Último pétalo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Extrañaba esas noches con Temi, hablar con ella, reír con ella además de que en los juegos de mesa éramos el mejor dúo, no había nadie que nos ganara... lo que involucró a un Chip y Dale muy ebrios.

Pero conforme la noche pasaba quería hablar con Cas sin embargo al estar con Temi no me permitía ni acercarme.

—Iré a ver al enano si ahora vuelve —sonrió Temi.

—Claro —asentí.

Fue mi oportunidad para encontrarme con Cas por fin.

—Hola guapa —saludé besando su mejilla.

—Ah ya tienes tiempo para mi —dijo dando un trago a su bebida.

—Lo siento es que llegamos y bueno estábamos celebrando que dejó a caraculo y bueno mi selección —expliqué— una cosa llegó a otra y me entretuve demasiado, lo siento.

—Si, como sea —susurró mirando su botella otra vez.

Ese momento se empezó hacer un poco tenso.

—Yo iré a buscar a mi novio —dijo Tali huyendo— no sé ni dónde lo dejé, es fácil de perderlo.

Nos quedamos a solas en la cocina de la casa del ruso, los gemelos se habían salido con la suya y bueno el ruso se ganó una noche lejos de sus hijos, seguramente haciendo más rusitos.

—¿Oye qué pasa? —pregunté tomando su mano.

—Estoy bien —se quejó aun sin mirarme.

—No entiendo entonación pero estoy seguro de que no lo estás —mencioné— si es por Temi es...

—Es sólo que no soy tu prioridad —me detuvo— pensé que lo sería pero siempre hay alguien entre los dos, si no son tus primos son tus prácticas.

Me quedé pensándolo por unos segundos, era lo que menos necesitaba en estos momentos.

—Eso... es muy injusto de tu parte sabes —señale— sabias que mi deporte era muy importante para mi desde que me conociste y mi familia... no sé ni qué decirte siendo latina deberías saberlo más que nadie.

—No te estoy reprochando que seas corredor o que seas muy unido a tu familia estoy diciendo que el poco tiempo que me des sea únicamente para mi —exclamó.

Suspiré entendiendo su molestia, la abracé para besar su frente.

—Lo siento —me disculpe.

—Aún no decido perdonarte —dijo molesta.

La llene de besitos abrazándola más.

—¿Y ahora? —sonrei.

—Mhm tal vez —dijo abrazándome.

Sin descaro bajó sus manos a mi culito para pellizcarme una nalguita.

—Creo que ya —aceptó feliz.

—Menos mal tengo este culito que me salva —asenti.

—Sabes estoy algo cansada, no te gustaría recostarte un momento —me dijo ella.

—Si supongo —entendí de inmediato.

Ella tomó mi mano para irnos al cuarto de los gemelos, me iban a desvirgar.

—Oti tienes que venir —dijo Temi llegando.

—Ahora no puedo Temi —me negué frustrado.

—Vamos es Jens —señaló nerviosa.

Sin decir más los dos nos fuimos tras Temi que nos llevó a donde estaba el enano.

Ahí estaba él bailando en la mesa sin playera.

—¡Jensen! —exclamé confundido.

—¡Oti! —exclamó riendo— ven sube a bailar conmigo.

—Bájate de ahí —ordené— te vas a caer.

—No —dijo bailando más apoyado de los demás.

—Jensen no seas ridiculo —negué avergonzado.

—No seas aburrido ven, si bailas conmigo me bajo —afirmó riendo.

—Jensen —repetí acercándome para bajarlo.

—Vamos diviértete señor olímpico —me llamó— antes de que ya no puedas.

Todos aplaudieron vitoreando mi nombre, negué para tomar al enano y bajarlo de la mesa llevándolo en mi hombro para alejarlo.

—¡Pero en que estabas pensando! —regañe.

—Yo nada aguafiestas —dijo riendo.

Tali me dió la playera aún riendo por su espectáculo.

—Estas ebrio —negué decepcionado.

—Yo, pero si yo no tomé ni un trago —amenazó con su dedito.

—¿Entonces que tomaste? —preguntó Temi riéndose.

—Soda, mucha soda —afirmó el chico.

—Pero si serás —suspiré irritado.

—¿Qué es la soda? —preguntó Cas confundida.

—Es un raspado de cereza con vodka —expliqué— tiene tanta azúcar que te lo tomas como agua.

—Ay dios ya me tomé tres —confesó nerviosa.

Suspiré para llevarlo a la cocina, con su tamaño me preocupada que le diera en coma etílico.

—Anda come pan —se lo di sentándolo.

—Oti mi zapato —dijo mirando su piecito moviendo.

—Yo lo iré a buscar —calmó Temi riendo para ir por el.

—Le traeremos algo de café para que se le baje —mencione Tali junto con Cas.

—Yo iré hablar con dos pendejos —me quejé— no te muevas.

—Las ardillas —se burló Jens comiendo el pan.

Salí y ahi estaban haciéndose los tontos.

—Ustedes dos aquí —ordené.

—No creímos que pasaría de los siete —se defendió Chip.

—Yo pensé que solo bebería tres —señaló Dale.

—Y aún así le dieron mas —me quejé— no están viendo su tamaño.

—Necesitaba relajarse un poco —calmó Chip— siempre está muy tenso.

—Siempre nos preguntamos cuando se va a poner morado y atacar —se le unió Dale.

Suspiré irritado, los chicos me abrazaron... estaban igual de ebrios que Jensen.

—A ti también te falta —menciono Dale dándome un trago que no sé de donde sacó.

—Ya vimos tu nuevo horario de entrenamiento y necesitarás dos de esto —afirmó Chip acercándome otro trago.

Negué para regresar a ver a Jens ahí estaba recostado en la mesa con medio pan mordido y el teléfono en su mano.

—Y mi primo es olímpico sabes, dieciocho años y ya a hecho algo de su vida aunque no le gusta y yo —suspiró— yo me la paseé muy bien hoy sabes... yo... yo estoy aquí y él está muerto, Cade esta muerte y no volverá sabes —repitió riendo— no volverá.

—Venga dame eso —dije entrando para quitarle su teléfono viendo el nombre conocido para colgar.

—Está muerto Oti —aceptó herido.

—Lo está —afirmé sobando su espalda para calmarlo.

—¿No volverá verdad? —preguntó triste.

—No, no lo hará Jens —señale la realidad.

Él pequeño me abrazó, por unos segundos, de un momento a otro se giró para vomitar por suerte atinándole al bote que no estaba muy lejos.

—Eso es sácalo todo —sobe su espalda.

Las chicas llegaron un momento después.

—Huele a cereza —se burló Temi.

Tristemente si, olía demasiado a cereza.

—Será mejor irnos —mencione— ya se puso algo sentimental.

—Si mejor —afirmó Temi ayudándolo a ponerse el zapato.

Después de ayudarlo a limpiarse la boca y que bebiera algo de café lo subimos al auto, le puse el cinturón en el asiento trasero.

—Gracias Oti, te amo mucho —dijo riendo.

—Yo igual —negué riendo, era un borracho muy amistoso.

—Adiós enano —dijo su novia divertida.

—No, no te vayas yo te amo mucho —dijo abrazándola.

Les di un minuto para ir con Cas.

—Te lo compensaré ya verás —prometí avergonzado.

—Ah está bien, debí elegirme un novio menos genial —dijo burlona— felicidades otra vez por tu selección, estoy muy orgullosa de ti.

—Ya eres novia de un olímpico —guiñe.

—Eso me gusta —me abrazó más.

Me despedí besándola para subirnos al auto para irnos por unas hamburguesas, terminaríamos en mi casa probablemente.

—Bien vamos —dijo Temi riendo— no los vuelvo a traer a una fiesta.

—Confirmo arruinaron mi noche —me quejé.

—Que tu y Cas planeaban tener sexo —se burló ella.

Me quedé en silencio por unos segundos.

—Oh por Dios si ibas a tener sexo —dijo divertida.

—Pero te tenías que empedar —miré al niño con molestia— y luego este se puso hablar por teléfono ebrio.

—Ah si, ¿Con quién? —le miró Temi.

—Yo no hice nada —se quejó riendo el chico medio adormilado— no me levantes falsos.

Temi negó divertida.

—Tranquilo solo es sexo —se burló.

—Si solo sexo —dijo Jens riendo— como se follo al rey del infierno.

La miré asombrado entendiendo lo que había dicho el niño.

—Espera tuviste sexo con su amigo —me queje.

—No es de tu incumbencia con los hombres que me meta Oti —se quejó ella.

—Pero lo hiciste... lo hiciste con él y no conmigo —dije lo que realmente me molestaba.

—¡Oh por Dios Autumn fue solo sexo! —se quejó— me lo coji y ya igual a tu amigo Chip o Dale, no se son iguales.

—¡¿Qué?! —pregunté incrédulo.

Ella suspiró para mirarme.

—Es sexo...

—Si solo es sexo porque no lo hiciste conmigo esa noche —le recordé eleve la voz.

—Oti —pronunció.

—La noche que me abrí contigo, que te confesé mi amor, que me ilusionaste y me dejaste ahí... en menos de eso te metiste con su amigo y peor aún con uno de mis mejores amigos —señalé defraudado.

—Ya te lo dije eres mi primo, como mi hermano Oti yo no...

—No digas eso porque si yo lo siento por ti también pude ser correspondido —ataque— asi que dime qué hay de malo en mí que no te soy suficiente.

—No hay nada malo en ti Oti, carajo solo no te veo de esa forma —se quejó.

—Pero dime porque —exigí— porque yo debo pasar la vida enamorado de ti y tú no me ves de esa forma.

—Oti —me miró— eres lo mejor de mi vida y no te voy a perder porque no somos lo suficiente maduros para el amor.

—Así que me rechazas solo porque tienes miedo —me queje.

—Es que no quiero estar atada a una relación seria contigo me entiendes, no quiero...

—¡Cuidado! —gritó Jensen en un segundo de cordura.

Pero fue demasiado tarde...

Aquel coche que golpeó al de adelante y al no poder frenar nuestro auto se estrelló contra nosotros haciéndonos dar vueltas por el aire, esos segundos fueron los más aterradores y a la vez confusos... lo último que vi fue a ella antes de que mi cabeza fuera a golpear contra la ventana.

Esa luz roja y azul me despertó, estaba mareado y mis cuerpo se sentía demasiado pesado... una presión en mi pecho era intensa pero nada me dolía.

Traté de ver a mi alrededor y ahí estaba Temi inconsciente a mi lado cubierta en sangre, atrás Jensen estaba en las mismas.

Traté de llamarlos pero no podía escucharme, mis implantes habían terminado en no sé dónde.

Esa mano en mi hombre me hizo ver al oficial a mi lado, hablándome pero no entendía nada.

—Soy sordo —estoy seguro que dije.

Traté de hacer la seña pero me costaba moverme, el hombre tomó mi mano haciendo seña de que me calmara, llamando a alguien más.

Poco a poco vi a los paramédicos acercándose a nosotros, colocando los collarines de inmediato.

Una oficial de policía se acercó a mi para sonreírme.

—<Estuviste en un accidente de auto, necesito que estes calmado> —me pidió.

—Mis primos —creo que dije.

Ella miró preguntándole a los doctores que los rodeaban.

—<Están vivos pero siguen inconsistentes, puedes decirme como te llamas> —pidió.

—Autumn... Autumn Jones —contesté tosiendo.

Mis ojos me pesaban demasiado, no quería cerrarlo pero terminaron haciéndolo.

Se abrieron por un instante cuando un mundo de doctores estaban sobre mi en lo que supongo era urgencias.

A mi lado estaba Temi ya despierta, la veía luchando con unos doctores que trataban de atenderla, gritando el nombre de mi hermano.

Por un instante me miró.

—<Oti, vas a estar bien> —trató de alcanzarme— <Resiste quieres, resiste>

Pero creo que no lo hice porque el peso en mis ojos fue mayor dejándome en una completa oscuridad.

Dejare esto aquí y me voy para que no me maten.

Los veo la siguiente semana cuídense mucho 💕

*se va corriendo antes de que suceda algo*

Por cierto sólo quería dejarles estas Lunitas, tan lindos los bebés.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro