¿Quién es Nico?

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El amigo del boxeador se acercó a él molesto por su actitud.

—Contrólate imbecil ¡Mira lo qué hiciste! —le gritó su amigo.

—Pero este maldito... —dijo entre dientes.

—Mierda —interrumpí levantándome aturdido, lo que me faltaba.

Me vieron con algo de pena.

—¿Cuál es tu problema? Le pegaste a mi enanito —me defendió Cade, sin claro tener la oportunidad de insultarme.

Le miré para hacérsela de pedo pues sus idioteces me hicieron recibir un golpe, pero al mirarle solo noté que su peluca se había caído.

Me acomode el pelo un poco pues no quería decirle "Oye tu peluca se cayó" para mi suerte entendió.

Localizó su peluca la cual sacudió sin problemas y se la puso, no dejaría ver que le afectaba.

Se levantó para examinar mi rostro.

—Mierda —murmuró el alto tocándose el cabello.

—¿Tú te lo rapas así... o es que... —los chicos se miraron entre ellos, el flaquito miró con pena a su amigo — discúlpate pendejo.

No supe que hacer, miré a Cade pero él solo se quedaba analizando la situación.

—Es... —me quedé pensando un momento— una apuesta —sonreí— si, eso es perdió una apuesta y se rapó.

Cade me miró poniendo los ojos en blanco.

—Tengo cáncer —confesó— vas hablando de respeto cuando le ibas a pegar un puñetazo a un chico con cáncer terminal.

Lo dije porque de verdad Jensen apestaba mintiendo, aún así quería ver sus caras de estupidos, en especial la del niño bonito.

El chico respiro, tratando de contenerse.

—Mira pendejo, ¿Noticia? ¿Cómo mierda iba a saberlo? Y para rematar, tú —remarco— empez...

—Ya está bueno —interrumpió poniendo un brazo para impedir que se acercara a mi, que buen amigo.

—Yo que iba a saber que eres una nena y te ofendes de todo —hice ver— además de que no he visto que te disculpes con este pendejo.

—¿Para qué? Hay que verte solo un segundo para saber que no necesitas que te alimenten más el ego.

Claro que tenía razón, pero no se lo haría ver.

—Nos podemos ir, me duele la cara —pidió Jens, sinceramente se le veía fatal.

Miré aquella botella que sostenía el otro chico, una botella no muy cara que bien podía pagar, pero no era eso.

—Yo sé que te puede quitar el dolor —insinué viendo la botella— creo que es justo lo que necesita, un poco de alcohol para olvidar que lo golpeaste y no tener que llamar a la policía.

—Cade —me llamó Jens negando con la cabeza.

—Sería una pena que los atrapen con una bebida alcoholica y por agresión a este, este pobre e inofensivo chico —sonreí.

El cara de ángel miró a Jens y suspiró, era buen chico por lo que sabía que lo sentía.

—Que puta conveniencia... —susurro mirando a su amigo.

—Relajate ya Hades —calmó su amigo nos observo a ambos y tras pensarlo sonrió— está bien, tengo una idea, traigo otro par en la mochila, ¿Qué tal si nos acompañan y olvidamos que esto pasó?

— Crees que esto es un picnic, no sabes con quien...

—Hecho, empecemos antes de que tenga que escuchar a estos dos seguir peleando —interrumpió Jensi cansado.

Antes de que dijera algo tomó la bebida para empinarsela sin más, si no había vomitado ya lo haría pronto.

Me senté y me dejé llevar, el tal Nico era bastante divertido pero Hades, Dios siempre parecía enojado.

—Iré a buscar a Stef —comentó Hades.

—Yo voy —dijo Jens levantándose a tropezones— no quiero estar aquí, me dan vergüenza.

Lo dijo quien apenas y podía sostenerse de pie.

Los chicos se fueron dejándonos a solas.

—Oye —señaló— bonita peluca.

—Lo sé, casi tan buena como lo era mi cabello natural, pero ya ves el cáncer es una mierda —comenté dando otro sorbo.

—Si no te molesta, ¿Hace cuanto te lo diagnosticaron? —preguntó curioso.

—Dos meses casi —hice cuentas.

—¿Lo llevas bien? ¿Qué tan grave es? —interrogó.

—¿Cómo se lleva el hecho de que vas a morir? —pregunté irónico— tengo cáncer en todo el puto cuerpo con un cinco por ciento de sobrevivir, pero aquí estoy bebiendo contigo.

—Mierda, que duro es querer vivir, ¿No es cierto? —Asintió más para si mismo— Yo aún quiero pensar que tengo alguna esperanza, pero sé que mi tiempo aquí también se agota, un par de tragos no me mataran ahora.

Me quedé pensando en lo que había dicho.

—¿Qué tienes? Sifilis —me burlé.

—No, estoy más jodido que eso —empezó— Básicamente unos cósitos en mi cerebro están dejando de funcionar, no mandan las órdenes a mi cuerpo y este deja de moverse. En cualquier momento se puede detener mi respiración, o mi corazón, y morirme como el propio pendejo. Pero estate seguro, mi silla de ruedas será la más chingona de todas, le pondré relámpagos y la llamaré McQueen.

Verga, la había cagado como siempre.

—Vaya mierda, no me disculpare por lo que dije, como dijo tu novio no sabía, pero si brindo porque estamos jodidos —arreglé.

—No te preocupes, Hades es un princeso, pero es mi mejor amigo y el que más se preocupa por mi —soltó una pequeña risa— Oye, me agradas, ¡Salud por eso!

Brindamos con las botellas de licor, era la primera vez que hablaba con alguien que estuviera en la misma situación.

—¿Te da miedo morir? —pregunté lo que de verdad quería preguntar.

—Lo he pensado varias veces, pero no lo sé, ¿Y tú? —contestó ayudando de nada.

—Creo que me da más miedo seguir viviendo así —confesé.

No quería pasar el resto de mi vida enfermo, entrando y saliendo de hospitales.

—Me he dado cuenta que mientras más consciente estamos de la muerte, estamos más consciente de que seguimos vivos —filosofo— Mi pregunta seria, ¿Quiero morir? No, aún no quiero, pero ya ves, no se trata de lo que quieras tú o lo que quiera yo, sino de asimilarlo: voy a morir, vas a morir, todos lo haremos. La muerta es la hermana de la vida, y la única que las separas es su prima, el tiempo.

Me quedé pensando, estarte muriendo te hacía ser más sabio.

—Que putada, a esta edad deberíamos estar preocupándonos por la escuela, amigos, amor, no por cuando se nos va a parar el corazón... y no queda mas que aceptarlo y ya está eso lo sé pero... lo que me da más miedo es lo que dejo, y no es nada.

Desde pequeño me prepararon para ser alguien, me dijeron que en mis manos estaban empresas millonarias, tendría un legado... un futuro prometedor, que sería alguien importante.

Per no, solo soy un niño rico más.

—Joder, si... amigos, familia, la vida que conoces... o también, ¿Alguien especial?

—Alguien especial puff... dejo tres hermanos, una empresa que ronda por el billón, y un mejor amigo que ni siquiera lo sabe.

—Deberías decirle —sugirió— con Hades siempre es molesto, pero es el amigo más leal que tengo, y él lo sabe. Él, mi hermana, mi madre, y un grupo de maniáticos genios, son todo lo que tengo.

—Tu no viste la cara que pusiste cuando te dije que tenía cáncer, tu un chico que no me conoce... no quiero esas miradas por lo poco que me queda de vida, me encanta ser el centro de atención pero no la quiero de esa manera —confesé— deberías preocuparte, yo simplemente me morire un día, pero tú lidiaras con esas miradas cuando estés en esa silla de ruedas dependiendo de alguien.

—Ya lidio con ellas... Lo hago desde que tengo memoria —susurró, viendo el contenido del vaso derretir el hielo— ¿El estudiante "favorito" de los profesores que siempre falta a clase, pero nunca reprueba? Yo. ¿El infeliz privilegiado que se queda en la banca mientras los otros son jodidos corriendo en el gimnasio? Yo, de nuevo. ¡El maldito al que siempre están defendiendo! —Sonrió para mirarme.

Apenas y me imaginaba lo que era estar enfermo por un tiempo, yo no lo hubiera soportado.

—¿Adivinas? —dijo monótono tomándose la mitad de la botella— No te juzgo porque no quieras, es horrible, me sentía patético, inútil, miserable, y se pondrá peor. Por eso decidí que mientras pueda caminar por mi mismo, no me detendré por nada; sin embargo, ¿Te cuento algo?

No quería pero ya me había metido en esto así que solo asentí.

—¿Sabes que considero más insoportable que esas miradas? La soledad, no tener un amigo con quién hablar mientras sigo andando por mí, eso me mata, a pesar de que mi corazón sigue latiendo.

—Te admiro por eso cabron, pero yo no puedo... soy ese chico que todos conocen, primer lugar en todo desde el Kínder, no era el favorito porque soy un idiota y eso me encanta... —sonreí recordando— pero si se sabe dejare de ser todo eso, la única parte de mí que esta puta enfermedad no me a quitado aún, la parte de mí que planeo mantener hasta mi muerte.

Estaba seguro de mantener esa promesa.

—Y si, tal vez mi mejor amigo no lo sepa pero es mejor así, no podría soportar la idea de que se pasará los días pensando en si ese podría ser el ultimo, temeroso de una llamada que se lo confirme, quiero pasar mis últimos días con un Sammy feliz que con uno aterrado ¿No crees?

—Lo creo... quería lo mismo, pero ese maldito es muy listo —comentó con una pequeña risa— demasiado... que puto. Siempre me protege, pero yo no fui capaz de hacer lo mismo, lo odio por eso, nunca se deja cuidar. Espero Sammy sepa apreciar lo que haces si sucede lo peor.

—Estoy seguro que me odiará en un principio, pero después lo entenderá.

Nos quedamos en silencio hasta que decidí preguntar.

— Y tú, ¿Dejas algún amor?, novia o novio claro aparte de Hades —pregunte.

El chico se puso rojo cual tomate pero enseguida bajó la mirada con cierta tristeza.

—De hecho... hay una chica que... —gruñó en un susurro—. Frustrante, sería la palabra que define nuestra relación, al menos según yo.

—Interesante, ¿Quién es la dueña de de tu corazón pequeño Nico? —sonreí.

—Dueña... —Se tapa parte del rostro con la botella—. Amu, bueno, Amanda.

—¿Es linda? —pregunté intrigado.

—¿Físicamente? Hermosa, es blanca, pero no pálida, es pelirroja, tiene pequitas en la espalda, hombros y unas cuantas en sus mejillas, tiene unos ojos marrones que te derriten y una sonrisa que... —suspiró—. Me acelero de solo verla.

—Viejo me he besado a tantas así —sonreí al recordar a la chica de hace un rato.

Él negó con la cabeza poniendo los ojos en blanco.

—Es de mi curso, la conocí hace un año cuando, literalmente, perdí a mi mejor amigo de la infancia y quien me gustaba entonces, que era su novia —sonrió amargamente—. Llegó en un mal momento y esfumó todo mis malos pensamientos, ¡Curó incluso mi golpe! Aún sigo preguntándome: ¿Quién trae curitas a clases? Es una chica muy peculiar.

Lo decía con tanto amor.

—Peculiar —repetí tomando un trago— ¿En qué sentido?

—Veamos, es muy buena en casi todo lo que hace, salvo en artes, no sale de los dibujos de palitos y eso la hace adorable, además, no le digas, pero canta horrible —contó riendo en voz baja.

Este chicho estaba enamorado.

—Curitas, siempre trae encima, dice que porque fue muy torpe de niña, está preparada para todo, sin embargo, nunca la vi desafiarse a si misma, supongo que en eso es distinta a mí —comentó—parece de esas chicas que son fáciles y tontas, pero realmentes es todo lo contrario, es muy dura, consigo sobretodo, y rara vez es impulsiva, solo ha habido un par de veces en que la he visto dejarse llevar por sus emociones y es cuando más débil se ha encontrado... —susurró queriendo enterrar sus uñas en el vidrio—. Pero intento no pensar en eso, le prometí no matarlo...

¿Quería algo así? No, ya me bastaba con el drama de mi rubia.

—Debe ser lindo estar enamorado a tal punto de querer matar si le hacen daño, por otro lado no estás en posición de hacerte esto, lo que tu necesitas y te lo digo de corazón es algo fugaz que te de placer —señale con la botella.

—No te niego que me encantaría... muchas veces traté de olvidarla, no me corresponde y hasta hace poco estaba con otra persona, pero... —murmuró sosteniéndose la frente para llevarse atrás el cabello.

No puedo negar que en ese momento se me hizo lindo, el alcohol me bajaba los estándares.

—¿Cómo te explico? Estoy jodido, la veo y suspiro, hablo con ella y me pongo nervioso, sonríe y sonrío, llora y quiero arrancarme los ojos, no soporto que esté mal. Hoy la vi y... —yup, estaba perdidamente enamorado—. Lo sé, soy un maldito idiota...

—Estas fregado no hay otra palabra, F por ti —dije para beber un sorbo— pero haré algo por ti, ¿Alguna vez has besado un hombre?

Siempre puto nunca imputo.

—Dos veces, una hace años por un reto, y la otra cuando casi beso a Hades por accidente, era su cumpleaños y estábamos ebrios, aunque, te confieso, no me disgustan los hombres —dijo mirándome, aún calvo lo prendía al cabron—. ¿Por qué? ¿Quieres ser el tercero? —se burló intentando recuperarse del depresivo momento anterior.

—Mi Niño ahora sabrás como besa un Dios —aseguré.

Riendo se giró para mirarme incrédulo, probablemente pensó que no lo haría pero yo no me ando con mamadas, o tal vez sí dependiendo de que tan ebrio esté en un rato.

Tome su rostro con mi manos para jalarle hacia el frente, chocando sus labios contra los míos.

Este chico era virgen, podía saberlo con solo meter mi lengua en su boca... una especie de don.

Abrió tanto los ojos que pudieron salirse de sus cuencas, sin embargo, en vez de separarme o empujarme solo subió las manos para tomarme de la camisa aprisionandome más hacia él, entreabriendo su boca para darle paso y transfundir más el beso.

Segundos... minutos, empezábamos con el manoseo, iba a desvirgarlo.

Mierda que se quedó corto, el alcohol y la intensidad de sus movimientos... si llegaríamos a las mamadas.

Podía ver que hacía tiempo que no se quedaba sin aire, nadie lo había besado como yo y probablemente nadie lo haría.

Todo hubiera seguido de no ser por la aparición de alguien quitándole la botella de un jalón que aún tenía Nico en la mano.

Capitulo escrito con la grandiosa Keniteitsuki en este crossover con Frases para Amanda (próximamente) Parte 2/3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro