Dismal

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Era una noche fría y el cielo tachonado de estrellas ofrecía un bello espectáculo. La luna llena alumbraba con su pálida luz los impresionantes jardines dignos de la Real Academia.

Pasaba ya de la media noche y el lugar lucía solitario.

Bonnie se encontraba sentado al pie de un frondoso sauce cuyas hojas se mecían ante la brisa otoñal.

Estaba extrañamente tranquilo en apariencia, pero su corazón sentía una dolorosa opresión.

Su mirada estaba clavada en las constelaciones, en un intento por olvidar su pena.

-Creo que me estuve engañando todo este tiempo. Sabía que este día llegaría. Está bien, al menos sé que ya no está sufriendo, ¿eso es bueno, cierto? -Sonrió con un dejo de tristeza. -Solo... me hubiera gustado verlo por última vez para decirle lo mucho que significa para mí-.

Tomó la plumilla turquesa entre sus dedos para observarla por un segundo. Acarició la inicial con el pulgar.

-Ya es tiempo de dejarte ir... - Se quitó el colgante que rodeaba su cuello y lo guardó en su bolsillo. Cerró los ojos y echó su cabeza hacia atrás, las lágrimas brotaron de sus ojos en un llanto silencioso. Se prometió que esa sería la última vez.

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Seguía internado en el hospital. Y eso hacía que con tanto tiempo libre comenzara a sobre pensar muchas cosas.

Owynn siempre se consideró alguien muy honesto es sus emociones y ahora debía admitir que tenía miedo. No le pensaba guardar secretos a Bon, pero se preguntaba si haberle hablado sobre Bonnie había sido un acierto.

-"Bonnie fue coaccionado para romper contigo, lo amenazaron como lo hicieron conmigo" -El ojiverde empalideció. Todo hizo clic en su cabeza.

-"Yo... necesito procesar esto. Dame un poco de tiempo, ¿Quieres?"- Owynn agachó la mirada. Tuvo la sensación de que había hecho mal en decirlo. Desde ese día estaba inquieto, inseguro.

Para su desgracia Bon parecía espaciar más sus visitas al hospital y eso le dolía profundamente. ¿Sería que Bon se estaba replanteando sus sentimientos por él? Ahora que sabía la verdad ¿lo dejaría de querer?

Si se sentía deprimido por su encierro y su falta de autonomía, esto no le ayudaba en lo más mínimo.

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Esa mañana no podía concentrarse en su práctica y se equivocaba constantemente. Por lo que decidió parar. Se quedó en silencio unos segundos y comenzó a analizar su situación.

Sabía que lo que le pasaba era porque no había hablado con Bonnie, y eso la tenía incómoda, puesto que sentía que su amigo ya no confiaría en ella por el hecho de considerar no hablarle del tema sobre el chico que quería. Después de todo no había acudido a las prácticas de esa mañana y no le culpaba en absoluto. Pero debía actuar por el bien de su amistad.

-Tengo que hablar con Bonnie, estoy segura de que lo entenderá.- Lilly tomó su instrumento y lo guardó en su estuche.

Caminó hacia uno de sus salones de clase y decidió esperar algunos minutos. Volteó al escuchar unos pasos veloces dirigirse a donde estaba.

-¡Es tarde!- La chica sonrió al darse cuenta que no había sido evitada deliberadamente. Simplemente su amigo había pasado naturalmente una mala noche.

-¡Buenos días!- Sonrió la chica.

-¡Oh, Lilly! De verdad lamento no haber ido esta mañana, es que me quedé dormido...-

-No hace falta que te disculpes, entiendo.- Bonnie le dedicó una media sonrisa

-Estoy muy agradecido contigo-

-No entiendo, ¿por qué lo dices?

-Por averiguar sobre Bon-

-Lo lamento mucho Bonnie sé que debí hablar contigo de inmediato pero espero comprendas mi dilema, estoy muy avergonzada-

-¿Eh? ¿Por qué lo estarías? Ahora sé que él está feliz. Tiene a alguien que lo quiere, eso es lo más importante. Yo por mi parte puedo terminar mi especialidad sin tanta presión de regresar. Todos ganamos, ¿no lo crees?- Lilly estaba conmovida.

-¿Estás bien con eso?- preguntó con algo de temor.

-No, por supuesto que no. Pero deseo de todo corazón que esté muy feliz. Y espero que en algún momento podamos volver a ser amigos.

-Bonnie... -Le miró con los ojos completamente abiertos y sonrió con ternura.

-Señor Williams, estamos por comenzar, ¿desea acompañarnos, señorita?- Un hombre de mediana edad se dirigió a ellos de pie en el marco del aula.

-Sí, señor Brown. Lilly, comamos juntos esta tarde, ¿quieres?

-Muchas gracias señor Brown, pero en pocos minutos entraré a clase yo también. Y claro que sí, Bonnie.- El docente asintió y entró al recinto, Bonnie le siguió y Lilly solo se despidió con una señal de su mano.

Tomó camino con una enorme sonrisa. No podía creer que las cosas resultaran tan bien.

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-Bueno, Bon. Hablamos con el representante del bar y parece ser que le gustó mucho tu trabajo por lo que tienes asegurados los fines de semana. ¿Crees poder hacerlo? El chico lo pensó por un segundo. Ese día iba a visitar a Owynn, pero necesitaban el dinero. Además no faltaría a clases y podría verle entre semana.

-Le agradezco mucho, Sr. Müller. Dígales que acepto, por favor.

-De acuerdo, solo un detalle. Parece que debes trabajar más en tu apariencia. No digo que te veas mal pero, parece que necesitan proyectar una imagen más fresca. ¿Te importa si vamos con alguien que sabe de estos temas? Podrían asesorarte, por supuesto nosotros absorberemos el gasto ya que apenas comienzas.

-S-sí, está bien. No hay problema.- Aunque por supuesto la propuesta le ponía nervioso.

-Porque cierto, aquí está tu paga de hoy- El hombre le dio un pequeño sobre amarillo con una generosa cantidad en él. Los ojos del moreno se iluminaron. Quería contarle a Owynn de ello pero aún no sería el momento.

Entró al automóvil con su representante y se dirigieron al sitio del que este le habló.

Tragó duro. Tenía miedo de lo que le harían ahí.

Cuando entró a ese elegante y sofisticado lugar supo que saldría completamente distinto de como entró.

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-Buenas tardes, señorita. Quiero visitar al paciente de la cama 221- La enfermera le autorizó el acceso y corrió hacia el lugar, no sin antes ser reprendido por un par de médicos.

Se quedó un segundo mirando la puerta y con una sonrisa abrió la puerta. Deseaba verle después de una rutina tan desafiante. - ¡Owynn, estoy aquí! - Una nueva reprimenda de la enfermera en turno le cayó encima.

-Entiendo tu emoción, pero no son las únicas personas en el hospital.- La mujer suavizó su gesto al ver al chico ocultando un ramo de rosas- Llegas en buen momento, ha estado algo triste últimamente y no está comiendo bien, ¿te encargarás?

-Claro que sí-

-Tienes una visita, Owynn. Los dejo. Debo observar a otros pacientes.- Salió con una sonrisa en los labios.

-Gracias... - El moreno entró a verlo. El chico de cabello largo tenía la mirada gacha y al escuchar la voz del otro le miró de inmediato, pero se sorprendió sobremanera ante su apariencia.

-¡Bon, qué te hiciste... te ves!- El moreno no lo dejó terminar, le entregó el ramo haciendo que el otro explotara de vergüenza.

-¡¡¡Son para ti!!! ¿T-te gusta? Pensé que un cambio me vendría bien... - Aunque al final le había gustado el estilo no era algo que él mismo hubiese elegido. Un undercut no era precisamente lo suyo. Y retomar su viejo estilo del flequillo hacia atrás le ayudó a recuperar un poco de seguridad.

-¡Me gusta mucho, te ves increíble! Yo... gracias por las rosas, es la primera vez que me regalan unas- Sus miedos se desvanecían drásticamente, se sintió estúpido por siquiera haber dudado del cariño de Bon.

-Perdóname por no haber venido con tanta frecuencia. Te prometo que te lo compensaré

-Está bien, entiendo. Imagino que la universidad ha sido muy complicada. -Bon comenzó a ponerse nervioso. No quería decirle nada sobre el examen y que se sintiera decepcionado.

-No te preocupes, puedo con eso y más. Te traje los apuntes de hoy. Pero podrás leerlos después. - Tomó de vuelta el ramo de brazos del otro y las puso en un florero que estaba junto a la cama. -Me dijeron que no habías estado comiendo bien- Se sentó junto a él en la cama del lado opuesto a su pierna lastimada.

-Yo... no he tenido mucha hambre estos días. - Bon tomó la charola de comida y la puso en su regazo. Tomó un poco de gelatina con una cucharilla y la acercó a su rostro.

-Tienes que comer. Anda, hazlo por mí. - Owynn frunció los labios. Realmente no tenía mucha hambre.

-¡Ya te quitaron los puntos del labio! ¿Aún te duele, es por eso? - El otro negó, de alguna manera comenzaba a disfrutar las atenciones del otro.

-No, ya no duele, aún está un poco hinchado y... feo. Pero ya no siento dolor.- Bon llevó una de sus manos al mentón del otro y le hizo mirarle. Acercó su propio rostro haciendo al otro tener un vuelco en el pecho. -¿Qué haces?

-¿Sabes cómo voy a hacer que comas? - Sintió sus labios cerca de los propios, en un impulso se acercó al moreno en espera del contacto pero el otro se alejó con brusquedad.

-¡Bon! ¡Eres un tramposo!- Estaba rojo de indignación

-Come y te daré lo que quieres- Entrecerró con picardía los ojos y el otro cubrió su rostro con la sábana. Era demasiado para su corazón.

-¡Déjame en paz! - El ojiverde lo miró divertido. El de mirada bicolor se estaba volviendo un caprichoso por su culpa y no sentía el menor remordimiento.

-Anda, por favor... - Pronunció con una voz gruesa.

-... - Sacó la frazada de su rostro y le miró con el rostro fruncido -Está bien, pero solo para que dejes de molestarme-

-No tienes que ser tan tsundere, ¿sabes?- le ofreció nuevamente la cuchara y después de un breve titubeo aceptó. Se sentía feliz, estúpido por portarse como un niño, pero feliz al fin y al cabo. Muchas cosas pasaban por su mente. Estaba lastimado físicamente, hasta hace un rato estaba contristado, pero el ver al moreno y la manera en que se comportaba con él le hacía ver que sus sentimientos por él eran genuinos quitándole un enorme peso de encima.

-Estoy... -Bon lo miró. - muy feliz de haber sido firme... Te amo. -Bon abrió los ojos desmesuradamente. Era la primera vez que Owynn se lo decía. Dejó la cucharilla en la charola e hizo esta a un lado. Acarició suavemente su rostro y besó con delicadeza su mejilla, primero son dulzura y luego con algo cercano al deseo, volvió a hacer contacto con su piel con una ligera mordida. El otro se estremeció al contacto.

Se separaron por un segundo, Owynn se sentía temblar. El otro le miraba con los ojos brillantes y entrecerrados. Desde que el de cabello largo ingresó al hospital entendió que debía ser cuidadoso con el otro, así que trataba mantenerse al margen, pero anhelaba su contacto, su calor, su cercanía.

Aún con el corazón latiendo furiosamente en su pecho, Owynn cerró la distancia entre ambos con un beso hambriento, atrayéndolo por la mandíbula con ambas palmas y deslizando sus manos para aferrarse por la nuca. Devorando sus labios.

Bon se sorprendió por la acción del otro, acarició de la misma manera que su compañero sus cabellos. Sus labios eran suaves y generosos, siguió el ritmo del otro mordiéndolo con mucha suavidad, lamiendo superficialmente y cuando sentía separarse al otro volvía a atraerlo.

Necesitaba eso, ese calor, esa muda demostración de devoción que sentían el uno por el otro. No quería que terminara, pero entendía que la hora de visitas iba a acabar. Permanecieron abrazados un rato esperando que sus respiraciones se tranquilizaran poco a poco.

-Owynn, yo también te amo.

Sí, sabía que nunca debió dudar.


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¿Cómo están? ¿Con el hype hasta las nubes? ¿Se preguntan por qué me daría inspiración avanzar una historia con una ship no BxB? Pues... ya lo sabrán. Valdrá la pena.

Espero que este capítulo les guste, me emociona todo lo que pasa en el fandom... Han ocurrido tantas cosas que ya logré actualizar los tres proyectos. Pidan un deseo!

¿Les gusta el cambio de look de Bon?

Los quiero, queridos lectores. Estoy rebosante de felicidad.


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