CAP 17●

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Ready

Antes de leer : Helouuu , por acá Sheyla y les traigo un cap súper jugoso para las queridas lectoras cupídicas , quiero informarles que junto a Maik vamos a reeditar todo lo escrito añadiendo imágenes y uno que otro detalle , ya les aviso cuando lo hagamos, ahora disfruten de el cap.

Rosse

Subí las escaleras corriendo intentando contener las lágrimas y fracasando miserablemente me encerré en mi habitación. Las constantes preguntas acerca de que había ocurrido me atormentaban sin descanso, ¿Qué había pasado con mi dulce mejor amigo? ¿Qué significaban esas amenazas y para quién iban dirigidas? ¿Por qué había sido tan brusco conmigo?

Levanté mi camisa y la vista de las marcas rojizas de los dedos de Jay me hicieron jadear de horror. Nuevas lágrimas acecharon mis ojos y el temblor de mis manos aumento hasta casi no poder sostener el borde de la camisa.

Mi respiración estaba echa un desatre y sentía que estaba a punto de morir por un ataque de pánico. Lentamente me recosté en la cama, lleve ambas manos a mi pecho y comencé a tratar de regular mi errante respiración.

La premisa de que posiblemente podía ahogarme por la falta de oxígeno me llevo a gritar desesperadamente para conseguir algo de aire pero absolutamente nada llegó y más lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos nublando mi vista.

En ese mismo instante la puerta se abrio de par en par y la cálida voz de Reece resonó por la habitación que se mantenía en silencio exceptuando mis quejidos. De un momento a otro sus grandes manos se encontraban abrazando mi cuerpo pero me sentía incapaz de sentir su calor. Reece me hablaba desesperado por saber que me había ocurrido pero yo no podía decir nada.

Los momentos que pase con él se reproducían en mi cabeza y pensé que era estúpida por no haberle dicho que me encantó la primera vez que me besó, que me fascinaba su cuerpo en más de una manera, que aquella vez en la que jugamos siempre supe que el podría encontrarme, que me gustaba más de lo que podría admitir jamás. Gruesas lágrimas salieron de mis ojos en respuesta a la preocupación de Reece y lentamente el aire que quedaba en mis pulmones se estaba agotando.

-Ross que te pasa háblame .Por favor, cálmate. - Reece seguía pasando sus manos por mi cabeza.

Mis fuerzas se estaban agotando y yo solo quería decirle gracias.

- No cierres los ojos, Ross quédate despierta un poco más. No hagas esto, estarás bien.

El temblor en sus manos me seguía diciendo que hiciese caso a sus palabras y los delicados besos que dejaba en mis mejillas me animaba a tomar leves bocanadas de aire.

- Nena se suponía que debías quedar así luego de que te cogiera como un animal, vuelve a mirarme con esos ojos que parecen de un gato salvaje y réplica todo lo que quieras para mí.

Sus manos seguian acariciando cada parte de mi cara, calentándome y sus labios susurraban lindas promesas cerca de los míos. Y si hoy iba a morir por un ataque de pánico no había nada que se pudiese negarme ¿no es cierto?

Aprovechando que sus labios estaban pegados a los míos, tomé mi oportunidad y lo besé torpemente. Reece se quedó inerte durante unos segundos pero luego me correspondió como un cachorro, que se alteraba con la sola premisa de un roce de labios.

Agarrando delicadamente mi cabeza comenzó a besarme lentamente sin perder oportunidad , y yo me sentí en el cielo, el aire atascado en mis pulmones comenzó a fluir libremente y con mis temblorosas manos lo atraje hacía mi cuerpo.

Ambos éramos dos personas que se sentían como amantes en su última noche. Con besos y caricias desesperadas, acercándonos como si tuviesemos hipotermia. Mientras más me besaba más necesitaba su calor y terminaba jalandolo había mi cada vez pero era insuficiente.

Entre beso y beso, agarre ambos dobladillos de su camiseta quitándola del camino, mantuve la vista fija en su abdomen marcado y pasé mis dedos en su piel detallando el tatuaje de cuervo , él hizo lo mismo con la mía quedando embelesado con mi torso desnudo marcando más mi figura.

Acariciando cada parte de piel descubierta, sus manos calleron en mis caderas y jadee de dolor llamando su atención hacia ese lugar donde llevaba marcas violentas pero sus caricias no pararon.

Con delicadeza deslizó mis jeans fuera de mi cuerpo dejándome solamente cubierta por mi ropa interior a juego. Rápidamente lo obligue a acostarse en la cama y me posicione a horcajadas sobre su erección. El solo roce de mi parte delicada con el abultado lugar me hizo moverme desesperada por más contactó volví a fundir nuestras bocas en un fogoso beso. Los labios de Reece me hacían ir al cielo y al infierno, y de vuelta, las delicadas mordidas que dejaba entre beso y beso me tenían a punto de perder la cordura mientras contoneaba las caderas lentamente para calmar mi parte baja.

Reece agarró mis nalgas soltando unos gruñidos y acercó más haciéndome gemir en el acto. Sin perder el tiempo lentamente sus manos subieron hasta el cierre de mi sostén quitándolo suavemente mientras sus ojos refulgian de deseo al ver mis pechos, inmediatamente su mano viajo uno de ellos y comenzó a masajerlo, mientras acercaba su boca al otro. El simple roce de su respiración me hizo arquear aún más la espalda y gemir de placer, Reece soltó una pequeña risilla mientras pellizcaba mis pezones con sus dedos y dientes.

- Ummm...- Jesus, la virgen amén. Que me perdone el parlamento pero esto era el cielo.

Su mirada fue a chocar directamente con la mía quitando la tortura con su boca de mi pezón y agarrando mis labios en un salvaje beso. Y ni siquiera estaba tocandome demasiado pero yo bien podría derretirme en cualquier momento.

Desesperada por probar nuevamente esos labios volví a undirme en sus fogosa boca, mordiendo instintivamente el inferior de ellos mientras contentaba mis caderas como si mi vida dependiera de ello haciendo que un sensual gruñido saliera de sus cuerdas vocales , sus manos se posan en ambos arqueado mi espalda con el tacto de su lengua en mis parados pesones hasta que suelto un sutil gemido haciendo que sus manos bajaran de mi espalda apretándo suavemente mi cintura y aprovechando para besarme como un salvaje.

Reece solo estaba basándome y acariciando pedazos de mi piel pero sentía que podía derretirme en cualquier momento.

-Vas a volverme loco Rosse - susurra lentamente mientras soltaba mis labios y besaba la base de mi cuello.

Yo solo arqueé el ea parte fr mi cuerpo para que tuviese mejor acceso como respuesta.

- Desde el momento en el que ví esas botas adornando tus hermosas piernas y esa pequeña faldita onder como una bandera en el estacionamiento deseé tenerte abierta sobre algún escritorio para mí. Sabes cuántas veces quise envolver mi polla con tus carnosos labios y me contuve porque eres una terca.

Cada susurro enviaba olas de calor a cada parte de mi cuerpo y me ponía a revolverme inquieta encima de Reece.

- Deja de moverte como una zorra Ross, recuerda en donde estás. -susurro entre dientes contra mi oído mientras me jalaba del cabello.

Agarró mi cintura con ambas manos y me volteo hasta quedar encima de mí.
Su boca mordía, lamía, chupaba y hacía magia como una experta sobre mi cuerpo mientras yo seguía intentando mantener la cordura entre sus desesperados movimientos. Este bese no fue como el primero que denotaba erotismo y dominación, en este beso Reece me mostró lo despertado y exitado que estaba en ese momento. Mis manos temblorosas por sus caricias agarraban las sábanas como si no existiese otra ancla en el mundo que pudiese mantener en lo terrenal mucho más.

En un santiamén se levantó de la cama quitando sus pantalones con destresa y mostrandole a mi nublada mente una maravillosa vista de sus boxers. Lentamente volvió acercarse a dónde me encontraba yo, besando las partes sensibles de mis piernas, luego los muslos y por último mi zona erógena.

Reece masejeo cada parte de mi piel mientras solo aspiraba mi olor, lentamente como una tortura. Estaba a punto de incorporarme y rogarle que me aliviará un poco. A quien más le iba a mentir y decirle que no me gustaba, estaba harta de fingir ignorancia hacia su ser, estaba cansada de mirarlo con indiferencia en las mañanas cuando en las noches solo pensaba en él.

Cómo todo un experto en seducción, comenzó a darme pequeñas mordidas por toda mi zona baja, agarrando mis bragas con los dientes para quitarlas y luego dejarlo. Me tenía en un estado de tensión absoluta, sentía que si solo me tocaba un poco más podría alcanzar un orgasmo. Comencé a mover las caderas con ansias de que pusiera algo ahí, que aliviará ese dolor punzante que amenzaba con hacerme perder la cabeza pero el solo sonrió contra mi piel y volvió a posicionarse encima mío mientras me besaba dulcemente el cuello.

Aunque claro yo aquí no era la única afectada, conocía a un amigo que ansiaba por liberarse pero que solo se presionaba contra mí una y otra vez, haciéndome gemir de placer.

- Reece...por favor.- le rogué al odio mientras sus manos descendían por mi abdomen pero no llegaban a ese lugar.

- Por favor ¿qué? Qué quieres?

A ti solo a tí.

- Umm no lo soporto más. Por favor, haz algo.

- ¿Que haga algo con qué? No te entiendo. - yo ni siquiera sabía lo que quería pero el roce de su entrepierna con la mía me tenía loca. - ¿Quieres que toque aquí?

Me susurro al odio mientras sus dedos se deslizaban por el fino encaje y me hacían estremecer. Instintivamente abrí más las piernas para recibirlo y escuché la ronca risa de Reece cerca de mi cuello, haciéndome exitar aún más.

- Con que quieres que te toque aquí- me ronroneo al oído. - Eres una chica muy mala Ross , sumamente terca.

Apartando mis bragas y deslizando sus dedo por mi parte íntima comenzó a torturarme aún más. Mis caderas se movían como si tuviese vida propia mientras buscaba más caricias de su parte.

-Shhh nena. Cálmate.

Reece tomo mis labios en su boca mientras seguía tomándome por aquí y por allá haciéndome temblar. Su lengua y su dedo me tenían echo un complot, mi cabeza ya ni pensaba con clardiad. Por eso cuando Reece introdujo uno de sus dedos dentro de mí casi fallezco. Mis piernas no podían parar de temblar y ese lugar latía como un corazón a parte.

Suavemente comenzó a mover su dentro dentra y fuera de mí. Nuestras respiraciones acompasadas eran un verdadero desastre y el autocontrol de Reece estaba por irse al caño. Su dedo seguía dentro de mí haciendo maravillas mientas su boca me hechizaba con sus movimientos.

Me avergonzaba el sonido que estaba haciendo mi zona íntima porque cuando él metió otro dedo dentro de mí ni siquiera me sentía extraña por eso. Pero cuando comenzó a moverlos ví las estrellas, el cosmos, sentía como sus grandes dedos presionaban algo que me hacía temblar de placer. Cuando uno de sus dedos comenzó a masajer mi clítoris fue cuando me volví completamente una idiota, sentís que iba a estallar.

- Joder..aprietas..un montón- soltó entrecortado haciendo que mis neuronas se apagaran con la aproximación de el clímax

- Yo...ya...no... aguanto... más. - jadee entrecortado mientras sus movimientos se volvían más rápidos y precisos.

- ¿Es eso así? - me preguntó mientras su mano arremetía más fuerte y me besaba como un salvaje.

- Ummmm....si. - sentía que estaba cerca, sentía que podía tocarlo con mis manos pero de repente la enorme sensación que estaba por atrapar y hacer mía para siempre, desapareció.

- Creo que deberíamos ir a dormir ya.

Abrí lentamente los ojos que no se cuándo cerré y obseve como Reece se quitaba de encima mío y se acomodaba la poca ropa que traía puesta. Camino hasta la puerta de mi habitación tan tranquilamente pareciendo un Dios mientras sorbia delicadamente mis jugos.

- No olvides que mañana hay colegio. - se acercó al cerrojo y se quedó quieto por unos segundos.

En ese mínimo espacio de tiempo mi corazón latía hasta el punto de hacerme marear con la esperanza de que volviera a hacerme sentir tan bien pero... sonrió. El maldito estaba sonriendo mientras me observaba detenidamente.

- Eres una completa obra de arte. Tú sabor es tan delicioso. - y se fue.

Se fue... literalmente se fue y me dejó con mi primer orgasmo en la punta de los pies. Iba a matarlo.

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