Abrí mis ojos de golpe. Estaba agitad@, mi corazón a mil, sinceramente no entendía que pasaba, hasta que reaccioné.

"Estoy corriendo"

No tengo idea del por qué estoy corriendo, pero algo dentro de mí me decía que no parara, que sin importar lo que sucediera, no dejara de correr, porque si lo hacie, sería lo último que haría.

No sé cuánto corrí, pero estoy realmente agotad@. No pude evitarlo, pero mis piernas ardían como si estuviesen envueltas en llamas, y sin más, caí de rodillas.

Admiré mi alrededor, pero, aunque suene confuso, mientras más miraba menos veía.

"¿En donde estoy? ¡Todo es gris!"

Intenté calmar mi respiración, pero escuché un potente rugido a mis espaldas, lo que me obligó a voltear de inmediato.

"Papá..."

Aunque el fuese mi padre, me era imposible no temerle. Estaba transformado, pero también estaba cubierto de sangre, y de sus ojos salía una especia de luz de tonalidades verdes grisáceos. Yo temblaba del terror que invadía mi cuerpo.

Al ver como él se acercaba, yo comencé a retroceder todo lo que podía, pero ni siquiera lograba moverme lo suficiente.

"¡Papá, espera!"

Papá se acercaba cada vez más, arrastrando sus garras, rasgando ligeramente el suelo. Gruñia y bufaba.

"¡Por favor, retrocede!"

Pude ver como una sombra borrosa levitaba sobre papá, y podría jurar que le susurraba algo, pero no logré comprender lo que le estaba diciendo.

–Si señor...– le escuché decir a papá, pero su voz estaba realmente distorcionada, no sonaba como él. Me miró fríamente, sin emoción alguna. Es imposible que él sea mi padre, ¡no puede ser él!

Intenté retroceder nuevamente, pero mis esfuerzos fueron totalmente inútiles y neutralizados en cuanto papá se colocó sobre mi. Sangre aparentemente fresca goteaba de su boca, manchando mi rostro. Estoy horrorizad@.

"¡Papá, por favor, no lo hagas!"

Abrió desmesuradamente su boca, mostrando todos sus comillos. Pero, a unos milímetros de me atacara...

Todo se tornó totalmente negro.

[...]