—Cariño...—uno de esos pocos días donde la joven se encontraba en el departamento, se acercó a su pareja quien cocinaba. El hombre alegre le dio su atención— ¿Me prestas tus llaves?

—¿Y tu auto?

—Se averió, lo mande al mecánico.—mostró sus labios abultados.

La verdad, es que NamJoon lo necesitaba, así que se lo dio por unos días. Después de todo, sabía que JiMin podía costearse más de donde salió ese.

—Esta bien. —asintió.

—¡Eres el mejor! Por eso te amo.—pese a que en su cuerpo habían marcas de otro hombre, fundió sus labios con los del Park, causando un remolino de emociones en el contrario.

La amaba mucho.