Capitulo 5🔥(Parte 3.1)

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(Los capitulos desde ahora en adelante, que tengan el .1 son porque estan narrados por Brooks Heaven)

Brooks Heaven:

No encontraba las palabras adecuadas para lo que sentía en este preciso momento. 
¿Miedo? No, ese no era el sentimiento que provocaba un escozor proveniente de mi cuello hasta mis mejillas .
¿Vergüenza? Oh, eso sí que sí. 

Una parte de mi, deseo de haber tenido superpoderes, ya fueran provenientes de algún alienígena raro o tener algún poder que simplemente me lograra salvar de esta situación muy vergonzosa para mi ego. 

El poder de correr como Flash y moldear a mi manera el tiempo me vendría  de lujo para salir cagando leches, por ejemplo.

―Ey te estoy hablando―una ceja curiosa se levantó en el rostro de Bambi mientras miraba a mi dirección. En su rostro se veía claramente la pregunta que pasaba por su mente, “¿Por qué me había encontrado oliendo su cojín?”. 

Y rogaba a cualquier persona que me escuchara desde el cielo o en el infierno, que le quitara esa pregunta de la cabeza a Bambi y que no me preguntara nada, porque no tendría respuesta alguna, más que dejarme en vergüenza. Más aún si es que era posible.

Disimuladamente y obligándome a no cerrar los ojos por más que oliera exquisito el perfume, aspire una última vez el olor en su cojín para luego soplarlo como si hubiera tenido alguna pelusa. 

―Tenía una pelusa gigante―deje el cojín de nuevo donde estaba y lo palmee unas cuantas veces para hacer mi actuación más convincente. Patético. 

Como si fuera posible, Bambi alzó aún más la ceja derecha para luego juntarla con el ceño fruncido. Agacho levemente la cabeza y negó para ella misma. Cuando creí que preguntaría algo, simplemente soltó un suspiro, miró hacia el pasillo y después se decidió por cerrar la puerta tras de ella luego de adentrarse a la habitación.

Siempre he escuchado a las chicas decir que cuando un chico entra en su habitación, sienten que es más pequeña que siempre. Como si esa persona hubiera ocupado todo el lugar con tan solo su presencia. Y nose si era posible, pero juro que eso sucedió apenas Bambi separó el mundo de la fiesta con las cuatro paredes que nos rodeaban. 

Jones se afirmó en la pared que estaba enfrente mio y se cruzó de brazos sobre su pecho luego de tirar el bolso que llevaba a su cama. Nose cuantos minutos se quedó en esa posición observando, observando directo a mis ojos como si en algún momento gracias al contacto visual entre ambos fuera una razón suficiente como para hacer que mi mirada se desviara. 

No se veía amenazante, pero si muy curiosa y esa ceja que aun no bajaba del cielo la delataba. 

―¿Qué hacías oliendo mi cojín?―achino más los ojos al hablar.

Y si lo pregunto. 

“Gracias Dios y Satán” pensé y luego me imaginé a ambos riendo en mi cara.

Cambie el peso de mi cuerpo hacia la otra pierna mientras metía las manos a los bolsillos de mi jeans tratando de demostrar un aire relajado y “me importa una mierda la vida”―Ya te 
lo dije...Tu cojín tenía una pelusa y pues, se la quite. Denada. 

―¿Y se supone que debo creerte?.

Asentí lentamente―Si, porque es la verdad―afirmé.

Creí que había sonando lo más serio posible como para que me creyera , pero no fue ese el caso. Bambi solo tardó dos segundos en comenzar a reír y colocar los ojos en blanco. Mi corazón comenzó a latir muy rápido al escuchar su melodiosa risa, pero me obligue a pensar que mis latidos acelerados eran un efecto de los nervios que tenía por mentir y no por cierta persona que tenía enfrente.

―Hubieras inventado una mejor excusa que esa y quizás...solo quizás te hubiera creído o hasta me hubieras dicho la verdad―dijo esto último caminando hacia su cama aún sin dejar de mirarme. Cuando por fin dejó de hacerlo fue para tomar el bolso y comenzar a dejar todo lo que llevaba dentro por su habitación como si yo fuera un simple ente que rondaba por aquí.

Algo en mi, mi parte egocéntrica mejor dicho, moría lentamente al darse cuenta que muy poco le afectaba mi presencia. Por no decir que nada en realidad.

No dije ninguna palabra. ¿Para qué lo haría si ella ya sabía que estaba mintiendo?. 

Me la quedé mirando descaradamente mientras se movía como una pluma de un lado a otro. Dejó sus cuadernos y libros en su pequeño escritorio, apilados del más grande al más pequeño, me pregunté por unos segundos si eso sería una manía de ella ya que yo sí la tenía. Luego, colgó su bolso sobre el gancho de la puerta y se quedó en esa posición. Dándome la espalda y mirando la puerta.

No sabía que hacer más que estar como un psicópata mirándola. Salir de su habitación no era una opción ya que ella estaba tapando mi única salida y si llegaba a hacerlo tendría que decirle otra mentira para huir de aquí. Y para mentir, era un asco. No sabía hacerlo, no se me daba.

Sin siquiera pensar en qué otra opción podría hacer en medio de su habitación, Jones se dio la vuelta hasta quedar en mi dirección.

―¿Que hacias en mi habitación?―de estar cruzada de brazos, pasó a abrazarse a sí misma como si se tuviera que proteger de mi respuesta. 

¿Y ahora que le decía?, no podía llegar y decirle; “Mira, es una historia bastante divertida. Jazmin me dijo que tu amiguito, si, ese con que te acostaste, iba a hacer una fiesta y pues...no iba a perder la oportunidad para venir a  demostrarte que yo soy mejor en la cama que él. Pero como no te encontré me obsesione mas con tu perfume”.

Me pase una mano en el cabello que comenzaba a caerme sobre el rostro―Estaba buscando el baño, pero me llamó la curiosidad los orgasmos que provenían de aquí.

La cara de Bambi se contrajo en un gesto de asco y comenzó a mirar a su alrededor buscando algún indicio de tal acto del que provocaba los orgasmos, pero al cabo de unos segundos algo de mis palabras le llamó la atención. Tanto así, que su rostro cambió por completo y una sonrisa apareció en sus labios. 

―¿Entraste a mi habitación porque escuchaste orgasmos?.

Me comenzaron a sudar las manos dentro de los bolsillos del jeans y no se debía a que hiciera calor en la habitación, a pesar de la ventana que se encontraba abierta―Bueno...si, se podría decir.

Repase lo que le había dicho, buscando si mis palabras podrían tener algo entre líneas. Ay...mierda, si que lo habían
.
Bambi que se encontraba a una buena distancia de mi, comenzó a hacerla más corta a medida que avanzaba con pasos pequeños―¿Orgasmos de una chica?.

―Obvio, pero ¿A dónde quieres llegar con eso?―pregunte alzando una ceja y haciendome el tonto. Como Bambi era mucho más pequeña que yo, al tenerla casi enfrente, debí agachar la cabeza para mirarla. Además de parecerse a un cervatillo, se parecía a un enano. Aun enano pelirrojo o anaranjado. Su rostro me llegaba hasta el pecho lo cual lo encontraba jodidamente tierno. 

Una sonrisa de superioridad apareció en sus preciosos labios carnosos, en los cuales detuve mi vista más de lo debido, para luego hacer contacto visual―Que ahora quien estaba celoso...eras tú.

¿Celos?¿Qué era eso?¿Se comía junto a una buena porción de papas fritas? Dios, ¿como se le podía pasar por su cabeza ese pensamiento? Yo celoso, jamás. No la conocía, simplemente nos habíamos acostado, un revolcón y de ti no me acuerdo. 

Un revolcón que desde entonces lo único que me hace hacer es compararlo con los demás. Negué con la cabeza, no iba a aceptar que dentro de mí creciera ese dolor de estómago que provocaba que se me subiera la bilis por la garganta con solo pensar que Bambi estaba gritando el nombre de otro chico que no era yo. Pff, era ilógico. 

Hice pequeños mis ojos y me agaché bastante para invadir el espacio personal de Bambi y así colocarla nerviosa. Pero ni se inmuto, no estaban funcionando mis tácticas―En tus sueños Jones.

Ahora quien achicó los ojos fue ella y como si fuera posible acortar más la distancia de nuestros rostros, lo hizo hasta hacer que nuestros labios se separaran por escasos milímetros y se rozaran suavemente cuando ella hablaba.

―Admite que creíste que esa chica era yo y que te mataba la curiosidad saber que otro chico que no eras tu, me estaba haciendo gritar. 

―Estas mal de la cabeza Jones. 

En realidad quien estaba mal de la cabeza era yo por no estar estampando mi boca contra la suya mientras la hacía caminar hacia atrás hasta que su cuerpo chocara contra la pared y así ningún espacio nos separara. Cerré los ojos unos segundos y borré esa imagen de mi mente, no debía estar pensando esas escenas con una extraña, aunque eso fuera lo único que quisiera hacer desde que la dejé en la escalera de servicio y desde que entré a su departamento pensando que se encontraba aquí. Mierda, no podía ser. 

―Admitelo―me reto de una manera sensual, mientras hablaba con sus labios casi pegados a los míos.

La leve fricción de sus labios sobre los míos, me estaba haciendo cambiar de opinión. Pero no fue tan fuerte la sensación como para no querer proteger mi parte de macho alfa―No, no lo admito―un fugaz pensamiento pasó por mi mente en el momento indicado, haciendo que sonriera coquetamente―Primero quien debe admitir quien está celosa eres tú.

Sus ojos se abrieron por la sorpresa, echó la cabeza hacia atrás y se dio un espacio prudente para mirarme muy mal―¿Que?¿Y porque estaría celosa yo?.

―Por ciertas fotografías que subí hace unos días y que extrañamente, tu viste primero antes que cualquier otra persona.

Abrió la boca en forma de “o” indignada―Fue casualidad que te viera las fotos apenas las subiste―me apuntó con un dedo en el pecho―Además...yo no estaría celosa de esas chicas.

Baje su dedo con la palma de mi mano para poder volver a estar más cerca de ella. Para mi cuerpo querer estar cerca del suyo era como una...necesidad que se había creado hace muy poco―¿Entonces no querías en ese preciso instante ocupar los lugares de ella?.

Vi la duda en sus ojos por unos segundos. No sabía qué responder a mi pregunta, pero ese brillo desapareció tan rápido como salió su respuesta de sus labios―Jamás quisiera ser una de tus chicas―respondió con un deje de resentimiento en su voz.

―Cervatillo, ¿Se te olvida?―me pase la lengua por mis labios resecos mientras una de mis manos se iba directo a posarse en su cadera para atraerla hacia mi y pegarla a mi torso. Esa era mi deseosa intención, más que nada para molestarla (o trataba de creer que esa era la razón de porque quería tocarla tanto) pero no me dejó, se quedó con el cuerpo duro para que no la moviera de su lugar.

―Saca tu mano de mi cadera―levantó mi mano de su cuerpo y la dejó colgando en el vacío, pero no tardé en volver a dejarla donde estaba. Una pequeña corriente recorrió mis dedos al comenzar a bajar de su cadera hasta su muslo que estaba cubierto por un vestido que haría pecar a cualquiera, a pesar de ser lo más simple del mundo. No sabía qué era lo que estaba haciendo, era como si mis manos no tuvieran control, pero no me detuve. Y mucho menos me quería detener al ver que Bambi se mordía el labio mientras veía el recorrido de mis dedos sobre su piel.

Tragó saliva con dificultad al notar como mi mano comenzaba acariciar la parte interna de su muslo, se obligó a mirar hacia mis ojos en los cuales, conociéndome, sólo encontraría un deseo contenido. Pero no por mucho―¿Se me olvida que?―retomo lo que estaba diciendo, con la voz entrecortada y sonando más como un susurro.

Mi otra mano que estaba libre, le corrió el cabello hacia atrás y comenzó a recorrer su cuello delicadamente provocando que lo ladeara a la izquierda, permitiendome seguir con mi caricia. Toda acción de querer detenerme se detuvo al hacer contacto con otra zona de su piel. Nose si fue mi imaginación o era que ya me encontraba muy deseoso y la música que se escuchaba detrás de las paredes logró confundir mi mente, pero juraría que Bambi había soltado un suspiro excitado. Y aunque fuera mi imaginación, fue mi pase para comenzar lamer y succionar cada centímetro de su cuello.  

Lo primero que sentí, fue el olor dulce a manzanas y luego lo dulce que sabia su piel.No tenia un piel perfecta, ni mucho menos sedosa como muchas de las chicas con las que me había acostado, pero para mi boca...era el postre preferido. 

Bambi subió una de sus manos a mi cabello y le dio un pequeño jalón que me hizo gruñir contra su piel. Este momento me hizo recordar al día de la fiesta, pero ahora no eran imágenes fugaces, eran imágenes vivas, que llegaban a aturdir mi mente, lo cual me afectó más de lo debido.

En vez de seguir bajando con mi boca subí hasta lamerle detrás de su oreja, el punto g que recordaba que tenía. Lo bese despacio disfrutando una vez más el sonido entrecortado de la respiración de Bambi y luego me separe jadeante unos centímetros. Cuando era un cretino, lo era y se que estaba mal pero eso no me detuvo para arruinar el momento que me hubiera llevado directo a la cama con Bambi. 

Mis ganas de molestarla y colocarla celosa eran más grandes que las ganas de un revolcón.

Acerqué mi boca a su oreja y susurre con ironía junto con picardía―Lamento decirte Cervatillo,que ya fuiste una de esas tantas chicas.

Bambi jadeo―¿Que?.

―Ya pasaste por mi cama, ya fuiste una de esas chicas y se que deseas serlo de nuevo.

Creí que Bambi se alejaría de mí con lo que le acababa de decir. Porque ¿Esa era la razón de porque le había dicho eso no?, pero hubo un error en alguna parte porque Bambi en vez de alejarse, separó mi cabeza de su cuello para estampar sus labios sobre los míos sin previo aviso. Era un beso que se debatía entre la furia y el deseo, entre si estaba bien o mal esta situación. 

Jones nose que hizo pero logró mandarnos a los dos directo a la cama, terminando con ella arriba mio. Ni tiempo de quitar las almohadas de debajo de mi espalda me dio, cuando se acomodo mejor sobre mi. 

Sin soltar mi boca, colocó cada pierna al lado de mi cadera, mientras por instinto carnal mis manos que se habían aferrado a su cintura para que no se saliera de de donde estaba, buscaron sus muslos subiéndole el vestido hasta la cintura. 

Era un trozo de tela que sobraba. 
En realidad toda nuestra ropa estaba sobrando. 

Como si ella me hubiera leído la mente separó su boca que comenzaba a hincharse un poco por mis mordidas y se tomó los extremos de su vestido para sacarlo por su cabeza, junto con su...

―Mierda―exclame mientras sujetaba mi peso sobre la cama con los codos. Sus senos prominentes quedaron expuestos frente a mi haciendo que parte de mi cuerpo que llevaba días dormido, se despertará hasta querer explotar―Sube―ordene.

―¿Hasta donde?―preguntó mientras con sus dos manos se acariciaba el abdomen hasta subir y marcar el contorno de sus pezones que se encontraban en punta. 

La misma sonrisa que aun no quitaba de mi boca, se marcó más para decirle―Hasta donde tu quieras. 

Una parte de mi se imaginaba que en un segundo o tercer encuentro con Bambi, ella actuaría tímidamente, no me dejaría verla ni tocarla salvo si yo se lo pidiera o casi rogara. Pero qué equivocado estaba, ella lo único que deseaba era que la mirase, que la tocara y la hiciera gritar. 

Por lo que no me sorprendió que como una gatita, subiera hasta dejar su centro sobre mi boca. Sin timidez y sin pudor. Me encantaba.

Como si todo fuera una conspiración del destino, una canción sensual se escuchaba levemente del exterior de las paredes lo cual me motivo mas mientras con un dedo corría las diminutas bragas rojas hacia un lado. 

Quise torturarla comenzando a recorrer sus pliegues de arriba hacia abajo, mientras que con mi otra mano me aferraba a su trasero masajeandolo y apretandolo sin piedad.

Jones posó su mano alrededor de mi muñeca y desde arriba me miro―No te andes con rodeos Heaven y bésame de una vez. 

―A la orden hermosa―y no tardé en hacerlo. Con mis dos manos tomé la tela―Lo Siento, pero esto está sobrando―y sin más la rompí de un solo movimiento para luego tirarla a que se perdiera en cualquier parte de su habitación.

Besé el punto de sus terminaciones nerviosas, haciendo que el primer quejido saliera del fondo de su cuerpo sin siquiera comenzar a besarla como correspondía. Desde aquí abajo la vista de su cuerpo era maravillosa y podía ver como cerraba los ojos con cada lamida que le proporcionaba mi boca.

Su sabor era exquisito, tan adictivo como su perfume...Que me sacie de su sabor todo lo que fuera posible.

Luego de unos minutos comenzó a moverse sobre mi boca con más frenesí, indicando que le faltaba poco para dejarse llevar, por lo que sostuve con fuerza su cadera para que se quedara quieta y de un solo movimiento, pero tan delicado como una pluma, introduje tres dedos para hacerla perder la razón.

Bastaron dos estocadas junto con una mordida, para..

―¡Mierda!...Brooks

Dejarse llevar y terminar en mi boca. 

Sin darle tiempo para que lograra calmar su respiración y lograra asimilar lo sucedido, lo que le había hecho, tomé su cuerpo y la saqué de encima para dejarla tendida sobre mi.

Bambi soltó un grito por mi repentino movimiento, pero comenzó a reírse delicadamente luego de eso. 

Nunca habia sido bueno para lo que venia despues del sexo, era por eso que siempre tomaba mi ropa y me iba sin decir nada. Pero en este caso, quien tomó mi papel fue ella. Se bajó de encima mio luego de dejar un beso en mi pecho y se detuvo enfrente sin importarle que gracias a la luz que entraba desde afuera pudiera ver su desnudes con lujo y detalle.

Sin que lo estuviera esperando, se volvió a agachar a mi dirección y tomó un puñado de mi camisa para que me sentara en el borde de la cama mientras ella se metió entremedio de mis piernas. Sus ojos viajaron desde mi boca que aun estaba con su humedad, hasta mis ojos.

En sus ojos aún se mantenia un brillo de deseo, diversión...y algo más.

Juguetonamente comenzó a desabotonar mi camiseta que por alguna razón aun la seguia teniendo puesta―Fue el mejor oral que he tenido―admitió, se lamió los labios y luego se separó de mí para terminar cruzándose de brazos, provocando que sus pechos se vieran aún más grandes ―Pero Brooks...Dime.

Levanté una ceja mientras mis manos trataban de alcanzar sus piernas para atraerla devuelta a mi―Decirte que hermosa cervatillo.

―Ahora...¿Que se siente ser uno más de los chicos que han pasado por mi cama?

Deje caer mi manos lentamente hasta dejarlas sobra mis piernas.

¿Que acababa de decir?

¡Hola pimpollos hermosos!

Se que este capitulo, junto a otro , los iba a publicar mañana pero por temas de universidad y falta de tiempo solo pude reescribir bien este capitulo. Y prefería publicarlo altiro que dejarles otra noche o dia sin actualizar.

Me duele el corazón no poder actualizar mas seguido ya que escribir para mi, es como una terapia y porque me gusta darles algo de mi imaginación a ustedes...asi que losiento muchisimo si les he fallado.

¿ME PERDONAN? :(

Ahora bien, hablando de por si del capitulo...Woow parece que alguien utilizo a otra persona ¿O no?😈

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No vemos proximamente mis pimpollos.

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