribirle.

Mi nombre es Cade Hope, y hace dieciséis años usted tuvo un hijo para la familia Blue.

Yo no soy ese niño claro está pero mi mejor amigo lo es y quiero agradecerle porque usted le dió a Jon y Damian Blue la oportunidad de ser padres y me atrevo a decir que han hecho un excelente trabajo.

Creo a dos personas extraordinarias, una un poco imbecil y la otra un poco enana pero serán grandes.

Solo me queda agradecer por el trabajo que hizo y el deseo que cumplió, gracias.

Jensi tu madre me escribió de vuelta, no sé si es lo que esperabas pero espero te sirva.

Querido joven Hope, me alegra recibir esta información, gracias a usted por rectificarme la mejor decisión que he hecho en mi vida, conozco muy bien a los Blue y de sus capacidades como padres.

Me atrevo a decir que cuando me aventure en esto fue por mi deseo de ayudar, tuve la oportunidad de cargar a Jensen cuando nació y como cualquier madre me permití pensar en su futuro, uno que sabia sería maravilloso a lado de sus padres, me alegra saber que mis chicos son bien cuidados y amadas por sus padres y las personas a su alrededor.

Gracias por hacérmelo saber atentamente Caroline Black.

Bueno enanito sé que deben ser momentos difíciles, pero cabron quiero recordarte que eres fuerte, mierda Jensen eres la persona más fuerte que conozco porque aun sabiendo todo lo que estabas pasando te quedaste conmigo, has estado y es probable que estés cuando me sienta peor y sé que estarás porque eres fuerte.

Me lo has demostrado todos estos años, eres chiquito si pero eso nunca te a detenido y nunca lo hará

Has luchado con grandes obstáculos Jens, un trastorno de ansiedad, una enfermedad alimenticia, el dios de la muerte y mierda hasta con una hamburguesa en dos ocasiones.

Amigo tu puedes con esto, recuerda que no estás solo, tienes unos padres extraordinarios, un cabroncito de hermano, un fiel amigo, a mi prima y espero al rey del infierno, puedes caer Jens pero deja que te ayuden a levantarte, para eso están y todos ellos lo harán por la más importante y pura de las razones y es que te aman.

Jensi, mi enanito, mi gremlin, mi niño... te quiero cabron, gracias por todo.

Estaré por ahí en mi forma de fantasma apoyándote hasta que un día de estos nos volvamos a encontrar.

Te ama tu idiota favorito.

Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas, pero por primera vez eran de la buenas, porque cuando el video acabó la parte que había perdido regreso, mire a Hades esperando de él lo que ya sabía que quería.

Su mirada seria me miró, suspiró para abrazarme cediendo ante mi capricho que sabía que le gustaba aunque lo negara.

Nos quedamos así por un momento.

—Bajemos, tengo miedo por como Nico pueda traumar a tu familia —mencionó.

Gruñi un poco, no me sentía del todo bien.

—Estoy cansado, porque no me cargas —bufé, ya quería volver a dormir.

—Siento que vine para ser de canguro... —dijo totalmente resignado.

Asentí estirando mis manos hacia él para que me cargara, el chico se limitó a suspirar y cargarme.

Mientras bajábamos pude escuchar la voz de mi hermano platicando con Nico.

—Nico llevamos horas platicando pero ya me dirás que le pasó a tu brazo — preguntó sorbiendo su lechita de cuadrito.

—¿Ah? —recordé—. Eso... Bueno, es un secreto, ¿Sabes? Tengo un grupo con el que hago muchas loqueras, un día hicimos un sumo con trajes de bailarinas, otro entramos a un club nocturno y bailamos hawaiano, ¿Y que hay de la vez que hicimos un partido entre mimos y payasos?

Le contó riendo yo sabía de estas grandes hazañas que habían llegado hasta acá.

—En fin, el viernes pasado en uno de nuestros encuentros me lastimé el brazo cuando enseñamos a bailar breakdance a miembros de un club deportivo. Hice mal un paso y pegué contra el suelo; todo, salvo eso, fue muy divertido —terminó de contar para tomar de su leche.

Mi hermano le miro arqueando la ceja, dándole esa mirada que le daba a todos.

—A caso crees que soy estupido —negó señalándole con la galleta en la mano —No soy mi hermano.

Nico hizo un puchero, conteniendose por poco antes de estallar en risas.

—Pero si son igual de adorables —dijo lo peor que le podían decir.

Mi hermano se tocó el pecho ofendido para negar, era bien dramático... por eso se había llevado bien con Nico al parecer.

—Me has ofendido, yo que pensé podríamos ser amigos —se levantó de la silla para irse chocando con nosotros, mirándonos de arriba a bajo —De verdad, ofendido —gruñó viendo al chico molesto.

Mi hermano su fue a la habitación dejándonos solos.

Nico se volvió a reír a más no poder

—Tonto, eres tú quien me ofendió —dijo más para si, negando para vernos. Alzando una ceja al verme en brazos de Hades—. ¿Dejarlo invalido es tu nueva forma de consolar?

—Creo que si lo abrazo una vez más me romperá los brazos —asegure mirando a Hades.

—Yo no me arriesgaría —Amenazó serio.

El chico me dejo en una silla frente a Nico con poca delicadeza ignorando sus risas.

—Vine de canguro, parece —gruñó para si.

— Igual que en Santa Monica —sonreí triunfante, recordando esos días.

Mire a Nico recayendo en sus brazo sin saber que decir.

—Ustedes dos si que se volvieron cercanos...

El chico rió con cierto deje de alivio, apoyando su cara en su brazo bueno, se percató de mi acción para ponerse nervioso, acomodándose sintiendo su mano temblar bajo su cara. Me sonrió para disimular y vernos.

—Me alegra... —murmura sereno, bajando la mirada—. Espero que sea así por mucho tiempo...

Aparte la mirada para darle una sonrisa.

—Yo igual —comenté— si no a quien abrazaré—me reí un poco mirando a Hades para regresar a Nico— solo nos hace falta otra buena peda, cuando me quiten esto tal vez...

Me incomodaba que me vieran así, tan débil...

—Objeción —intervino Hades

—Ninguna —lo calló Nico riendo—. Te lo encargo, contáctanos cuando lo necesites.

—Seguro que si —sonreí cansado— sigo castigado por mi aventura de dos semanitas con ustedes, pero seguro me dejan ir teniendo a Hades de niñera.

—¿Ves, alteza infernal, lo confiable que eres? —bromeó, Hades desvió la mirada, gruñendo por lo bajo.

—Pero dime ¿Cómo está mi dios favorito? —Miré Hades llamándolo a la mesa—. Este ya dejo de verse así de malhumorada todo el tiempo, tienes que ponerme al día.

—Zeus tiene un partido importante dentro de poco, así que no lo hemos visto por los entrenamientos —Se encogió de hombros, ignorando mi último comentario.

—Lo extraña —Lo codeó, haciéndolo gruñir de nuevo.

—¿Y hay avances con tu chica? —pregunté emocionado.

Hades, por primera vez sonrió, y Nico, por el contrario, se encogió en su asiento, sonrojándose

—Oh si, ya lo creo —Se burló en voz baja, Nico lo asesinó con la mirada—. Tuvieron una linda reconciliación hace poco. Están más acaramelados que nunca, pobre el diabético que los vea.

—Ya quiero ver el día que tengas pareja —gruñó entre dientes.

—Seré tan ácido como ahora —Se relajó sobre la silla con una gran sonrisa, acostando su cabeza con sus brazos detrás de la espalda.

Hades era un amor oculto en esa fachada de chico malo... no muy diferente a mi en mis días buenos salvo que el si intimidaba y yo... en palabras de Cade era un Chihuahua.

—Reto aceptado, ya llamaré a Steff para conseguir a alguien que ablande ese corazoncito —amenazó, sacando su teléfono.

—No hay, no existe —declaró con diversión.

Extrañaba a los chicos, necesitaba un poco de platica que me despejara.

Pasamos un rato más platicando hasta que se hizo tarde, estaba cansado y seguro que mi hermano no tardaría en venir a joder que tenía hambre.

Me apoyé en Hades para llegar hasta la puerta y poderme despedir bien de ellos.

Miré a Nico sin saber que decir o hacer así que hice lo único que se me ocurrió y lo abracé con fuerza.

El chico se sorprendió mucho y tardó en reaccionar.

Una sonrisa triste se formó en su rostro e importándole un carajo su brazo, me tomó para abrazarme con la misma intensidad.

—Cuidate mucho, por favor...

—Tu igual... —dije soltando una lágrima— no me olvides quieres, sabes que puedes hablar conmigo cuando quieras no seré Cade para mandarte al carajo pero puedo intentarlo para que no lo extrañes.

Nico soltó una pequeña risa, pero en él se percibía la tristeza.

—Esta bien, lo haré siempre que pueda... —Apoyó su cuello sobre mi hombro—. Perdoname por no haber sido capaz de decirte algo bueno antes...

Negué para apartarlo un poco y poderle ver.

—No te preocupes, sé que no es fácil vernos el uno al otro hechos mierda —bajé la cabeza para proseguir— gracias Nico, por estar con él y hacer lo que yo no pude, se que no me quería decir muchas cosas para no hacerme sentir mal.

Solo quería protegerme, mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

—gracias por ser un buen amigo, por lo del funeral, por llevarme contigo esas dos semanas, cuidarme y hacerme sentir bien, querido sobre todo —baje la mirada— gracias por todo de verdad, no sabes la suerte que tuvimos de encontrarte y que fueras parte de nuestras vidas... yo...

Aparté la mirada de inmediato soltando unas lágrimas para limpiar de inmediato para que no las viera.

—Te quiero mucho Nico —le abracé soltando un ligero chillido— y gracias por decirle que me tratara mejor... no lo hizo pero aún así gracias.

—No tienes que agradecerme nada, cada vez que lo pienso más confirmo que... —Rió ante la idea, inconsciente una lágrima se le salió—. Digo, ese idiota y yo, los cuatro estábamos destinados a conocernos. Más bien el agradecido soy yo... —bajó la mirada, respirando con fuerza para poder hablar—. Son más de lo que pudiera haber querido...

A medida que habló, perdió fuerzas y se le hizo difícil forzarse a no bajar la mirada, un nudo se formó en su garganta y al hablar la voz le salió en extremo grave.

Miró por encima a Hades, quedándose por un instante callado, sumido en sus pensamientos. Rió por lo bajo y se limpió el rostro, mirándonos con cariño.

—Y estoy seguro que Cade pensaba lo mismo —me codeó con suavidad, sonriendo.

Suspiré cansado, para asentir y limpiarme las lágrimas que quedaron, le di otro abrazo fugaz para girarme y ver a Hades

—Rey del infierno —le mira abriendo los brazos— ¿Un último para el camino?

Ya esperándoselo, suspiró negando.

Evitando nuestras miradas, arrastró a Nico para tomarnos a ambos por los hombros hasta juntarnos a los tres y abrazarnos.

—Son peores que mi hermana... —gruñó con cierta tristeza.

Nos quedamos así por unos minutos, sentí un ligero frío en mi espalda y una parte de mí lo supo, éramos cuatro en este abrazo.

—Por cierto me la saludas, dile que cuando esté mejor la iré a ver para que por fin hagamos la cita que me prometío —le guiñe pícaro.

Hades rodó los ojos negando para sí, rompiendo el momento feliz al separarse del abrazo.

—Oh, seguro. Si puedes llevártela todo el día mejor, podré ver la televisión por fin sin su presencia encima —De solo pensarlo puso una mueca que se convirtió en burla—. Llevale flores, así si te rechaza quedarán bonitas en la sala.

— Si me rechaza ya sabes cómo funciona esto, así que tú decides un día sin tu hermana o todo un día conmigo pegado a ti —sonreí triunfante

—Tu cupo para afecto ya expiró enano, abrazaras la pared la próxima porque yo ya me fui —Sonrió forzado cogiendo a Nico del brazo apresurándose a irse.

—¡A-adios, Jens! —se despidió Nico

Los chicos se fueron casi al mismo tiempo que mis padres llegaron, ambos con los ojos bien abiertos al verme fuera de la cama, de pie y con una sonrisa en mi rostro.

—Jens —dijo Pa animado— nosotros fuimos por las compras, ¿Quieres comer?

Sonreí, para asentir apoyándome en mi padre para llegar a la mesa.

—Bien, me pelee con un hombre por el último batido de fresa —sonrió papá— sé que es tu favorito.

—¿Cómo es su favorito si ni siquiera lo prueba? —preguntó mi hermano confundido— digo pasa de su nariz a su estómago.

Mis padres le miraron molestos, negué divertido para ver a mis padres.

—En realidad quería saber si podíamos cenar pizza —pedí arqueando la ceja.

Papá dió un par de golpecitos a Pa emocionado, tratando de controlarse.

—Si, claro que si —dijo Papá controlando su emoción— ¿Con orilla de queso?

—Iniciemos con una normal —los calme un poco.

Papá asintió sacando su teléfono para pedirla antes de que cambiara de opinión, pasando a mi lado para besar mi mejilla.

Pa se sentó frente a mi para jalarme hacia él y abrazarme.

—Tal vez... podría intentar lo del medicamento —mencioné.

Pa suspiró tratando de controlarse, beso mi frente para verme.

—Claro que si cariño —sonrió— ¿Cómo estás?

—No estoy bien papá, pero ya me cansé de estar así —confesé— quiero seguir, me puedes ayudar.

La lágrima traicionera salió la cual limpie, había sido meses difíciles.

—Siempre Jens —dijo tomando mi mano— siempre estaremos para ayudarte, me alegro qué quieres hacerlo.

Asentí recargando mi cabeza en su pecho.

—Agradece a Cade —sonreí.

Pa asintió para besar mi frente.

La pizza no tardo en llegar y aunque solo pude comer media rebanada era lo máximo que había comido en semanas.

—¿Y qué pasó con mi auto? —pregunté mientras veíamos tele.

—Ahora es mío —sonrió Jake.

Negué viendo a papá esperanzado.

—Está en la cochera ¿Quieres verlo? —preguntó.

—Tal vez mañana —dije acomodándome en Pa bostezando.

¿Ya estaba mejor? No, pero había dado el primer pasó.

Si bien la plática con los chicos me ayudó pero no era una cura mágica, y el medicamento tampoco lo era.

¿Me llevaría mi tiempo? Si, evidentemente.

El tratamiento de la depresión es extenso viendo resultados después de varias semanas, un tratamiento mínimo de seis meses.

Tenía que recuperar todo el peso perdido, ganar fuerzas y llegar al peso estable para quitarme la sonda.

Tal vez volver a la escuela, había perdido unas cuantas semanas pero podía ponerme al tanto, no sería el mejor promedio pero eso estaba bien.

Tenía un camino largo pero no estaba solo, tenía a dos grandes padres que a pesar de los estigmas sociales criaron dos grandes hijos, mi bolita de odio la cual amaba ahora acompañado de un pequeño chico maravilloso.

Un mejor amigo al que podía confiarle mis secretos y estar seguro de que no los diría, una chica que apesar de nacer en la sombra era capaz de brillar por sí sola, un rey del infierno que me cuidaba desde lejos con un loco como ayuda.

Y él, el pequeño diablo que me seguiría por que al morir se llevo una parte de mi dejándome una pequeña parte de él la cual honraría viviendo mi vida como él no pudo.

Y aquí... aquí termina nuestra historia pero continúa la mía.

0... terminamos ❤️

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