■•---Capítulo 19: Aglomeraciones ---•■

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-Entiendo- dijo un chico con sombrero de paja, quien, aunque nunca escuchaba largas explicaciones, esto suponía algo de gran importancia como para ser pasada por alta.

-Un dios...bueno, eso explica bastante el poder que sentimos antes- dijo Ban, sentado y recibiendo algunas manualidades médicas de un equipo médico.

Por suerte para Ban, King y Luffy, el equipo que llegó a su rescate, conservó su transporte original a una distancia prudente, así que disponían de un transporte de gran envergadura para poder movilizarse de forma cómoda mientras se curaban.

-Por eso necesitamos de su ayuda, tenemos que hacer algo contra esta amenaza. Y sus fuerzas no nos vienen mal- comentó dicha abuela poderosa, mientras entraban a la aeronave.

-Preferiría buscar a mis nakamas, pero si esto puede acabar con ellos y todo lo que existe, entonces no tengo otra opción. Confío en ellos, sé que no morirán- afirmó Luffy D. Monkey, mientras se sentaba en un asiento.

-Ya veremos bien cómo se cuece todo este asunto. Tenemos una oportunidad y...

-Ganaremos- afirmó Luffy sin siquiera pensarlo.

-¿Y esa convicción?- preguntó Atomic Samurai, ganando interés en ese chico, con la maquinaria alzando vuelo.

-Porque sí- afirmó otra vez sin sustento- no dejaré que alguien venga y nos robe todo esto.

-¿Eso es todo?

-¿Algún problema?

-Pensaba que dirías algo más...inteligente o valiente.

-¿Por qué haría eso?

-No sé, leí que eras un pirata de millones de berries o algo así, pensaba que era por eso.

-Eso es porque soy fuerte- dijo Luffy contento, mientras miraba hacia afuera- y solo por eso, puedo decir que ganaremos.

-No te entiendo...- dijo Atómic Samurai con mirada incrédula.

-Yo sí- dijo por sorpresa Gaara del desierto, mirando a Luffy con cierta admiración- Hey, ¿puedo hacerte una pregunta?

-Sí, hazla

-¿No dudas de qué ganaras?- comentó sumamente interesado en esta discusión.

-No es cuestión de que si creo en ello solamente- dijo sin pensarlo dos veces- es cuestión de que otros confían en ello- sonrió por todo lo alto- así que, ¿mejor ganar, no?

Gaara sonrió ligeramente, reclinandose en su puesto mientras observaba por la ventana de la aeronave, pensando que este chico era muy parecido a un amigo suyo.

-¿Dónde iremos?- preguntó King.

-La base donde resguardan a nuestro último guardián está cerca, pero no disponen de un centro de curación- dijo Tenshin-han.

-¿Último guardián?- inquirió Ban- ¿Es un código o qué?

-Es largo de explicar, y, aparte, apenas oí de él gracias a la abuela. En todo caso, debemos protegerlo. Ahora que estamos así, solo esperaremos poder reforzar la última línea de defensa.

-¿Reforzar?- preguntó Ban- deberíamos ir ya junto al resto, ¿qué rayos hablan?

-Ustedes no estaban planeados en la escala...por no decir que nada de lo sucedido está en la escala de estudio estratégico- confesó la abuela, mientras se ganaba otra vista a la ventana, la noche ya había llegado y ocultaba la luz del mundo- La última defensa fue hecha a prisa, no fue algo que tengamos cien por ciento asegurada y que, encima, se separó por culpa del "Universe One" de Irene Belsemerion. Así que, nos hallamos en un trabajo muy mal montado, de la que hay que empujar para rodar el carruaje. Podría hoy ser nuestro último día y aquí estamos...sin nada preparado por si ese desgraciado viene. Si nos salvamos, sería por un milagro.

-Odio los milagros- dijo Luffy desde su asiento, metiéndose en su conversación.

-¿Por?

-Porque no son por suerte...son por accidente.

..................

Garou y Zoro se unieron al grupo de Natsu, Yugi, Ryuoko, Lucy y Happy una vez explicada la situación al completo. La incorporación de Garou fue motivada más por una estimulación de combate perpetuo contra Kronos, ya que la motivación de Zoro era más evidente: ser el mejor espadachín del mundo no era posible sin el mundo. Y por eso encima de eso, sin el mundo, no habría más viaje, más Sunny, más Sombreros de paja, y, en consecuencia, un mundo sin el Rey de los piratas, así que no podía haber una derrota en este caso.

-No hay nada que no pueda cortar/ No hah nada que no pueda vencer- soltaron Garou y Zoro a la vez, queriendo matarse en una repetida ocasión si no fuese por golpes de Lucy Heartfilia.

-¡¡Imbeciles!!¡¡Esto no es una fiesta o una reunión del bar!!- exclamó cansada Lucy- Ya tenemos suficiente con esas cosas como para acabar con nosotros, por favor...guarden toda rabia para ese tal Kronos, se los pido- dio medio vuelta y prosiguió su camino, sorprendiendo de sobremanera a Natsu y Happy, siendo el primero el más anodadado.

- Eso fue...muy no Lucy- se acercó Natsu, susurrando ello en su oído.

-No tengo paciencia para estas cosas ahora, yo...yo...- se aguantó ciertas lágrimas que sus ojos dejaban escapar- he perdido casi todo lo que amaba. El gremio, mis amigos espirituales, tal vez mi familia...solo te tengo a ti y a Happy. Y ahora que me pongo a caminar y pienso en todo lo que hemos perdido y en la magnitud del problema, Natsu...¿no crees que esto es el final?

-No puedo decírtelo- se quedó sin palabras el Dragon Slayer, mientras miraba al suelo- Tengo rabia, quiero reventar a ese demonio para dejar de odiarme, de sentir que falle. Intento levantar un poco mis ánimos con Happy pero...no es suficiente. Y tal vez nunca lo sea, porque si realmente ganamos ¿qué nos deparará el futuro?

Lucy apoyó su cabeza en el hombro de Natsu, y éste reposó su cabeza sin emitir ningún sonido en la suya. Estaban caminando casi sin rumbo, tal vez esperando hallar algún lugar donde reunirse con otros defensores. Hasta entonces, solo se tuvieron el uno y el otro para ganar algo de consuelo.

................

.......

Cuando la espada de Hades cruzó de forma lateral su espacio frontal, la cabeza del supersaiyajin se hizo hacia abajo con el propósito de conservarse a sí misma. El Saiyajin voló hacia atrás para mantener distancia y lanzó un kame kame ha con la fuerza de su voz y fulgor. El color azulado de su cuerpo entonaba un baile con el cuerpo ennegrecida del que era un dios problemático.

Hades era, seguramente, el esbirro más poderoso que enfrentaban algunos de los más poderosos de la tierra. En su viaje por encontrar a la mayor fuente del mal, y posible causa de todo, cayeron ante su temible sombra. Goku se encontraba en su forma de super Saiyajin dios azul, junto a Arale y su compañero Toriko, quien tenía una forma que no era divina, sino demoníaca. Tenía liberado el poder de su tercer, segundo y primer demonio gourmet en conjunto, suponiendo un contricante que al menos dañaba a su adversario, pero que llegó al límite de su poder frente a Goku y Arale.

Goku y Toriko quisieron golpear juntos al dios por la espalda, pero esta vez su antebrazo empujó a ambos héroes hacia la otra esquina del cuadrilátero.

-Los mortales y sus juegos sucios no funcionan ante la presencia divina, son unos herejes- agitó su espada y lanzó una ráfaga cortante. Ambos iban a saltar cuando Arale intervino el impacto.

-¡¡Nadie dañará a mis amigos!!- exclamó eufórica la niña robot, saltando y estrellando su cabeza contra el pecho del dios, resultando en un poderoso empuje incluso para él.

-Ella es impresionante, es incluso más poderosa que tú.

-Tú también eres fuerte, Toriko- contestó Goku, forzando su cuerpo a levantarse, tanteando su bolsillo por si comia una semilla del ermitaño.

-Ustedes lo son más. Apenas puedo seguirles el ritmo. Mi única ventaja son mis células gourmet- Toriko se recuperó en cuestión de segundos de sus heridas- El problema radica en que deberé comer un banquete de ocho piscinas si quiero mantener este nivel de combate para después.

-Le preguntaré a una amiga, ahí si quieres hablaremos más tranquilos- Goku se colocó para saltar a la pelea- Luego comeremos juntos, ¿no te parece, Toriko?

-Me parece excelente- se unió a la adrenalina, imponiendo su aura demoníaca por lo alto.

Otra vez atacaron en conjunto, mientras gritaban en un grito sinfónico del que se servían para expresar toda su adrenalina. Arale cayó al suelo mientras se limpiaba la carita en cuanto estos dos saltaron. Goku atacó por arriba, soltando patadas hacia la cabeza del dios hades. Hades eludió con la cabeza sus patadas y deseó usar otra vez su espada, pero Toriko fue quien supuso una dificultad extra en el problema al lanzar un golpe en su parte baja del estómago. Hades interpuso su espada en esa zona, bloqueando el golpe. Nuevamente, Arale se lanzó por detrás e hizo un cabezazo en su espalda, haciendo que pierda su concentración y reciba una patada en su nariz; y, como se puede preveer, un impacto semejante a la de una lanza perforadora en sus costillas.

-¡¡¡AHHH!!!- Goku soltó un grito de guerra, sacando a relucir puñetazos a toda velocidad que impactaron y movieron el cuerpo del dios. Toriko no se quedó atrás y repitió la acción por su abdomen, fragmentando por poco que sea los dos juntos los huesos de un Dios.

-¡¡MISERABLES!!- Hades alzó su mano absuelta de espada para generar un ataque catastrófico. Era un retumbar de galaxias que fue enmanado de su palma con plenitud y conciencia, como su liberase una súper nova. Toriko quedó muy malherido con quemaduras tras dicho ataque, cayendo finalmente rendido por mucho que se esforzase en seguir peleando. Arale y Goku colocaron firmemente sus pies en la piedra, pero no pudieron evitar salir disparados por la potencia del cosmos. Cada uno sufrió severos daños, siendo más marcados los de Goku. Arale perdió únicamente parte de su apariencia humana, dejando expuesta su naturaleza maquinaria. El resto del planeta no tuvo los mismos resultados. Los humanos más cercanos a la onda expansiva fueron exterminados, mientras en todos los rincones del planeta, su poder quedó marcado.

-¿¡Qué ha sido eso!?- preguntó anonadado Atomic Samurai tras sacudirse el transporte donde volaban. El piloto perdió brevemente el control de la aviación hasta que la abuela cocinera estabilizó la nave con sus habilidades.

-Vino de ahí- dijo la abuela, mientras apuntaba a la lejanía.

-¡¡¡OH MY GOD!!!- gritó Joseph Joestar, usando su stand Hermit Purple para sujetarse a una estructura, porque casi salía despedido por el aire. Jotaro casi sufría tal calumnia si no se hubiera sujetado firmemente en el suelo por su stand. Las tierras de arena estaban siendo atravesadas por ellos cuando soplo tal ventisca.

-¿¡Pero qué mierda!?- gritó Zoro, notablemente sorprendido. Como todos, el grupo encabezado por Matoi Ryuko y Yugi Moto notaron el poder, manteniendo su compostura y posición como pudieran. Lucy y Happy se agarraron de Natsu, mientras que Yugi era sujetado por Ryuko en su antebrazo.

-¡¡Sujétate fuerte!!- dijo Ryuko, clavando su espada en el suelo, mientras agarraba al chico por la cintura. Yugi se sonrojaba un poco por la cuestión, aunque era obvia su necesidad en esta ocasión.

-Sorprendente- dijo Netero, acompañado del vicealmirante Garp, Blast, El Rey Mago, los distintos kages de las aldeas y más líderes importantes.

El chico de cabello rosado que estaba con ellos empezó a sangrar de la nariz, mientras veía expectante desde donde estaba la pelea de titanes.

-Ya veo, por esto Lord Kronos no ha podido destruir la tierra. Hay alguien que la protege desde la fase inicial. O, para ser exacto, alguien que protege la tierra y todo el universo entero. Ni con mi poder pude siquiera alterar su protección- comentó Hades, volando hacia un Goku tirado en el suelo- Dejando eso de lado, me encargaré de adelantar el trabajo de mi señor. Solo quiero confesar que estoy impresionado, gratamente, de cómo han aguantado. Prácticamente absorbieron la mayor parte del ataque entre ustedes dos y siguen vivos. Les daré un aplauso, y hasta nunca.

Justo cuando iba a despedir otro cosmos igualmente de peligroso, el grito de un caballero de armadura de bronce atrajo rápidamente su atención, al ver que se lanzó a toda potencia contra su propio cuerpo.

-¡¡METEOROS DE PEGASO!!- gritó Seiya, mientras sus puñetazos brillaban al igual que las estrellas gracias a la fricción de la velocidad utilizada.

Cada golpe fue bloqueado con solo un dedo del dios Hades. Seiya llegó al suelo y soltó varios golpes a menor distancia, mientras Hades retrocedía un centímetro más en cada ocasión. Pero ese "retroceso" no era por el poder, sino que era casi un regalo para el caballero de Atenas.

-Da pena verte así, caballero de bronce, tan iracundo, con la pérdida en tus ojos muertos por tu amada diosa, al igual que todos los caballeros del templo de Atenas.

-¡¡¡CÁLLATE!!!- exclamó ardiendo en su cosmos. Hades, al ver que la ira era superior a su depresión, retomó espacio y caminó hacia adelante. Retrocedió al muchacho hasta tenerlo cerca y golpearlo contra el suelo. Seiya escupió sangre mientras se pretendía poner de pie.

-Llegaste malherido, llegaste sin nada más que tu voluntad...y así te quedarás. Admiro tu vocación, pero ni yo ni Lord Kronos te dejáramos seguir viviendo- otra vez quería liberar su cosmos, pero la presencia de otra fuerza se hizo evidente. Una enorme energía bajó hacia Hades desde el espacio, como un rayo que era desprendido por algún sol. No obstante, no era el poder del sol, era algo más pequeño pero más cercano, que flotaba y acompañaba a la tierra como hermana. El Mago Moro estaba así aprovechando la energía de la luna, esperando en el proceso la energía asteroides y planetas cercanos para disparar.

-Un baño de luna llena- dijo Hades al mirar hacia arriba y empezar a flotar- Eso es todo lo que pueden darme. Acabemos con esto rápido- Hades se alzó e inició un combate contra el Mago Moro, quien solo podía entretenerlo un momento.

-Maldita sea...- murmuró Seiya, golpeando el suelo con su puño cerrado y colocando su rodilla por encima de todo lo posible. Se ponía de pie aún conservando su pierna rota. Tenía que hacer algo, ¿pero qué podía hacer en ese lugar?. Estaba solo, sin la diosa, sin sus hermanos, sin su maestra, y sin hermana. Todo estaba desapareciendo en la existencia, siendo cubierta en una horripilante sábana negra.

-...Hey...- escuchó atrás suyo. Cuando se hubo volteado, vio al Saiyajin y a la niña robot- ¿Pu-edes a-ayu-ayudarnos?

- ¿ayudarlos?

-En mi bolsillo, tengo unas semillas. Las agarraría yo mismo, pero mis brazos están rotos. Si las agarras, podremos curarnos.

Moro impactó sus puños en el cuerpo del dios Hades. En cada golpe dejaba salir la energía de los planetas en cada dedo contraído hacia adentro. Hades retrocedía y devolvía los ataques a velocidad sónica, resultando ser el que llevaba amplia ventaja. En un momento, impactó con la palma abierta a Moro, haciendo que atraviese miles de kilómetros de espacio por el cosmos. La espada de Hades no se quedó quieta, se movió en el vacío del universo para hacer que Moro tuviera la terrible visita de sus cortadas, necesitando evadirlas en el vacío con movimientos de arriba, abajo, derecha e izquierda en una enorme distancia.

- Puedes retrasarme, pero tarde o temprano, Kronos volverá del más allá para destruir todo lo que existe aquí. Así que huye si quieres, ¡inténtalo!

-¡¡NADIE VA A HUIR DE TI!!- gritó Seiya del pegaso, saliendo de la tierra a velocidad mega lumínica para enfrascarse al dios nuevamente. Lo primero que hizo fue su característico ataque de meteoros, los cuales Hades bloqueó con más dificultad sin suponer, pese a ello, tampoco desafío. La sorpresa únicamente logró hacer que el dios recibiera un ligero corte de Seiya en la parte baja de la mejilla.

Seiya se dispuso a impactar directamente contra el dios con los brazos extendidos, queriendo que regrese a la atmósfera del planeta para estar en una mejor disposición de combate.

Hades bloqueó con su espada el puñetazo y devolvió el ataque con otro poderoso golpe que lo dirigió a Júpiter. Ahí, viendo que no lograría frenar a tiempo, Seiya decidió girar de forma sincrónica, logrando aprovechar la atmósfera ya de por sí sofocante del planeta anarajando para volver al espacio.

Moro, por el otro lado, regresaba de donde huyó con gran cantidad de energía absorbida de varios planetas y meteoros, acercando decenas de ellos al dios. Todos estos chocaron y fueron sucesivamente arrasados por cada dedo de la deidad. Moro entonces intervino y usó a su favor la obstrucción ocular de los meteoros, pasando por detrás para lanzar al dios a otra enorme distancia desde su espalda.

Claramente, ambos mortales no lograban más que rasguños y empujes inútiles contra tal divinidad, cayendo en el peor contexto posible para un enfrentamiento inútil.

-Ya me cansé de todos ustedes- confesó Hades, volando con sus alas negras, ignorando los meteoros y cometas aventados por acción de Moro. Este pretendió recibirlo con más energía de la que podría extraer, mas, en esta ocasión, fue el dios más rápido con un puño que atravesó el tórax de Moro, haciendo que vomite y se congelen sus gotas de sangre apenas se despidan de su interior. Cuando hubo retirado el brazo, Moro fue decapitado por un movimiento de espada, suponiendo un inevitable final para el mayor mago del universo.

-¡¡HADES!!- exclamó en respuesta Seiya, pero sus golpes eran inútiles. Solo era un hombre, un mortal, lanzando puñetazos frágiles contra un muro de acero. Hades frunció con decepción, acercándose al caballero hasta soltarse un golpe en la armadura y romperla en mil pedazos. Si su armadura ya había estado dañada por Kronos, ahora prácticamente no existía. Seiya tardó en reaccionar y ver que solo estaba flotando en el infinito sin su gran poder de caballero de bronce. Estaba atónito, incomprensible, sin entender cómo acabó así.

-Una mirada dice mil palabras, ¿no es así, Pegaso?. ¿Qué es lo que te destroza?¿Qué hayan perdido o qué todo por lo que lucharon, tanto tú como tus cámaras y tu querida diosa, sea rebobinado por un dios superior?. Que me haye presente aquí y te haga recordar que tu diosa murió en vano, peleó en vano, y que este universo caiga finalmente en la oscuridad infinita. ¿No te parece poético? Porque me supone una gran admiración hacia Kronos, y una decisión final. Un hasta nunca definitiva, sin retornos, sin ciclos de batalla...solo oscuridad para nosotros. Solo nada.

-No...no lo comparto. Esto no puede acabar así, no puede.

-Acabará así, está todo predestinado. Cada alfil, cada torre, cada caballo, cada peón, cada reina y cada rey ha hecho su movimiento. Y tú solo eres un factor más, no nada más, Seiya. Así que haz lo que debiste hacer desde que llegaste a mis territorios en sus días: quédate muerto.

Hades bajó lentamente hacia abajo, sabiendo que Goku, Toriko y Arale debían estar abajo. Ellos no podían moverse ni sobrevivir fuera de la atmósfera terrestre, así que esperaban  el descenso del dios con intranquilidad.

Seiya, por el otro lado, entrecerraba sus ojos, sintiendo no el tocar de la muerte, sino del vacío, de la nada. Sabía que en el otro mundo, el mundo espiritual y divino, estaba siendo exterminado por Kronos. Y que, al final, lograría deshacerse de la última barrera de esta tierra para ejecutar el borrado total y un nuevo dibujo. Un dibujo que se mofaba de perfecto, de divino a su imagen y semejanza. Una palabrería que le recordaba a otro dios famoso de la tierra y que se jactaba de ser el más correcto. Aún así, este dios y todos los que existían fueron eliminados junto al resto de los caballeros divinos. Hacía memoria y destrozaba su corazón recordar a sus amigos Shun, Shiryu y Hyoga vagando junto a cuerpos desmembrados de las deidades de la creación y destrucción, de la maldad y del bien, y de la paz a la guerra.

Sus cuerpos estaban cerca suyo, sangrando, en un debilitado campo de fuerza que fue creado originalmente para un entorno más provechoso para el combate y que no fue fundamental a la larga contra alguien que se saltaba esos problemas. Kronos estaba un paso más allá, con tecnología y pensamiento adelantado al de todos los seres vivos, y que marcaban sus batallas al límite de ser invencible.

Recuerda amargamente el peor momento del combate, cuando, dejándose llevar por la horrible escena, dejó una brecha que habría de costarle su vida...pero que acabó con la vida de Saori Kido. La diosa Atenea interceptó un rayo que abrió su pecho y dejó flotando toda su sangre por el rostro del caballero de Atenas, viendo como la espléndida mujer que juró lealtad y defensa en cuanto viviese, se unía a la masa de carne muerta como mera basura. Y por más que se intentase mover solo para consolarla en sus últimos momentos, se quedó varado en la nada absoluta, bañándose en el liquido ocre de cada divinidad y poderoso humano del planeta. Sangre era la definición de todo lo que lo rodeó, sangre.

Su armadura y cuerpo estaban bañados en ella, con un escarlata vivo y fragante. Todos los demás murieron y solo murió para...¿no hacer nada?. Cargaba en todo su cuerpo las manchas de aquellos que lo acompañaron siempre. Tenía a sus pies la tierra de la que se alejó con el fin de defenderla.

Si pensaba morir en ese momento, estaría faltando al respeto todo el legado que suponían los caballeros de Atenea. Una deshonra que un caballero, un guardián del universo, no se podía permitir.

El cosmos de Seiya se agitaba como una vertiente ola, mientras la sangre que su cuerpo y su armadura hervían y brillaban con fulgor. En sus carnes, el orgullo y la voluntad regada por sus compañeros y defensores brillaba en la eterna oscuridad del espacio exterior, figurando una gran destello que cubrió el cielo cubierto de nubes negras.

-¿¡Y Ahora qué!?- pronunció en temor Krilin, visualizando con los dos menores que cargaba esa luz celestial por encima de la estratosfera.

-Me recuerda a la luz del viejo...- confesó Killua, mientras que a ojos de Gon era la primera vez que observaba tal espectáculo tan majestuoso.

-¿¡!?- Hades observó por un instante el cielo, percatandose de dicho brillo. En ese lapso, Goku, Arale y Toriko contratacaron con golpes que dañaron severamente su cuerpo al descuidarse. Toriko y Arale estrellaron sus puños en su torso mientras Goku por el rostro. Tuvo que primero deshacerse de Goku al darle un derechazo que lo impactara en el suelo hasta acabar en una cueva. Mientras, Arale fue desviada con otro puño dirigido a su torso y Toriko, quien quedaba en el sitio, lanzó un puñetazo que fue, ágilmente, bloqueado con otro puño. El brazo entero de Toriko desapareció por el cosmos del dios Hades, conservando solo su otro brazo para insertar otro golpe en su rostro con todas las fuerzas que hubo recuperado.


Entonces Hades usó su espada y cortó las piernas del peli azul, haciendo que caiga a tierra y sea pateado como un mero estorbo.

No dejaban que Hades descanse ni un momento. Eran un sucesivo aluvión de golpes que dañaban sus huesos y hacían que sangrase por todas partes. Pese a la mortalidad de todos los luchadores, sus poderes eran totalmente galácticos. El que más destacaba del trío era, pese a ser el de mediano poder frente a la niña morada y por encima del azul, el que más voluntad emanaba de todas.

Goku regresó volando desde el subsuelo, atravesando rocas con su brillo azul escadescente. Agarró al dios de la cabeza y lo arrastro centenas de metros hacia arriba con varios puñetazos que eran intercambiados contra el dios.

-¡¡¡DEJA DE DESTRUIR COSAS!!!- gritó Goku, lanzando golpes al eco de sus gritos. Unió sus dos manos, apretandolas, para impactar la quijada del dios con un audaz movimiento horizontal, empujando al dios kilómetros hacia arriba, volviendo también para atacar con la combinación de varios golpes en su rostro y estómago que sacaban saliva y sangre divina. El pelo de Goku recibía a veces chispas de luz blanca que Hades conocía como señas de un gran poder angelical, del que ahora estaba haciendo gala en un destellante poder.

Con un buen puñetazo con su espíritu depositado, Goku logró alzar al dios hasta los límites de la estratosfera, deteniéndose finalmente en esa posición tras tal continuo daño. Hades desplegó sus alas del metal esculpido por el dios Hefesto, reuniendo cosmos en todo su cuerpo en una tormenta oscura que pronto se vio tocado por un brillo especial a sus espaldas que ignoró.

-Seiya, maldito caballero de Atenea

La armadura de bronce igualó al brillante toque de la protección metálica del dios Hades. Sus alas se desplegaron para imitar un águila, con unos ojos dorados como escaparate.

Sin mediar palabra, Seiya brindó un golpe en su rostro, destrozando la nariz de Hades con sus dientes. Con varios golpes de velocidad imposible de percibir, la armadura del dios comenzó a fragmentarse, cosa casi imposible para cualquier mortal o ser existente.

-"Este poder es mayor al que usó en su pelea contra mí con Atenea y los demás caballeros. Se siente como si se hubiese derramado encima...la sangre de millares de dioses"

-¡¡¡¡¡METEOROS DE PEGASO!!!!!!

La constelación que creó que el santo del pegaso fue vista por todos los humanos y más seres vivos del universo, haciendo que la tierra fuese una bombilla, una llama que se alzó en un faro de esperanza.

Seiya dirigió un último puñetazo al dios para que cayese rumbo a la tierra. Éste contenía fuerzas para pelear aún con la paliza que Seiya acababa de hacerle. Podía estar ahogándose en su sangre, pero dentro de lo que era divino, su ser debía de mantenerse de pie pese a todo. Eso era lo que conservaba en su cabeza, el alza de su mente lo obligaba a no retirarse. Ya había perdido junto a todos los dioses la potestad de ejercer control total del universo por culpa de Kronos, por lo que no estaría dispuesto a ceder el poco orgullo que conservaba.

Hubiese flotado metros más arriba para volver a la pelea si Goku, con un Kame Kame Ha cargado, no hubiese interceptado al Olímpico por la espalda con su ataque especial. Lanzó un Kame Kame Ha que no solo impactó en dicho lado del cuerpo; atravesó sus entrañas y salió en una amplia brecha la energía plateada del Saiyajin, formando una luz digna de admirar respecto a la de Seiya.

Así, el combate contra el resucitado más poderoso de todos llegó a su fin, con un Goku despertando su poder y un Seiya convertida en el mortal más poderoso de todos.

.............

.....

-¿¡Qué carajos ha sido eso!?- gritó Joseph Joestar, cuando por fin la luz y los colores se calmaron en el firmamento.

-¿¡Cómo quieres que sepa eso, anciano!?- gritó enojado Jotaro, mientras estaba nervioso por el espectáculo- Que fastidio...yare yare daze.

-No tenemos forma de comunicarnos con la fundación, posiblemente ya no exista. No tenemos como movernos ni tenemos si quiera idea de donde estamos. ¡Encima empiezo a alucinar contigo!

-Esa ventisca y esas luces fueron reales, anciano.

-Sí, claro, lo dice el adolescente que vio un hombre de 40 años volar con dos niños en su espalda. Algo nos ha afectado la cabeza, solo eso explica tantas cosas raras. Tal vez algo en...¿¡mi bebida!?

Joseph agarró una cantimplora que guardaba en su camiseta, abrió la tapa, olió la entrada y la tiró al otro lado diciendo: "¡¡Huele a mierda, debe de ser obra de un ataque stand!!"

-¡¡Anciano estúpido, era nuestra única bebida!!

-¿¡Es que no oliste su olor, Jotaro!? ¡¡Olía a negro!!

-No sabía que eras racista, viejo

-No lo soy, ¡es una expresión!, me refiero a que es sospechoso el olor, carajo.

- Viejo, no quiero ofenderte. Pero tu aliento fue el problema. Tu hocico es espantoso, nunca te has lavado la boca desde nuestro viaje.

-¡¡Mentira!!, desde que partimos yo...- intentó hacer recuerdo- yo...

Jotaro siguió caminando sin seguir su juego. Joseph rechisto molesto y prosiguieron su camino conjunto. Ya no tenían agua; estaban a mitad de un desierto donde conseguir otro recurso era imposible. Además, estaban solo ellos dos. Estaban en una situación de muerte asegurada donde morirían sin antes saber qué rayos ocurría en el mundo.

-¿?- Jotaro se detuvo, haciendo que un exhausto y mareado Joseph choque con él.

-¿Qué pasa ahora?

-Veo dos personas a lo lejos

Así, un hombre de gran musculatura seguido de un adolescente de ropa verde, entraron a su mira de visión. Caminando ambos duos a una misma dirección.

..............

.........

........

-No puedo moverme...más- dijo un Toriko hambriento con el tórax en huesos y lastrando piel flácida.

Arale dormía como nunca antes, habiendo ganado la batalla y quiso descansar cuanto antes de una pesadilla que nunca esperó tener.

Goku y Seiya estaban, por su lado, a la par, de pie, mirándose fijamente con una mirada desafiante y, de manera irónica, alegre.

-Gracias por tu ayuda- dijo Goku, mientras levantaba su mano, abandonaba el ultra instinto y esperaba la respuesta de Goku- Mi hombre es Son Goku, ¿y el Tuyo?

-Soy...Seiya, el caballero de Atenea de la constelación de Pegaso.

-He oído de ustedes, siempre quise pelear un día contra alguien de ese templo, pero nunca tuve la oportunidad. Me hubiera gustado alguna vez.

- Alguna vez, sí- Seiya miró hacia otro lado, mientras tocaba su armadura divina- Esto es lo único que quedó de ellos, de todos mis compañeros y de todas las divinidades.

-Se nota, tienes un nivel demasiado alto incluso para mí. Tal vez puedas ayudarnos a pelear contra Kronos 

-No "tal vez", cuenta con ello.

-Cuenta con nosotros- aclaró Goku, estrechando, tanto él como Seiya, la mano.

-""¡¡Por fin puedo hablar con ustedes!!""- gritó una voz en la cabeza de los humanos cercanos a Goku.

-¿Pero qué...?- Seiya no sabia quién era el hablante, así que se puso en modo defensivo de ser necesario-¿Quién eres?¡Muéstrate!

-""¡Cálmate chico, que si incrementas tu cosmos me será imposible la comunicación!""

-¡Kaio-sama!¡Que bueno oírte!- dijo entonces Goku, aclarando a Seiya el malentendido.

-""Sí, y a mí también. Pero temo que será la última vez. Ya no tengo tiempo, nadie en el otro mundo lo tiene. Ese bastardo elimina cada segundo a miles de soldados de la historia con solo un láser. Y cuando termine, eliminará el acceso a este lado y destruirá a la muerte. Cuando eso ocurra, solo quedarán ustedes para defenderlo""

-¿Defender a quién?¿La tierra?- inquirió Goku.

-A Saiki Kusuo- contestó Seiya su duda.

-¿Quién?

-Es un chico de pelo rosado que está bloqueando el borrado de Kronos, él es....- Seiya iba a seguir explicando, conocía todo sobre el asunto a diferencia de otros por ser un santo de Atenea.

No obstante, todos callaron al ver llegar a lo lejos una nave voladora de grandes dimensiones. Esta nave fue atraída por el poder demostrado por los guerreros del lugar, queriendo investigar quienes rayos...habían hecho todo ese espectáculo.




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