[48] Te necesito.

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Oscar

Estoy en mi baño, limpiando la sangre que emerge de mi labio inferior, y aprovecho que estoy aquí para asearme. Luego salgo de este con una toalla rodeando mi cintura. Debo vestirme, tengo que ir a hablar con Isabela.

Aunque, ¿qué le diré con exactitud?

Que la quieres.

Ya se lo he dicho.

Estaba durmiendo, no cuenta.

No puedo simplemente ir y  decirle que la quiero.

¿Por qué?

Porque no, primero debemos hablar de otras cosas. Quiero saber por qué ella y mi hermano se besaron. No llegué  a preguntárselo a Ángel, el muy cínico se fue luego de haberme dejado en el suelo. Aunque no me quejo de los golpes, me lo merecía.

Sí, porque hacerle una escena de celos ahora en este momento es una buena idea.

En ese momento la puerta de mi habitación se abre, giro mi cabeza y me encuentro con esos ojos verdes. Ella cierra la puerta al introducirse.

—Tengo que decirte algo que... —Sus ojos bajan a la toalla que rodea mi cintura—. Perdón, no sabía que estabas así, debí tocar antes de entrar —dice con rapidez y noto cómo sus mejillas se tornan algo rojas.

Sus ojos vuelven a subir a mi rostro y noto que sus cejas se arrugan.

—¿Qué pasó? ¿Se han peleado? —pregunta.

Noto la preocupación en sus ojos mientras camina hasta llegar a mí.

—No fue nada. —Me encojo de hombros.

—Pero ¿estás bien? —Su mano se posa sobre mi mejilla, donde ha comenzado a ponerse morado. Su simple tacto hace que el dolor no me importe.

Mi mirada baja a sus labios. ¡Cómo los he extrañado! Sé a la perfección que son tan suaves y dulces como se ven.

Ella nota mi mirada y trata de alejarse. Pero coloco mi mano sobre su cintura, evitando que lo haga.

No lo pienses tanto.

—Estoy enamorado de ti —confieso, haciéndole caso a la voz en mi cabeza—. Sé que hemos compartido muy poco tiempo, pero para mí ha sido más que suficiente. Sé que te he hecho daño y no sabes lo mucho que lo siento, no quería ser la causa de que volvieras a terapia...

—No es tu culpa —dice bajando su mirada y coloca su mano sobre mi pecho, tratando de mantener ¿distancia?—. Solo lo dije porque sabía que si escuchabas eso, te alejarías de mí, y en ese momento era lo que quería.

—¿Aún quieres eso?

Ella aprieta sus labios y niega con su cabeza.

—No quería que estuvieras conmigo por lástima —dice en un tono casi inaudible.

—No siento lástima por ti, Isa, solo estaba preocupado. Pero si había algo que tenía claro, es que quería estar a tu lado para que sanes lo que tengas que sanar.

—¿De verdad? —Ella sube su mirada.

Entonces me encuentro con esos ojos preciosos que posee. Noto que está luchando contra sus lágrimas.

—Sí —digo acunando su rostro—. Mira, no puedo prometerte que no nos haremos daño, que nos equivocaremos, porque lo haremos. Pero no me importa si destruyes mi mundo, siempre que tú estés en él.

—Oscar. —No la dejo hablar.

—Te quiero, ¿sí? Más de lo que puedes llegar a imaginar, más de lo que me gustaría aceptar y mucho más de lo que creí que era posible. Sé que podemos hacerlo.

—Yo también te quiero.

Mis manos acarician sus mejillas y no puedo evitarlo, uno nuestros labios.

No es un beso intenso ni apasionado, es dulce y delicado. Es un beso que grita: "Te había extrañado". Y sí que lo había hecho.

Siento como ella toma mis manos y las retira de sus mejillas, para posarlas sobre su cintura. Sus brazos rodean mi cuello, eliminando cualquier distancia entre estos. No noto que estamos caminando hasta que siento mi espalda chocar con la pared. Mis manos bajan a su trasero, apretándolo, y eso la hace gemir.

Eso es música para mis oídos.

Sé que debemos detener este beso o bajar la velocidad, de lo contrario, ya sé cómo terminará. No es que me moleste el hecho de hacerla mía una vez más, pero no quiero llevar todo a velocidad otra vez. Podemos ir más despacio, creo que sería lo mejor.

—No tenemos que... —digo yendo contra todo lo que quería, terminando el beso—. Podemos ir más despacio,  no quiero... —Ella me interrumpe.

—Yo no quiero que vayamos despacio, porque ahora —sus manos desatan la toalla de mi cintura, haciendo que esta caiga al suelo— te necesito.

Esas palabras son suficientes para mí.

Así que en un movimiento rápido la coloco contra la pared. Mi boca y mis manos van a sus senos, dejándolos libres, y comienzo a darle la atención que merecen estas maravillas. Mi mano disponible se desliza entre sus piernas, entonces hago a un lado sus bragas, para así introducir mis dedos en ella.

—Estás tan húmeda —digo en su oído—. Me siento halagado.

Ella arquea su espalda cuando aumento la fuerza de mis movimientos. Noto lo enrojecidas que están sus mejillas y su boca está abierta de forma ligera mientras gime más de una vez mi nombre. Esto me está volviendo loco, necesito estar dentro de ella. Pero primero debo hacerla terminar, sé que está a punto.

—¿Sientes como aprietas mis dedos?

Ella no me responde, sino que ataca mis labios con furia, lo cual me encanta. Unos movimientos más y puedo sentir como tiemblan a causa de su orgasmo.

Sus ojos solo están llenos de deseo y eso me encanta.

—Espera aquí —le digo.

Voy en busca de la caja de condones en mi maleta, la abro y saco uno. Entonces vuelvo a ella.

—¿Estabas preparado? —Sus cejas se arrugan—. ¿Tenías planes de hacer algo con alguien más?

Ella cruza sus brazos sobre su pecho.

—No, para nada. No lo he comprado yo, ha sido Mateo. Le pareció divertido traerme un paquete y te juro que quería matarlo, pero ahora estoy tan agradecido —explico—. ¿Con quién los usaría? —añado.

—No lo sé, con tu ex. —Noto el enojo en su voz.

La tomo por sus muslos, haciendo que enrede sus piernas en mi cintura y sus brazos en mi cuello.

—Te ves tan tierna celosa —digo sintiendo como nuestras intimidades se rozan.

—No estoy celosa.

—Por supuesto que no. Y para que te quede claro, con la única persona que pienso gastar ese paquete de condones... —dirijo mi miembro a su entrada— es contigo. Y cómo lo voy a disfrutar.

Y sin pensarlo más me introduzco en ella. Lo hago de golpe, lo cual se siente jodidamente delicioso. Así que salgo y vuelvo a entrar de la misma forma, provocando que ella arquee su espalda.

—Joder, Oscar.

Escucharla gemir mi nombre hace que acelere mis movimientos, presionándola contra la pared aún más. Soy brusco, creo que demasiado. Entonces pienso un segundo en detenerme o por lo menos disminuir la velocidad, ya que no quiero lastimarla, pero por la forma en que me está pidiendo más, sé que le gusta tanto como a mí.

Así que no me detengo y todo se vuelve más brusco, delicioso y jodidamente más exquisito.

—¿Qué hora es? —pregunto acariciando su cabello.

Ella se encuentra sobre mí, su cabeza descansa sobre mi pecho.

Me muevo un poco para alcanzar mi celular sobre la mesa de noche. Son las dos de la tarde y se supone que nos vamos de aquí a las tres.

—Deberíamos comenzar a alistarnos. —Aunque confieso que no quiero.

Ella se baja de mí y se acuesta a mi lado.

—¿Y si nos...? —Ella niega con su cabeza—. Olvídalo.

—¿Y si qué? —cuestiono.

—¿Y si nos quedamos por hoy, tú y yo? Sé que nos vamos porque Celeste tiene que estar ingresada desde mañana muy temprano —habla con rapidez—. Pero no sé, podemos quedarnos e ir mañana, después de todo, su operación es el lunes.

Bueno, la verdad no me parece mala idea. Me gustaría pasar tiempo con ella a solas. Además, hay algunas cosas que aún debemos hablar.

—Es mala idea —dice, y ahí noto que me he quedado en silencio por demasiado tiempo—. Es obvio quieres estar con tu hermana, olvídalo.

—Hey —digo colocando mi mano en su mejilla—. Me encantaría quedarme.

—Si no quieres, no tenemos que hacerlo.

—Pero quiero. —Deposito varios besos cortos sobre sus labios—. Así podemos repetir esto unas seis veces más, mínimo.

—¿Seis? Claro que no —expresa ella riendo.

—¿Por qué? —Mis cejas se arrugan.

—Quiero poder caminar mañana —comenta con obviedad.

No puedo evitar soltar una carcajada al escucharla decir eso.

Ella golpea mi hombro.

—Hablo en serio.

—¿Caminar es tan necesario? —cuestiono.

—Sí. —Ella vuelve a reír.

Su risa es todo lo que está bien.


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Gracias por leer. ❤️

AAAAHHHHHHHHHHHH Este capítulo me da mil años más de vida. 🤭

No olviden votar y dejar un maravilloso comentario.💥

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