Más perdidas

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//Narra Aidan//

Me concentré en escapar y cuidar de mi hermana, solo de eso, tal vez fui egoísta.

Nos escondimos en una cueva, por si teníamos que quedarnos durante un tiempo.

—Aidan, no escucho nada

—Yo tampoco, es como si se hubieran ido

—Tal vez solo venían por Shaden y Daysam

—En ese caso ya deben haberlos atrapado

—Vamos —con cuidado, volvimos al campamento

Cuando llegamos Ágata y Silas estaban ahí, ambos estaban arrodillados en el suelo que empezaba a humedecerse por el frío del anochecer. Parecían en shock.

—¿Que pasó? —pregunté

—Vimos cuando se fueron —se levantó Silas, sonaba mal pero trataba de ayudar a su hermana, que parecía perdida

—Se llevaron a Daysam, no pudimos hacer nada —Ágata tenía la mirada perdida y su voz parecía lejana, le afectó demasiado

—¿Dónde está Shaden? —algo me decía que no me gustaría la respuesta, pero igual pregunté

—No lo sé, de repente desapareció, creemos que también se la llevaron —la noticia me golpeó muy fuerte

¿Así será cada vez que nos ataquen? ¿Cada vez vamos a ir separándonos más?. Perdí a los únicos amigos que me quedaban, pero por lo menos sé que siguen con vida, que es más de lo que puedo comprobar de Artemisia.

Mahra se lanzó a abrazar a Ágata, quién apenas reaccionó se apartó y se levantó.

—Quiero volver a mi tienda -su voz era rasposa y sin energía, parecía que apenas tenía fuerza para estar de pie, tenía algunas heridas pero no tan graves como para dejarla mal. ¿Que fue realmente lo que vió?

Silas la tomó del brazo y la llevó lentamente a su tienda. Al poco tiempo salió de nuevo.

—Cuando vuelva Laith díganle lo que pasó —entró a su tienda, estaba igual de derrotado que su hermana, y con toda razón, estuvieron tan cerca pero aún así no pudieron hacer nada, aunque... Siento que hay algo más.

Me senté en la tierra. Al rato Mahra también se fue. Me sentía culpable, tal vez si me hubiera quedado hubiera pedido ayudar, aunque en el fondo sé que hubiera terminado igual que Silas y Ágata, sin poder hacer nada, sintiéndome inútil mientras solo puedo ver cómo se los llevan, cómo su viaje fue en vano y en el mejor de los casos volverán a casa, en donde los mantendrán vigilados cada instante del resto de sus vidas y probablemente no nos volvamos a ver en muchos años, ¿En el peor?... Ese no quiero ni pensarlo

Durante la noche Laith volvió. Mi siquiera fue necesario abrir la boca, parecía ya saberlo todo. Me fui a dormir entonces.



Estaba frente al castillo del Este, Cian estaba frente a mi, estábamos en el jardín, creo. Era el momento perfecto para llevar a cabo mi venganza. Desenvainé mi espada, cuando la levanté Asia apareció.

—¡No! —bajé la espada ¿Por qué estaba ahí?

Se puso frente al rubio, quién se fue de inmediato. Solté la espada. El estruendo del metal contra el piso resonó.

¿Por qué? ¡Te ha hecho daño!

¡No puedes tomar venganza! ¡Eso no le hace bien a nadie!

Asia

Basta

—¡Artemisia! —desperté, tan solo fue un sueño

Ese sueño me hizo recordar a Shad. Tenía razón, es hora de perdonar y dejar los planes de venganza, eso es algo que Asia hubiera querido.

Shaden siempre tuvo la razón, pero como siempre me dí cuenta tarde.

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