¿Quién es Papá?

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Dormí todo el camino hasta llegar a casa, no dije nada solo me metí a mi habitación.

—Jensen —me llamó mi papá.

—Ahora no —dije tirándome en la cama.

—Si, ahora si —me gritó mi Pa— ¿Qué te pasa? y no me digas que es porque no te damos espacio...

—¡Damian! —lo calmó mi papá.

—¡No Jon!, a nuestro hijo casi lo matan hoy por no decirnos la verdad —le gritó también a él.

—¿Qué pasó? —entró papá a la pelea.

—Perdí el vuelo y no quise llamarlos —mentí.

—Sin mentiras —regañó— ni una más, ¿Con quién estabas?

—Ya lo saben...

—No, claro que no porque llame a los padres de Percy y ellos estaban en el lago pasando el fin de semana, ya Percy nos contó el favor que le pediste —regañó.

Mi cuartada se había venido abajo pues había dicho que los padres de Percy serían los chaperones, mierda Percy me había delatado.

—¿Qué pasa contigo? Tu no eras así Jensen, en qué momento comenzaste a mentirnos y poner tu vida en riesgo... carajo Jensen ¿Por qué haces esto? No ves que nos estás decepcionando...

Sus palabras me dolieron...

—Por Cade —solté, no soportaba más.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Tiene cáncer de acuerdo —confesé— estaba trabajando para él... filmándolo para mandar sus videos cuando muera, me convenció de ir a Santa Mónica para ver a su hermano porque se le está acabando el tiempo...

Pa suspiró y se sentó a mi lado en la cama.

—Hizo molestar a un tipo y recibí un golpe por él... luego nos empedamos y ya, el idiota se fue y me dejo en Santa Mónica a volver a mi suerte... estás contento —le conté— lamento no ser un buen hijo para ustedes.

Mi padre suspiró para negar con la cabeza.

—Lo siento, no debí decir eso —se disculpó atrayéndome a él para abrazarme— estaba molesto y hablé sin pensar.

Mi papá se unió al abrazó para besar mi frente.

—Habláremos con sus padres —murmuró papá molesto.

—No, no lo harán —ordene— nadie debe saber.

—Te dejó solo...

—Y ya está, estoy bien —los calme— dejaré de trabajar para él y listo.

Ellos se lo pensaron.

—Es lo único que quiere, que no se sepa —pedí.

Terminaron por aceptarlo y claro me castigaron.

Desperté cansado, Dee se había quedado dormido a mi lado.

—Crees que no lo sé —dijo mi mamá.

La miré cansado, estaba sentada frente a mi.

—Ahora no, Dee duerme —gruñi.

—Tienes cáncer lo sé —murmuró— crees que no se que mi hijo se va a morir, tu ibas a heredar esto y ahora tenemos que resolver eso—gruño.

—Lamentó estar enfermo —solté molesto.

Me di vuelta para abrazar a mi hermano quien empezaba a despertar.

Ella salió de mi cuarto molesta.

Habían tenido hijos solo para eso.

A la mañana siguiente me fui a la escuela, no quería quedarme en casa haciendo nada.

Llegue a donde estaba la rubia esperándome.

—Cade —saludó como siempre.

—Rubia —sonreí.

—¿Hiciste la tarea? —pidió nervioso.

—Claro que la hice —contesté, él no iba a cambiar.

Saqué mi cuaderno para dárselo, viéndole me quedé pensando en todo lo que me había dicho Nico.

—Salimos mañana —sugirió— yo invito esta vez.

—Ya te devolvieron tu mesada —me burlé.

Él solo sonrió torpe, y mostró su dedo medio.

—Bueno iré a orinar —murmuré.

Pasaba seguido, ahora mi vejiga era del tamaño de una nuez.

Llegué a la escuela con las miradas sobre mí, un nuevo golpe adornando mi rostro lo que no era nada bueno.

Ahí estaba él, Percy me abrazó pero lo empujé molesto.

—Que buen amigo —me quejé.

<Lo siento, pero estaban preocupados y dijeron a mis padre que te habían asaltado y te habían lastimado... llamaron para preguntar porque estabas solo > explicó <no era mi intención, lo siento>

Se veía acomplejado y era lo que menos quería.

—Está bien, no debí meterte en eso —murmuré.

<¿Estás bien?> preguntó viendo mi rostro.

—Un golpe y aún no escucho con el oído derecho, pero todo bien —lo calme.

Él asintió y dió palmaditas en mi hombro, en ese momento vi a Cade entrar al baño.

<¿Me dirás a qué fuiste a Santa Mónica?> preguntó abrumado.

—Tal vez —contesté viendo a Vic's— pero ahora cúbreme, no quiero un discurso.

<Ni yo escucharla, mierda porque no fui sordo en vez de mudo> gruñó viéndola acercarse.

Me fui al baño para encontrarlo y acabar con esto de una vez.

—Jensi —sonrió.

En ese momento no me importo si tenía cáncer llegué y lo aventé contra la pared.

—¡Eres un puto idiota! —le grité.

Vaya que el pequeño idiota no soportaba nada.

No había nadie porque de haberlo ya habrían salido.

—Oh no es para tanto —trate de calmarlo.

—Cancelaste mi boleto y tuve que volver por mi propia cuenta —me gritó aún sin soltarme.

—Te pagaré lo que gastaste en el autobús —trate de que se tranquilizara.

—No cabron esto se acabó —dijo para por fin soltarme.

Si que se lo tomaba muy a pecho.

—Oh vamos Jensi no te pongas así —dije fastidiado.

Él no me hizo caso solo sacó de su mochila el teléfono y una bolsa con dinero.

—Me niego a seguir trabajando con alguien tan egoísta como tú —reprochó.

—A ver tal vez me pasé dejándote solo, pero no es para que actúes así —le baje, estaba siendo muy infantil.

—Estuve en un autobús con olor a pies por casi ocho horas —se quejó.

—Oh pobre de ti —me burlé— de verdad, no te comportes como un niño.

Él solo me miró y negó con la cabeza.

—Casi me matan —dijo entre dientes.

—No seas tan exagerado —puse los ojos en blanco.

—Dispararon a un lado de mi cabeza todo por veinte dólares que fue lo que me quedó...

—Jens —lo detuve sin entender.

—No escucho con el puto oído derecho, porque de no haber sido tan idiota por una sola vez en tu vida yo no me hubiera subido a ese autobús y no me hubieran asaltado —dijo con un nudo en la garganta— así que si, se acabo porque te he seguido como un idiota con tal de darte lo único que querías pero me cansé.

—Oye yo...

—Solo déjame tranquilo, total no falta mucho para eso —murmuro saliendo.

Había hecho enojar tantas veces a Jensen que conocía bien esa mirada pero esta vez no era esa que me decía que me odiaba, era más profunda... le había hecho daño.

Aunque trate de hablar con el había estado todo el día con sus amigos y no parecía que se fuera a separar.

Llegue a casa cansado de este día, Liam estaba haciendo la tarea en la sala así que me quedé con él por un rato mientras hacía mi tarea, no dejaría caer mi promedio.

—¿Estás bien? —preguntó mirándome.

—Claro —le sonreí.

—Te ves triste —murmuro.

—¡Estoy bien de acuerdo! —le grité.

Él solo asintió y siguió con su tarea.

Suspiré abrumado.

—Perdón no quería gritarte —me disculpe.

—Está bien —dijo— puedes contarme.

—Mejor dime, ¿Te gusta Eve? —pregunté interesado.

Él se puso rojo y negó con la cabeza.

—Venga es linda —lo animé.

—No estoy para tener novia en este momento —murmuró.

—¿Por mi? —pregunté serio.

—No todo es sobre ti —dijo sin mirarme.

Le miré fijamente hasta que cayó ante mi.

—Si, es por ti —acepto.

—Por mi mejor, necesito morir sabiendo que ya no eres Virgen por favor —pedí.

Iba a decir algo cuando entró mi hermanito confundido.

—¿Todo bien? —pregunté riendo.

—Bueno me disculpe con Jake —miró extrañado.

—No tenias que hacerlo —le dije.

—Si tenía —regaño Liam.

—El punto es que me esperaba que me la regresara —explicó— y él fue...

—Un idiota, pequeño cabron como siempre...

Me detuve pues Li me dió un golpe por debajo de la mesa.

—Fue amable —soltó— hablamos todo el recreo y es buena onda.

—¿De que hablaron? —pregunté, empezaba a creer que Jens había hablado.

—Bueno de mucho y lo termine invitando a mi cumpleaños —dijo extrañado.

—¿Cómo por que Dee? —pregunté más confundido.

—No lo se, se disculpó por todo lo que me a hecho y le gustan los videojuegos, el pastel —se defendió— entre en pánico.

—Dean eres un tonto...

—Déjalo —ordenó Liam— está bien si lo invitaste, es tu cumpleaños.

Dean asintió, se sentó hacer la tarea con nosotros como hacíamos desde que tengo memoria.

Había sido un día largo, vaya que había sido largo pues Vic's se la pasó dándome sus discursos que más parecían regaños.

Por su lado Percy me acosó toda la tarde para que le diera respuestas sobre porque había desaparecido todo el fin de semana.

Agotador.

Llegue a casa donde ya estaban mis padres preparando la comida, hoy tocaba pizza por lo que no me quejaba.

Habían cosas que no me producían nauseas y la pizza lo hacía pero era deliciosa como para soportarlas.

Después de ponerme la pijama me senté en la mesa para disfrutar de esa deliciosa pizza.

—Te llevaré al hospital cuando acabes de comer —informó papá— quiero que te revisen el oído.

—Papá tengo puesta mi pijama de comer pizza, no puedes pedirme nada con esto puesto —gruñi.

Mi papá solo sonrió y negó con la cabeza.

—Te llevaré con esa pijama de ser necesario, tu decides —sentenció.

Tome el pedazo de pizza, con su orilla rellena de quesito, con piña y jamón, así es la pizza con piña es la mejor, y tu y yo nos partimos la madre de decir lo contrario.

Mi hermano devoró su pizza como era usual, yo solo resistí una rebanada y dos papas fritas.

—¿Entonces quién me llevará? —preguntó Jake molesto.

—Tengo turno y tu pa se va el viernes a una reunión —explicó papá— así que te llevará Jens.

—¿A donde lo llevaré? —pregunté confundido.

—A la fiesta de Dean Hope —contestó.

Casi me ahogo con la tercera papa frita.

—No iré a su casa —gruñi.

—¡Fue tu idea! —atacó Jake.

—Yo te dije que lo dejarás de molestar —le recordé— que fueras amable.

—Eso hice, no es mi culpa ser encantador —se defendió.

—No te llevare —me quejé.

Pero mis padres me obligaron porque claro yo estaba castigado de por vida.

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