Broken

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*Para mejorar la experiencia de lectura reproduce la pista cuando se indique. Gracias*

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Bonnie se sentía muy preocupado. No había estado comiendo bien, no descansaba lo suficiente y se sentía perdido.

¿Alguna vez has sentido que tu vida no tiene un propósito?

Bonnie se sentía de esa manera, pero al mismo tiempo creía tenerlo. Se había tatuado en el corazón la idea de volver a ver a esa persona. Pensar en él y en sus amigos era la motivación que necesitaba, pero tenía miedo de que su razón de ser no existiera más. Era incoherente, con o sin Bon tenía la obligación consigo mismo. Pero por alguna razón había dejado de sentir la misma pasión por tocar la guitarra que cuando tenía su compañía

Hacía mucho que su estilo se había vuelto metódico y calculado. Así no era como se veía en el futuro. Necesitaba algo distinto, pero aún no hallaba el qué.

Tenía una compañera. Una encantadora chica que tenía el violín como instrumento. Usaba unas gruesas gafas, tenía un largo cabello azulado siempre recogido en un moño. Usaba flequillo, cosa que le daba un aire infantil, su cuerpo delgado y delicado reforzaba esa idea de parecer menor de lo que era, pero al momento de expresar una opinión parecía todo lo contrario.

Esta chica, podría describirse como alguien sumamente madura e inteligente.

Aunque era muy talentosa ciertamente tenía una personalidad reservada que más bien podría parecer tímida, por lo que Bonnie se sentía identificado con ella.

Su nombre era Lily, la consideraba una buena amiga, si no es que quizás la única.

Se encontraban en una de las salas de música improvisando una melodía bastante inusual. Mezcla del elegante violín y la experimental guitarra eléctrica del chico.

En plena faena el guitarrista marcó una pausa. Ella lo miró dudosa.

-Creo que estás colocando mal el brazo- Apuntó Bonnie, la chica prestó atención y cambió su posición.

-Gracias, Bonnie. Siempre cometo el mismos error- Sonrió.

-Intenta recordarlo en tu clase de mañana o arruinarás tu puntaje.

-Es verdad. Gracias- La chica lo observaba con atención.

Si le pidieran describir a Bonnie en una palabra sería: "Misterioso".

Siempre tenía una aura melancólica, agotada.

Tenía el cabello morado hasta media espalda, peinado en una media coleta, con flequillos tan largos que cubrían buena parte de su rostro.

Usaba gafas, y aunque tenía menos graduación que ella misma, sabía que las usaba por necesidad.

Ambos aspectos físicos hacían complicado ver su cara, en consecuencia deducir lo que pensaba o sentía no era sencillo. Ello le daba un aura de ausencia, le hacían indescifrable.

Su piel era muy blanca puesto que el clima y su misma tendencia a estar recluido en su habitación hacían que huyera de la luz solar todo el tiempo.

Su postura encorvada era difícil de descifrar. Era complicado discernir si era o no una persona insegura, pues cuando se trataba de tocar la guitarra era imposible que pasara desapercibido, pero cuando no era así, podía volverse prácticamente invisible.

No era una persona sociable, huía de las estudiantes que lo acosaban por considerarlo irresistible con esa pinta de chico malo al ejecutar su música, pero el mismo personaje les parecía uraño y escurridizo cuando no estaba en ese ambiente.

La única razón por la que se había logrado acercar al guitarrista fue por las memorias en común que tenían de la HS. Eran los únicos dos candidatos en acceder a esa privilegiada posición.
Pero eso no quería decir que ella pudiera indagar demasiado en esos tristes y cansados ojos rojos.

Un buen día decidieron ir a comer a la cafetería después de ensayar. Para Lily era todo un logro poder acercarse a él y compartir un espacio tan íntimo para el ojirrojo como la hora de la comida.

Estaban sentados en silencio.

Tan nerviosa como era ella intentó romper el hielo.

-¿Qué... Comes? - se dio un golpe mental en la frente, ¿acaso tenía qué preguntar algo tan absurdo? Bonnie levantó la mirada, luego vio su plato y lo inclinó un poco para que ella pudiera ver.

-Fish and chips- Respondió.

-¡Oh, se ve delicioso! -Bonnie se encogió de hombros.

-La comida en la HS era mejor. -hizo un puchero que a Lily le pareció sorprendente, ya que rompía con la actitud plana e indiferente del chico. -Aún no supero los martes sin pudin.

Ella soltó una leve risilla, él acompañó con la suya. Después de todo sí había podido relajar el ambiente.

-Es verdad. No soy fanática del pudin. Pero extraño la comida de casa.

-Yo extraño todo en realidad- comenzó a sumergir una de las patatas en aderezo sólo por jugar. Su cabello lucía un poco enmarañado.
Por su mirada gacha los lentes se le habían deslizado un poco hacia abajo y por lo que podían apreciarse el oscuro contorno de sus ojos. Huellas inequívocas de dedicación y... Algo de tristeza.

Ciertamente no tuvo una cálida bienvenida al país y tuvo qué hacer acopio de toda su capacidad de adaptación para llegar a donde estaba.

-Excepto a los abusones. Esos los traje conmigo- Rió con un deje de amargura. La chica sintió que su corazón se comprimía.

-Veamos el lado positivo. ¡En la tienda ya tenemos descuento en cuerdas! - Ambos rieron sonoramente.

-Es verdad. ¿Cuántos arcos llevas?

-¿En total o en el semestre? -Ambos estallaron en risas. Era reconfortante poder hacer catarsis de esa manera.
Después de todo, ambos habían sido víctimas de sus compañeros de clase, y Lily no bromeaba, era cotidiano reemplazar las cuerdas de sus instrumentos vandalizados. Al menos no habían llegado más lejos.

-Ya puedo cambiar las cuerdas de mi guitarra con los ojos cerrados-

-¡Eres todo un maestro!- Celebró la chica y Bonnie se inclinó ante el cumplido.

-Si Fox y Chica estuvieran aquí... Habrían podido darles una paliza

-Creo que Fede y Félix harían lo mismo. ¿Los conociste?

-Me parece que alguna vez los vi, ¿eran los chicos de cabello rosa que siempre se metían en problemas?

-Esos mismos...

-Deben estar orgullosos de ti

-Ya lo creo. Son increíbles.- se sonrojó levemente ante el cumplido. -Ojalá estuvieran aquí. Por cierto, hablé con ellos esta mañana. Me dijeron que vieron a un amigo tuyo anoche.

-¿Amigo? ¿Serían Freddy o Golden?- Negó.

-No, un chico al que frecuentabas mucho. Uno de cabello azul, moreno, que estaba en la banda de Joy- Bonnie padeció.

Intentó beber un sorbo de agua controlando el temblor en sus manos.

-¿Estás bien? -Bonnie asintió. Pudo sentir un vuelco en el corazón. Como este se le derretía en el pecho. Pero mantuvo la compostura lo mejor que pudo.

-Por favor continúa-

-¿Quieres ir a la e..?- Negó efusivamente. Lo vio a los ojos. Pudo percibir anhelo en estos.

-Ya estoy mejor. Sólo he bebido demasiado café para mi propio bien. -Sonrió lo más sincero que pudo.

-Ah... Pues- Bonnie puso su mano en la de la chica.

-Por favor, él es... Un gran amigo del que no he sabido nada. Por favor.

-Está bien -le sonrió- Fue en un bar cerca de la Facultad de Música de la Universidad Metropolitana. Tu amigo iba con un chico - Comenzó a inquietarse- Abby dijo un disparate, esa chica es de lo peor- Sonrió.

-¿Qué disparate? - Musitó. Estaba sumamente estresado. Conocía de oídas a esa chica y sabía que lo que iba a escuchar no le iba a gustar nada.

-Cosas de otakus, que se veían lindos juntos, esas tonterías -Su estómago se retorció.

-S-sí. Seguramente era una bobada- Dijo en un hilo de voz más para convencerse sí mismo que para su interlocutora.

-Oh, ¡Pero no lo vas a creer! Mis amigos frecuentan ese bar porque se rumoreaba que un cazatalentos iba siempre allí en busca de sangre nueva. Y parece que le interesó él.

-¿Qué? - Dijo casi sin aliento

-Dicen que cantó muy bien y con mucho sentimiento para lo ebrio que estaba- La chica estaba avergonzada de dar esa referencia por lo que trataba de no ver al de cabello violeta a la cara. Pensó en omitir ese asunto pero si era un amigo tan cercano a su compañero consideraba importante que lo supiera.

Bonnie estaba alarmado. Su maestro no era así. Esas situaciones eran peligrosas.

-¿Te dijeron otra cosa?- Fingió nuevamente una sonrisa para tranquilizarla.

-No, mis amigos me dijeron que se marcharon después de que el hombre se fue.

-Gracias Lily.

-No es nada- Una parte de ella sentía que no debió haber revelado esa información.

-Debo irme. Recordé que tenía algo qué hacer. - Tomó la charola de la mesa y vertió el contenido íntegro de esta en el cubo de basura. Casi no había probado bocado.

-Pero Bonnie...

-Nos vemos. Suerte con tu examen de mañana. Si necesitas practicar puedo verte por la mañana.

-Sí...

Bonnie salió calmadamente de la cafetería intentando contener todas las emociones que tenía en su interior, caminó a lo largo del pasillo que sintió gigantesco paso a paso. Su mente se encontraba en estado de ebullición, atribulada por toda la información que había recibido. ¿Bon salía con alguien? ¿Serían pareja, amigos, compañeros? ¿Bebiendo, él? ¿Bon se dejaría seducir por una oportunidad rápida de fama? ¿Lo habría olvidado ya?

¡Tanta incertidumbre lo estaba matando!

Tan pronto como salió del edificio imprimió toda su fuerza en alcanzar los dormitorios. No le importó tropezar en alguna ocasión con otro estudiante. Corrió hasta sentirse que se quedaba sin aliento.

Abrió con apremio la puerta deslizándose en el interior de esta una vez que logró entrar.

Se quedó inmóvil, sentado en el frío piso de la habitación. Ocultó su rostro entre sus rodillas flexionadas y aunque sus gafas cayeron al piso no se molestó en levantarlas. Cedió a las lágrimas, primero en silencio, luego rompió en llanto. Su voz se quebró al mismo grado que su corazón. Se sentía roto.

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Los ojos de Bon se abrieron perezosamente. Bostezó al mismo tiempo que estiró sus adoloridos músculos. Se incorporó en la cama intentando recordar qué había pasado esa noche.

Se dirigió a la cocina, pues le invadió la imperiosa necesidad de beber agua, la resaca le estaba cobrando factura por sus excesos.

Una vez ahí lo primero que tuvo fue la visión de su compañero de habitación, este se encontraba de espaldas con el cabello
suelto tan largo que apenas dejaba entrever la figura del chico.

La luz lateral de una amplia ventana iluminaba su silueta. Se encontraba embelesado por largas hebras moradas perfectamente arregladas como si de una cascada se tratase.

De pronto, el de lentes volteó a ver al otro al percatarse de su presencia y Bon, al encontrarse con esos inusuales ojos recordó de golpe lo que había pasado la noche anterior. Cada una de sus palabras y acciones.

Ambos sostuvieron la mirada completamente avergonzados. Owynn decidió hablar.

- ¡Vaya farra la de anoche, eh!- Desvió la vista, por un instante una de las baldosas del piso resultó muy interesante.

-Vaya que lo fue... - se llevó una mano a la nuca avergonzado. ¿Acaso Owynn también recordaría lo ocurrido? Se reprendió a sí mismo mentalmente ¡Debió verse tan patético! Después de todo prácticamente se le lanzó de la manera más descarada, debía sentirse afortunado del hecho de que no estuviera furioso con él por su atrevimiento.

Dejó de autocompadecerse cuando vio de nuevo los ojos de su compañero, pero esta vez se concentró en las bolsas debajo de sus ojos. Tenían un aspecto demacrado. Seguramente sería su culpa.

- ¿Quieres que estudiemos? El lunes debes ir a pagar tu examen extraordinario y sólo tenemos dos semanas a partir de allí para prepararte. - El ojiverde se sintió avergonzado. Parece ser que por su culpa el de ojos bicolor no había dormido bien. Y ahora incluso en ese estado estaba dispuesto a ayudarlo.

-Más bien creo que deberías dormir, te ves cansado - Se acercó hacia él y le dedicó una media sonrisa.

-Estoy bien, y tú tienes mucho trabajo por hacer- El chico de cabello largo se sintió intimidado por la cercanía del otro, evidentemente por lo ocurrido apenas la noche anterior. - ¡Ya te divertiste suficiente conmigo anoche!- Se dio cuenta muy tarde de lo mal que eso había sonado. Carraspeó. Bon lo miró con ojos como platos. - Es decir... que ya es hora de trabajar. Te dije que sería estricto contigo- Bon estaba dudando si en verdad habría olvidado todo, más decidió no pensar demasiado en ello.

-Vale, después de todo estás ayudándome, lo mínimo que puedo hacer es seguir tus condiciones. -Le dio una sonrisa amplia. De repente cambió su expresión -Pero antes... ¡necesito agua, me muero de sed! -

-No te preocupes, fui al supermercado y traje bebidas deportivas... Ahora pongamos manos a la obra.

- ¡Sí! - Bon parecía un niño pequeño. Owynn le miraba con ternura. Era una lástima que alguien tan increíble como él siguiera viviendo en el pasado, todo sería más fácil si... Decidió dejar sus divagaciones de largo.

-Por cierto... Gracias-

- ¿Eh? No fue nada, sólo caminé un par de calles, ¡no es para tanto!- dijo haciendo un ademán para restar importancia al asunto.

-No me refiero a eso... sino a todo lo que haces siempre por mí - El rostro del de gafas se coloreó de rojo inmediatamente.

- ¡Y-ya! Dejémonos de cursilerías -Hizo una mueca maliciosa -Te preparé una presentación de cincuenta diapositivas, así que tendrás que aprenderte todo - Bon suspiró, Owynn rio con villanía en respuesta.

Se dirigieron al ordenador y mientras Owynn se hacía la trenza Bon veía la presentación y formulaba preguntas.

-No, Bon. Eso es del siglo XVII. ¡No me digas que también tendré qué enseñarte a usar los números romanos! - Rio sonoramente. Bon se sonrojó de vergüenza y de embeleso al ver cómo los gráciles dedos de su compañero tejían las hebras de cabello. Y de repente un recuerdo le golpeó.

"Sí, me gustas. Me gustas desde que comencé a conocerte mejor".

Se quedó en blanco por un momento, dio un respingo al volver al presente. Owynn lo miró extrañado.

-¿Estás bien? - Levantó una ceja interrogante.

-¡Sí, claro! ¡Continuemos, esto es interesante! -Rió nerviosamente.

-Bueno, ahora debes identificar las notas en esta canción- Owynn tomó su móvil y le colocó a Bon un audífono, él conservó el otro. El moreno sintió las suaves manos de su acompañante rozar su rostro.

🔴*Por favor reproduce la pista aquí*🔴

Una bella melodía de piano comenzó a sonar. Era grácil y compleja.

Intentaba concentrarse analizando cada una de las notas pero no le estaba resultando sencillo. La melodía era veloz y él no estaba logrando concentrarse tampoco.

Estaban sentados uno frente al otro, por lo que Bon podía ver le expresión extasiada de Owynn al escuchar la canción con los ojos cerrados. Mecía suavemente su cabeza al ritmo de la tonada, y su mano derecha se movía cual director de orquesta.

-Für Elise - Identificó el "alumno".

-Correcto, ¿autor? -Mantenía los ojos cerrados. Disfrutando cada nota.

-Ludwig Van Beethoven. - La mezcla de las notas y la expresión del otro le daban una extraña sensación de bienestar.

-Año... -

-1810...-

-¡Excelente Bon!- Felicitó entre suspiros. Sus ojos permanecían cerrados. Sus labios formaban una sonrisa. -Se cuenta que... esta bagatela fue una declaración de amor. -Entreabrió los ojos, se percibían brillantes- Pero... no fue correspondido

Bon se quedó sin aliento.

-Es una lástima... es una magnífica canción -Estaban demasiado cerca el uno del otro. Y el moreno sentía una especie de atracción intelectual.

-Fue compuesta en "la menor", por un tema principal que se repite varias veces a modo de estribillo, y alternado con secciones nuevas contrastantes. Fue revolucionario para su época. Por eso es importante que prestes atención, ¿vale? Otro dato trascendental que seguro vendrá en el examen y no debes olvidar por nada del mundo es... Que es una de mis favoritas. -Una risilla escapó de los labios del otro. Owynn le dio una sonrisa de satisfacción y continuó explicando aspectos técnicos de ejecución.

-...- Se limitó a escuchar, Owynn apenas levantó la mirada. Tarareó suavemente la melodía. Bon sólo mordió interiormente su labio.

-La música, Bon es un medio poderoso de comunicación. Puedes transmitir tu sentir por ese medio. Jamás subestimes su poder.

El moreno vio con admiración al chico de mirada heterogénea. Hablaba con pasión sobre su tema de estudio. Eso era atrayente en demasía.

Una extraña atmósfera reinó entre ambos. Estaban mirándose fijamente a los ojos sin decir nada.

Esta vez fue el turno del moreno de retirar su audífono y de paso el del otro con un suave toque en la mejilla del de gafas. Una sensación eléctrica le invadió. Escuchó cómo su compañero suspiraba.

- Creo que un par de horas y ya aprendí más contigo que en varias clases - Sonrió

El resto de la mañana y buena parte de la tarde continuaron estudiando intentando ignorar lo que había pasado. Bon sentía el apoyo genuino de su amigo y con eso le bastaba.

Ese día no pensó en Bonnie.

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No tengo demasiados comentarios en esta ocasión. Me enorgullece este capítulo por que le hice muchas correcciones para que quedara lo mejor posible.

Colaborador secreto. Espero que las cosas que pasan mejoren. Te aprecio mucho.

Por ahora las ilustraciones corren por mi cuenta.

Espero hayan disfrutado el capítulo. He tenido que investigar un poquitito de música pero es fascinante. De hecho en YouTube encuentran clases completas de The Royal Academy of Music. Así que si tienen buen oído para el inglés les sugiero que las visiten.

Les quiere Draw for Love.

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