Capítulo 1

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Los primeros rayos de sol se escabullían entre las cortinas color miel de la habitación de Park Jimin, quien ignoró la claridad que comenzaba a adueñarse del interior, cubriendo su cabeza por completo para seguir durmiendo. Había salido, casi a media noche, luego de 36 horas de la que había sido una de sus peores guardias desde que había comenzado a trabajar en el Hospital Central de Seúl, famoso por tener uno de los mejores servicios de cirugía de la capital; donde no faltaba trabajo..., ni emergencias que atender.

En el transcurso de esa mañana sucedieron algunos eventos de los cuales no fue partícipe, su sueño era sumamente profundo. Solo al día siguiente se enteraría de lo sucedido, pues ni siquiera escuchó el ruido de los camiones de la mudanza, o del desmonte del equipaje del que sería su nuevo vecino. Cuando por fin despertó, eran casi las 7:00pm. Tomó un relajante baño caliente, pidió comida a domicilio y, al poco rato, volvió a dormir. En la mañana debía estar descansado para su rutina diaria.

A las 5:45am, su alarma sonó. Se levantó, se cambió de ropa, hizo un pequeño calentamiento y se dispuso a salir a correr 45 minutos como cada mañana, para luego ir a su trabajo. Al volver, se percató de que la puerta de al lado estaba abierta. Se detuvo por un instante, esa casa llevaba ya buen tiempo en venta, no sabía quién podría estar allí tan temprano. Segundos después, salió un hombre alto, apuesto, de cabello y ojos negros; aparentaba unos veintitantos. Cruzaron miradas y vio como este comenzaba a acercarse.

—Buenos días, ¿se le ofrece algo? —le preguntó.

—¡Oh! No, nada. Perdón, es que vivo aquí al lado y me extrañó ver a alguien aquí —respondió cordialmente.

—Ahhhh, ya veo, usted es el doctor Park. —Dibujó una ligera sonrisa—. Mi nombre es Jeon Jungkook, me acabo de mudar ayer. Las vecinas de enfrente me dijeron que había usted salido de la guardia en el hospital, por lo que no fui a presentarme, pensaba pasar más tarde; pero, ya que nos hemos encontrado... Es un placer conocerlo —concluyó extendiéndole la mano.

—El placer es mío. Park Jimin. —Contestó el saludo. La mano de Jeon se sentía dura y llena de callos.

Se quedó mirándolo algo atónito. ¿Cómo era posible que alguien que pareciera tener un buen estatus económico podía tener unas manos así? Fue cuando a su mente llegó una idea:

—Perdón, pero... ¿Practica usted algún deporte?

—¿Eh? Bueno, no realmente, por qué la pregunta.

—Es que sus manos están algo ásperas, pensé que podría ser por eso, pero...

Jimin sintió su sangre helarse por unos instantes. Durante un pequeño suspiro, notó como el agarre de su vecino se hizo ligeramente más fuerte y su mirada se tornó fría y sin emociones; era como si un aura oscura lo hubiera rodeado. Sin embargo, como por arte de magia, regresó a la expresión afable del principio; pero no percibía sinceridad en sus ojos ahora, carecían de luz alguna. Tal vez otra persona no lo habría notado, pero él estaba orgulloso de las habilidades de observación que había adquirido durante su carrera.

—Jajajaja. —Rio ruidosamente Jeon—. Lo siento mucho, Dr. Park, es que las personas no suelen decírmelo aunque lo noten, solo quise jugarle una pequeña broma —dijo, tratando de aligerar tensiones.

—Lo lamento, no soy bueno para leer el ambiente. —Sonrió nervioso—. Por favor, no me trate formalmente, no parece que haya mucha diferencia de edad entre nosotros. Tengo 32, si me trata así me sentiré mayor de lo que ya soy.

—Dices eso, pero también me estás hablando de usted. Tengo 30, soy algo menor que tú, jeje. No te preocupes tú tampoco por la diferencia de edad, puedes llamarme como quieras.

Luego de unos minutos se despidieron. Jimin se dirigió al hospital. El resto del día se sintió raro, por algún motivo, acababa pensando en Jeon cuando su mente se desocupaba.

Estaba sentado en su consulta cuando sintió que tocaron a la puerta.

—Hola, Jimin, ¿cómo estás? Me dijeron que tuviste una guardia difícil.

—¡Taemin, qué bueno verte! —exclamó con una sonrisa. Lee Taemin, especialista en Ortopedia y Traumatología, era su amigo inseparable desde la preparatoria—. ¿Cuándo volviste, pensé que estabas de vacaciones con el idiota de tu novio?

—No hables así de Minho, sabes que es buena persona... Además, nunca he criticado tus relaciones anteriores, ni siquiera cuando saliste con Eunju durante la universidad —añadió con sonrisa maliciosa.

—¡Ahhhhh! —gritó para que hiciera silencio—. ¿Quién sería el que dijo que tener un amigo con tu misma orientación sexual hacía las cosas más fáciles? Está bien, está bien, no diré nada más de Choi. No es como si pudiera, llevan varios años juntos y les ha ido bastante bien. Cómo quisiera tener la suerte de encontrar a la persona correcta de una vez.

Planeaban conversar un rato más, pero los pacientes comenzaron a llegar, por lo que quedaron de almorzar juntos y seguir poniéndose al día.

Al terminar su jornada de trabajo, Jimin tomó su auto para volver a casa, había sido un largo día. Programó varias cirugías, sería una semana ocupada. Al llegar a su hogar y salir del garaje, notó que las luces de al lado estaban apagadas.

—Parece que no está —susurró.

Los próximos días tampoco lo vio. Por algún motivo, estaba preocupado; pero, ¿por qué? Ni siquiera sabía en qué trabajaba, podía estar fuera por cualquier motivo. El sábado, justo cuando iba a salir a hacer su circuito, lo vio en la entrada, usando un traje de negocios completamente negro, bajando de su auto.

—Jeon, hola. Hace algunos días no te veía.

—Hola. He estado fuera por trabajo, la mudanza me atrasó con algunas cosas.

—Ya veo ¿Trabajas lejos, a qué te dedicas? —preguntó inocentemente.

—Soy empresario, en esta etapa estamos cerrando algunos contratos y etc., por lo que estoy algo ocupado. Y, que hay de ti, ¿vas a hacer ejercicios?

—Sí, corro cada mañana. La vida del médico es algo sedentaria. Ya sabes, sentado casi todo el día. Dicen que el ejercicio mental quema grasa, pero, aquí entre nos... —Se acercó a su oído—. A mí me hace el efecto contrario, jeje. —Se alejó—. Mejor me voy, debes de estar ocupado. Si no me apresuro, no podré terminar el tiempo antes de irme a trabajar.

Luego de despedirse, cada uno siguió su camino.

Las siguientes semanas se encontraron de vez en cuando, ya fuera a la salida o a la vuelta; siempre se saludaban o conversaban un poco, a veces se buscaban con la mirada y se sonreían. Jimin sabía que Jungkook también salía a ejercitarse, pero nunca habían coincidido en el horario. En sus miradas furtivas, se había percatado del cuerpo bien formado de este, además de ese hermoso rostro que era totalmente su tipo. Quería que fueran más cercanos, pero no encontraba la manera.

No era el único con esa idea, al azabache le fascinaban las proporciones del cuerpo del mayor.

«¿Cómo puedes decir que te hace el efecto contrario? Con ese trasero, ¿de qué te quejas?», pensaba varias veces al verlo salir a correr en las mañanas. Lo encontraba atractivo e irresistible, pero no podía acercársele demasiado, no pertenecían al mismo mundo.

«No puedo traerte a esta oscuridad, alguien como tú merece permanecer en la luz».

Luego de poco más de un mes, Jimin decidió ser un poco más agresivo en su acercamiento. Si su buena percepción no le fallaba, Jungkook estaba interesado en él. Quería dar el primer paso. Quería conocerlo mejor y comprobar su teoría, pues, si su "radar" no le fallaba, había indicios de que su vecino tenía la misma clase de intereses que él. Ya había identificado a qué hora salía a correr, era cerca de media hora antes que él, así que decidió tenderle una emboscada.

—Buenos días, Park —dijo, recogiendo su cabello hacia atrás con una banda elástica, ocultando su sorpresa por verlo tan temprano.

—Buenos días. ¿Te parece si corremos juntos?

—¿Eh?

—Sí, bueno, es que me he aburrido de siempre ir solo y, como vi que también lo hacías en las mañanas, pensé que podríamos hacernos compañía.

Jeon no era tonto, sabía cuáles eran sus intenciones. No podía dejarlo acercarse demasiado... Por un momento pensó negarse, pero la atracción no era tan fácil de racionalizar como creía.

«Solo vamos a correr, no hay nada de malo en ello», pensó.

Puso mirada retadora y sonrió sarcástico.

—Si crees poder seguirme el ritmo —concluyó.

Jimin sonrió aceptando el reto.

—Jajaja, tal vez no lo parezca, pero fui bueno en deportes durante la preparatoria. Quizás seas tú el que no pueda con mi ritmo. —Le dio un par de palmadas en el hombro y comenzó a correr.

Iban hombro con hombro, pero, al parecer, Jimin había abandonado su velocidad original para poder ajustarse a la de su compañero, por lo que comenzó a agotarse antes y bajar el paso. Jungkook, al voltear y darse cuenta, pensó comenzar a disminuir la intensidad.

—No es necesario, puedes seguir. Cada cual tiene su propio menú, no debes... cambiar tu régimen por mí. Adelántate, nos veremos después —dijo el castaño de ojos miel, a lo que Jeon mostró una sonrisa comprensiva y siguió.

Unos minutos después, el médico vio a alguien recostado a la orilla de la carretera, con un par de bebidas energéticas en sus manos.

—¿Qué haces aquí? —Estaba perplejo.

—No fui yo el único que cambió su rutina hoy. No podré dormir bien si sé que te desmayaste en la calle por mi culpa —dijo ofreciéndole el pomo con una sonrisa.

—Gracias, te debo una. Pero, tranquilo, no moriré tan fácil —contestó.

El azabache puso una sonrisa triste por un momento, una que no fue percibida en esa ocasión.

A partir de ese momento se volvieron más cercanos, corrían e iban al gimnasio de vez en cuando, donde ninguno de los dos podía dejar de mirarse, no tan disimuladamente. Cada uno tenía el físico ideal que el otro buscaba en una pareja.

Jimin creía que la distancia se había reducido bastante, pero, de un momento a otro, dejó de verlo; hacía ya varios días que no regresaba. Habían intercambiado sus números, pero no quería parecer impertinente llamándolo sin motivo, y mucho menos en ese momento, pues pasaban de las 10 de la noche. Se conocían desde hacía solo unos meses, pero sentía como si algo faltara en su vida. ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo podía sentirse tan necesitado de estar al lado de alguien con quien apenas compartía?

«Al menos un mensaje..., solo para saber si está bien», pensó.

En el hotel Park Hyatt Busan, a quilómetros de distancia, una figura enmascarada, vestida completamente de negro, sostenía en su mano derecha una pistola con silenciador, con la que apuntaba a un hombre mayor que dormía plácidamente.

—Alguien como tú no debería dormir tan tranquilo, no cuando sabes que hay personas tras tu cabeza —susurró, para luego apretar el gatillo, propiciándole un agujero en el centro de la frente—. Si vas a odiar a alguien desde el infierno, que no sea a mí. Odia a quien me ha pagado para mandarte allá —concluyó y tiró una fotografía como evidencia; la mandó a su empleador y se marchó.

Al alejarse un par de cuadras, tras escabullirse magistralmente, subió a un auto negro estacionado en un callejón y abrió una maleta donde había tres celulares. Revisó el primero: Ya me encargué de las cámaras y cualquier rastro que pudo haber quedado, puedes marcharte tranquilo. Decía un mensaje en la bandeja de entrada.

Miró el segundo teléfono: Me ha llegado la evidencia, como siempre, es un acierto contratarlos. Buen trabajo, Bangtan.

No esperaba tener otras notificaciones, pero su mirada ecuánime se transformó en una de asombro al mirar la pantalla del tercer celular: ¿Está todo bien? No quiero ser metiche, pero no te he visto volver, pensé que pudo haber sucedido algo... Estoy un poco preocupado. Estoy estudiando unas cosas para una cirugía que tengo pendiente, no debo dormir pronto, espero puedas contestarme más tarde.

Atte. Park Jimin.

Un nudo se hizo en la garganta del sicario. Se quitó la máscara, dejando ver unos cabellos negros desordenados y una expresión triste. Apretó el teléfono con fuerza entre sus manos.

—Lo siento, Park. Definitivamente..., lo mejor es que no te involucres más conmigo. Alguien que se dedica a arrebatarle la vida a los demás, no debe acercarse a una persona que se esfuerza tanto para salvar a otros.

Este fue el capítulo 1. ¿Qué les pareció?

Esta es una idea que me gusta mucho. Si bien no la escribí ahora y la narración puede sentirse algo ñeee (no sé si saben a qué me refiero XD), espero de corazón que les guste.

Chao chan 😘

Hasta el próximo martes.

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