Capítulo 16

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Ayer en la noche me encontraba algo ansiosa sobre qué tramaban los chicos para que los conociera mejor, hoy, después del ensayo de la obra no puedo hacer otra cosa que evitarlos por los pasillos.

No han sido ideas mías, algo ardía en el escenario, la pasión y los sentimientos solo nublan los otros sentidos, prefiero mantenerme alejada de cosas como esas.

Regreso a mi dormitorio en busca de algunos libros. En los pasillos algunas chicas ríen y susurran sobre algo mientras se reúnen en el exterior de una de las habitaciones.

Intento hacer oídos sordos y continuar mi camino, aún así capto imágenes de lo que llama la atención de las otras.

El interior de la habitación en las que todas se encuentran reunidos está destrozados.

No es algo muy habitual por aquí que esas novatadas sean hacia alguien que posee una habitación por está zona.

Continuó mi camino.

Después del almuerzo me acerco a Nolan en unos de los pasillos menos transitados de la academia.

–Hola, hermosa –saluda coqueto el pelirrojo.

–Hola, ¿cómo sigues?

–No moriré ¿ y tú? Te has enterado lo que sucedió en la tarde.

–No se de que me hablas –espero a que continúe hablando. La información es poder, yo amo el poder.

–No sabes de la chica nueva.

–¿Qué chica nueva? –diariamente llegan y mueren estudiantes.

–Ayer a comenzado una chica nueva directamente le han asignado una habitación individual, se dice que la reclutaron de un internado el cual antes de irse causó más de veinte horribles muertes entre estudiantes y profesores, supongo que fue verdad. Ha muchas chicas no le ha gustado que a la recién llegada le dieron un cuarto con comodidades que ellas no tenían y han destruido todas las cosas, literal hasta hicieron añicos la cama –recuerdo el cuarto que vi cuando iba en busca de mi libro.

–¿Cómo ha respondido la chica?

–Algunos la vieron ir a hablar con el consejo estudiantil y con Ophelia, más allá de eso no ha movido un dedo.

–Estás seguros de que los rumores sobre cómo ha llegado aquí son cierto.

–No sé, solo te cuento lo que he escuchado por los pasillos. Ahora debes pagarme por la información –me sonríe.

–¿Qué quieres por esta tan valiosa información? –me acerco más al cuerpo del chico fingiendo inocencia.

Nolan simula estar pensando.

–Creo que por ahora con un beso quedaré conforme –le muestro mis dientes antes de unir nuestros labios.

El beso no es demasiado largo debido a la algunas personas se acercan y yo me alejo rápidamente del pelirrojo.

Continuó mi camino con los labios algo rojos e hinchados.

–Hola querida Julieta –me alarmo por la voz que me saluda desde atrás llevando los dedos a mis labios.

–Hola –mierda he logrado evitarlos todos el día y precisamente me encuentro a Ander ahora.

–¿Ha donde vas? –pregunta alcanzándome, mientras no dejo de caminar.

–Clases –las palabras cortas y cortantes salen automáticamente de mí.

–Te acompañó –me sonríe.

–Puedo ir sola, no pretendo escapar ni nada por el estiló nuevamente.

Ander ríe como si acabara de decir el mejor chiste de la historia.

–Se que no escaparás, pero la llegada de la nueva chica tiene el ambiente un poco revuelto, prefiero ir contigo.

–Dudo que nadie se atreva a hacerme nada, no conozco a la nueva pero puedo asegurar que deben tener más miedo de mí.

–Ha venido ha hablar con nosotros antes debido a un accidente con su dormitorio te caerá bien. Es como tú.

–¿Cómo yo?

–Explosiva.

Algo en mí se despierta, debo conocer a esa chica.

Después de las palabras de Ander me sigue en silencio hasta clase de envenenamiento, donde continúa su camino.

La clase avanza con la lentitud habitual mientras garabateó mi firma en la última hoja de la libreta.

Nuevamente me encuentro de regreso al dormitorio, en esta ocasión la habitación de la nueva está cerrada y sin chicas husmeando afuera.

Me dejo caer en la cama agotada.

Unos gritos, pasos apresurados llaman mi atención, levanto mi cuerpo perezoso y salgo al pasillo.

Una morena de 1.65 metros sujeta a Dakota del cuello. Asiendo que gran parte de su cuerpo salga por la ventana.

–Se que has sido tú la de la idea de meterse con mis cosas.

Por sus palabras se que es la chica nueva y no esperaba menos de Dakota si alguien ha planeado acabar con la habitación de otro estudiante lo más probable es que allá sido ella.

Me acerco a las chicas en la ventana.

–Está prohibido matar a otro estudiante –la alertó.

La chica mira hacia mí.

–¿Y tú quien coño eres? –escupe llena de ira.

Por sus ojos se que si no hubiera interrumpido no dudaría en lanzar a la chica.

Muevo mi cabellera rubia antes de presentarme.

–Katherina Berlusconi, la hija del director.

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