¿A qué había venido a la casa de Cody?

Bien, la idea era simple.

Cuidar al hijo de ambos juntos por todo un día y entonces quedarse a dormir en su establecimiento, mirando alguna película o algo que los mantuviera enfocados por un buen tiempo hasta que el cansancio los consumiera, vagando con Morfeo en la realidad de los sueños eternos.

Pero todo dió un giro cuando repentinamente en vez de bañar al gato tras entrar dejando atrás la puerta, terminó empapándose junto al felino.

Juraba que tenía un tic en el ojo por la montaña rusa de las emociones negativas que lo recorrían ascendiendo y descendiendo dependiendo el nivel de la escala, soltando gruñidos de cólera y entre otros más.

"¡Te ves taaaan lindo ahí metido con Codymaster Jr! Vamos, lava a tu hijito con el jabón, Noiki." Él no tenía derecho a burlarse según su criterio, ya que no tenía que estar sufriendo el roce del agua fría contra su cuerpo, gotas que ni con un santiamén curarían un posible resfriado.

Había ocasiones en las que era asintomático, pero en esta misma hasta ya estaba estornudando en la ducha y el castaño hacía de todo menos importarle su estado.

Le sacó el dedo obsceno con enojo al ser un friolento excesivo, sin ejercer batalla contra sus impulsos que le indicaban demostrar su inminente enfado. Más allá de la reflexión, solo rodó sus orbes. Abrazandose a si mismo con un temblor formando un viaje por toda su columna vertebral, sin cesar su movimiento instantáneo que representaba el como caía el llanto de la lluvia.

"Te odio." Repudiaba cualquier contacto con el líquido a menos que fuera por necesidades básicas. ¿De ahí en más? Se sumergía en la aversión de su ser hacia el recurso abundante para la vida.

"Yo también te amo. Bien, a la una, a las dos..." Cody empezó a forcejear para agarrar un balde, con el moreno evaluando las consecuencias y arropando a su cría con su manto.

"CODY NO, CON ESO NOS VAS A AHOGAR A LOS DOS." Noah se encogió en su lugar, cubriendo aún más las orejas de su hijo con miedo a que esa cantidad lo lastime.

Y así experimentó la desgracia súbita que era sentir desparramarse el fluido congelado, mezclándose con shampoo y mojando de más su ropa que estaba perfectamente acomodada.

Se escapó con tal de no presenciar otro riego, dejando solo a Anderson con su michi. "V-voy a cambiarme de ropa... YA VUELVO, NO LE HAGAS NADA A MI HIJO."

El ojiazul se quedó con la palabra en la boca, portando un aura de decepción y con una pose dubitativa por las palabras de antaño.

"Mi hijito... está m-muy lindo." Señaló al animal chiquito, aunque le fastidió que su mano fuera apartada.

"Te estás enfermando. No le contagies tus gérmenes a mi niño..." su lengua se estiró en su dirección con disgusto falso, era poseedor de la intención de provocar la irritación en Noah.

"Esto es tu culpa." Y vaya que enfureció. Hasta lo apuntó con la yema, cómo si fuera un juez después de descubrir al culpable de un cruel caso homicida organizado por un maniático.

"¿Qué importa? Hagamos algo para darle de comer." Se cruzó de brazos, alzando una ceja y considerando las probabilidades de que la respuesta de Noah estuviera repleta de ira.

"¿No tienes comida?" Parpadeó incrédulo al contemplar cómo Cody asentía con sequedad, sin ninguna pizca de culpa. "Qué padre más irresponsable. Ni sé cómo sobrevive mi hijo en tu custodia la verdad, hasta yo cuido mejor a mi perro-" sobó su cabeza, extrañaba a su canino. Hasta era más tranquilo que esto.

"Cállate. Tú eres peor influencia que yo y no puedes negarlo, Noiki." Susurró audible y desafiante, con su postura firme que imponía resistencia pese a que el delgado siempre era alguien despreocupado e imposible de intimidar.

"Al menos yo si tengo comidas para mascotas, tomatito enano. No cómo otros que dejan a sus hijitos morir de HAMBRE porque de lo buenos dueños que son se olvidan de sus N E C E S I D A D E S." Hizo énfasis en la última parte, así haciendo comillas al pronunciar 'otros', refiriéndose exclusivamente a él.

"¿¡Encima lo llamas una mascota al ser NUESTRO HIJO!? Ya está, ahora es solo mi hijo y-" fue interrumpido abruptamente porque el bronceado lo calló con un beso de corta duración, que invocó al rubor en él.

"Porfavor, con eso calla tus balbuceos y hagamos algo de una vez... ya es muy de noche y dudo que haya algo abierto para comprarle." El menor achinó sus párpados con el cabello revuelto. Sin más opción que la obligatoria elección de obedecer al lector, solo suspiró rendido.

Básicamente solo era hornear algo cómo un pescado para el chiquitín de ambos y ya.

Noah ni siquiera comprendía que había salido mal.

Lastima que la idea se ejecutó horriblemente, y ahí podías ver a Noah con un extintor, apagando las llamas en un hogar ajeno.

"APÁGALO, ¡APÁGALO! CODYMASTER JR NO PUEDE PERDER SU NARIZ YA QUE SI LO HACE PIERDE SUS ENCANTOS." Su palma tapaba el olfato de la mascota, la cual se mantenía cómo una espectadora de la caótica situación.

Cody en un acto de pánico quiso tirar una sartén hacia el fuego para que este se extinguiera, pero a fin de cuentas esta rebotó con la gravedad jugando en contra de su existencia, dándole en su cara y haciendo que se caiga.

"No sabemos hacer nada bien- ... CODY, TE DIJE QUE CUIDES AL NIÑO MIENTRAS HACÍA ESTO. " escuchó el utensilio de cocina hacer un alboroto al impactar en el gélido suelo, admirando cómo también su pareja estaba inconsciente o eso era a lo que se asemejaba en el terreno.

Todo lo abrumaba y sentía que estaba enloqueciendo.

Dispersó el humo moviendo sus extremidades, así cuando espantó a todo lo brillante, mandó a volar su elemento. Sujetó al gatuno grisáceo y tomó a Cody de su antebrazo al estar tirado y no tener movilidad, pero algo lo detuvo.

O mejor dicho; alguien.

"Tú... ¿qué le hiciste a mi hijo?" El de procedencias indias dejó ir al de dentadura faltante al ser percibido cómo un ladrón o hasta secuestrador, levantando el soporte de su pulgar con ingenuidad mientras silbaba.

"Ah... Oye, Noiki, ¿Qué pasó? Ese sartenazo me dejó viendo estr- ..." El joven al apreciar a su progenitora se tensó, la localización estaba hecha un desastre actualmente y ni hablar de que ya era obsidiana prácticamente.

"¡CODY EMMETT JAMESON ANDERSON! ¿ME PODRÍAS EXPLICAR QUÉ PASÓ AQUÍ?" Noah le arrebató al gatuno con rapidez, con una mueca neutral.

"Eh... Solo he tenido algunos problemas. Pero mamá, este es mi amigo Noah." No le quiso dirigir la visualización a aquella que lo había creado, siendo su descendencia ya que ya disimulaba sus nervios.

"Con qué amigo, ¿eh?" Frunció el ceño indignado. ¿Pero qué más se podía esperar de Cody?

Lo amaba porque él era único en todos los aspectos, si.

Pero ahí justamente está la dificultad; el único e inigualable Cody Anderson huyendo de la escena del crímen en apuros cómo siempre, abandonando en soledad a quién sea que fuera su compañía pese a ser su mismo invitado, antes de ser seguido por la persona.