IV

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Ya había "amanecido" en el mundo vampiro, y ya desde primera hora los guardianes se encontraba cumpliendo con sus respectivas labores mientras eran vigilados por su líder, quién estaba revisando los reportes de sus equipos de vigilancia.

–Los escuadrones A, B y C no encontraron a anomalías en el perímetro, pero al parecer el escuadrón D detectó una inestabilidad en el ambiente cerca del bosque sombra– un largo suspiro escapó de los labios de la peli-verde– ¿por qué ese condenado bosque siempre causa problemas?

–Es el bosque sombra, señora, nunca nadie sabe qué ocurre allí– obvió la jóven de mechas moradas, la cuál se encontraba ayudando a la de piel oscura con los reportes.

–Lo sé, y realmente no lo entiendo. El único que ha podido entrar allí fué...– calló inmediatamente antes de mencionar el nombre de aquél muchacho. Su expresión cambió a una de tristeza en menos de un segundo.

–¿Señora? ¿se encuentra bien?– la de ojos marrones notó rápidamente el cambio de actitu de su líder, lo cuál la preocupó.

–Si, es solo que...– susurró, con su mirada perdida. Sacudió un poco su cabeza, levantando nuevamente su mirada– descuida, no es nada– sonrió.

–¿Está segura?

–Tranquila, estoy bien, no es nada de lo que hay que preocuparse– habló con seguridad, retomando nuevamente su firme postura. La contraria simplemente asintió con una sonrisa.

Mientras tanto, con cierto trío de diablillos...

A la una... A las dos... ¡y a las tres!– exclamó la jóven de cabellos celestes, para luego correr a toda velocidad contra la puerta de metal, con ka intención de derribarla o al menos abrirla ¿resultado? Una Melanie tirada en es suelo totalmente desorientada– creo que fué mala idea~

–¿Tú crees?– soltaron sarcásticos los otros dos jóvenes, mirando como su hermana ya tenía espirales en sus ojos debido al tremendo golpe que se dió.

–Estamos atrapados, y todo es tu culpa, Eathan.

–¿¡Mi culpa!? ¡ustedes me siguieron hasta aquí y me tomaron por sorpresa!

–Sabes perfectamente que mamá no te deja comer helado.

–¡Solo iba a comer un poco!

–Ya, ya, ya, ya, parenle a los pleitos–Melanie, una vez logró incorporarse, interrumpió la discusión entre sus hermanos– lo que importa ahora es ver como demonios salimos de este congelador.

–Esta cosa se abre por fuera, no por dentro– habló el de cabellos bicolor– no podremos salir a menos que alguien abra desde afuera.

–Entonces, nos tocará esperar un buen rat... ¡Aah!– la oji-rubí se había apoyado en aquella puerta de acero, la cuál se abrió sencillamente, dejando caer nuevamente a la jóven.

–¿pero qué?– musitó la peli-lila– chicos, allí no hay nadie...

–¿como fué que... Se abrió la puerta?– cuestionó el trillizo menor, asomándose.

–¿Eh...?– la peli-celeste, una vez se incorporó, notó algo alejarse rápidamente de allí. No logró ver qué era, ya que; o fué muy veloz, o su apariencia era borrosa– chicos, yo... Iré a explorar este lugar, díganle a mamá y papá que volveré para el almuerzo– habló rápidamente, y sin darle tiempo a los otros de responder, corrió rápidamente en la dirección por la cuál se había ido lo que creyó haber visto.

–Vamos, sé que vi algo...– susurraba para si misma la jóven de piel clara, caminando por los pasillos del cuartel. Literalmente, no había ni un alma allí– vamos, estoy mucho más cuerda de lo que parezco, sé que no lo imaginé– volvió a hablar, sin dejar de mirar en todas direcciones.

Había visto algo, y no era broma o juego, estaba ciento porciento segura de que había visto algo escabullirse de entre las cosas que habían allá, y un setenta y cinco porciento de que, sea lo que sea eso, les ayudó a salir de aquél frío lugar, salvandolos de una bronca con su madre y probablemente un buen castigo por parte de su padre. Su padre no era mucho de regañar, y su madre no era de los que castigaban, pero cuando ambos se juntan, a los trillizos nos le queda de otra más que aceptar el castigo y el regaño, ni locos se atrevían a contradecir a sus padre, mucho menos a su madre. Son alocados, no estúpidos.

Pero, volviendo al tema.

La joven de mirada carmesí recorría aquellos interminables pasillos, hasta que algo la hizo detenerse por completo.

Tenía la sensación de que estaba siendo observada.

Colocó sus puños cerrados frente a ella, en posición de pelea, buscando en todas direcciones quién o qué la podría estár observando.

Nada...

No había nada allí, pero juraría haber sentido un extraño escalofrío. No, es diferente, más fuerte.

Ella sintió la presencia de algo.

–Un poco más a la izquierda... Un poco más... Un poco más... Ow, te pasaste, Bon.

–C-cielo, ¿me recuerdas por qué organizamos la habitación?– un cansado peli-celeste miraba a su pareja, mientras intentaba sostener aquél pesado baúl que Leyla recién le obsequió a Bonnie, por lo que el peli-morado quiso "mejorar" la habitación, pidiéndole, no, obligándole a que lo ayudase. Después de todo, era más fuerte que el contrario.

–El órden siempre debe ser lo primordial, además, sabes que detesto ver cosas amontonadas. Así que deja de quejarte y muévete hacia la derecha.

–Si amor...– suspiró el de piel morena, con una gotita bajando por su cabeza. Miró hacia la puerta, para notar como su hija mayor pasaba corriendo por el pasillo, aparentemente, siguiendo algo– ¿eh?

–¿Ocurre algo?

–Conejito, necesito ir a... Ver algo ¿podemos terminar rápido con esto? ¿por favor?– suplicó, haciéndole ojitos a su pareja.

–Está bien, ve, pero cuando vuelvas me ayudarás, quieras o no– sentenció, revisando unas gavetas. El peli-celeste simplemente asintió, dejado el baúl en el suelo, para luego transformarse en murciélago y seguir a su hija.

–¡Melanie, espera!

–¿Papá?– la mencionada se detuvo al escuchar el llamado del contrario, el cuál se colocó frente a ella, volando en su forma murciélago– ¿sucede algo?

–Eso quería preguntarte– el mayor volvió a su forma humana– ¿a dónde vas con tanta prisa?

–Em... A ningún lado– sonrió nerviosa, mirando a su padre.

–Melanie, no me mientas.

–Ah, bueno– suspiró– estoy siguiendo algo, pero no sé lo que es.

–¿Qué quieres decir?

–Puede que suene extraño, pero...– realizó una pausa– sentí una extraña presencia.

–¿Una... Presencia?– la expresión del peli-celeste se tornó más seria– ¿cómo, exactamente?

–No sabría decirte, pero... Me sentí observada, un extraño escalofrío recorrió mi espalda y sentí el ambiente más... Pesado– explicó. Al levantar su mirada, notó como su padre estaba serio– ¿papá?

–Melanie... No eres la única que lo ha sentido– habló con seriedad, conectando su mirada con la de su hija.

–¿Eh?

–Yo... También he tenido esa extraña sensación. Creí que estaba siendo paranoico por lo que sucedió con Toddy, pero, si tú también lo sentiste, significa que no es cosa mía.

–¿También tú? Wow, y yo que creía que ver tantos Creepypastas me estaba afectando.

–¿Ves que cosas?

–¡Nada!

[…]

Lo sé, fué más cortito de lo normal, pero la imaginación no da más, además, tiene una pequeña sorpresa.

¡Veamos quién es el primero en descubrir el mensaje oculto! Yo digo que está fácil.

Suerte~

-Fiona 🐼

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