Reflexiones

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Al sonar el timbre que marcaba el final de las clases los chicos finalmente pudieron ser libres del martirio a los que eran sometidos por escuchar las largas y aburridas clases que impartían los profesores, cuyos tonos de voz largos solo transmitían su fastidio a los alumnos, pero ya eran libres y todos los niños (y profesores) salieron de la instalación a carrera celebrando como si hubiesen ganado la final de la Copa del Mundo. Pocos se quedaron atrás por diversas razones, entre ellos Stella que ordenaba sus cuadernos en su casillero como le habían enseñado cuando ingresó al colegio. De donde ella venía no usaban casilleros, los cuadernos los debías cargar a toda hora de clases y tácitamente era obligatorio llevar una mochila para poder cargarlos, pero aquí las cosas eran distintas y usaban los casilleros para no tener que cargar con esos pesados bultos sobre la espalda, aunque para ella no había mucha diferencia. De todos modos, ese no es el punto del asunto ni el foco de pensamiento de la niña proveniente de las Filipinas, sino otro que le molestaba desde la hora del almuerzo y se trataba de la nueva relación de su amigo. Se sentía feliz por él por conseguirse a alguien especial, pero ese alguien lo único que tenía de especial su mal temperamento, y Stella no iba a permitir de ninguna forma que Lincoln se viera forzado a estar en una relación que le causará daños permanentes y heridas de tercer grado (tanto físicas como emocionales). Ya habiendo guardado sus cuadernos cerró su casillero y se dispuso a retirarse a su casa pensando cuidadosamente en el siguiente paso que debía dar para poder hablar con Lincoln y con Ronnie Anne, tanto así que no se fijó en sus propios pasos y cayó boca abajo hacia el suelo pues se había tropezado con algo. Cuando levantó la vista a fijarse en aquello que la había hecho perder el equilibrio vio a 4 niñas pequeñas paradas, una castaña de suéter verde, una pelinegra con piel pálida y dos rubias que se parecían bastante. Antes de poder quejarse la niña de pelo castaño tomó la palabra.

-Lo siento, quería chocar contigo cuando dieras la vuelta en la esquina para un efecto dramático, pero no tomé en cuenta lo baja de mi estatura-dijo la niña a modo de disculpa, hablando con un extraño siseo.

Stella se levanta del suelo y se sacude el polvo de su ropa.

-Descuida, esas cosas pasan. Y ¿qué querían hablar conmigo?

-Primero que nada, permíteme presentarme: Soy la Dra. Lisa Marie Loud, y estas de aquí son Lucy, Lana y Lola, somos las hermanas de Lincoln-se presentó Lisa y a sus hermanas respectivamente.

-Así que ustedes son las hermanas de Lincoln ¿eh? Pues diría que es un placer conocerlas, pero creo que me astillé un diente con ese primer encuentro.

-Nuevamente me disculpó por eso, y retomando la pregunta que me realizó: Queremos hablar con usted de un asunto que nos compete a todos nosotros.

-¿El cuál es?

-Lincoln y Ronnie Anne.

-OK, ¿qué quieren de ellos dos?

-Sabemos que, al igual que nosotras, tú tampoco estás de acuerdo en que ambos estén juntos-dijo ahora la niña rubia que usaba un vestido rosa, si no se equivocaba Stella ella se llamaba Lana-Y como dice el dicho "el enemigo de mi enemigo, es mi amigo".

-No soy enemiga de su hermano.

-No literalmente, niña.

-Lo que mis hermanas tratan de decir es que si trabajamos juntos podemos encontrar la mejor forma de separar a Lincoln y a Ronnie Anne-dijo ahora la niña rubia que usaba un overol, según Stella se llamaba Lucy, ¿o acaso era Lola?

-Bueno, digamos que pierdo la razón y decido trabajar con ustedes, ¿cuál es su plan?

-Simple, meter trabas en la relación de ambos hasta que uno de los la dé por terminada, optamos más por Ronnie Anne pero tampoco descartamos que nuestro hermano nos sorprenda.

-Entonces, ¿qué dices? ¿Contamos contigo?

-Mmmm...escucha Lana.

-Lola.

-Claro, perdón, me halaga mucho que ustedes quieran invitarme a unirme a su...complot conspirativo para destruir una relación, pero la tendré que rechazar.

-¿Por qué?-preguntaron todas al unísono.

-Su hermano me ha contado cientos de historias locas en la que ustedes lo involucran cada vez que quieren ayudarlo y yo no quiero ser parte de nada de eso. Además, yo lo que quiero hacer es hablar con ambos para que puedan dar por terminada esa relación bajo mutuo acuerdo.

-Espera, ¿piensas hablar con Ronnie Anne?

-Así es, Lisa.

-Lucy.

-Oh, perdón.

-¡¿Estás loca, mujer?! ¡Te hará picadillo!-advirtió la niña rubia con el overol. Stella dejó de intentar atinarle a los nombres.

-Pero tratar de convencerla a ella será mucho más fácil que convencer a Lincoln, es más inflexible que un comunista-dijo la del suéter verde.

-No se preocupen por mí, chicas. Ya he tratado con personas así en el pasado.

-¿En serio?

-Bueno, más o menos, pero sé qué hacer. Así que, aunque agradezco su ayuda puedo hacer esto sola. Ahora si me disculpan, tengo que volver a casa. Fue un gusto conocerlas.

Dicho esto, Stella dio la media vuelta y se retiró hacia su casa.

-Yo organizo su funeral-comentó Lucy antes de que todas salieran del edificio cuando escucharon el pitido de la van.

/

Lincoln salió de la escuela con su extraño buen humor, todavía feliz de ser pareja de la persona de quién se había enamorado hace ya más de un año. Afuera del edificio encontró a sus hermanas esperándolo en la camioneta, pero en lugar de ir con ellas caminó hasta llegar a la cera y dio la vuelta a la derecha, confundiendo a sus familiares que decidieron seguirlo a través del vehículo.

-Lincoln, ¿qué estás haciendo? Es hora de irnos-dijo una ligeramente molesta Lori.

-No puedo Lori, Ronnie Anne me invitó a ir al centro comercial con ella, me está esperando en la acera de la otra cuadra.

Al escuchar el lugar a dónde iban a ir, una entusiasmada Leni sacó la cabeza por la ventana

-¿El centro comercial? ¡Qué bien! ¿Puedo ir?

Lori la jaló hacia dentro, hacia su asiento.

-Lo siento Leni, pero quiero pasar tiempo de calidad con Ronnie. Quizás en otra ocasión. ¡Oye! ¿Y si nos llevan?

-Lo siento, pero tendrás que buscar a alguien más que te lleve porque yo no te llevaré al centro comercial.

-¿Qué? ¿Por qué no?

-Lincoln, ayer te dejamos bien claro que no aprobamos tu "relación" con Ronnie Anne y si mal no recuerdo nos pediste explícitamente que no interviniéramos, eso incluye también los favores. Así que no cuentes con nosotras para ninguna clase de ayuda que tenga que ver con ella.

Lincoln estaba visiblemente molesto por el trato injusto que le daban sus hermanas por estar de novios con Ronnie Anne, mientras que Lori sonreía complacida al ver la cara de molestia de su hermano. Esta era una de las tantas trabas que tenían planeada todas meterle a Lincoln para que al final la mexicana lo botara por no haber asistido a sus citas y conociendo a su hermano no había forma alguna de que se negara a subirse al vehículo y olvidara lo de su cita, con tal de evitar caminar ese largo trecho hasta el lugar, tenía todas las cartas a su favor.

-De acuerdo.

No obstante, no esperó que él se tomara a la ligera ese ultimátum y tranquilamente optara por seguir caminando.

-Espera, ¿caminarás hasta el centro comercial?

-Sip.

-Son 2 horas a pie desde aquí.

-Así haré ejercicio.

-Llegarás tarde a casa.

-Lo sé.

-Mamá va a regañarte por llegar tarde.

-Al menos esta vez me regañará por algo que yo hice, en lugar de estar respondiendo por los errores de ustedes.

Las hermanas desviaron la vista al recordar con cierta culpa las veces en la que su hermano había asumido la responsabilidad de sus actos en varias ocasiones. Lori tuvo ganas de ocultar su cabeza bajo la puerta, pero tuvo que reprimirlas al ser la conductora. Sacudió de su cabeza ese sentimiento de culpa y volvió a su estado de molestia inicial.

-Bien, si quieres pasar 4 horas caminando solo por la noche es tú problema.

-No estaré solo, estaré con Ronnie Anne.

-Como sea, espero que no le tengas miedo a la oscuridad.

-Yo también.

-Nos vamos.

-Adiós, nos vemos en la casa.

Lori pisó a fondo el acelerador para salir rápidamente del área de la escuela, enojada por la actitud altanera de Lincoln.

El varón las vio alejarse a toda prisa, estaba un poco herido por escuchar que ellas no iban a mover un dedo para ayudarlo con Ronnie Anne, pero también se lo esperaba dado la posición que tomaron ayer al enterarse de la noticia. Lo mejor por ahora era dejar a un lado eso y enfocarse en el momento, que era que iba a pasar la tarde con su novia. Y hablando de ella, la vio esperándolo en una cuadra más adelante, corrió los últimos metros para llegar hasta ella.

-Ya te estabas tardando, patético.

-Sí, lo siento, mis hermanas me retasaron un poco. Y hablando de ellas, tengo malas noticias: No van a llevarnos al centro comercial.

-No hay problema, tengo otro medio de transporte que puede llevarnos.

-¿En serio? ¿Y cuál es?

Ronnie Anne silba poniendo dos de sus dedos en su boca e inmediatamente llega un taxi.

-Se llama taxi, ahora vámonos.

Los dos se suben al taxi y parten rumbo al centro comercial.

/

Al llegar al centro comercial la pareja se la había pasado buscando una buena ropa para el novio que lo haga ver un poco más rudo y más cool de lo que su ropa actual daba a entender. Tardaron más de lo esperado, como 1 o 2 horas hasta que pudieron encontrar diversos atuendos que le transmitirían una nueva onda diferente a quien lo mirase y fue cuando quedaron satisfecho. Cuando se estaban yendo pasaron al lado de una tienda de suéteres y a Ronnie Anne le llamó mucho la atención uno amarillo que tenía las iniciales RW exhibido cerca de la ventana. Ella prefería más el morado que cualquier otro color, pero debía admitir que quien haya hecho ese suéter hizo un muy buen trabajo, tanto así que estaba tentada a comprarlo. Por desgracia ya no le quedaba dinero sino para el taxi de regreso, se lamentó por eso, pero ya lo compraría en otra ocasión si es que nadie más lo hacía primero. Siguieron caminando un rato hasta que Lincoln dijo que necesitaba ir al baño, se tardó un poco, cuando regresó ya pudieron salir del centro comercial. El peliblanco estaba listo para irse a su casa, en su lugar la morena lo jaló del brazo para llevarlo a otro lugar.

-¿Qué haces Ronnie? ¿No nos íbamos a casa?

-Aún no, patético, primero quiero que conozcas a unas personas.

Él no entendía de quiénes podrían tratarse, estaban lejos de su casa así que descartó a sus padres, estaban lejos del supermercado así que descartó a Bobby y sus otros familiares vivían a 3 horas de allí así que también los descartó. Quizás se tratase de sus amigos o de personas con quien se la pasaba. De cualquier forma, estaba feliz pues significaba que le tenía tanta confianza como para presentarle a personas dentro de su círculo social.

Llegaron a un callejón oscuro y maltratado, lleno de mugre y basura en las paredes con insectos y animales asquerosos merodeando alrededor. Aquel lugar no le dio una muy buena espina al peliblanco, pero no iba a cuestionar el lugar que frecuentaba su novia. Dentro del callejón se encontraban dos figuras misteriosas, una recargaba la espalda sobre la pared y otro estaba sentado en el suelo.

-De acuerdo chicos, vengan aquí un momento.

Las figuras dejaron sus poses iniciales para salir de las sombras hasta llegar al frente donde estaban la pareja.

-Muy bien Lincoln, quiero presentarte a Hank y Hawk.

De las sombras aparecen los dos chicos mencionados. Uno era un chico grande de piel clara, con cabello castaño con un peinado tipo punk y le falta un diente frontal. Lleva una camiseta oscura de color caqui, pantalones cortos azules y tenis blancos con dos rayas azules. El otro era de piel oscura, con cabello negro que cubre sus ojos y tiene un lunar en el lado izquierdo. Lleva una camisa blanca, chaqueta borgoña, pantalones vaqueros y zapatos blancos. Los dos emanaban un aire amenazante a quien los viese, y por supuesto que Lincoln no es la excepción.

-R-R-Ronnie, ¿son amigos tuyos?

-Amigos es una palabra muy cercana, yo diría más bien que son personas que me enseñaron un par de trucos de la vida.

-Ah, de acuerdo-un poco más relajado, Lincoln estiró la mano para presentarte-Hola, mi nombre es Lincoln Loud.

Los chicos dejaron colgado al albino mostrando unos ceños fruncidos. Lincoln avergonzado retiró la mano y la pasó por su cabeza para disimular, mientras que Ronnie tuvo que reprimir sus ganas de golpearse la frente.

-Lincoln, mejor espera aquí mientras yo hablo con ellos adentro del callejón.

La morena se adentró al callejón junto con los chicos dejando solo a Lincoln. Una vez alejado los tres pudieron hablar sin ser molestados.

-¿Qué significa esto, Ronnie Anne? ¿Por qué traes a ese enclenque debilucho a nuestro punto de reunión?-dijo el blanco que tenía por nombre Hawk.

-Lo traje para que le den algunos consejos para que sea rudo, lo haría yo pero parece perdido cada vez que le hablo. Entonces, ¿qué dicen?

Los dos bravucones se ríen con fuerzas al escuchar la petición de la latina.

-Debes estar bromeando.

-En realidad no, hablo en serio.

-Pues en ese caso nos negaremos, no vamos a enseñarle nada a ese patético-dijo ahora el de la piel morena.

-Vamos chicos, no les pido que lo vuelvan parte de su grupo, solo que lo hagan menos...suave.

-Ni lo pienses, no podemos permitir que nos vean con ese saco de boxeo.

-De hecho, no podemos permitir que te juntes con él-dijo el de la cresta.

-¿Por qué no?

-Con solo verlo ya creo que es obvio.

-Pero es mi novio.

-No nos interesa si son novios, amigos o familia, más te vale que te alejes de él si es que quieres que te sigamos permitiendo venir aquí.

Ronnie Anne analizó la situación en la que se encontraba, si seguía con Lincoln entonces perdería los privilegios de parte de aquellos dos. No es que los considerara sus amigos, pero aquellas ventajas no eran para despreciarse así de sencillo. Al final llegó a una conclusión, una muy clara.

-De acuerdo...de todos modos ya no quería seguir viéndolos, perdedores.

-Bien, si así lo quieres ya no vuelvas nunca más. Ahora hazte a un lado.

Los dos bravucones caminan con hacia fuera del callejón, pero Ronnie Anne puso en el medio.

-Wow, wow, wow, ¿a dónde van?-Ronnie Anne conocía al par lo suficiente como para saber que solo salen de ese callejón cuando tienen que volver a casa o cuando ven a alguien para agredir.

-A darle una lección a ese debilucho.

-Si ese tonto cree que puede pasearse por aquí sin que haya consecuencias vamos a probarle que está equivocado.

-Oh no, no van a acercársele a Lincoln. La única que puede molestarlo en este planeta soy yo y solamente yo.

-Pues si no te haces a un lado no tendremos más opción que darte una lección también.

-Tendrán que llegar a él por encima de mí.

-Como quieras.

Los dos rufianes chocaron sus puños contra sus palmas para calentarlos antes de la pelea.

-Antes fui amable contigo por ser una chica, pero ahora podré dejar salir todas mis ganas de golpearte que tenía acumulado-dijo el del cabello negro

-En todos mis años de agresión y extorsión, nunca lo hice por placer. Pero contigo Ronalda, lo voy a gozar como no tienes idea-dijo el de la cresta.

Ronnie Anne se puso en guardia, se tronó el cuello y le dio la mirada más fría que pudo.

-Lo mismo les digo, idiotas.

Y ya habiendo preparado todo dieron inicio a la pelea.

/

Afuera del callejón estaba Lincoln esperando a que su novia terminara de hablar con esos dos chicos que obviamente eran bravucones. No sabía si sentirse tranquilo o temeroso de saber que su Ronnie se había juntado con aquellos dos, pues a pesar de que en sus palabras no eran cercanos si temía por las cosas que aquellos dos le hubieran enseñado. Hank y Hawk eran conocidos por ser de los más temidos en toda la ciudad, su extensa fuerza bruta era un arma del cual los niños de Royal Woods no podían escapar o hacer frente. Tal vez Ronnie Anne también tenga una mala reputación, pero no una tan manchada y siniestra como la de ellos, que incluso estuvieron por entrar a la correccional de menores de no haber sido por el permisivo sistema judicial de la ciudad.

No sabía para qué ella lo había traído, lo que sabía es que tendría que hablar con ella de inmediato y así suavizar un poco su actitud tosca, ya era momento de hacerlo de una vez. Solo esperaba que ella no lo tomara mal y luego lo golpeara, él la quería tal y cual como era pero era por su propia bien que fuese menos agresiva y más abierta con los demás.

Entonces dentro se escucharon golpes y quejidos de dolor, al parecer estaban peleando. Lincoln no se le ocurrió nada que pudiera ocasionar una pelea, dejando a un lado el hecho de lo explosiva que era su novia y la cara poca amistosa con la que conoció a los dos chicos. Cuando escuchó gritos de dolor agudos le llegó de inmediato la imagen de Ronnie Anne siendo vapuleada por aquellos gorilas. Era una posibilidad muy grande, tal vez ella sea muy ruda y dura con los puños, pero ellos no solo la superaban en número, sino que en tamaño y presumiblemente en fuerza.

Los gritos de dolor agudos sonaron con más fuerza, esta vez con algo rasposa, cosa que preocupó seriamente al albino. Su novia estaba en problemas y necesitaba su ayuda, pero... ¿qué podía ser un niño que fue vencido en pulseadas por un niño de primer grado? (con algo de trampa, hay que aclarar) No mucho, más que para ser el saco de boxeo de aquellos dos grandulones. Si con eso le daría tiempo para que escapara entonces lo haría sin dudarlo. Infló el pecho para acumular valor y se dirigió al callejón para ayudar a su novia, lo que vio dentro lo dejó impactado. Allí estaban los dos bravucones, tendidos en el suelo con serias lesiones cutáneas y óseas en sus cuerpos, dientes faltantes y ojos morados, y su novia frente a ellos en un aspecto dominante, sin dar señal de haber recibido daño alguno, o de siquiera haberse esforzado. Los gritos que había escuchado provenían de los bravucones, al igual que los alaridos, y los golpes eran los encajados por la latina.

Ella dio la media vuelta y tomó la mano de Lincoln para guiarlo fuera de ese horrible lugar.

-Vámonos de aquí, Lincoln.

-Pero, ¿qué hay de esos chicos?

-Olvídalos, son unos perdedores, no sé qué pensaba cuando me juntaba con ellos.

Sin dar alguna explicación de lo sucedido, Ronnie Anne chifló para detener un taxi y subirse con su novio para largarse lo más rápido posible de ese horrendo lugar.

El peliblanco aún se preguntaba qué había pasado para que los tres se hubiesen peleado...bueno, más bien para que los bravucones fungieran de saco de boxeo para la latina. ¿Acaso habrá sido por él? No llegó a escuchar mucho debido a que estaba un poco lejos de donde ellos estaban y además el tono de voz no era lo suficiente alto para escuchar mucho de lo que decían, no más una que otra palabra. Ahora que lo pensaba bien, escuchó algo con que lo iban a golpear o algo así y creyó que su novia no lo permitió. ¿Acaso eso fue lo que pasó? Tal vez no escuchó casi nada de la conversación, pero su corazón le dijo que estaba en lo correcto.

Todavía enojada por el incidente que acaba de vivir, Ronnie Anne se la pasó mirando por la ventana del vehículo contemplando la vista que le ofrecía de las calles, hasta que sintió la mirada de su novio sobre su nuca. Giró la cabeza y lo encontró sonriéndole, no de la misma forma que antes, esta vez era con dulzura.

-¿Qué estás mirando, patético?

-Nada-dijo con algo de dulzura, sabiendo que su novia no sería honesta con él sobre el incidente.

Buscando romper el silencio predominante, Lincoln decidió sacarse una duda de la cabeza.

-Oye Ronnie, ¿para qué me habías traído hasta aquí?

-Por nada, solo quería que ellos te dieran unos consejos para que seas más duro porque tienes que admitir que eres un completo debilucho. Pero ellos se la dan de que son lo mejor de esta estúpida ciudad como para rechazarte cuando ni son capaces de vencer a una chica con problemas de autoestima.

-Espera, ¿qué?

-¡Nada!-gritó ella, su tono agresivo sirvió como una advertencia para que dejara todo eso atrás.

Pensó en lo que le había dicho su novia acerca de la salida que tuvieron, al parecer ella quería que se juntase gente más ruda para que adquiriera un carácter más fuerte. En base a esa lógica, ¿y si él la juntase con su grupo para que se vuelva más abierta? Era una gran idea, de esa forma podría integrarla a su grupo y suavizarla de poco a poco. Sólo tenía que encontrar la forma de convencerla.

Llegaron a la casa Loud a bordo del taxi, Lincoln se bajó al estar al frente de la entrada principal, no sin antes despedirse apropiadamente.

-Oye Ronnie, muchas gracias por este día. La pasé genial contigo.

-No me agradezcas aún, espera a que tu popularidad crezca gracias a mis consejos y a la ropa que te compré.

-Ronnie, no me interesa la ropa o si soy popular. Admito que me gustaría ser más reconocido de lo que soy ahora, pero no lo valoro tanto como el pasar tiempo contigo.

-Sí, sí, sí, ya vete que tengo que llegar a mi casa. Hasta mañana patético.

-Hasta mañana Ronnie.

El taxi se va para dejar a la morena a su casa. Lincoln camina hasta la puerta de su casa, feliz de haber pasado la mejor tarde con su novia.

/

Al día siguiente en la escuela todo iba bien...en lo que cabe la palabra. Aun había una gran tensión que rodeaba a la pareja de raros que eran Ronnie Anne y Lincoln, no solo las chicas no se le acercaban a Lincoln por temor a terminar como Jordan, tampoco lo hacían los varones (porque en estos tiempos de inclusión cualquiera puede ser gay). En la hora del almuerzo un grupo de alumnos de 6to grado platicaban animadamente mientras comían de su comida, hasta que llegó cierta latina con su novio llamando la atención de todos cuando puso bruscamente su bandeja sobre la mesa.

-¡Lárguense, ahora!-les ordenó con ímpetu y los chicos salieron despavoridos de la mesa, dando libertad a la pareja para comer tranquilamente en la mesa.

En otra mesa, Stella atestiguó y reprochó la actitud de la chica y más aún la no intervención de su pareja al respecto.

-Es realmente increíble, no puedo creer que hasta los de 6to le tengan miedo.

-Pues se lo ganó, ¿qué te digo?-añadió Clyde.

-¿Y los maestros no hacen nada al respecto? Es más, por lo que he oído deberían expulsarla de esta escuela.

-Stella, estás en una escuela pública estadounidense, en cada una hay un abusón como Ronnie Anne, sino es que algo peor, si expulsasen a todos los estudiantes agresivos en las escuelas públicas no tendrían alumnos, por lo tanto los maestros solo se limitan a castigarla o suspenderla. Además, no pueden expulsarla, como es mexicana y de piel morena podrían acusar a la escuela de racismo y xenofobia, ya sabes cómo son hoy en día-explicó Rusty.

-¿En serio nadie va a hacerle frente a esa abusiva?

-Sí lo han hecho, pero ninguno siquiera le ha hecho un rasguño. Si crees que lo de Jordan fue malo espera a oír lo que ella les hizo a sus contrincantes, desde entonces nadie se atreve a enfrentarla nuevamente-dijo Zach.

-Pues eso se acabó, yo le haré frente hoy.

-¿Aún sigues con eso?

-Así es, es más, ustedes deberían acompañarme.

-Gracias por la oferta, Stella. Pero quiero morir habiendo tenido una novia-se negó Rusty a lo que sus amigos secundaron.

Stella estaba por reclamarles, cuando unos 4 chicos de 6to se acercaron a la mesa.

-Oigan, ¿ustedes son los de la apuesta del idiota que es novio de Ronnie Anne?-preguntó uno de los chicos de aspecto robusto con cabello dorado un tanto oscuro con una camisa roja.

-Así es.

-Mis amigos y yo queremos apostar 50$ cada uno a que a fin de mes ella lo bota y humilla frente a todos-dijo entregando su parte con la de sus amigos.

-De acuerdo, ya los tenemos anotados-dijo Liam anotando todo en una libreta-No olviden recomendarnos con sus amigos-dicho esto los chicos se fueron.

Liam le entregó el dinero a Clyde para que lo guardara junto con los otros en un bolsito pequeño, todo bajo la mirada de reproche de Stella.

-No puedo creer que aun sigan con eso.

-Tampoco nosotros, pero se esparció el rumor, varios querían integrarse y terminamos por reunir más de lo pensado. Ya tenemos 500$-dijo Zach.

-¿500? ¿Cómo consiguieron tanto dinero?

-Resulta que nadie le tiene fe a la pareja y todos creen que es dinero fácil.

-Aun así, no deberían ganar dinero a cuesta de la integridad de Lincoln. Debería darles vergüenza.

-Stella, la vida da limones en algunos momentos. Si algunos como Lincoln quieren exprimírselos a los ojos, pues que lo hagan. Nosotros en cambio haremos algo mucho mejor que limonada...pasta-dijo Rusty.

El timbre resonó por la instalación para avisarle a los alumnos que era hora de retomar las clases.

Los chicos se pararon de la mesa para retornar a su salón, con la excepción de Stella.

-¿No vienes?- le preguntó Clyde.

Stella vio como Lincoln tomaba el camino para regresar al salón, dejando atrás a Ronnie Anne para que terminara su almuerzo antes de regresar a clases.

-Es mi momento para atacar. Aprovecharé que está sola para hablar con ella.

-Por favor Stella, no insistas con eso.

-Sí, hay formas menos dolorosas de morir, como colgarte, lanzarte de un edificio o auto-envenenarte usando la contaminación de los carros -dijo Liam.

-No me importa, alguien tiene que ponerle un alto a esa matona y si nadie más lo hará entonces lo haré yo, si ustedes quieren acompañarme son bienvenidos.

Los chicos se miraron entre sí por un momento, como si considerasen apoyar a su amiga en su causa y encarar a Ronnie Anne. No obstante, dieron la media vuelta y se retiraron del lugar, no queriendo tener nada que ver con la paliza que seguro Stella recibiría. La filipina rodó los ojos con fastidio, luego se encaminó hacia la mesa donde comía la así apodada "reina del dolor"

Dando pasos firmes, teniendo una postura prepotente y una mirada muy determinada, Stella llegó a la mesa decidida a tener esa charla con la mexicana, quien ni le había prestado atención en todo su trayecto

La filipina carraspeó, captando la atención de Ronnie Anne.

-Ronnie Anne, tenemos que hablar.

/

En el salón de clases, los niños del 5to grado esperaban a que regresara la maestra Johnson del baño para comenzar la clase. La puerta del salón y todos pensaron que se trataba de la maestra, resultó ser Stella que tenía el labio inferior roto, el cachete derecho inflamado y un ojo morado. Todos se le quedaron mirando como caminaba cojeando y tambaleándose hasta su asiento, ubicado a la derecha de los chicos con los que se juntaba, después todos siguieron con sus asuntos. Stella se indignó por ver a sus amigos ignorando su mal estado como si no les importara.

-Bueno, ¿no van a decir nada?

-¿Hablaste con Ronnie Anne?-dijo Clyde

-Sí.

-Entonces no.

Y siguieron con sus asuntos. La chica iba a reclamar, pero no tenía ningún argumento con el que contradecir así que se quedó callada.

-Entonces, ¿ya dejarás esto?

-Aún no Clyde, tengo que hablar con Lincoln.

-¿Bromeas?-intervino ahora Rusty-Si crees que hablar con Ronnie Anne fue inútil, pues con Lincoln será más inútil que convencer a un físico que se equivoca, o un teólogo, o un filósofo, o un geólogo, o un...

-Ya entendí, aun así debo intentarlo. No voy a permitir que Lincoln se siga exponiendo a esa clase de maltrato continuo. Hablaré con él después de clases y...-la mirada de Stella de pronto parecía haberse perdido, al igual que su estado de conciencia. Comenzó a botar un poco de saliva de su boca y luego se desmayó en el asiento.

Al llegar, la maestra Johnson encontró a la asiática totalmente noqueada en su puesto.

-Señorita Filippelli, despierte que esto es una escuela, no un hotel.

-Eh, maestra, Stella está un poco cansada por...haber pasado la noche estudiando. Dele solo unos minutos por favor-explicó Clyde a la maestra.

-De acuerdo, solo 5 minutos y luego la despiertas-permitió la señorita Johnson para luego poder comenzar su clase.

/

La tarde de Royal Woods era tranquila igual que siempre. En el Salón de Juegos Bocadillos se encontraba Stella esperando en una de las mesas.

Mientras esperaba se le acercó unos de los empleados, una adolescente rubia que todos conocemos.

-Psst, ¿tú eres Stella?

-¿Sí?

-Bien, mi nombre es Lori, soy la hermana de Lincoln.

-¿Hermana? Pero si ya conocí a 4 hermanas suyas.

-Lo sé, ellasme contaron. Es que en realidad son 10 hermanas que tiene Lincoln.

-¡¿10?! ¡¿Hablas en serio?!

-Muy en serio, ya hablaremos de eso en otro momento. Ahora, en lo que hay concentrarnos es en qué le vas a decir a Lincoln para que desista de esta locura.

-Espera, ¿cómo sabes de eso?

-Este...no fue porque espiamos tu conversación, si es lo que piensas.

-Como sea. No necesito su ayuda, tengo todo bajo control así que puedes retirarte.

-De hecho, trabajo aquí por lo que tendré que quedarme quieras o no.

-Ash, está bien. Pero por favor no me interrumpas.

-Haremos lo posible.

-¿Cómo que haremos?

Antes de que pudiera responder la puerta del local se abrió haciendo sonar la pequeña campana que tiene por encimita.

-Oh, ahí viene Lincoln. Estaré por la caja vigilando todo.

-¿No crees que se sentirá incómodo por tener a su hermana viéndolo hablar de un tema personal?

-No te preocupes, tengo esto-Lori saca de su bolsillo un bigote falso y se lo coloca como un disfraz.

-Claro, él no sabrá que eres tú con ese disfraz-dijo sarcásticamente Stella.

Lori se va a la caja justo cuando llega Lincoln a la mesa.

-Hola, Lincoln.

-Hola, Stella, gracias por invitarme, como Ronnie está castigada por un malentendido no tenía nada que hacer en la tarde.

-Está bien, toma asiento.

Lincoln se sienta al frente de la chica.

-¿Y los chicos aún no llegan?

-De hecho, solo te invité a ti, necesito hablar algo contigo.

-¿Sobre qué?

-Sobre tú y Ronnie Anne, escucha yo...

-Espera un momento Stella-Lincoln gira la cabeza hacia atrás-Lori, podrías darnos algo de privacidad.

-¿A quién le hablas niño?-dijo Lori con un claramente falso acento alemán-Yo no ser esa tal Lori, yo ser...ehm...Constantinopla.

-Lori, sé que eres tú usando un bigote falso y acento alemán, además tienes el gafete con tu nombre puesto.

La primogénita de la familia Loud se golpeó la frente por olvidar ese detalle tan importante.

-¿Puedes darme algo de privacidad para hablar con Stella? Ustedes también chicas, sé que están detrás del mostrador.

-No, no es cierto-se escuchó la voz de Leni, seguido de un sonido simultáneo para callarla.

-Chicas, las vi apenas entré. Por favor salgan de ahí y déjenme solo con Stella.

Las chicas con resignación salieron de su escondite y se fueron con Lori a la parte trasera del establecimiento.

-Tú también Lucy, sé que estás en el ducto, sal de ahí.

La gótica salió de su escondite y fue a acompañar a sus hermanas, soltando otro de sus clásicos suspiros.

Ya estando finalmente a solas regresó a la mesa.

-Lo siento. Hermanas, siempre espiando cualquier conversación que esté relacionada con una chica. Ahora, ¿qué estabas diciendo?

-Sí. Escucha, no creas que no me siento feliz por ti por haber conseguido novia.

-Gracias, al fin alguien que me comprende.

-Pero no creo que debas seguir con esto.

-Espera, ¿qué estás diciendo?

-Digo que debes terminar con ella ahora.

-¿Qué?

-Lincoln entiende, no hay forma de que esa relación funcione, ella es muy agresiva.

-Vamos, sé que es algo difícil, pero no es para tanto

-¿No es para tanto? Lincoln, ayer le dio una tunda a Chica Jordan por tan solo saludarte.

-Sí, pero no es tan malo si revisas todo el contexto. Como está en reposo por las heridas no podrá venir a clases el resto de la semana, y hay un examen de matemáticas mañana para el cual ella ha manifestado varias veces que no se siente preparada, así que podrá usar lo de los golpes como excusa para no presentar el examen hasta que se sienta preparada. Un final feliz.

-Pero ahí está otro detalle, tú también eres demasiado sumiso y te dejas dominar por ella.

-A veces la derrota tiene un sabor muy dulce.

-Aun así, ¿cómo pudiste permitir que Ronnie Anne golpeara de esa forma a Jordan sin decir nada al respecto?

Lincoln soltó un suspiro junto con una sonrisa condescendiente, como si la estuviese tratando como tonta.

-Ay Stella, eres tan inocente. Si hay algo que he aprendido en todos estos años de estar conviviendo con mujeres es que a ellas les encanta tener la razón. Si quieres ganarte el favor de una mujer, tienes que estar de acuerdo en todo con ella, sin importar que tenga o no razón.

-¡Lincoln! Esa actitud tuya es cínicamente manipuladora y desvergonzadamente machista, no puedes seguir haciendo eso.

-Tienes razón Stella, ese un comportamiento muy malo de mi parte y ya no lo volveré a hacer.

-Gracias-replicó la asiática satisfecha por haber eliminado ese comportamiento machista de su amigo, sin notar como éste les guiña el ojo a los lectores-Pero de todos modos tienes que entender que no hay forma alguna de que ese noviazgo tuyo salga bien, ella no siente nada por ti.

-Querrás decir aún no siente nada por mí.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Stella, no soy tan tonto e inocente como aparento. Claro, admito que me he pasado de tonto en estos días, pero estoy plenamente consciente de las cosas que pasan con Ronnie Anne y mi alrededor. Sé que por ahora el sentimiento que tengo por ella no es recíproco y que de seguir así mi relación estará más condenada que una monja que perdió su virginidad con un adolescente, pero no te preocupes por eso, tengo un plan.

-¿Tú tienes un plan?

-Sí, así es.

Stella esperó a que el peliblanco diese su explicación de cómo estaba formulado su tan dichoso plan, pero después de esperar durante un tiempo demasiado prolongado perdió la paciencia.

-Y bien, ¿no vas contarme de tu plan?

-No.

-¿Por qué no?

-Porque he notado que en cuánto más personas se involucren más propensos son mis planes a fracasar y este no puede tener ninguna falla.

-Entonces, ¿quieres que confíe ciegamente en tu palabra de que tienes un plan para hacer que tu relación funcione y no quieres que me involucre en lo absoluto para no aumentar tú ya de por sí alto índice de fracaso?

-Exacto.

La niña con la camisa de estrella no estaba para nada conforme con las respuestas que recibió de Lincoln, estaba tan disconforme con la justificación continua de él que ya llegó a impacientarse.

-¡Despierta ya, Lincoln! ¡No sé en qué clase de mundo fantasioso vives, pero ya es hora de que pongas los pies en la tierra! ¡Ronnie Anne es un ser irracional lleno de violencia! ¡Si fuese una comida tendría una etiqueta que dijera "Venenosa", si fuese un animal sería un pez payaso, si fuese un reloj diría "Cúcu-Cúcu"!-dijo esto último haciendo mímica de un reloj cucú para luego hacer gesto de estrangulamiento-¡Mi punto es que debes terminar con esto ahora!

-¡Claro, ya lo sabía! ¡Te dejaste influenciar por las difamaciones negativas sobre ella, ¿verdad?!

-¿Difamaciones? ¿Influenciar? ¡Lincoln, esa desgraciada me rompió la cara cuando intenté hablar con ella!

-¡No la llames así!-enfatizó golpeando la mesa mostrando una fuerza que hasta ese momento era desconocida de él-¡Y en lo que a mí concierne te merecías esa golpiza!

-¡¿Por querer hablar con ella civilizadamente?!

-¡¿Qué tiene de civilizado llamar a una persona troll gorila?!

-Ok, admito que eso estuvo muy mal de mi parte, pero ella ya me había colmado la paciencia y empezó a actuar como loca.

-Stella, ella me contó todo lo que pasó, prácticamente le dijiste que era una persona horrible y que no permitirías que me torturara con una relación tóxica.

-Esa es una interpretación muy específica de mis palabras.

-¿Fue o no fue lo que le dijiste?

-...De acuerdo, quizás haya dado un mensaje similar, pero está más que justificado. Créeme, yo no me tragaba esos cuentos que decían los demás acerca de Ronnie Anne hasta que lo vi con mis propios ojos y puedo asegurarte que esa chica es mala.

-Ah, ¿en serio? Pues dime una cosa, si es tan mala como tú dices entonces ¿por qué nunca le ha quitado el dinero del almuerzo como todo un abusón? ¿Por qué no molesta a los niños de grados menores a los que claramente le tienen miedo? ¿Por qué demonios el año pasado me salvó de unos bravucones que me estaban golpeando sin misericordia?

-Espera, ¿ella qué?

-(Suspiro) Antes de que vinieras a Royal Woods había unos bravucones que dominaban el barrio, un día mientras iba a mi casa me agarraron desprevenido y me llevaron a un callejón. No querían dinero ni nada, solo golpearme por placer y así lo hicieron, hasta que vino Ronnie Anne y se encargó de ellos salvándome en el proceso. A mí, a un perfecto extraño al cual ella no tenía por qué sacarlo de ese sufrimiento en involucrarse en una pelea con otras 3 personas, pero aun así lo hizo. Dime una cosa, ¿una mala persona haría eso?

Aquella revelación dejó impactada a la filipina, había escuchado cientos y cientos de historias acerca de la chica de los puños duros (algunas más exageradas que otras) y nunca escuchó algo semejante a lo que reveló el albino. Ella era muy perspicaz, casi como un detector de mentiras humano, así que buscó en la mueca de Lincoln alguna señal que delatara su mentira...no encontró ninguna.

-Te confesaré algo, yo tuve la misma impresión que ustedes acerca de Ronnie Anne cuando llegó a la escuela el año pasado, pero ese día aprendí una valiosa lección: No puedes juzgar a alguien sin conocerlo primero. Ese día vi más allá de esa capa de concreto en la que está envuelta, vi su corazón y su alma. ¿Sabes que vi? Vi bondad dentro de ella, compasión, dulzura. Vi a la verdadera Ronnie Anne, que está encerrada bajo una gran capa de rudeza y agresión, no sé por qué pero creo que es porque no quiere sentirse a merced de alguien o salir herida, incluso no nuevamente. Desde entonces he intentado acercármele, aunque por desgracia soy muy tímido con las chicas por lo que mis intentos previos fueron infructuosos. Ahora tengo la oportunidad de estar con ella, de conocerla mejor, de ser alguien en quien ella pueda confiar...de decirle que no tiene que estar sola, que a pesar de que ella intenta alejar a los demás sé que no le gusta estar sola.

Stella no sabía qué decir, creía haber visto la verdadera faceta de Ronnie Anne, ahora se da cuenta de que en realidad no la conocía del todo.

-Tú eras cómo ella cuando llegaste, bueno en parte, porque a las dos no les gusta estar solas. Nosotros te dimos una oportunidad, te abrimos las puertas para que conocieras a las personas del lugar y que pudieras relacionarte con ella, a pesar de que nadie quería hablarle a la nueva que venía de una ex colonia norteamericana. ¿Tú no puedes hacer lo mismo por Ronnie Anne?

Ante esa pregunta Stella enmudeció, antes de venir al local tenía mil y un contra argumentos para convencer a Lincoln de dar por terminada su relación con Ronnie Anne, bastó un monólogo de él para tumbarlas todos y cada uno de ello. Ya no sabía ni qué pensar, no sabía que decir, apenas pudo emitir un vago sonido bucal sin significado alguno. Intentó usar toda la fuerza mental que le quedaba para formular algo que decir, pero un suspiro pesado de parte de Lincoln la sacó de sus pensamientos, lo encontró viéndola con una profunda decepción.

-Por supuesto que no, es más fácil encasillarte en la imagen negativa de ella, ¿verdad? Creí que eras diferente, que al menos tú entenderías mejor a Ronnie Anne que los demás...me equivoqué, eres igual a ellos.

Habiendo terminado de decir esto Lincoln se levanta de la silla para retirarse.

-Lincoln, yo...-intentó decir Stella para evitar que su amigo se fuese con una mala impresión de ella, más no supo cómo continuar esa oración.

Lincoln soltó otro suspiro, esta vez uno más ligero.

-Nos vemos, Stella.

Dicho esto se fue del salón de juegos, dejando a la asiática de piel morena con algo de culpa y una gran reflexión. Las hermanas de Lincoln entraron nuevamente al salón, desafortunadamente ellas no escucharon nada de lo que había dicho su hermano, la encontraron sola sin la compañía de su hermano.

-Y, ¿qué te dijo?-preguntó una curiosa Lori.

-Pues...ehm...tengo que ir a pensar bien las cosas.

Stella también se retiró del establecimiento, dejando a las hermanas de Lincoln esperando por una respuesta.

Ahora que lo pensaba bien, había muy grosera con Ronnie Anne cuando habló con ella en la cafetería. No debió haberla tratado así, debió haberla tratado mejor de lo que hizo, tal cual como lo tenía panificado, pero se dejó llevar por sus emociones y dijo cosas hirientes de manera innecesaria que ahora el recordarlas le daba una gran vergüenza. Ahora que lo pensaba bien, se merecía esa golpiza que recibió de Ronnie Anne.

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