Darkness

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Silencio. Era todo lo que reinaba en esa habitación. Ocasionalmente sólo podía escucharse un sollozo y nada más. Era imposible para él descargarse como hace horas ya lo había hecho. Y no era porque hubiese dejado de sentir dolor. Simplemente las lágrimas ya se le habían agotado.

Se sentía terriblemente cansado. Después de todo llevaba días sin poder dormir. Y todo por repasar en su mente una y otra vez el recuerdo de aquel momento en que la persona que más había querido había decidido darle la espalda para cumplir sus propios sueños.

Volvió a la realidad porque la cabeza le reclamaba semejante maltrato psíquico con un dolor penetrante, agudo. Y sólo atinó a encogerse en su desparpajada cama.

Se sentía... Nada.

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El padre del chico miraba el diario con una sonrisa de satisfacción. Por fin cierta familia rica estaría complacida y sería generosa con su hijo, tendría la vida resuelta.

Aún sentía un poco de pena por el joven con el que compartía lazos. Después de todo, era la única familia que le quedaba. Por eso no quería que envejeciera pobre y sólo... Justo como le había pasado a él.

Su corazón estaba tranquilo, había logrado quitarle esa tendencia tan desagradable a su hijo y ahora se convertiría en todo un hombre.

No es que fuese una mala persona, no. Él sabía cómo era el mundo allá afuera y no quería que Bon fuera visto como alguien digno del desprecio de las personas. Entendía perfectamente lo cruel que podía ser la sociedad con la gente de su clase.

Incluso probó su punto al permitirle estar un tiempo con el de ojos rojos antes de intervenir para que pudiera darse cuenta del error que estaba cometiendo.

Debía admitir que aquel niño de cabello morado no parecía realmente malo. Es sólo que estaba tan confundido como su hijo. Lo que es más, le dejó una buena impresión al comprender sin tantas vueltas que esa relación no tenía cabida en el mundo real. Probablemente en unos años se avergonzaría de ese ridículo juego sin futuro y hasta se lo agradecería.

Ahora sólo debía esperar a que a su hijo se le pasara la tristeza típica de un rompimiento y enfrentara su destino con la cabeza en alto.

Todo por fin marchaba sobre ruedas.

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El primer mes sin Bonnie fue agonizante. Lo veía en todas partes, lo escuchaba en cada maldita canción de amor. Quería arrancarse el corazón y tirarlo lejos.

No había noche que no llorara ni día que no pensara en él.

Lo evitaba a toda costa. Pues verlo le destruía el alma. Afortunadamente estaban por terminar el ciclo escolar. Bonnie se marcharía y probablemente no volverían a saber el uno del otro. Era una sensación agridulce.

Pero lo que ocurría en su atormentado corazón era muy bien proyectado por su exterior.

Había bajado considerablemente de peso, su postura encorvada era un reflejo fiel de su autoestima quebrada; su cabello, antes brillante y bien cuidado estaba deslucido y un poco crecido. Sus ojos se veían muy cansados, tristes y enmarcados con unas espectaculares ojeras que atestiguaban su nulo descanso.

Las chicas que conformaban su banda se encontraban verdaderamente angustiadas por el espectáculo de desolación y falta de ganas de vivir del ojiverde. Parecía estar en automático pues tocaba, hablaba, comía (si acaso cedía a las amenazas de Meg) y vivía mecánicamente.

Se miraron la una a la otra y entendieron sin palabras que debían hacer algo al respecto, luego de enterarse la líder de la razón de su depresión.

-Ese chico torpe... ¡Pero el rarito ese me va a oír! ¿Cómo se atreve a jugar con él? Seguro fue una trampa... ¡Sólo así pudieron ganarnos!

-Meg, por favor. No solucionaremos nada peleando con ellos... Lo mejor es entender qué pasó. Probablemente fue un malentendido.

-No, Joy. Deben aprender qué pasa cuando se meten con uno de nosotros.

-No se trata de "nosotros"- dijo con una mirada triste

-Bon... ya ha sufrido demasiado. No es justo que lo hayan utilizado así. Al menos quiero averiguar qué pasó. No soporto ver a ese tonto en ese estado- su voz comenzaba a quebrarse. -¡Somos una familia!

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Un chico de cabello de un exótico color morado se encontraba inmóvil, oculto entre las jardineras del enorme patio de la preparatoria. Miraba sus dedos que sobresalían de las largas mangas negras. Su expresión era seria. Un par de gruesas gafas cubrían su rostro. Algo que tuvo qué retomar.

Su mente estaba hecha una madeja pese a su fachada de serenidad. Si se hubieran podido admirar sus grandes ojos rubí estaban completamente abiertos.

-Es lo mejor- Musitó apenas abriendo los labios. -No... Mereces estar con alguien tan rarito como yo.- Cerró sus puños y su mirada se relajó.

El chico se apoyó en su espalda, cerró los ojos y soltó un profundo suspiro.

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-¿Dónde está?

-¿De qué hablas?

-Sabes bien de quién te estoy hablando, Rojo. No pensé que su banda de perdedores cayera tan bajo y jugaran tan sucio.- La chica del mechón rosado inyectaba furia en cada una de sus palabras. La rubia que la acompañaba intentaba calmarla sin éxito.

-Hey. ¡No pueden venir así como así a acusar a nuestro grupo como si nada! -Protestó la única chica de los Animatrónicos. -¡¿Quién rayos se creen que son?! - Ambas chicas echaban chispas por los ojos.

-Lo lamento mucho - Dijo la ojiazul avergonzada. -Sólo... queremos hablar con Bonnie.

-¿Pasa algo con él? -Preguntó el pelirrojo con preocupación.

-No, en realidad... -La chica de largo cabello rubio bajó la mirada con tristeza

-¡El problema es lo que le hizo a Bon! - Gritó la líder Toy con exasperación.

Los chicos de la banda de los Animatrónicos se miraban unos a otros confundidos. Conocían a Bonnie, él sería incapaz de hacerle daño a cualquier persona, incluso si esto representaba que él mismo saliera herido. ¡Cuántas veces se había dejado lastimar por los Nightmare! Simplemente esa no era la imagen que tenían de su amigo.

-Chicas, lo sentimos mucho, pero la verdad es que no entendemos qué está pasando. Debe ser una confusión. ¿Podemos hablar tranquilamente de esto y encontrar una solución?

-Hmmm- La líder se los Toys miró a su ojiazúl interlocutor que hablaba por primera vez.

-Creemos que es lo mejor - respondió antes de que Meg pudiera formular una respuesta.

-Vayamos a un lugar más cómodo, otra banda llegará pronto a ocupar esta sala- mencionó Chica mientras colocaba cuidadosamente en un pedestal su guitarra.

-Me parece...- las Toys voltearon a sus espaldas, ya que los Animatrónicos dirigían su mirada hacia la puerta, atónitos.

Bon estaba parado justo allí.

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Segunda parte. Se me hace un poco extraño estar continuando esta historia cuando dije que sería un One Shot.

Pero he visto su apoyo y he querido compensarles. (Además estoy haciendo tiempo para que la portada para Surviving esté lista y podamos subir las hojitas en orden). ¿Qué tal? ¿Les gustó, lo odiaron? Comenten sus impresiones con respeto y cariño, que así es como trabajo para ustedes.

Soy Draw for Love (Tw/ @ DrawForLove) sígueme para más material BxB.

Cambio y fuera.

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