Bonnie se alegraba de que su amigo hubiera aceptado su persona, y de hecho le dijo que podía contar con él siempre y cuando no fueran al centro comercial a comprar ropa, pues con ese tema él no podía ayudarle, que mejor le pidiera ayuda a su amiga Chica y la sonrisa del pelimorado se borro de su semblante.

Su amiga venía de una familia bastante conservadora, tenían los principios del matrimonio y la familia conformado por hombre y mujer, seguro si él se atrevía a comentar algo ella le dejaría de hablar y no es porque ella fuera transfobica, era el hecho de que su familia la había criado así. Pero sin embargo, la mentira de su prima Bonnet pronto se le saldría de las manos, y podría empezar un chisme que iba a llegar a los oídios de su progenitora y él no quería que le arrebataran el derecho de decirle a su madre que él no era él, si no ella.

Es cierto que al principio la idea de ser mujer la aterraba, pero con forme fue aceptando que Bonnet saliera a la calle, que Bonnet bailara y que se poco a poco se enamorara de un chico, él fue aceptándolo poco a poco al punto de ser libre de cierta manera.

Paso el tiempo, los días pasaban y pasaban y aún seguía con su doble vida, se llego a encontrar ciertos roces con Chica sobre porque traía labiales, sombras e incluso un día vio el uniforme de bailarina de Bonnet, y la excusa siempre era la misma, "tenía que llevarle a su prima sus cosas después de la escuela".

-Oye, Bonnie-. Hablo su amigo pelirrojo, tomándolo de la mano para sacarlo del aula de ensayo haciéndole una señal a la única mujer del grupo que solo hablaban 5 minutos y volvían con ellos, la mujer acepto más que nada porque ya estaban afuera del aula.

-¿Qué paso, Fox? – cuestiono él chico de cabello largo. – Mira amigo, te voy a ser sincero. Tocas bien la guitarra eres el mejor guitarrista que he visto, pero... Te falta algo, esa chispa-.

- ¿A qué te refieres?- volvió a cuestionar. – Cuando bailas en el teatro, se nota que debes de estar ahí, que tú perteneces a ese lugar. Bonnie, te gusta tocar la guitarra, pero ya no te apasiona como antes-.

Hubo una pausa incomoda por parte de ambos, el de baja estatura soltó un pequeño lamento, ya que él sabía a lo que su amigo se refería y solo había una forma de solucionar todo eso: tenía que decirle a su mamá.

-Lo sé Fox, la única manera que yo pueda ser libre, ser como soy...-

- Nunca más volveríamos a ver a Bonnie ¿Cierto?- él chico de finos labios y baja estatura negó con su cabeza. – Tengo que decirle a mí mamá-.

-Bueno puedes aprovechar la siguiente semana, se van a suspender lugares en todas partes, le puedes decir ese fin de semana largo.

- Lo sé, no va a ser fácil-.

-Bonnie, si quieres ser feliz acéptalo y dile a tu mamá, es tu madre amigo y por lo que me cuentas de ella es una mujer muy cariñosa así que ella te va a aceptar porque eres su hijo-.

Él pelimorado sonrío y entraron al ensayo.

Fueron unas semanas bastantes tranquilas, las semanas se puede resumir en escuela, teatro, citas con Bon y alguna que otra reunión con aquel grupo de los Funtime, sin embargo ya era viernes por la tarde, ese viernes daba el inicio del fin de semana en que le diría s a su mamá, y de hecho la estaba esperando, el reloj era su único acompañante.