Capítulo 7. A mí razón.

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El Principito había traído un paño y un pequeño tarro de agua fría para remojarlo y ponerlo en mi frente, al principio me dio mucha atención mientras los efectos pasaban poco a poco, al final mi rosa fue quien terminó la tarea mientras el caminaba de un lado a otro estresado y pensando en que hacer. Estaba recostada en el regazo de mi rosa, mientras mi zorro y mi orquídea me tomaban las manos aún preocupados.

-¿Y bien?- dijo mi orquídea, estaba molesto, apretaba fuertemente mi mano.- espero que nos digas todo, no tolerare ni una sola mentira o falta de detalle- lo fulminaba con la mirada. Mi principito suspiró, tomo una silla, la volteó y se sentó en ella. Medito un poco y luego nos observó.

-No se muy bien como decir esto sin que me digan que no me creen- dijo mirándome distante. Mi zorro se levantó

-¡Cómo no vamos a creer nada de lo que vas a decir! Un reptil acaba de transformarse en ti para asesinarla- me señaló, mi zorro respiraba inquieto sin saber que había pasado. El agachó la cabeza y emitió un sonido molesto. Jamás había visto así a mi principito, tan furioso que sus nudillos estaban blancos de tanto apretarlos.

-¿Que es eso de que tú no eras quien estaba aquí?- pregunto mi rosa dulcemente.

-Al parecer la víbora se hizo pasar por mi, yo jamás estuve aquí. Sabía que mi princesa estudiaba en este Colegio, pero jamás me atrevería a hacer todo lo que dicen que hacía.- dijo algo apenado. Todos lo observamos. -¿Te dijo que buscaba?- pregunto mi principito. Me levanté con más fuerzas que antes y pose mi cabeza en el pecho de mi rosa. Mi orquídea se puso a mi lado sin soltar mi brazo, seguro asustado de que perdiera el equilibrio otra vez.

-Al principio dijo algunas cosas extrañas- dije aturdida tocando mi cabeza- pero al final me insistió con que yo tenía una especie de libreta. Tu libreta- dije despacio, mi garganta aún dolía, y mi cuello se había quedado con las marcas de los colmillos de la víbora . Mi Principito agachó la cabeza molesto.- le dije que no sabía a qué se refería, una libreta es algo ordinario, y si fuera del principito no sabría decir cómo es. Leer un libro no te da una idea exacta de como son las cosas en realidad. La víbora me dijo que mentía, que seguro escondía su ubicación por ser fiel a ti, luego me atrapó y me mordió- dije tocando mi cuello. Mi Principito gruñó furioso.

-Todo esto es mi culpa- se lamentó, todos lo observaron esperando a que hablara mas.- si me hubiera quedado a tu lado nada de esto hubiese pasado, yo sabía que estaba aquí- sonreí y puse mi mano en la suya. El suspiró- Se que están confundidos- dijo rendido recostando su barbilla en la punta de la silla, jugueteaba con mis dedos- lo que está pasando con la víbora no era nada más que mi problema, jamás creí que llegaría tan lejos de lastimar a alguien físicamente. Normalmente ella solo usa la psicología y el dolor y sufrimiento de las personas. Esos deseos oscuros los utiliza para su beneficio. Pero que llegará a tal punto...- apretó mi mano.

-¿Por qué lo hace?- pregunto mi rosa, el negó confundido

-La víbora tiene resentimiento, pero no sé el porque, es bastante extraño. La primera vez que la vi dejó en claro que iba a provocar problemas a cualquier costo, sentí que debía luchar contra ella, que era mi deber derrotarla para salvar a los planetas de su control. Si tiene alguna razón del porque lo hace, para mí es desconocida.

-¿Y de que sirve esa libreta?- pregunto mi zorro- en el libro solo decía que un hombre te dibujaba cosas ahí, ¿De que sirve entonces?- mi principito agachó la cabeza nostálgico.

-No es cualquier libreta, en realidad es como me pintan en otros medios. La libreta puede hacer lo que dibujes. La víbora la quiere para cumplir sus fechorías, y me temo que mientras luchábamos en el cosmos mi aeroplano giro tan rápido que mi libreta cayó a este planeta, es por eso...

-Es por eso que estás aquí- dije desanimada, el sonrió con debilidad y miró a otra parte.- ¿Y que vamos a hacer?, No podemos dejar que ande por ahí atormentando mentes, ella va a volver por esa tal libreta.- mi principito suspiró.

-Yo me encargaré de eso. Pero me temo que no tengo la misma fuerza que antes. Me he debilitado mucho desde que...- me miró y suspiró, agitó su cabeza intentando olvidar lo que sea que había querido decir- Estoy perdiendo mi escencia, no podré buscarla solo, pero mientras tú estés aquí no estarás a salvo, si me voy lo más probable es que vuelva para lastimarte de nuevo. La víbora ya sabe de los viajes al planeta memoria, sabe que eres importante para mí- mi orquídea tensionó su mano. ¿Planeta memoria?, ¿Hablaba de mi mente?- pero si te pido tu ayuda se que terminarás mal...- rasco su cabeza desesperado.

-¿Y que vas a hacer?- dije con dureza, tenía los ojos cerrados, sentía que la luz me afectaba como si tuviera una especie de migraña que disminuía poco a poco- no puedo irme, no escaparía y si lo hiciera ella me encontraría de alguna forma y si no la víbora ya los vio, a todos nosotros- dije en referencia a mí zorro, rosa y Orquídea- buscará alguna manera de afectarte, este o no aquí sabe que tu deber es proteger a las personas ya sea si te importan o no- el agachó la cabeza pensativo.- si ella jamás ataca físicamente como tú dices entonces debe tener una razón realmente importante para hacerlo ahora. La pregunta es ¿Por qué lo hace?, O ¿Qué es lo que hará después?- todos se me quedaron viendo con atención- de cualquier forma hay que encontrarla, quien sabe que debe estar haciendo en estos momentos, es peligroso dejarla en este planeta. Si puede cambiar de forma es más peligrosa de lo que pensábamos, ¿Cómo lo hace?

-Eso es lo que debemos averiguar- dijo mi Principito.

-¿Pero que vamos a hacer para encontrarla?- preguntó mi zorro.- el Principito la hirió, no debe estar tan lejos, ¿Pero dónde?- asentí

-No va a ser tan fácil si se puede transformar en cualquier cosa, ¿Cómo vamos a diferenciarla?- dijo mi rosa. Mi orquídea negó y se levantó molesto.

-¿De que están hablando?, Acaban de herirla de gravedad, ¡Acabo de sacarle veneno de una serpiente mitad humano!- dijo más furioso que nunca- deberíamos ir a un hospital...

-Estoy bien...- el negó. Se veía como un niño pequeño intentando convencer a los adultos de lo que hablaba.

-¡No estás bien!- respiraba con fuerza y miraba con rabia a mi principito- realmente no entiendo muy bien lo que pasa, solo sé que por conocer a este tipo tu vida está en riesgo, y a pesar de todo quieres seguir apoyándolo, y ustedes también- dijo con enojo- no permitiré que sigas arriesgando tu vida, no asi- me miró a los ojos, y por primera vez pude ver un sentimiento hacia mi. Algo en el quería protegerme, me levanté, sonreí y lo tomé por los hombros.

-Se que estás preocupado, pero entiéndeme, no lo dejaré solo- nos mirábamos con intensidad- entiendo que creas que esto es peligroso, porque lo es, pero me necesita y lo apoyare a cualquier costo- agachó la cabeza frustrado- pero se que tampoco puedo hacerlo sola, los necesito- dije suave- te necesito- dije sin pensar. Me miró asombrado y mi sonrojo mostró que me había arrepentido de mis palabras. Solté a mí orquídea y rei nerviosa.- Si todos están de acuerdo hay que ayudar al principito. Esa víbora no puede quedar libre.- dije rápido, mi zorro y mi rosa sonrieron y asintieron.

-Hallaremos una solución- dijo mi rosa- no me quedaré atrás, este tipo de cosas se suponen que no ocurren en la vida real. Hay que aprovechar- sonrió demostrando todo su gusto a la ficción y fantasía.

-Es verdad, de todas las personas a las que les pudo pasar esto, nosotros fuimos elegidos- dijo mi zorro algo emocionado, mi orquídea nos miraba preocupado- descuida-- le dijo - no dejaré que nada le pase. No voy a permitir que la vuelvan a lastimar, es mi trabajo ser su amigo más leal.- me rodeó con sus brazos.

-Bien, se que no puedo forzarte... orquídea- dijo mi Principito, mi orquídea lo fulminó con la mirada- pero si somos más será más fácil encontrar a la víbora y evitar mas problemas.

-¿Y como planeas hacerlo?- el ambiente era tenso. Mi principito sonrió.

-He dudo algo descuidado, pero no volveré a cometer el mismo error. Creo que es hora se hacer unos cambios por aquí- sacó una hoja arrugada de su bolsillo.

-¿Un pedazo de papel?- preguntó mi zorro.

-No es solo un pedazo de papel, es el pedazo de papel de mi libreta. Lo arranqué antes de perderla. Con esto puedo hacer algo increíble, la víbora no volverá a tomarnos por sorpresa.

-¿En qué piensas?- pregunté y ambos sonreímos, seguro pensábamos en lo mismo.

-No entiendo que pasa- dijo mi zorro.

-Primero hay que crear un plan. Para combatir a la víbora necesitamos más de nosotros, nos volveremos más fuertes. Pero antes necesito asegurarme de que ustedes estén de acuerdo.

-De acuerdo- dijo mi rosa a mi lado.

-Seguro- dijo mi zorro emocionado. Todos miramos a mí orquídea, ella resopló y me miro con seriedad.

-Solo lo hago por ella- me señaló con la cabeza, todos sonreímos.- pero solo porque se que es tesgaruda y aunque diga que no irá. Así que yo me encargaré de que no vuelva a suceder nada de esto- me señaló el cuello.

-Bien, hagámoslo.

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