-Dios...mi cabeza....¿Dónde?- por unos instantes, el Ex-rey hada se despertaba sin recordar ninguno de los hechos acontecidos previo a su desmayo, pero a su mente pronto socorrieron todas las memorias- No, no....¡¡DIANE!!- el ex-rey de las hadas voló hacia donde estaba la reina de los gigantes, viendo su cuerpo muerto recostado contra una montaña derrumbada- No....¡¡MALDICIÓN!!- el hombre que juró proteger a su familia, nuevamente falló en su misión. Detrás suyo pronto llego Ban, rey de las hadas actual, quien tenía todo su cuerpo destrozado. Por la euforia King no lo notó al principio, pero al poco instante con su mano posando en su hombro dejó de ignorarlo.

-Ban...- se dirigió a su colega, con sus lágrimas cayendo, viendo como el mismo también lloraba de la misma manera, con su cuerpo destrozado y sus manos llenas de sangre.

-Por fin despertaste- comentó mientras se sentaba alado suyo. King derepente se fijó en sus manos, cubiertas de sangre reseca.

-¿Acabaste... con él?- preguntó incrédulo.

- Estaba siendo controlado por alguien, no sé quién. Algo raro está pasando, incluso ahora, siento demasiadas energías repartidas por el mundo-

-Igual yo, Ban-

Ambos se quedaron callados, habían pasado cosas terribles en tan solo un día. Y por lo que pintaba, no parecía que este día terminaría aún.

-¿¡!?- De pronto, King pudo sentir una enorme magia siendo reunida en alguna parte del planeta. De la misma manera Ban, quien se puso de pie al instante.

-¿¡Dónde es eso!?- preguntó alarmado Ban.

-¡¡Parece ser del Norte!!- gritó King, sudando.

Alguien estaba ejecutando un hechizo temible en lo más lejano del planeta. Ni Ban ni King podrían llegar a tiempo para detenerlo dado sus heridas.

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En otro sitio, Genos, el Cyborg demoníaco, estaba en el suelo con casi todo su cuerpo destruido. Casi todos los miembros enviados estaban en el suelo, ante el imponente Kaido con su maso arriba y su cuerpo fusionado con su fruta.

- La próxima vez, traigan 10 veces más fuerza para solo hacerme temblar- les dijo Kaido, mientras levantaba su martillo con intenciones de terminar con ellos.

- Maldición- se quejo Yami Sukehiro, uno de los tantos en el lugar que luchaba por levantarse.

- Adiós, sensei...- susurraba Genos, resignado en su situación.

Pero, como si fuera una estrella fugaz, alguien golpeó el rostro de Kaido con un brutal impacto que sacudió todo sus dientes.

-¿¡!?- Kaido ni tuvo tiempo de parpadear antes de ser golpeado, ni tampoco el mismo tiempo para contratacar o ver a su oponente. Recibió tantos golpes en corto tiempo que parecía un festival de luces. Un festival de color azul brillante. Sus huesos fueron rotos cuales galletas, para quedar inconsciente en el suelo a lo pronto. La persona que se encargó de él pronto paró, bajando al suelo para ayudar a las demás personas a levantar.

-¿Están vivos?-

-Gracias...- le agradeció Yami, el capitán de los toros negros, consternado por su fuerza- Joder, eres muy fuerte. Y tienes un gran ki-

-¿?¿Sientes mi ki?-

-Sé un poco sobre el ki, pero me gusta más la magia- le contó Yami, mientras iba a ayudar a otras personas, entre las cuales se encuentran otros Capitanes de órdenes del reino del Trébol- ¿Quién er...?-

Pero antes de poder preguntar, Goku ya se había ido. El saiyajin con toda su energía recuperada volaba por todo el planeta, eliminando a varios oponentes con algunos golpes. Perdía mucho ki con ataques destinos a ganar en uno solo, pero no había problemas mientras tuviera las semillas del hermitaño para recuperar ki. No sabía qué pasaba, pero se aseguraría de restaurar la paz y vencer a todos los presentes.

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Hisoka usó su habilidad de goma para agarrar un escombro y lanzarselo directo a la psicópata Lucy. Ella tuvo que usar sus brazos invisibles para cumbrirse, hecho que solo amortiguo el impacto directo mas no lo frenó como tal. Se vio impulsada hacia atrás por tal ataque, cayendo al suelo golpeándose por todas partes.

- Lady, Lady, eres muy interesante. Pero me estás decepcionando- le comentó Hisoka, caminando respectivamente hacia la chica con Nen activado, preparado para matarla de un solo golpe.

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En otro sitio, el equipo de Hunters ayudado por un boxeador profesional estaba manteniéndose en un constante vaivén de golpes hacia el supuesto inmortal de Kars. El mismo intentaba con mucha dificultad darles un golpe, pero los Hunters eran mucho más rápidos que él.

-Bastardos, ¿¡cómo unos humanos son tan fuertes!?- arremetió. Convirtió su mano en una ardilla asesina, la cual tomó por sorpresa ni más ni menos que a Gon, que un poco más y era mordido en el rostro. Pero su compañero Killua, a igual velocidad, agarró a la ardilla con una mano para aplastarla y dejarla hecha pedazos-(Son muy rápidos, al único que creo que podría eliminar...)- Kars saltó hacia el grupo otra vez, cada uno de ellos pensó que les atacaría a todos, pero Kars únicamente se fijaba en un oponente- (¡Es a él!)-

Kars lanzó unas agujas de cuerpo espín a Takamura, el boxeador de primera categoría, el cual tuvo que bloquear con su antebrazo, sin saber que envenenó cada espina con un poderoso veneno.

-Mierda, empiezo a....- el boxeador cayó al suelo, inconsciente por aquel fatal droga que iba a perjudicar su vida.

Kars tenía intención de caer sobre él para terminarlo, pero Gon había saltado para pegarle un puñetazo en el aire justo en el rostro.

-¡¡NO VOY A DEJAR QUE NADIE MUERA!!- le gritó, con una mirada que estremeció tanto a él como a sus compañeros.

Kars fue víctima de una lluvia de golpes, cubriéndose con sus dos brazos fornidos de todo, siendo ineficiente dado la mayor fuerza del niño. Si no fuese inmortal, lo más seguro es que desde hace buen rato que no tendría cuerpo.

-No quería recurrir a esto, pero supongo que no tengo opción- Kars empezó a respirar de una diferente manera. Brindó un puñetazo cuando tuvo oportunidad al peli verde, con una extraña habilidad que provocó unas quemaduras de segundo grado a Gon por todo su cuerpo.

-¡¡¡GON!!!- gritaron los 3 compañeros del mismo, escuchandose más pesar en la voz de Killua.

- No son usuarios de Hamon, pero tendré que acabarlos con él- pronunció el guerrero inmortal, a la par que su cuerpo empezaba a enmanar un aura rara.

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-mmmmmm....- una chica peli negra con una franja roja en su cabello se alzaba del sofa donde fue depositada para descansar- ¿Qué está...??? ¡¡AHHH!!- la chica descubrió que se encontraba semi-desnuda, con una chaqueta que no era suya encima del cuerpo-¿¿¡¡Qué, qué, qué!!??-

Su bullicio pronto llamó la atención de alguien quien se encontraba en el tejado del propio edificio, que bajó para ver su estado.

- Por fin despertaste, ¿te sientes mejor?-

-¿¡Quién carajos eres!?- le gritó amenzante la chica, mientras agarraba su arma en forma de tijeras, que había sido dejada por el propio Yugi Moto alado suya.

-¡¡Ca-Cálmate!!- le pidió Yugi nervioso mientras alzaba los brazos- Soy el que te ayudó a combatir, ¿no te acuerdas acaso?-

- ¿cómo que a....?....oh mierda....- La chica dejó caer el arma, mientras se recostaba en la cama, cubriéndose con la chaqueta bien para no exponer nada- ya me acorde...mierda- se agarró de la cara, como si no quisiese ver nada, frustrada- Joder-

Prácticamente todo por lo que ella luchó había sido borrado, esa ciudad, esa escuela, incluso su amiga que llevaba conociendo y viviendo con su familia por casi 4 meses. Una que otra gota se desbordo de sus pupilas, mientras Yugi Moto se quedaba callado sin saber qué decir.

-¿Ocurre algo?- preguntó cortésmente.

-¿QUÉ tú crees?- le respondió con mucha molestia, ¿no era obvio que lloraba?.

- Perdón...debo darte las gracias por venir a salvar a mi ciudad. Sin ti, creo que hubiera sido arrasada-

- No la vine a salvar...quería vengarme de ese puto Dragón. Destruyó mi ciudad...-

-Oh...entiendo. Perdón- Yugi se puso algo nervioso, la estaba cagando bastante.

- No te disculpes, sin ti, probablemente él...él...- le costó seguir hablando al estar llorando más- seguiría vivo y me hubiera matado. Gracias por salvarme-

- De nada, y por cierto, respecto a tu ropa- Yugi señaló hacia una mesa, en la cual se veía que estaba intacta.

- ¿La arreglaste?- preguntó la chica sorprendida, casi se pone de pie, pero se acordó a tiempo de que estaba prácticamente desnuda. Yugi desvió la mirada, no quería incomodarla.

- Sí...tuve que sacartela al estar tan destrozada y repararla con una carta-

-Oye...¿no viste nada, verdad?- preguntó la chica, a lo cual Yugi se puso un poco rojo.

- Quien te la quitó fue mi maga, no yo-

Se puso de pie mientras Yugi le evitaba ver, y se colocó la ropa con velocidad.

- Ya estás bien, Ryuoko- le hablo su vestimenta, que como muchas saben tiene vida.

- Físicamente, sí, pero sentimentalmente me quiero ir a un lugar a descansar- comentó en un tono bajo, decaído. Tanto ella como Yugi salieron afuera del cuarto, donde el chico le ofreció un té para tranquilizarla, ya que aún no dejaba de tener una mirada cabizbaja.

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De la misma manera que muchos otros, otro personaje se despertaba tras un letargo exhausto. Se trataba de Zebra, cazador gourmet que había derrotado a Cell en un combate cuerpo a cuerpo. Tenía todo su cuerpo gravemente destrozado y con heridas que lo dejaban al borde la muerte.

- No puedo mover ni un músculo (y tengo apenas voz)- Zebra luchaba para tan solo mover su brazo y poder llamar por teléfono a sus compañeros. No obstante, con un solo movimiento espontáneo su comunicador fue destruido en su mano. El culpable de ello era un ser verde de ojos morados, que le observaba con perspicacia.

-Maldición, ¿otro más?- las quejas de Zebra eran inútiles dado su estado físico, era observado minuciosamente por el autoproclamado "Rey" hormiga.

-¿Este es el sujeto?- preguntó dudoso el monarca, mientras atrás suyo su guardia Pouf le indicaba que sí- Me parece débil-

- Lo vi desde lejos, pude ver como mando a alguien a recorrer todo el planeta con un golpe- ante esas palabras, el rey abrió sus ojos, sorprendido como ya se iba acostumbrado desde hace rato.

-(Hay tantos seres más fuertes que yo)- pensó en sus adentros, mientras metía su dedo índice en la boca por mera frustración. Tal idea era una verdadera molestia- Basuras...- subió su mano hacia arriba y la bajo para arrancar un trozo del cerebro de Zebra, que obviamente dejo de vivir tras ello- Delicioso...-

Un aura empezó a rodearlo, mucho más fuerte. Se sentía imparable en su estado actual, incluso su mente empezaba a sentirse más...libre.

- Su poder ha crecido exponencialmente, mi rey, seguramente usted hubiera podido matar a esos niños con un golpe si estuvieran delante suyo- le dijo su guardia Youpi, halagando a su majestad.

- Aún me falta, siento muchas energías repartidas por el globo, siento energías superiores a mí. Necesito ser más fuerte. Necesito ser el Rey de todos-

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- Mob....Mob...- un estudiante con mucho de su ropaje destrozado escuchaba en sus sueños una voz que intentaba atraerlo- Mob...- sonaba tranquilizadora, un voz reconfortante que apaciguaba su dolor que se encontraba explotando su pecho- Mob...-

-Maestro...- despertó el chico cabeza de hongo tras su pelea contra Ulquiorra.

Su maestro Arataka Reigen, se hallaba sentado alado suyo en una silla. Giró su cabeza al por fin verlo despertar, sonriendo de alegría al ver que estaba bien.

- Gracias a dios...- Reigen le dio un fuerte abrazo a su alumno, quien empezó a llorar en su hombro.

- Maestro...Mi hermano, mi papá, mi mamá....Todos han muerto- le dijo sollozando, mientras Reigen simplemente escuchaba a su alumno sufrir por los hechos acontecidos.

- Tranquilo, tranquilo...-

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-Lo siento llegar- dijo una mujer de larga cabellera roja oscura con un cuerpo voluptoso y poco tapado, portando en su cabeza un sombrero de maga- Lord Kronos está llegando-

La mujer, miembra de los Spriggan 12,  se encontraba encima de un gran monte, se encontraba canalizando su magia hasta su punto máximo, preparada para lanzar un hechizo.

- Lord Kronos ya ha peleado bastante, no quiero que se tome la molestia de luchar contra todo ese ejercito que le espera en la tierra- La bruja sabía que algunos de los más poderosos líderes lo estaban esperando en un lugar de la tierra, preparados para hacerle frente entre todos. Todo ese poder concentrado podría ser una verdadera molestia en realidad, por lo cual era mejor desviar todo ese potencial a otro lugar- Universe One-

De pronto, todo el planeta se vio envuelto en una luz roja, cubriendo todo este planeta en un manto resplandeciente. El nivel mágico de ella era inmenso, tanto que dicho hechizo le era posible.

-¿Y esto?- se preguntó el Hokage de la aldea de Konoha, quien se encontraba refugiado y recuperándose en el refugio de la aldea oculta entre las hojas. Todos los presentes, como su familia o su mejor amigo Sasuke, no tenían idea de lo que pasaba.

De la misma manera, Ichigo Kurosaki con sus compañeros miraban todo a su alrededor brillando de un tono carmesí, extrañados de tal acto.

-No tengo idea de qué está pasando, pero por la magia empleada, supongo que será por parte de Irene Belserion- quien habló, desde un valle lleno de destrozos, era Madara Uchiha, quien había absorbido al diez colas para aumentar su poder.

-¿Esto es obra de un usuario Stand?- preguntó Jotaro Kujo, igual de confundido que varios de sus compañeros de equipo.

- ¿Qué carajos?- la chica de pelo negro y ropa extravagante veía el suelo del hogar del chico de pelo alocado teniendo un resplandor del mismo color que un Rubí.

- Parece que es Magia...- le dijo Yugi Moto- Pero, ¿qué hace esta magia?- Ante un posible peligro, intentó sacar su carta canceladora de hechizos. Pero ya era tarde para orquestar una defensiva.

-Interesante- habló una voz en medio de una ciudad devastada, con una armadura negra- Buena idea, Irene Belserion-

Y así, el hechizo tuvo exito. Una gran luz sobre cogió los ojos de todos, y cuando los abrieron, no estaban en el mismo lugar que antes. Ni ellos, ni los lugares que tanto caracterizaba su mundo. Todo había cambiado en el globo azul de un modo chocante.

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El último de todos en despertar tras una lucha, abrió sus ojos mientras volaba a la velocidad de la luz transportado en una extraña moto de color amarillo que volaba en el espacio. Su nombre era Seiya, y en estos momentos no tenía idea de quien le salvaba la vida.

- Oh, ya has despertado-